Nunca habíamos tenido en España tanta gente trabajando: 21.265.900 ocupados a finales de septiembre, según la EPA, más que antes de la crisis financiera (20.646.000 en junio de 2008). Y eso es porque llevamos 40 meses aumentando el empleo, desde junio de 2020, tras el desplome del confinamiento por la pandemia: tenemos +2.658.700 ocupados. Pero el paro se ha reducido mucho menos, sólo en -512.900 desempleados. ¿Crece el empleo pero cae menos el paro? Sí, porque aumentan los que buscan trabajo, los “activos”: hay más de 24 millones de españoles buscando empleo (24.121.000 personas en septiembre, según el INE), otro récord histórico. Y por eso, aunque se crea empleo, el paro baja menos de lo deseado porque hay más gente buscando trabajo (+2.145.800 “activos” que hace 40 meses).
En España hay más
personas que nunca “activos”: trabajando (20.265.900 ocupados) o buscando trabajo (2.855.200 parados
EPA), estén apuntados o no a las oficinas de empleo (2.759.404
inscritos en el SEPE el 31 de octubre). En total, esos 24.121.000 “activos”
son casi 1 millón de activos más de los
que había antes de la pandemia (+963.000
activos que en diciembre de 2019) y
casi 1,7 millones más que antes de la crisis financiera (+1.695.000 activos
que en 2007). Esto supone que 3 de cada 4 españoles (el 76,43%) en edad de trabajar (16 a
64 años) están “activos”, trabajan o
buscan trabajo en España, cuando lo eran el 75,13% a finales de 2019
y el 74,11% en 2008.
Con esta mejoría de la
actividad, España se acerca a la tasa
media de actividad en Europa, que era del 74,5% en 2022 (Eurostat contabiliza los activos de 15 a 54 años,
no desde 16), frente al 74,8% en
España (en esa franja de edad). Sólo tienen una mayor tasa de actividad Paises Bajos (84,7%), Suecia (83,5%), Dinamarca (80,4%), Finlandia (79,8%), Alemania (79,4%) y Portugal (76,4%),
siendo menor en Francia (73,6%) e Italia (65,5%). Así que España está en línea con Europa a la
hora de “buscar trabajo”, aunque
luego tenemos el doble problema de que trabaja
menos gente (el
69,5% frente al 75,6% en la UE-27) y tenemos
el doble de paro (12%
de paro frente al 6% en la UE 27), básicamente porque nuestro modelo económico crea menos empleo (por un mayor peso de
los servicios y menos de la industria, más pymes y menos tecnología).
Este récord de “activos” en España se debe a
las mujeres, mayores, inmigrantes y jóvenes. La
mayor actividad de las mujeres
es lo más llamativo: a finales de septiembre había 11.431.600 mujeres “activas” en España (trabajando o buscando
trabajo), 587.500 activas más que antes de la pandemia (10.844.100) y casi 2
millones más que antes de la crisis financiera (había 9.532.300 mujeres
“activas” en 2007). Tenemos la cifra de mujeres “activas”
más alta de nuestra historia, algo que no pasa con los hombres: había
12.689.400 activos a finales de septiembre, sólo 374.700 más que antes de la
pandemia y muchos menos que antes de la crisis financiera (12.981.000 hombres
activos en 2007). Todo indica que hay cada vez más mujeres que dejan su casa
para buscar empleo y trabajar, aunque muchas consigan sólo empleo precario y a tiempo parcial.
Otro grupo que ha aumentado mucho su “actividad” son los inmigrantes. A finales de
septiembre había 3.588.410 extranjeros
“activos” (trabajando o buscando trabajo), 144.200 activos más que tres
meses antes y +502.400 extranjeros
activos que antes de la pandemia (3.086.000 en 2019). Eso significa que más de la mitad del aumento total de los
activos (+502.400 de +962.200) se
debe a los inmigrantes. Y si miramos los extranjeros “con doble nacionalidad” (1.144.500
activos en septiembre), hay otros
310.000 activos más ahora que en 2019. En resumen, si los activos en España
han aumentado en +962.200 personas desde la pandemia, ha sido por los
extranjeros: sólo hay +149.000 activos
“españoles”. La mayoría de estos nuevos activos son, según el INE, latinoamericanos y, en muchos casos,
mujeres, que buscan trabajo “de lo
que sea”, en la limpieza y como cuidadoras.
También la edad
tiene mucho que ver con el aumento de la actividad en España. El mayor aumento
de activos se ha dado entre los de 55 y más años:
hay ahora 4.947.700 activos (septiembre 2023), +872.700 que en 2019. Pero la actividad ha bajado entre las
personas de 25 a 54 años: hay
17.311.000 activos, -191.200 activos que
en 2019 (porque muchos se han quedado sin trabajo o se han “desanimado”
para buscarlo por su edad). Eso sí, también ha aumentado
la actividad entre los jóvenes (1.862.300 activos entre 16 y 24 años), +345.800 activos más que en 2019.
