El Banco Central Europeo (BCE) ha bajado hoy jueves el
precio oficial del dinero, un -0,25%, hasta el 3%. Es la
4ª bajada de tipos desde junio, tras las 10 subidas hechas en 2023 y 2024,
que pusieron los tipos en el 4,5%. Esta bajada ha sido posible porque los
precios siguen moderados, en Europa y en España, pero los tipos son
aún demasiado altos, dado que la economía europea está estancada
y Alemania en recesión. Pero el BCE no quiere bajarlos más rápido
y quedarán en el 2% en 2025, aunque dependerá de los conflictos
geopolíticos y las medidas de Trump, que podrían relanzar la
inflación. Mientras, familias, empresas y Gobiernos disfrutan ahora de
tipos más bajos, pero mucho más elevados que en 2022. Y aunque ha bajado
el Euribor (2,395% en diciembre), como los pisos son ahora mucho más caros, hay
que pagar más de cuota hipotecaria que en 2021,2022 y 2023. Así que aunque
bajen los tipos, comprar piso es más caro. Enrique Ortega
La inflación europea parece controlada (2,3%
en noviembre la UE-27 frente al 10,6% que llegó a alcanzar en octubre de
2022) y eso ha decidido al BCE a abrir la mano y volver a bajar
hoy un -0,25% los tipos de interés, dejando el tipo de referencia en el 3%, el precio del
dinero que teníamos en 2006. Es la 4ª bajada de tipos que hace
el BCE, tras las de junio, septiembre y octubre de 2024, rebajado los tipos
oficiales del 4,50 al 3%. Unas bajadas que todavía no compensan las 10 subidas
de tipos aprobadas por el BCE entre julio de 2023 y septiembre
del 2024, que dispararon el precio del dinero del 0% (en que estaban desde
marzo de 2016) hasta el 4,50%, el tipo más alto
desde mayo de 2001.
Esta 4ª bajada de tipos del BCE sigue la senda de las
bajadas hechas por otros grandes bancos centrales. Así, la Reserva
Federal USA, que marca la política monetaria mundial, hizo su 1ª bajada de tipos en septiembre de 2023, tras haberlos subido 11
veces desde marzo de 2022 (hasta un máximo del 5,25%). Y los bajó por
2ª vez, el 7 de noviembre de 2023, dejándolos en el 4,50% actual. Y
el Banco de Inglaterra, que también subió
14 veces sus tipos oficiales
(del 0 al 5,25%, entre julio de 2022 y septiembre de 2023), empezó a bajarlos
también en agosto de 2024 y por 2ª vez
en noviembre pasado, dejándolos en el 4,75% actual.
El BCE ha bajado los tipos más veces (4 en vez
de 2) y los mantiene más bajos (3% en vez del 4,50 y el 4,75% de USA y
Reino Unido) porque la economía europea está estancada y apenas crece: tiene
que suavizar “el ricino monetario” que aplicó contra la alta inflación y
que ha provocado un mayor debilitamiento de la economía europea. En
2023, la UE-27 sólo creció un +0,4%, siete veces menos
que la economía USA (+2,9%) y algo más que Reino Unido (+0,3%), mientras
Alemania cerró en recesión (-0,3%). Y para
este año 2024, la Comisión Europea prevé un crecimiento bajo, del +0,9%
en la UE-27, con Alemania otra vez en recesión (-0,1%), un bajo crecimiento
de Italia (+0,7%) y Francia (+1,1%) y mayor en España (+3%). Y mientras, EEUU
crecerá el triple (+2,7%) y Reino Unido un +1%.
Así que no está la economía europea como para tener
tipos altos, aunque esos mayores tipos de EEUU y Reino Unido estén atrayendo
capitales y fortaleciendo el dólar, en perjuicio del euro, que sigue
depreciándose casi un -7% (ha llegado a cotizar en
noviembre a 1,042 dólares,
cuando cotizaba a 1,119 dólares en agosto). Este es otro motivo de preocupación
para el BCE, porque si el euro sigue depreciándose y cotiza a 1x1
con el dólar, las importaciones europeas que se hagan en dólares
(energía y equipos) serán más caras y eso
reanimará la inflación, que ahora parece controlada. Pero de
momento, preocupa más el estancamiento de la economía europea, que exige
bajar los tipos para reanimarla.
De hecho, muchos
expertos critican al BCE por haber aplicado este ajuste monetario
tan drástico, esa subida de tipos del 0 al 4,50% en sólo 14 meses, que fue la
puntilla para la débil economía europea. Ya
insistí al escribir sobre las 10 subidas de tipos de 2022 y 2023 que podía
provocar este “estancamiento” y que no era una política correcta, como
señalaban muchos expertos, porque la inflación de los últimos años era una
inflación de costes (básicamente, por la subida de la energía), una “inflación
de oferta” y no la típica “inflación
de demanda” que teníamos a principios de siglo, cuando los precios
subían por el fuerte crecimiento económico y el exceso de consumo, con lo que
la subida de tipos sí resultaba efectiva para “enfriar la economía”.
Pero en 2022 y 2023, los precios subieron no por un exceso de consumo
sino por la subida del gas, el petróleo y las materias primas, más los embudos
en las cadenas de suministro y el comercio internacional. Así que la
subida de tipos poco podía hacer y de hecho, la bajada drástica de la
inflación se ha conseguido por medidas de los Gobiernos en los
mercados energéticos y las ayudas a familias y empresas, no con las
subidas de tipos, que han hundido a economías, familias y empresas.
El propio Banco
de España, que cree que las subidas de tipos han
servido para “anclar las expectativas”, para evitar males
mayores (que subieran más los salarios y los márgenes empresariales,
disparando más la inflación), reconoce y cuantifica el daño que han
hecho a la economía española estas subidas de tipos: han restado al
crecimiento un -2,65% del PIB entre 2022, 2023 y 2024, lo que supone un
coste cercano a los 40.000 millones de euros. Un coste que han sufrido
directamente en sus bolsillos las familias (al pagar más por hipotecas y
créditos), las empresas y hasta los Gobiernos, al encarecerse su deuda.
Y aunque han bajado los tipos, todos pagan ahora mucho más que en 2021 y
2022.
Las familias españolas se han beneficiado de la
bajada de la inflación, pero a un alto coste para los que pagan una hipoteca o
un crédito. Así, los 4 millones de familias que están pagando una
hipoteca se han “empobrecido”, al subirles su cuota
mensual: los tipos medios de las hipotecas pasaron del 1,38% en 2021 al
2,96 en 2022 y al 3,80% en diciembre de 2023, estando ahora (octubre
2024) en el 3,20%, todavía por encima de 2021 y 2022, según
los datos del Banco de España. Y los créditos personales (para
comprar un coche, un electrodoméstico o un viaje) han pasado del 6,10% en
2021 al 7,69% a finales de 2023 para costar en octubre un 7,41%,
subiendo también el tipo de las tarjetas. A lo claro: una hipoteca de
150.000 euros, a 25 años y un tipo variable del Euribor+1%, costaba en
noviembre de 2021 una mensualidad de 532,85 euros, pasó a 878,81
euros en noviembre de 2023 y ahora cuesta algo menos, 751,42 euros, pero
mucho más que hace 3 años.
Las empresas también han sufrido la dureza de la
subida de tipos y aún pagan más por el dinero que antes del ajuste. Así, el tipo
por descubierto saltó del 1,56% en 2021 al 4,79% en diciembre de 2023 y
en octubre estaba en el 4,46%, según
el Banco de España. Los créditos de hasta 250.000 euros pasaron del
1,69% en 2021 al 5,33% a finales de 2023 y todavía cuestan el 4,43%.Los
créditos de 250.000 euros a 1 millón saltaron del 1,29% en 2021 al 5,08% en 2023
y están ahora en el 4,11%. Y los créditos de más de 1 millón de euros, que
costaban el 1,04% en 2021, saltaron al 4,98% en 2023 y estaban en octubre en el
4,22%.
Y la subida de tipos también hizo daño a los Estados,
al encarecer su deuda, que siguen colocando a tipos muy altos aunque hayan
bajado los tipos. El bono
español a 10 años pasó de pagar el 0,415% de interés en
noviembre de 2021 al 3,65% en diciembre de 2022 y un máximo del 3,949%
en septiembre de 2023, bajando ahora (diciembre 2024) al 2,763%. Eso se traduce
en que España tiene que pagar más intereses por su deuda (39.078
millones en 2024, frente a 30.175 millones pagados en 2022), con lo que se
puede gastar menos de lo que haría falta en sanidad, educación, dependencia, ayudas
públicas y pensiones.
Como se ve, el coste económico y social de la “ortodoxia
monetaria” del BCE ha sido alto y no se compensa con las 4 bajadas
hechas desde junio. Pero hay un sector que ha salido muy beneficiado
estos años: la banca, gracias a los mayores intereses cobrados a
familias, empresas y Estados. Así, los 6 grandes bancos españoles aumentaron sus
beneficios un
+28% en 2022 (ganaron 20.850 millones) y otro
+26,4% en 2023 (26.088 millones). Y con el retraso en las bajadas de
tipos del BCE, los 6 grandes bancos españoles han
ganado un +19,7%% más en 2024 (23.656 millones de enero a
septiembre),un beneficio histórico.
Ahora, el BCE irá decidiendo que hace con los tipos “mes
a mes”, con un ojo puesto en la inflación y el otro en la marcha de
la economía. En principio, su objetivo es aprobar
más bajadas de tipos en 2025, al menos 4 más de -0,25% cada una, para
dejar los tipos en el 2%, para el verano o para fin de año (si hay
problemas por medio). Los
riesgos de que repunte la inflación son elevados, por varias
causas: los conflictos en Ucrania y Oriente Medio, así como la incertidumbre
geopolítica internacional, especialmente la toma de posesión en enero
de Donald Trump y el temor a que imponga aranceles a América, China y
Europa, que aumentarían la inflación mundial y frenarían el comercio y el crecimiento
internacional. Y no ayudará tampoco la tensión política dentro de Europa,
con una Comisión más virada a la derecha ( que conlleva un mayor peso de las
posturas ortodoxas duras en el BCE), con crisis políticas en Francia y
Alemania y un constante enfrentamiento en España.
Así que lo
que hagan los tipos en 2025 va a depender mucho de las circunstancias geopolíticas
y de su efecto sobre la inflación. Pero de momento, las 4 rebajas ya hechas
por el BCE apenas suponen un alivio para las familias, empresas y el
Presupuesto, como hemos visto. En el caso de las hipotecas, la bajada del Euribor
ya beneficia a los que tienen una hipoteca y revisan anualmente
su cuota: cerró noviembre en el 2,5006% (el 8º mes consecutivo que baja),
frente al 4,022% de noviembre de 2023 y el 2,828% de 2022 (ojo: en noviembre de
2021 era negativo, -0,487%). Eso supone un
“alivio” de 127 euros menos al mes en una hipoteca tipo
(150.000 euros a 25 años al Euribor+1%). Y lo mismo pasará en los próximos
meses, con pequeñas rebajas: el Euribor puede cerrar el año en el
2,350% (frente al 3,679% en diciembre 2023) y bajar al 2% para el verano de
2025.
El problema lo tienen los que piensan en pedir una
hipoteca ahora, con los tipos y el Euribor más bajos: tendrán que
pagar una cuota mayor que si hubieran pedido la hipoteca en 2021,2022 y
2023. Y eso porque la subida de los pisos se ha comido con creces el
ahorro en los tipos de las hipotecas. Veamos las cuentas, a lo claro.
Un piso medio en España, de 90m2, costaba 162.900 euros en noviembre de
2021, 170.460 en noviembre de 2022, 182.430 en noviembre de 2023 y 201.960
euros en noviembre de 2024, según
el portal Idealista. Y aunque los tipos ahora son más bajos que hace un
año, son más altos que hace 2 y 3 años. Así que el coste mensual de una
hipoteca para comprarlo (financiando el 80% del valor) era de 462,94
euros en 2021, 706,91 euros en 2022, 855 euros en 2023 y 809,37
euros al mes ahora. Mínimo ahorro.
Pero las cuentas salen peor en las grandes ciudades,
donde el coste de los pisos ha subido mucho más. Veamos el caso de Madrid,
con
los datos el portal idealista. Un piso medio, de 90 m2, costaba 289.120
euros en noviembre de 2021, 252.440 euros en noviembre de 2022, 365.760 euros
en noviembre de 2023 y 440.190 euros en noviembre de 2024. Y aunque los
tipos ahora son más bajos que hace un año, son más altos que hace 2 y 3 años.
Así que el coste mensual
de una hipoteca para comprarlo (financiando el 80% del valor) era de 821
euros en 2021, 1.461,60 euros en 2022, 1.714 euros en
2023 y 1.764,09 euros en noviembre de 2024. Siempre más cuota, ahora por
la subida de los pisos.
En resumen, que las 4 rebajas de tipos del BCE
apenas reducen la cuota de la hipoteca a los que la estaban pagando
(-127 euros al mes) y la subirá para la mayoría de los que piensan
ahora en hipotecarse y compran piso, porque los
precios han subido mucho más de lo que han bajado las hipotecas. Así que no
hay que confiarse: sin medidas drásticas para aumentar la oferta de
viviendas (los últimos estudios indican que hacen
falta 3,5 millones), la mayoría de españoles no podrán pagar una
hipoteca, aunque bajen los tipos. Y aunque los bancos han entrado en una nueva “guerra” por
colocar hipotecas a tipo fijo, del
3 al 3,5%, aprovechando que “están bajando los tipos”. Sí,
bajan, pero no la cuota de la hipoteca que hay que pagar por conseguir una
vivienda mucho más cara.
Cara a 2025, la evolución de los tipos será
muy incierta, por Trump, las guerras y la incertidumbre geopolítica. Y existen
muchos riesgos de que vuelva a subir la inflación. Por eso,
habría que evitar que el BCE vuelva a las andadas y frene las
bajadas actuales o incluso vuelva a subir tipos. Las medidas contra
la inflación deben ser otras, actuando sobre los mercados energéticos y
eléctricos, con ayudas y bajadas del IVA, no a golpe de tipos,
que frenan la economía y tienen un alto coste para familias,
empresas y Estados. Tomen nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario