lunes, 13 de noviembre de 2023

España: más "activos" que nunca

España lleva 40 meses creando empleo, pero el paro ha subido en los últimos tres meses, desde agosto. ¿Qué pasa? Pues que están aumentando los que buscan empleo, hay más personas “activas”, más de 24 millones, un récord histórico. Han aumentado, las mujeres, los mayores y los inmigrantes que buscan ahora trabajo y antes no. Por eso, en los próximos meses  aumentará el empleo y también el paro. Y mientras más personas buscan trabajo, los empresarios se quejan de que “no encuentran trabajadores”. ¿Cómo es posible? En unos casos, porque pagan poco y ofrecen contratos poco atractivos. Y en otros, porque buscan perfiles laborales que no existen, porque los parados no están formados para lo que las empresas necesitan. Urge un Plan de reciclaje profesional, para saber los empleos que las empresas buscan y formar a los parados (y a los estudiantes) en esas profesiones. Y, sobre todo, encajar mejor la oferta y la demanda, con un cambio radical de las oficinas de empleo. Formar mejor y reciclarse para trabajar.

                            Enrique Ortega

Nunca habíamos tenido en España tanta gente trabajando: 21.265.900 ocupados a finales de septiembre, según la EPA, más que antes de la crisis financiera (20.646.000 en junio de 2008). Y eso es porque llevamos 40 meses aumentando el empleo, desde junio de 2020, tras el desplome del confinamiento por la pandemia: tenemos +2.658.700 ocupados. Pero el paro se ha reducido mucho menos, sólo en -512.900 desempleados. ¿Crece el empleo pero cae menos el paro? Sí, porque aumentan los que buscan trabajo, los “activos”: hay más de 24 millones de españoles buscando empleo (24.121.000 personas en septiembre, según el INE), otro récord histórico. Y por eso, aunque se crea empleo, el paro baja menos de lo deseado porque hay más gente buscando trabajo (+2.145.800 “activos” que hace 40 meses).

En España hay más personas que nunca “activos”: trabajando (20.265.900 ocupados) o buscando trabajo (2.855.200 parados EPA), estén apuntados o no a las oficinas de empleo (2.759.404 inscritos en el SEPE el 31 de octubre). En total, esos 24.121.000 “activos” son casi 1 millón de activos más de los que había antes de la pandemia (+963.000 activos que en diciembre de 2019) y casi 1,7 millones más que antes de la crisis financiera (+1.695.000 activos que en 2007).  Esto supone que 3 de cada 4 españoles (el 76,43%) en edad de trabajar (16 a 64 años) están “activos”, trabajan o buscan trabajo en España, cuando lo eran el 75,13% a finales de 2019 y el 74,11% en 2008.

Con esta mejoría de la actividad, España se acerca a la tasa media de actividad en Europa, que era del 74,5% en 2022 (Eurostat  contabiliza los activos de 15 a 54 años, no desde 16), frente al 74,8% en España (en esa franja de edad). Sólo tienen una mayor tasa de actividad Paises Bajos (84,7%), Suecia (83,5%), Dinamarca (80,4%), Finlandia (79,8%), Alemania (79,4%) y Portugal (76,4%), siendo menor en Francia (73,6%) e Italia (65,5%). Así que España está en línea con Europa a la hora de “buscar trabajo”, aunque luego tenemos el doble problema de que trabaja menos gente (el 69,5% frente al 75,6% en la UE-27) y tenemos el doble de paro (12% de paro frente al 6% en la UE 27), básicamente porque nuestro modelo económico crea menos empleo (por un mayor peso de los servicios y menos de la industria, más pymes y menos tecnología).

Este récord de “activos” en España se debe a las mujeres, mayores, inmigrantes y jóvenes. La mayor actividad de las mujeres es lo más llamativo: a finales de septiembre había 11.431.600 mujeres “activas” en España (trabajando o buscando trabajo), 587.500 activas más que antes de la pandemia (10.844.100) y casi 2 millones más que antes de la crisis financiera (había 9.532.300 mujeres “activas” en 2007). Tenemos la cifra de mujeres “activas” más alta de nuestra historia, algo que no pasa con los hombres: había 12.689.400 activos a finales de septiembre, sólo 374.700 más que antes de la pandemia y muchos menos que antes de la crisis financiera (12.981.000 hombres activos en 2007). Todo indica que hay cada vez más mujeres que dejan su casa para buscar empleo y trabajar, aunque muchas consigan sólo empleo precario y a tiempo parcial.

Otro grupo que ha aumentado mucho su “actividad” son los inmigrantes. A finales de septiembre había 3.588.410 extranjeros “activos” (trabajando o buscando trabajo), 144.200 activos más que tres meses antes y +502.400 extranjeros activos que antes de la pandemia (3.086.000 en 2019). Eso significa que más de la mitad del aumento total de los activos (+502.400 de +962.200) se debe a los inmigrantes. Y si miramos los extranjeros “con doble nacionalidad” (1.144.500 activos en septiembre), hay otros 310.000 activos más ahora que en 2019. En resumen, si los activos en España han aumentado en +962.200 personas desde la pandemia, ha sido por los extranjeros: sólo hay +149.000 activos “españoles”. La mayoría de estos nuevos activos son, según el INE,  latinoamericanos y, en muchos casos, mujeres, que buscan trabajo “de lo que sea”, en la limpieza y como cuidadoras.

