Seguimos en la 5ª ola de la pandemia, aunque con la tercera parte de contagios (198) que a finales de julio (687), gracias al extraordinario avance de las vacunaciones (7 millones recibieron la 2ª dosis en agosto). Pero el turismo y la gran movilidad han provocado 430.000 nuevos contagios y 2.854 muertes por COVID en agosto. Ahora, con la vuelta a casa, los contagios se trasladarán a las grandes ciudades, empresas y centros educativos, con la mayoría de jóvenes sin vacunar (faltan 5,37 millones). Lo más preocupante es que también están sin vacunar totalmente 2 millones de personas con más de 40 años (834.000 con más de 60), más vulnerables a la variante Delta. No hay que bajar la guardia: el virus sigue ahí, es muy contagioso (incluso para los vacunados) y mata más. Y habrá que pasar del 70% de población vacunada hoy al 90% para inmunizarnos. Es la clave para asentar la recuperación económica iniciada y un empleo que ya iguala al de antes de la pandemia. Hagamos el último esfuerzo.
Enrique Ortega |
La pandemia en el mundo ha acelerado los contagios este verano, pasando de 3,75 millones de contagios semanales a finales de julio a 4,59 millones a finales de agosto, según los datos de la Universidad Jhons Hopkins. Hoy son ya 220,68 millones de personas contagiadas por COVID 19 en 193 paises, un 2,8% de la población mundial. El continente más afectado sigue siendo América (84,5 millones de contagiados), junto con Europa (65,7 millones) y el sudeste de Asia (41,5 millones), seguidos de lejos por el este del Mediterráneo (14,7), el Pacífico (6,7) y África (5,6 millones), según la OMS. Por paises, lideran los contagios Estados Unidos (34,94 millones) e India (33,02), junto a Brasil (20,89), seguidos a mucha distancia por Francia (6,92 millones), Reino Unido (6,91), Rusia (6,91), Turquía (6,42), Argentina (5,20), Colombia (4,91), Italia (4,57), España (4.877.755 contagiados) y Alemania (4,01 millones).
Los muertos por la pandemia se han estabilizado en julio y agosto, en torno a los 69.500 fallecidos cada semana, y hoy se ha alcanzado la cifra de 4.567.387 fallecidos en el mundo por COVID 19 (2,8 millones este año), según la Universidad John Hopkins. Casi la mitad de los muertos se han producido en América (2.112.810 fallecidos), seguida de Europa (1.278.191), sudeste de Asia (650.040), Mediterráneo oriental (269.421), África (136.742) y Pacífico (92.506 muertos), según la OMS. Por paises, encabezan el ranking de mortalidad Estados Unidos (648.472 muertos), Brasil (583.628) e India (440.752), seguidos de lejos por Rusia (183.896), Reino Unido (133.553), Italia (129.515), Colombia (125.278), Francia (115.401), Argentina (112.511), Alemania (92.360) y España (84.795 muertos, de ellos 34.159 este año).
En Europa, los contagios por COVID 19 no se han cuadruplicado en agosto, como vaticinaba en julio el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades (ECDC), sino que se han estabilizado, en los 199 contagios por 100.000 habitantes a finales de agosto. Ahora, la previsión del ECDC es que los contagios se mantengan en las próximas 2 semanas (quedando en 194 contagios/100.000 habitantes el 12 de septiembre) y bajen bastante en Francia (de 403 a 283), España (de 270 a finales de agosto a 142 a mediados septiembre) y Portugal (de 306 a 273), subiendo en Alemania (de 137 a 217) e Italia (150 a 160). De momento, España es el 8º país europeo con más contagios (198,25 por 100.000 habitantes el viernes 3), por detrás de Reino Unido (706), Irlanda (506), Suiza (413), Francia (361), Portugal (293), Bélgica (245) y Paises Bajos (200).Y tenemos más contagios que Alemania (158), Italia (147), Suecia (133) y la mayoría de paises del Este.
En España, el nivel de contagios de esta 5ª ola se ha reducido drásticamente en agosto, bajando de los 700 contagios el 26 de julio (el techo) a 198,25 contagios el viernes 3 de septiembre, según Sanidad. Un nivel de contagios que nos coloca todavía en “riesgo alto” (150 a 250 contagios), aunque la incidencia sigue siendo muy dispar por autonomías. Así, tenemos 6 regiones en “riesgo extremo” (más de 250 contagios/100.000 habitantes): Melilla (428), Ceuta (394), Extremadura (382), País Vasco (267), Cantabria (258) y Castilla la Mancha (251). Otras 11 autonomías están en “riesgo alto”: La Rioja (243), Baleares (240), Galicia (218), Madrid (215), Aragón (214), Navarra (213), Murcia (202), Castilla y León (200), Andalucía (193), Cataluña (162) y Comunidad Valenciana (155). Y sólo 2 regiones están en “riesgo medio” (50-150 contagios por 100.000 habitantes): Asturias (83) y Canarias (125), según Sanidad.