¿Por qué ahora hay más activos en España? La razón básica es
que ahora se
está creando más empleo que nunca (+2.658.700 empleos desde junio 2020). Eso hace que mujeres,
inmigrantes y jóvenes que antes se quedaban en casa o no se “animaban” a buscar
trabajo lo hagan ahora, pensando que tienen más fácil colocarse. Otra razón que les anima es que, tras la
reforma laboral de 2022, se ofrecen más contratos indefinidos: fueron el
43,5% de los contratos firmados entre enero y
septiembre, frente al 37% en 2022, el 10,9% en 2021 y del 6 al 8%
de los contratos firmados entre 2014 y 2022. Además, con las reiteradas subidas del salario mínimo (+47% en los
últimos 5 años, hasta los 1.080 euros mensuales) y las mayores subidas
en los convenios (+3,46% en 2023, frente al +3,01% en 2022 y el +1,45%
en 2021), los sueldos que se ofrecen ahora son mejores, lo que incentiva
también a buscar empleo. Y más si la
inflación se ha comido los ingresos de muchas familias, lo que
empuja a muchas mujeres y jóvenes a intentar conseguir ingresos.
Que haya más
“activos” es una buena noticia pero también es un problema: aumenta el paro,
como ha pasado en los últimos 3 meses (de agosto a octubre de 2023), cuando la
cifra de parados ha
subido en +81.530 desempleados,
a pesar de que haya aumentado el empleo (y se
haya estabilizado la afiliación a la
Seguridad Social). Y
esto puede seguir pasando: que aumente
el empleo (menos en lo que queda de año y en 2024) y aumente también el paro, porque siga habiendo personas que “se animan” a buscar trabajo, sobre todo
mujeres e inmigrantes, jóvenes y mayores, como ha pasado desde 2019.
Otra cuestión sorprendente: aumentan las personas que buscan trabajo y cada día hay empresas y sectores que se quejan de que “no
encuentran trabajadores”. La
construcción habla de un déficit de 700.000
trabajadores, los empresarios del campo dicen que les faltan entre
50.000 y 100.000 temporeros, la patronal
del transporte señala un déficit de
10.000 a 15.000 camioneros y los empresarios del turismo y la hostelería reiteran
que no encuentran personal formado para cubrir unos 50.000 empleos. Y sobre
todo, se quejan de que faltan “trabajadores
cualificados”: hay 120.000 empleos digitales sin cubrir, según
la Asociación Digital ES. Y hasta el presidente de la patronal CEOE ha
dicho que “en España no hay trabajadores y muchas pymes están en riesgo de
desaparecer” por ello y por el gasto que les exige retener
trabajadores.
Sin embargo, este presunto déficit de empleos apenas se registra en las estadísticas: sólo
había 148.091 empleos “vacantes” en junio
de 2023 (el último dato
del INE), pocos más que antes de la pandemia (101.009 empleos vacantes). De ellos, sólo se contabilizan 8.084
vacantes en la construcción,
9.007 en la industria y 131.000 en los servicios (43.397 vacantes en la Administración
Pública, 19.697 en el comercio, 12.138 en la sanidad, 4.486 en la educación, 8.280
en la hostelería y 4.909 en el
transporte), según
la EPA, que no recoge las vacantes en el campo. Las vacantes se dan más en las empresas pequeñas y medianas,
especialmente en Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana.
Sorprenden las
reiteradas quejas empresariales sobre la falta de trabajadores cuando España es el país UE con menos porcentaje de empleos vacantes,
lo que parece lógico porque tenemos el
doble de paro que el resto de Europa: tenemos un 0,9% de empleos por cubrir (148.091 vacantes), sólo por debajo
de Rumanía y Bulgaria (0,8% de vacantes) y muy lejos del porcentaje de empleos
vacantes de la UE-27 (el 2,7%), de Países
Bajos (4,7%), Bélgica (4,6%), Alemania
(4,1%), Suecia (3,2%), Francia e Italia (2,4%), según
Eurostat. Y EEUU tiene el 6,2% de empleos vacantes, por la enorme
rotación y su bajísimo desempleo (3,7%).
¿Por qué hay empleos sin cubrir? “La falta de trabajadores tiene mucho que ver
tanto con la aptitud como con la actitud”, señaló
en 2022 Antonio Garamendi,
presidente de la patronal CEOE, “culpando” así a los trabajadores de
estar poco formados (“aptitud”) y de
estar poco dispuestos a trabajar (“actitud”).
Pero sindicatos y expertos creen que hay otras causas. La primera y fundamental, los
bajos salarios y las pésimas condiciones laborales en algunos empleos,
que disuaden a los trabajadores. No es casualidad que los sectores donde dicen
que faltan trabajadores sean los que cobran
sueldos inferiores a la media (25.896 euros brutos anuales): hostelería (14.632 euros), comercio (22.215), construcción (24.136 euros) y
transporte (25.345 euros), según
la última estadística de salarios del INE (2021). Y que estos trabajos
tengan además horarios más largos y se hagan muchas horas extras sin
cobrarlas, sin olvidar las penosas
condiciones de trabajo de los temporeros del campo. Y también influye el elevadísimo
coste de los alquileres, que hace que sea muy difícil encontrar trabajadores en
Baleares, Barcelona, Madrid y Comunidad Valenciana.
Lo que sí resulta un problema evidente es la falta de algunos empleos cualificados:
analistas de datos, expertos en
ciberseguridad e inteligencia artificial, digitalización y robótica,
desarrolladores de software, consultores TIC, especialistas en redes,
diseñadores de producto, analistas y todos los expertos en energías
alternativas y medio ambiente, empleos donde 6 de cada 10 empresas tienen problemas para encontrar trabajadores,
según
Manpower. Y aquí se plantea el 2º gran
problema señalado por la patronal para 2023: las empresas tendrán que gastar más
para retener el talento, para evitar que los trabajadores se vayan. Ya
se lo dijo Biden hace meses a sus empresarios: “Páguenles
más” (“Pay more them”).
Es lo mismo que les ha dicho en España la ministra Yolanda Díaz y
los sindicatos.
La solución para
encontrar trabajadores cualificados no es sólo pagarlos más, porque hay
pocos. España tiene un problema
estructural e histórico de baja
formación de los adultos: un 35,8 %
de españoles (25 a 64 años) tienen “baja formación” (ESO o menos), el
doble que la media europea (16,6%), según
el Informe de la Educación OCDE 2023. Además, en España tiene poco
peso la Formación Profesional (FP),
que ofrece ahora más empleo: sólo la cursaban (en 2021) el 24% de los que estudian al terminar
la ESO (la mayoría hacen Bachillerato), frente al 37,2% en Europa, el 55% en Paises Bajos, el 51,5% en Italia, el
36,9% en Francia y el 32,1% en Alemania, según
la OCDE. Y junto a este déficit de formación, España tiene el problema contrario: un
mayor porcentaje de universitarios que el resto de Europa (41,1% de los adultos frente al 37,7% en la UE y el 32,5% en Alemania).
Y un tercio están “sobrecualificados”
para el trabajo que hacen (universitarios en un bar, un comercio o un
supermercado): España lidera la sobrecualificación
en la UE, con un 36,1% de
nuestros universitarios, frente al 22,1%
de los licenciados europeos, según
Eurostat.
Así que faltan
trabajadores cualificados y sobran
empleos poco especializados ocupados por personal cualificado. Un desajuste
que sólo se puede corregir con la
formación, desde la escuela y la
Universidad a las empresas. Pero las
empresas españolas (que ahora se quejan) no se han preocupado apenas por la formación de sus trabajadores: gastan
en su formación la mitad que en
Europa y la tercera parte que en EEUU, según
la consultora Élogos. Y además, han
reducido a la mitad ese gasto en la última década: gastaron un
máximo de 110,95 euros por
trabajador en 2011, bajaron a 99,88 euros en 2014 y cayeron a 60,51 euros en 2021, según la última encuesta de
coste laboral del INE. Y si las empresas dedicaban a formación el
0,35% del coste laboral (2011), ahora dedican el 0,18%.
En resumen, hemos batido un récord histórico de “activos”
(personas que trabajan o buscan trabajo), pero
sigue sin haber empleo para los 2.855.200 parados que lo buscan. Y muchos empresarios se quejan de que no encuentran trabajadores. La solución pasaría por un Plan
de reciclaje profesional, que intente encajar la formación de los que buscan trabajo con el perfil del
trabajador que buscan las empresas. Eso exige gastar más dinero en formación para parados y en mejorar el asesoramiento y empleabilidad de las
oficinas de empleo, para que
sirvan de verdad para recolocar a los parados (hoy
sólo encuentran empleo al 2% de los desempleados). Y además, las empresas deberían gastar más en reciclar a sus
trabajadores, para formarles en las habilidades que necesitan (además
de pagarles más y tratarles mejor). Sólo así conseguiremos que haya más gente
trabajando.
Hola Don Javier, pués que bueno que haya bajado las personas que estan en el paro y espero que aumenten la gente que estudia F.P y que las contraten y mejoren los estudios de las personas en general, capacitarlas e incentivarlas a que estudien más. Un abrazo y un saludo.
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