También la edad tiene mucho que ver con el aumento de la actividad en España. El mayor aumento de activos se ha dado entre los de 55 y más años: hay ahora 4.947.700 activos (septiembre 2023), +872.700 que en 2019. Pero la actividad ha bajado entre las personas de 25 a 54 años: hay 17.311.000 activos, -191.200 activos que en 2019 (porque muchos se han quedado sin trabajo o se han “desanimado” para buscarlo por su edad). Eso sí, también ha aumentado la actividad entre los jóvenes (1.862.300 activos entre 16 y 24 años), +345.800 activos más que en 2019.

¿Por qué ahora hay más activos en España? La razón básica es que ahora se está creando más empleo que nunca (+2.658.700 empleos desde junio 2020). Eso hace que mujeres, inmigrantes y jóvenes que antes se quedaban en casa o no se “animaban” a buscar trabajo lo hagan ahora, pensando que tienen más fácil colocarse.  Otra razón que les anima es que, tras la reforma laboral de 2022, se ofrecen más contratos indefinidos: fueron el 43,5% de los contratos firmados entre enero y septiembre, frente al 37% en 2022, el 10,9% en 2021 y del 6 al 8% de los contratos firmados entre 2014 y 2022. Además, con las reiteradas subidas del salario mínimo (+47% en los últimos 5 años, hasta los 1.080 euros mensuales) y las mayores subidas en los convenios (+3,46% en 2023, frente al +3,01% en 2022 y el +1,45% en 2021), los sueldos que se ofrecen ahora son mejores, lo que incentiva también a buscar empleo. Y más si la inflación se ha comido los ingresos de muchas familias, lo que empuja a muchas mujeres y jóvenes a intentar conseguir ingresos.

Que haya más “activos” es una buena noticia pero también es un problema: aumenta el paro, como ha pasado en los últimos 3 meses (de agosto a octubre de 2023), cuando la cifra de parados ha subido en +81.530 desempleados, a pesar de que haya aumentado el empleo (y se haya  estabilizado la afiliación a la Seguridad Social). Y esto puede seguir pasando: que aumente el empleo (menos en lo que queda de año y en 2024) y aumente también el paro, porque siga habiendo personas que “se animan” a buscar trabajo, sobre todo mujeres e inmigrantes, jóvenes y mayores, como ha pasado desde 2019.

Otra cuestión sorprendente: aumentan las personas que buscan trabajo y cada día hay empresas y sectores que se quejan de que “no encuentran trabajadores.  La construcción habla de un déficit de 700.000 trabajadores, los empresarios del campo dicen que les faltan entre 50.000 y 100.000 temporeros,  la patronal del transporte señala un déficit de 10.000 a 15.000 camioneros y los empresarios del turismo y la hostelería reiteran que no encuentran personal formado para cubrir unos 50.000 empleos. Y sobre todo, se quejan de que faltan “trabajadores cualificados”: hay 120.000 empleos digitales sin cubrir, según la Asociación Digital ES. Y hasta el presidente de la patronal CEOE ha dicho que “en España no hay trabajadores y muchas pymes están en riesgo de desaparecer” por ello y por el gasto que les exige retener trabajadores.

Sin embargo, este presunto déficit de empleos apenas se registra en las estadísticas: sólo había 148.091 empleos “vacantes” en junio de 2023 (el último dato del INE), pocos más que antes de la pandemia (101.009 empleos vacantes). De ellos, sólo se contabilizan 8.084 vacantes en la construcción, 9.007 en la industria y 131.000 en los servicios (43.397 vacantes en la Administración Pública, 19.697 en el comercio, 12.138 en la sanidad,  4.486 en la educación,  8.280 en la hostelería y 4.909 en el transporte), según la EPA, que no recoge las vacantes en el campo. Las vacantes se dan más en las empresas pequeñas y medianas, especialmente en Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana.

Sorprenden las reiteradas quejas empresariales sobre la falta de trabajadores cuando España es el país UE con menos porcentaje de empleos vacantes, lo que parece lógico porque  tenemos el doble de paro que el resto de Europa: tenemos un 0,9% de empleos por cubrir (148.091 vacantes), sólo por debajo de Rumanía y Bulgaria (0,8% de vacantes) y muy lejos del porcentaje de empleos vacantes de la UE-27 (el 2,7%), de Países Bajos (4,7%), Bélgica (4,6%), Alemania (4,1%), Suecia (3,2%), Francia e Italia (2,4%), según Eurostat. Y EEUU tiene el 6,2% de empleos vacantes, por la enorme rotación y su bajísimo desempleo (3,7%).

¿Por qué  hay empleos sin cubrir? La falta de trabajadores tiene mucho que ver tanto con la aptitud como con la actitud”, señaló en 2022 Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE, “culpando” así a los trabajadores de estar poco formados (“aptitud”) y de estar poco dispuestos a trabajar (“actitud”). Pero sindicatos y expertos creen que hay otras causas. La  primera y fundamental, los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales en algunos empleos, que disuaden a los trabajadores. No es casualidad que los sectores donde dicen que faltan trabajadores sean los que cobran sueldos inferiores a la media (25.896 euros brutos anuales): hostelería (14.632 euros), comercio (22.215), construcción (24.136 euros) y transporte (25.345 euros), según la última estadística de salarios del INE (2021). Y que estos trabajos tengan además horarios más largos y se hagan muchas horas extras sin cobrarlas, sin olvidar las penosas condiciones de trabajo de los temporeros del campo. Y también influye el elevadísimo coste de los alquileres, que hace que sea muy difícil encontrar trabajadores en  Baleares, Barcelona, Madrid y Comunidad Valenciana.

Lo que sí resulta un problema evidente es la falta de algunos empleos cualificados: analistas de datos, expertos en ciberseguridad e inteligencia artificial, digitalización y robótica, desarrolladores de software, consultores TIC, especialistas en redes, diseñadores de producto, analistas y todos los expertos en energías alternativas y medio ambiente, empleos donde 6 de cada 10 empresas tienen problemas para encontrar trabajadores, según Manpower. Y aquí se plantea el 2º gran problema señalado por la patronal para 2023: las empresas tendrán que gastar más para retener el talento, para evitar que los trabajadores se vayan. Ya se lo dijo Biden hace meses a sus empresarios: “Páguenles más” (“Pay more them”). Es lo mismo que les ha dicho en España la ministra Yolanda Díaz y los sindicatos.

La solución para encontrar trabajadores cualificados no es sólo pagarlos más, porque hay pocos. España tiene un problema estructural e histórico de baja formación de los adultos: un 35,8 % de españoles (25 a 64 años) tienen “baja formación” (ESO o menos), el doble que la media europea (16,6%), según el Informe de la Educación OCDE 2023. Además, en España tiene poco peso la Formación Profesional (FP), que ofrece ahora más empleo: sólo la cursaban (en 2021) el 24% de los que estudian al terminar la ESO (la mayoría hacen Bachillerato), frente al 37,2% en Europa, el 55% en Paises Bajos, el 51,5% en Italia, el 36,9% en Francia y el 32,1% en Alemania, según la OCDE.  Y junto a este déficit de formación, España tiene el problema contrario: un mayor porcentaje de universitarios que el resto de Europa (41,1% de los adultos frente al 37,7% en la UE y el 32,5% en Alemania). Y un tercio están  sobrecualificados” para el trabajo que hacen (universitarios en un bar, un comercio o un supermercado): España lidera la sobrecualificación en la UE, con un 36,1% de nuestros universitarios, frente al 22,1% de los licenciados europeos, según Eurostat.

Así que faltan trabajadores cualificados y sobran empleos poco especializados ocupados por personal cualificado. Un desajuste que sólo se puede corregir con la formación, desde la escuela y la Universidad a las empresas. Pero las empresas españolas (que ahora se quejan) no se han preocupado apenas por la formación de sus trabajadores: gastan en su formación la mitad que en Europa y la tercera parte que en EEUU, según la consultora Élogos. Y además,  han reducido a la mitad ese gasto en la última década: gastaron un máximo de 110,95 euros por trabajador en 2011, bajaron a 99,88 euros en 2014 y cayeron a 60,51 euros en 2021, según la última encuesta de coste laboral del INE. Y si las empresas dedicaban a formación el 0,35% del coste laboral (2011), ahora dedican el 0,18%.

En resumen, hemos batido un récord histórico de “activos” (personas que trabajan o buscan trabajo), pero sigue sin haber empleo para los 2.855.200 parados que lo buscan. Y muchos empresarios se quejan de que no encuentran trabajadores. La solución pasaría por un Plan de reciclaje profesional, que intente encajar la formación de los que buscan trabajo con el perfil del trabajador que buscan las empresas. Eso exige gastar más dinero en formación para parados y en mejorar el asesoramiento y empleabilidad de las oficinas de empleo, para que sirvan de verdad para recolocar a los parados (hoy sólo encuentran empleo al 2% de los desempleados). Y además, las empresas deberían gastar más en reciclar a sus trabajadores, para formarles en las habilidades que necesitan (además de pagarles más y tratarles mejor). Sólo así conseguiremos que haya más gente trabajando.

1 comentario:

  1. Hola Don Javier, pués que bueno que haya bajado las personas que estan en el paro y espero que aumenten la gente que estudia F.P y que las contraten y mejoren los estudios de las personas en general, capacitarlas e incentivarlas a que estudien más. Un abrazo y un saludo.

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