El motor de los contagios en esta 5ª ola siguen siendo los jóvenes, la mayoría sin vacunar (más vulnerables) y con más movilidad y contacto social, especialmente en vacaciones. Con todo, en agosto ha bajado drásticamente su nivel de contagios: entre los adolescentes de 12 a 19 años, la incidencia ha caído de 1.193 contagios por 100.000 habitantes a finales de julio a 364 el viernes 3; entre los jóvenes de 20 a 29 años, los contagios han caído de 1.193,9 a 267; y entre los niños menores de 12 años, de 373 a 240. En el resto de edades, los niveles de contagios son inferiores a la media española (198,25 contagios el viernes), según Sanidad.
En agosto, por las vacaciones, se han hecho menos pruebas COVID (tanto PCRs como antígenos), bajando de 1,2 millones semanales a finales de julio a 741.000 a finales de agosto. Y también ha bajado drásticamente el porcentaje de positivos en estas pruebas: del 16% que salían a finales de julio a un 8,1% de pruebas positivas el viernes 3, todavía un porcentaje alto (“riesgo medio” para Sanidad, que estima no debía superar el 4%). Sin embargo, todavía hay un porcentaje demasiado alto de positivos en Castilla la Mancha (13,08%), Aragón (11,84%), Andalucía (10,40%) y País Vasco (10,09%). Y lo peor es que en agosto, con la gran movilidad de la población, ha sido muy difícil rastrear los contactos: en un 36% de los casos no se han encontrado contactos y cuando se han investigado, la media ha sido de sólo 2 contactos por contagiado, según Sanidad.
Los nuevos contagios se están produciendo, en un 88%, por la variante Delta (India), que es mucho más virulenta y provoca el doble de hospitalizaciones en los no vacunados (o que no hayan completado la 2ª dosis), según un estudio publicado en The Lancet. Por eso han aumentado las hospitalizaciones en agosto, pasando de 7.955 el 23 de julio a un máximo de 10.184 el 4 de agosto, aunque ahora ha bajado a 6.245 hospitalizados (un 5,30% de camas ocupadas por enfermos COVID, un nivel de “riesgo medio”), según Sanidad. Lo más preocupante es que muchos de estos hospitalizados (los mayores de 40 años no vacunados y algunos jóvenes) acaban en la UCI, donde han aumentado mucho los pacientes: de 1.292 el 23 de julio a 2.031 el 9 de agosto y todavía 1.460 el viernes 3 de septiembre. Donde peor están las UCIs (en “riesgo extremo”) es en Madrid (29,5% camas ocupadas por enfermos COVID) y Cataluña (28,10%), estando en “riesgo alto” (15-25% UCIS ocupadas) Navarra (21,31%), Aragón (18,92%), País Vasco (18,59%), Baleares (17,73%) y Canarias (15,69%).
Pero lo peor de la pandemia en agosto han sido las muertes: han saltado de 265 fallecidos la última semana de julio a 785 la primera de agosto, 464 la segunda, 666 la tercera, 1.530 muertos la cuarta semana de agosto (viernes 20 a viernes 27), con un récord de 194 muertos el 31 de agosto, y 795 fallecidos la última semana (27 agosto-3 septiembre). En total, 2.854 personas muertas por COVID en agosto, frente a “solo” 611 muertes por la pandemia en julio. Y eso se debe a que la variante Delta es más virulenta y ha atacado a mayores vulnerables sin vacunar (e incluso vacunados), volviendo a matar en las residencias de ancianos, donde han aparecido rebrotes más virulentos (de 7 fallecidos semanales a finales de junio a 170 en la primera semana de agosto).
Este negro balance de la pandemia en agosto habría sido mucho peor si no se hubiera dado un gran salto en las vacunaciones: de 26,42 millones vacunados con las 2 dosis el 27 de julio (el 55,7% de la población) se ha pasado a 33,37 millones totalmente vacunados el 31 de agosto (el 70,3% de los españoles). Son 6.956.296 personas totalmente inmunizadas en agosto. Un récord que coloca a España como líder de vacunación en Occidente, sólo por detrás de Portugal (73,6% vacunados) y por delante de Canadá (66,6%), Reino Unido (62,6%), Israel (62,4%), Holanda (62,3%), China (61,1%), Italia (60,5%), Alemania (59,9%), Francia (58,8%), USA (51,7%), Japón (43,5%), y Rusia (24,9%), según Ourworldindata.org.
Pero queda mucho por hacer, dado que la pandemia no se acabado (el nivel de contagios, ahora en 200, debería bajar de 50) y hay todavía muchos españoles sin vacunar, según los últimos datos de Sanidad. El colectivo prioritario siguen siendo los mayores de 40 años sin completar las 2 dosis: eran 2.096.713 personas el viernes 3 de septiembre, tanto entre 70 y 79 años (faltan 60.919), entre 60 y 69 años (faltan 223.606), entre 50 y 59 años (faltan 549.911) y entre 40 y 49 años (1.262.277 no tienen la 2ª dosis). Y en paralelo, hay que vacunar a los menores de 40 años, donde se concentran más los contagios, especialmente ahora que empiezan los colegios y la Universidad. En este grupo (de 12 a 39 años), faltan de completar la 2ª dosis un total de 5.376.717 jóvenes, alcanzando la inmunidad a dos tercios de los jóvenes (20-39 años), pero sólo a poco más de un tercio de los adolescentes (un 39,4% de los que tienen 12-19 años están vacunados).
Sólo completando la vacunación de los mayores de 40 años (reitero: faltan 2.096.713) y de los jóvenes de 12 a 39 años (faltan de inmunizar 5.376.717) se puede llegar a la inmunidad de rebaño que ahora piden los expertos frente a la variante Delta, el 90% de la población con las 2 dosis de vacunas (los menores de 12 años suponen el 11% del censo). Visto lo conseguido en la estrategia de vacunación, puede conseguirse para finales de octubre, pero requiere planificación sanitaria y convencer a las bolsas de indecisos y negacionistas, obligando a vacunarse si fuera necesario (sanitarios, residencias, empleados públicos…).
En paralelo a completar la vacunación, es importante mantener las actuales restricciones y no bajar la guardia en las medidas de prevención (distanciamiento, mascarilla, controles en ocio y hostelería) hasta que el nivel de contagios baje de 50 por 100.000 habitantes. Y controlar en especial la vuelta a los trabajos y a las aulas, porque un repunte de contagios en la enseñanza sería ahora dramático. Y hace falta un Plan de choque en la sanidad, para reforzar los Centros de Salud y la atención primaria (deben reanudarse las consultas como antes), así como la atención especializada y en los hospitales, con un Plan para reducir las listas de espera, sobre todo en operaciones prioritarias.
No se puede bajar la guardia, porque el virus sigue ahí y pone en riesgo no sólo nuestra salud y nuestra vida (155 muertos por COVID el viernes 3 de septiembre, no lo olvidemos) sino también la salida de la crisis, la recuperación económica, ya iniciada: en el 2º trimestre España volvió a crecer un +2,8% (tras estancarse en el 4º trimestre y caer un -0.4% en el primer trimestre), el mayor crecimiento entre los grandes paises europeos (la UE-27 creció un +1,9%, Francia un +0,9%, Alemania un +1,5% e Italia un +2,7%, según Eurostat). Y la mejora del consumo y la mayor actividad en la construcción, la industria y el turismo han conseguido que el empleo lleve 4 meses con un fuerte crecimiento, con la mayor bajada del paro en agosto de la historia. Y así, en agosto se ha conseguido recuperar el nivel de empleo anterior a la pandemia: 19.477.505 cotizantes a la Seguridad Social (19.479.814 en febrero 2020), aunque todavía hay 272.190 trabajadores “aparcados” en ERTES.
Todo esto se puede poner en peligro si ahora, a la vuelta de vacaciones, relajamos la lucha contra el virus, descuidando las normas de distanciamiento social, y no nos volcamos en vacunar lo antes posible a todos los mayores de 12 años a los que falta poner la 2ª dosis (7.473.230 personas en total) para conseguir ese 90% de vacunación que nos permita lograr la inmunidad de rebaño y estar más tranquilos, salvar vidas y recuperar la economía y el empleo. Es el último esfuerzo, en estos próximos meses, para evitar un repunte de contagios y salvar el futuro. Merece la pena.
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