En Bruselas se
ha librado una batalla por imponer cuotas de mujeres europeas en los
Consejos de las empresas: el 40%
para 2020 (hoy son el 13,7%). Al margen de este debate, Europa no afronta los verdaderos problemas de discriminación de las
mujeres: trabajan menos y ganan
menos. Y en España, el país nº
75 en el ranking de igualdad económica de género, las
mujeres están aún peor: trabajan sólo la mitad de las que podrían, con más
precariedad y peores puestos, cobran un
22,5% menos, tienen más paro, cobran
menos desempleo y cuando se jubilan, tienen
un 40% menos de pensión que los hombres. Tremendo. Y la crisis se ha cebado más en las mujeres. Es urgente aplicar planes de igualdad en las empresas, que
sólo tienen el 8,6% de las grandes. Y en la sociedad, empezando por nuestras casas, donde trabajan el doble.
enrique ortega |
El debate
de las cuotas ha incendiado Bruselas.
Por un lado, la vicepresidenta Viviane Reding proponía imponer una cuota del 40% de mujeres (para 2020) en
los Consejos de las grandes empresas (hoy
tienen el 13,7%), apoyada por los principales hombres de la Comisión y el Parlamento Europeo, que ha
vetado (por primera vez en su historia) el nombramiento de un hombre para
el Consejo del BCE (23 miembros, todos hombres). Por otro, la oposición
de 5 de las 7 comisarias y el veto
escrito de 9 países (Gran Bretaña, Holanda,
Malta y 6 ex países del Este). Al final, la batalla ha terminado hoy en un pacto para descafeinar la propuesta y
recomendar las cuotas a los países, no imponerlas (y sólo para grandes empresas que coticen en Bolsa). Reding ya hizo esta
recomendación en 2011 y sólo 23 empresas europeas la pusieron en marcha. El debate
es: la
igualdad no se puede imponer, pero sin leyes no hay igualdad.
Esta guerra por las
cuotas, que seguirá ahora en el Parlamento y el Consejo europeos (Merkel y Cameron están en contra), encubre el verdadero problema:
la discriminación
de las mujeres europeas. Sólo dos
datos. El 59% de las mujeres en edad de trabajar tienen empleo, frente
al 73% de los hombres. Y las que trabajan, ganan un 17,1% menos que los
hombres, una brecha salarial que se mantiene en la última década. Y eso a pesar
de múltiples
normas que no se cumplen: la primera
Directiva europea sobre igualdad laboral es de 1975.
En España, la
situación de la mujer es peor: no en vano estamos en el puesto 75 (de 135 países) en
el ranking
mundial de igualdad económica de
género del Fondo Económico Mundial. Ser
mujer en España es un mal negocio, desde la cuna a la vejez. Empezando
porque tienen más difícil trabajar:
si hay 15.168.700 mujeres en edad de trabajar (16-64 años), las mismas que hombres
(15.288.500), sólo trabajan 10.526.600, dos millones menos que hombres
(12.571.800). Y las que trabajan, tardan 4
meses más en conseguir un empleo, según el informe del CES,
a pesar de que están más preparadas (un 60% de los nuevos licenciados son
mujeres, aunque estudian menos carreras técnicas, con más salidas).
Trabajan menos y tienen un menor abanico de empleos: la mitad se concentran en 6 trabajos (14,5% empleadas domésticas y
limpiadoras, 10,1% cuidadoras, 8,4% dependientas, 6,4% administrativas,6,1%
hostelería y 4,6% auxiliares administrativas), mientras la mitad del empleo
masculino se reparte en 13 ocupaciones. Y tienen
peores contratos: muchos temporales
(26,1% frente a 23,9% hombres) y a
tiempo parcial (8 de cada 10 contratos son de mujeres). Y hacen peor carrera en las empresas:
sólo el 29% llegan a puestos directivos (35% en la UE) y sólo el11% de empresas
del IBEX tienen una mujer en el Consejo de administración.
Empleos de baja cualificación, contratos precarios, jornadas
reducidas y menos antigüedad (por bajas para atender a los hijos) llevan a la siguiente discriminación: las mujeres cobran un 22,5% menos de
salario que los hombres, según el último informe del INE (datos
2010). Ganan, de media, un salario bruto de 19.735 euros año frente a 25.479 los
hombres: 5.774 euros menos al año. Y hay más mujeres mileuristas que hombres, sobre todo por los muchos
contratos temporales (ganan un 31,8% menos) y a tiempo parcial (50% menos de
salario).
Y si miramos a las mujeres
desempleadas (2.674.700, según la EPA), su tasa de paro (25,41%) es superior a la
de los hombres (3.103.300 parados, un 24,68%). Y hay más mujeres registradas como paradas
en el SEPE
que hombres (2.440.825 frente a 2.392.696). Esto porque si muchos hombres se “desaniman”
y ya no se apuntan al paro, hay un millón de mujeres que se han lanzado a
buscar trabajo con la crisis (hay 1.114.700
mujeres activas más que en 2007), para ayudar en casa
ahora que el marido o los hijos están sin empleo.
Pero también en el
paro están discriminadas, doblemente.
Primero, porque hay menos mujeres
cobrando el subsidio (53,4% de las registradas) que hombres (63,2%), por no
haber cotizado suficiente. Y segundo, las que tienen subsidio cobran
un 18% menos que los hombres (754,80 euros de media frente a 919
euros).Y las paradas de más de 55 años cobran un 24,6% menos. Además, uno de
cada cuatro hombres cobra desempleo a los
59 años mientras sólo lo cobra una de
cada diez mujeres a esa edad.
Y llegamos a la jubilación.
Las mujeres se jubilan más tarde: a
los 62,4 años de media frente a 61,8 años los hombres. Y con menos años cotizados, por haber cuidado a sus hijos(o padres):
un 58% menos que los hombres. Además, son más tardías cotizando: dos tercios de
la cotización de las mujeres (64%) se concentra a partir de los 50 años (en los
hombres sólo el 42% de las cotizaciones). Junto a peores sueldos y menos años cotizando,
el resultado es brutal: las pensiones
de las mujeres (4.594.842 pensionistas) son un 38,6 % inferiores a las de los hombres. De media, 638,59 €
mes frente a 1.039 €. Pero si miramos sólo las pensiones de jubilación (que cobran 1.936.971
mujeres y 3.421.904 hombres), la diferencia es mayor, del -40,1%: 666,99 euros
al mes las mujeres frente a 1.113 euros los hombres.
Con estas bajas pensiones o sin ellas, las mujeres enfrentan
también peor su vejez, ya que viven más años que los hombres (85 años
frente a 78) y están sufriendo más los recortes
de las ayudas a la Dependencia, por
partida doble: dos tercios de los beneficiarios
(771.049 ahora y 270.000 en espera) son mujeres y también lo son el 80% de sus
cuidadoras, a las que el Gobierno acaba de recortar un 15% su paga (unos 400 €),
además de no pagarles ya la Seguridad Social.
Y es que las mujeres
están sufriendo
también más la crisis y los recortes, no sólo en la Dependencia, sino
también en el empleo público, donde son
más (educación, sanidad, servicios sociales) y sufren especialmente los
despidos públicos(-228.000 en el último año) y la falta de oposiciones. Las mujeres sufren también más
los recortes y subidas en las guarderías
y el retraso en el aumento de 2 a 4 semanas del permiso de paternidad. Y la crisis en los servicios (donde se pierden la mitad de los empleos), les afecta
también más. Además, la última reforma
laboral puede llevar a muchas empresas a descolgarse de convenios de
sector que incluían ventajas para las mujeres trabajadoras que sean madres. De hecho,
bajan
los salarios y suben las horas
de trabajo, perjudicando más a las
mujeres. Y con la crisis, las empresas han reducido
un 40% sus ayudas para guarderías y conciliación laboral.
Como vemos, hay una discriminación mucho más grave para las
mujeres que su cuota en los Consejos de las empresas. España tiene desde 2007 una Ley
de igualdad que no
se cumple. Y la crisis hace que sea difícil exigirla en las empresas (sólo
tienen Planes el 8,6% de las grandes). Es
urgente poner en marcha medidas de igualdad efectivas, para que las mujeres
no sean ciudadanas de segunda.
Empezando por los hogares, donde las
mujeres dedican 4,3 horas a las tareas y los hombres 2,3, según el INE. Las mujeres llevan
un siglo peleando por la igualdad. No pueden esperar otro para lograrla. Ayudémoslas.
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