Enrique Ortega |
El primer libro, “El capitalismo del siglo XXI”, escrito por el catedrático español Carlos Sebastián, es un diagnóstico certero de la situación de la economía y el capitalismo hoy, centrado en la creciente desigualdad (un problemas que vemos) y en el menor dinamismo y eficiencia de la economía (un problema del que se habla menos, pero que explica que el nivel de vida y empleo no mejore más). El libro analiza los cambios provocados en los años 80 (neoliberales, Reagan y Thatcher) y cómo han provocado una reducción de la competencia y un menor empuje de la economía, con menos productividad, menos empresas jóvenes y menos innovación. Y señala los “culpables”: desregulación, cambios fiscales, menos supervisión, concentración del poder económico y menos competencia, con menos dinamismo económico, deterioro de salarios y condiciones laborales y más desigualdad.
En definitiva, que tenemos un sistema económico con poco empuje y que no puede mejorar la vida de la mayoría, beneficiando cada vez más a un 1% más rico. No es un panfleto sino las conclusiones de un catedrático con cientos de datos y argumentos irrefutables. Pero Carlos Sebastián hace algo más: intenta aportar soluciones. Y busca entre los economistas mundiales las propuestas más atractivas (el Nobel Stiglitz y Thomas Piketty), para resumirnos las medidas que habría que tomar, básicamente una mayor competencia, más supervisión, más innovación, reforma fiscal, vuelco educativo y mejora de la productividad, sentando las bases de lo que llama “un capitalismo ético”. Muy interesante… y posible.
El segundo libro, “Las edades de la globalización”, del profesor norteamericano Jeffrey D. Sachs, es muy ambicioso: analiza la historia económica del mundo, desde el Paleolítico a la era digital, para intentar extraer las enseñanzas de lo que ha funcionado bien y mal en las distintas etapas económicas de la globalización. Es un extraordinario manual para recordarnos los eslabones básicos de la historia del mundo: el Paleolítico (70.000 a 10.000 años antes de JC), el Neolítico (10.000-3.000 años antes de JC), la Edad Ecuestre (3.000-1.000 años antes de JC), la Edad Clásica (1.000 a 1.500 años después JC), la Edad Oceánica (1.500- 1.800), la Edad Industrial (1.800-2000) y la Edad Digital (siglo XXI). Es especialmente interesante (y novedosa) su explicación de la caída del imperio chino e indio y el auge de Japón, pero sobre todo cómo el hombre ha ido afrontando los problemas en la historia.Cara al futuro, Sachs señala 3 grandes riesgos: la desigualdad, el cambio climático y el riesgo de guerras, sobre todo con China. Y plantea varias recetas: una mayor co-gobernanza entre los paises (multilateralismo), un auge de las políticas “socialdemócratas” (poniendo al individuo en el centro de la economía) y una reforma de la ONU, planteando que la mayor esperanza de la humanidad es la cooperación, la clave de la historia del hombre desde que los humanos modernos salieron de Africa hace 70.000 años. Algo que hemos olvidado.
Una vez planteado el problema (“los ricos no pagan impuestos”), los autores plantean qué podría hacerse para que los pagaran, alternativas más dirigidas a la política USA pero que sirven para el resto. Proponen un impuesto sobre la renta más progresivo (tipos más altos, hasta el 60% marginal, para las rentas más altas), un impuesto más elevado de sucesiones (herencias), un impuesto mínimo para las empresas (el G-20 acaba de aprobar el 15% mínimo para las multinacionales), más tributación de dividendos y ganancias de capital y un impuesto progresivo sobre la riqueza (2% para más de 50 millones de dólares y 3% para más de 1.000 millones). Y con esta reforma, señalan, la clase media y trabajadora pagaría menos impuestos. Además, han creado una web (www.taxjusticenow.org) con un simulador para que cualquiera pueda evaluar las consecuencias de cualquier cambio fiscal que proponga. Todo para conseguir más ingresos y servicios públicos y reducir la desigualdad.
El cuarto libro, “El mito del déficit”, de la catedrática norteamericana Stephanie Kelton, analiza la otra cara del debate de los impuestos: el déficit público, que lleva décadas siendo la gran preocupación de muchos y la justificación de los recortes. El libro es un trabajo provocativo, que defiende la Teoría Monetaria Moderna (TMM): los Gobiernos no tienen un problema de déficit, de no poder pagar la sanidad, la educación o las pensiones, porque pueden emitir moneda y pagar lo que necesiten. Por eso es un error comparar el déficit público con los problemas de las familias: ellas necesitan ingresar más o recortar gastos, pero los Gobiernos no, les basta con emitir más moneda. Eso sí, no de forma ilimitada: el gasto tiene que ser compatible con el potencial de la economía y no disparar la inflación.Este libro es a la economía como Copérnico en su día, al intentar desmontar los mitos que nos repiten machaconamente: que el Estado debe aprobar presupuestos equilibrados, que los déficits prueban que se ha gastado de más, que los déficits quitan dinero a empresas y ahorradores, que el déficit comercial es malo y que la sanidad, la educación y las pensiones no se van a poder pagar y llevan a la quiebra de los Estados. Capítulo a capítulo, Kelton desmonta estos 6 mitos y plantea un cambio en la política monetaria y fiscal para construir “una economía para la gente”, no una economía constreñida por el déficit. Y una economía que busque el pleno empleo y resuelva los déficits que importan (empleo, educación, sanidad, pensiones, infraestructuras), no liquidar el déficit público con un altísimo coste. Léanlo, es un libro muy sorprendente, tanto como lo fue decir que la Tierra gira alrededor del Sol.
Y para terminar, un libro “gigantesco” (910 páginas, 693 sin notas): “La era del capitalismo de la vigilancia”, de Shoshana Zuboff, socióloga de Harvard. Todo un tratado sobre el inmenso poder de los grandes gigantes de Internet (Google, Facebook, Microsoft, Apple y Amazon), que todos intuimos pero cuyo alcance real revela este libro de una forma metódica y estremecedora. La autora explica lo que buscan estos nuevos capitalistas del siglo XXI: el excedente que se encuentra en nuestro comportamiento, nuestros datos, que luego venden a otras empresas para que nos vendan sus productos. La materia prima de estos nuevos capitalistas es nuestro comportamiento y buscan extraer cada vez más datos de nuestra conducta diaria para sacar más beneficios. Primero obtuvieron la plusvalía con los datos del mundo digital. Luego dieron el 2º gran salto, buscando información en el mundo real, con las redes sociales y los móviles (ubicación, navegación, etc.). Y ahora están lanzados al Internet de las cosas, para rentabilizar nuestra conducción, la vida en casa, la salud o las ciudades conectadas. Y el siguiente salto es conseguir datos de nuestra vida interior, de nuestro estado de ánimo y personalidad, con los asistentes virtuales.Zuboff lleva años siguiendo los avances de los gigantes de Internet y nos explica cómo hemos llegado hasta aquí, cómo han conseguido tanto poder, amparados en la “alegalidad” de lo que hacen, la importancia de los Gobiernos y el “dejar hacer” de los usuarios, a los que tratan de atraer con ideas de “libertad”, “modernidad” y “futuro”, que encumbren lo más importante: que buscan sus beneficios en comerciar con nosotros, con lo que hacemos y pensamos. Y eso les ha convertido en “el Gran Otro”, una especie de “Gran Hermano” que domina el orden social y determina el futuro digital. Para la autora, el capitalismo de la vigilancia es “una forma de acumulación de beneficios sin precedentes en la historia” y su gran objetivo es “moldear las conductas”, inducir en nuestros comportamientos (desde una compra al voto) para obtener el máximo beneficio. Por eso, Zuboff considera que estos capitalistas tecnológicos son “una amenaza para la democracia, la libertad y nuestro futuro como seres humanos”… La verdad es que el libro asusta. Pero temo que la realidad es aún más terrible. Debíamos pensar en ello cada vez que nos enganchamos a Internet.
Bueno, ahí dejo estas 5 propuestas de lectura, originales, críticas, documentadas y serias, escritas todas por expertos que buscan que les entendamos. Y que pensemos un poco sobre los grandes problemas y retos de nuestra economía y nuestra vida. Ojalá alguno os interese. ¡Hasta septiembre¡
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