El problema es que “llueve sobre mojado”: España lleva ya dos años con fuertes recortes de la inversión estatal en infraestructuras (-19% en 2010 y -31% en 2011) e incluso este año, para cuadrar el déficit, sólo se iba a gastar dos tercios de lo presupuestado. Y ahora, menos. Y tanto Ayuntamientos como autonomías han reducido a la mitad su obra pública. Es resultado es menos actividad, menos trabajo para miles de empresas y más paro. Y se estima que entre 2010 y 2014, el recorte de inversión en obra pública será de 50.000 millones de euros.
Zapatero podía no haber hecho este último recorte, que va a frenar aún más el crecimiento y el empleo, y dejárselo a Rajoy, que no iba a notarlo mucho dentro del superrecorte de 30.000 millones que tendrá que hacer en 2012 para cumplir con Bruselas. Pero, una vez más, ZP ha querido ser el alumno más aplicado de la clase y despedirse con los deberes hechos. Quizás el Estado sí cierre 2011 con el déficit previsto (4,8% PIB, tras cerrar septiembre en el 3,42%), pero seguro que no lo harán las autonomías, que ya habían casi alcanzado el déficit previsto (1,3%) a mediados de año. Y si la economía no crece y siguen bajando los ingresos fiscales, quizás haga falta hacer ajuste adicional en diciembre, como ha sugerido ya la Comisión Europea, sobre todo si sigue la crisis de la deuda europea (que seguirá). Claro que en ese caso, lo haría ZP con acuerdo de Rajoy (si gana).
Recortes aparte, el problema de fondo es que la última cumbre del G-20 en Cannes no ha aprobado medidas para frenar la recesión económica que se avecina. Obama y Japón van a seguir la senda de reanimar las economías con la inversión pública, pero Europa sigue por el camino de los ajustes. Ahora, a los recortes de la Europa del sur (incluida Italia, que no crece nada y caerá un 0,2% en el cuarto trimestre), se suma Francia, la segunda economía del continente, que ha aprobado 24.000 millones de recortes hasta 2016 (y subidas de impuestos), con lo que bajará su crecimiento (-0,1 % en el cuarto trimestre y +l 0,6% en 2012). Gran Bretaña, tras los recortes anteriores, está creciendo al 0,2% y sólo crecerá un 0,6% en 2012. Alemania, que podría hacer de locomotora europea, no crecerá nada en el cuarto trimestre de 2011 y sólo 0,8% en 2012. Y Merkel no bajará impuestos hasta 2013 (elecciones).
Europa ahonda así el camino de los ajustes, que le ha conducido a la grave crisis actual, donde hasta Francia está en el punto de mira de los mercados. Es el dilema “austeridad o muerte, valga la redundancia”, que escribe Antón Costas (léanlo). Un camino que en España nos ha llevado al estancamiento y a tener 5 millones de parados. Curiosamente, Bruselas quiere ahora penalizarnos por el paro, después de año y medio forzando el recorte drástico del déficit. Señores, aclárense: a setas o a Rolex. No basta con reformas laborales para crear empleo. Ninguna empresa va a crear empleo, aunque sea gratis, si no confía en vender, si no hay consumo ni inversión. Y menos si no hay crédito. Alguien tiene que tirar de la economía para no caer en el abismo. Y si las empresas no pueden, tendrán que ser los Estados. Es lo que trata de hacer Obama y Japón. ¿Por qué no se explora este camino? Por puros prejuicios ideológicos. Pero el recorte puro y duro ya sabemos adónde nos ha llevado.
El debate está abierto, en el G-20, en el FMI y en la OCDE: Europa se ha pasado de frenada. Pero Merkel, Sarkozy y los conservadores de Bruselas siguen con su miopía ideológica, sumiendo a Europa (desde Grecia a Portugal pasando por España y ahora Italia) en el estancamiento, con altos costes sociales, pobreza y paro. Y sin que veamos el camino de salida de la crisis, tampoco para 2012. Tras el recorte de despedida de Zapatero, Rajoy se estrenará con más recortes para el Presupuesto 2012. Y así, diga lo que diga, no se crecerá ni se creará empleo. Y menos con una Europa renqueante, que nos comprará y visitará menos. Se avecinan unos meses muy duros, para España y para Europa. Hasta que la realidad se imponga y el estancamiento obligue a Europa a cambiar de rumbo. Si no, se agravará la Europa a dos velocidades, una del Norte que crece (poco) y otra del sur estancada. Pero eso no lo aguanta el euro. Ni una España con más de 5 millones de parados. Hagan algo ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario