lunes, 8 de mayo de 2017

España 2050: relegada al puesto 26 del mundo


España va bien, decía Aznar y repite Rajoy, olvidando que tenemos el doble de paro que Europa, un 10% menos de renta y más déficit, más deuda, más inflación, más pobreza y más desigualdad que la mayoría. Gobierno y oposición están atados al día a día, pensando en las próximas elecciones, no más allá. Por eso, ni se han inmutado al publicarse que España caerá en el ranking económico mundial: si hoy es el país nº 16 pasará a ser la economía nº 26 en 2050, tras superarnos Canadá y 9 paises emergentes, como Irán, Vietnam, Tailandia o Nigeria. Este desplome se podría evitar, actuando en 2 frentes: que trabaje más gente y que trabajen mejor, con más eficacia y productividad, una economía más moderna, empresas más grandes, más industria y tecnología y más formación y educación. Así, España podría estar entre los 20 grandes países en 2050. Hace falta un Plan 20/50, que sea nuestra herencia a hijos y nietos.

enrique ortega

El mundo va a cambiar drásticamente en las próximas décadas, con un avance de los paises emergentes y un reflujo de los paises occidentales desarrollados. Eso sí, no cambiará el liderazgo económico, que China consiguió en 2016, según el FMI, y que va a mantener también en 2050, según el ranking económico mundial elaborado por la consultora PwC. El primer gran cambio será que Estados Unidos, ahora el segundo del ranking tras China, pasará al tercer lugar en 2050, al ser superado por India, la otra gran potencia emergente. Y Japón, la segunda gran potencia tradicional, pasará del cuarto lugar actual (2016) al octavo, al ser superado por otras cuatro grandes potencias emergentes: Indonesia (4ª potencia mundial en 2050), Brasil (5ª), Rusia (6ª) y México (7ª potencia en  2050). Y el tercer gran cambio lo sufrirá Europa: de tener tres paises entre los 10 grandes en 2016 (Alemania 5º, Reino Unido 9º y Francia 10º) pasará en 2050 a tener sólo dos y además en la cola del Top10: Alemania (9º) y Reino Unido 10º, pasando Francia al lugar 12º e Italia (hoy el 12º) al lugar 21.

A España le augura este informe (“El mundo en 2050”) un desplome aún mayor. Si en 2016 ocupamos el lugar nº 16 entre las grandes economías del mundo, según el FMI, por detrás de China, EEUU, India, Japón, Alemania, Rusia, Brasil, Indonesia, Reino Unido, Francia, México, Italia, Corea del Sur, Turquía y Arabia Saudita, en 2030 bajaremos al puesto 17º (nos adelantará Irán) y en 2050 bajaremos ya al puesto 26º, porque nos habrán adelantado (producirán más) Canadá y 8 paises emergentes: Nigeria, Egipto, Pakistán, Corea del Sur, Filipinas, Vietnam, Bangladesh, Malasia y Tailandia. Así que, si no lo remediamos, dentro de 33 años, estaremos jugando en el mundo  “en otra Liga económica”.

El informe de PwC que nos augura este desplome en el ranking mundial señala varios factores que explican estos cambios drásticos. El primero y fundamental, la población: los paises emergentes tienen mucha población joven, cada vez mejor formada, que serán los motores de un crecimiento motivado por las exportaciones y el consumo de una clase media en auge. Baste un dato: en 2030, por cada niño que se haga adulto en Occidente habrá 6 jóvenes en los paises emergentes, según la OCDE. Otros factores claves serán el desarrollo tecnológico, la cualificación de la mano de obra (todavía barata)  y la capacidad de estos paises emergentes de atraer inversiones y capital durante años.

Ante esta perspectiva, España debería tratar de impedir su desplome a medio plazo en el mapa mundial. Se puede conseguir, aunque no es fácil, porque España es ya hoy un país poco competitivo. En el ámbito europeo, somos el 5º país que más produce (tras Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), concretamente 1.075.639 millones de euros (PIB 2016). Pero si tenemos en cuenta la población, resulta que hay 13 paises europeos que producen más que España por habitante, que son más “eficientes” y productivos, según los datos recientes de Eurostat: Luxemburgo (76.200 euros por habitante), Irlanda (51.100), Suecia (37.500), Holanda (37.000), Austria (36.900), Dinamarca (36.600), Alemania (35.800), Bélgica (34.200), Finlandia (31.600), Reino Unido (31.200), Francia (30.600), Italia (27.800) y Malta (26.800), los 13 paises europeos más productivos que España (25.900 euros por habitante en 2016).

A nivel mundial, España ocupa el puesto 33 en el ranking mundial de competitividad (2015-2016), publicado por el World Economic Forum, un ranking liderado por Suiza, Singapur, EEUU, Alemania y Holanda. Y estamos en competitividad por detrás de 16 paises europeos, la mayoría mucho más pequeños que España. Y esto, ¿qué significa?  Pues que cada español produce menos por hora. Un ejemplo. La productividad aparente del trabajo en España era de 31,3 euros por hora trabajada (3º trimestre 2015), frente a 46,1 euros por hora trabajada en Alemania, según un estudio de la Caixa. O sea, que cada trabajador español produce dos tercios de lo que produce un trabajador alemán.

Vayamos al fondo de la cuestión. ¿Por qué España produce menos y es más pobre que otros paises más pequeños? La respuesta es sencilla y doble: aquí trabaja menos gente y trabajan peor. Vayamos a lo primero, a que trabaja menos gente. En España trabajan un 59,5% de los adultos (15-64 años), frente al 66,6% de adultos que tienen un empleo en la UE-28 y al 65,5% que lo tienen en los paises euro, según Eurostat. Y aún estamos más lejos de algunos paises europeos donde trabajan más del 70% de los adultos: Dinamarca (74,9% adultos con empleo), Alemania (74,7%), Suecia (76,2%), Holanda (74,8%), Austria (71,5%) y reino Unido (73,5%), con Francia alejada (64,2%). Trabaja más gente y esa es una de las dos razones por las que son más ricos. Y junto a España, están los paises más pobres, porque son donde trabaja menos gente: Grecia (52% de adultos trabajando), Croacia (56,9%) e Italia (57,2%).

Esto significa que si España fuera como la media de Europa, deberían trabajar 2.100.000 españoles más de los que trabajan. Y si fuéramos como Alemania (donde trabajan el 74,7% de los adultos), tendrían que trabajar 4.500.000 españoles más. Así que esta es la primera razón de porqué producimos menos que muchos paises de Europa y que algunos del mundo: porque tenemos mucha menos gente trabajando. O visto de otra manera: porque tenemos un modelo económico que no consigue emplear a más gente y generar así más riqueza.

Pero hay una segunda razón: trabajamos menos gente pero además trabajamos peor, con menos eficiencia y productividad. De hecho, España es uno de los tres únicos paises de la OCDE (35 paises), junto a Portugal y México, que ha bajado su productividad (lo que se produce en relación al trabajo, capital y otros medios utilizados), una media anual del -0,17% entre 1984 y 2014. Y durante la crisis (2017-2012), fue el cuarto país occidental que más bajó su productividad (-0,95% anual), por detrás de Finlandia, Suecia y Portugal, según un detallado estudio de la Fundación BBVA e Ivie.

España tiene un problema histórico de baja productividad, causado por varios factores que son estructurales, que vienen desde 1960, al margen de que haya o no crisis. El primero, que en España tienen más peso sectores económicos que exigen más personal y son menos productivos (como construcción, comercio,  turismo y hostelería) y tienen menos peso sectores con más tecnología y menos personal, más productivos. Pero esta razón sólo explica una parte, pequeña (el 17,6%) de la menor productividad de España frente a Alemania, según un estudio de la Caixa. Otra razón clave de nuestra menor productividad es el menor  tamaño de las empresas españolas: de 3,24 millones, sólo el 0,7% (22.680 empresas) tienen más de 50 trabajadores, frente al 1,2% en la UE-28 y el 3% en Alemania. Y está demostrado que las empresas grandes (pocas en España) son más productivas, invierten y exportan más y crean más empleos estables. Otra razón clave es el menor peso en España de la industria, que es más productiva que los servicios: supone un 18% de la economía frente al 20,3% en la eurozona. Y además, España está a la cola de Europa en tecnología (gastamos el 1,23% del PIB frente al 2,02% en Europa y hay 17 paises europeos que gastan más). Y aunque cada vez exportamos más, exportamos productos de menos valor añadido que otros paises y sólo compiten fuera habitualmente un número reducido de empresas (49.792 en 2016).

Otro factor clave de la menor productividad de España es la organización del trabajo, con una menor cualificación de los equipos directivos de las empresas (según el informe de la Fundación BBVA e Ivie), y la menor formación de los trabajadores: un 45% de los españoles adultos (25-64 años) tienen un nivel educativo bajo (sólo con la ESO o ni siquiera) frente al 21% en Europa (UE-21) o el 24% de la OCDE y muy lejos de Alemania (sólo 14% adultos mal formados) o Reino Unido (22%) y Francia (27%), según los últimos datos de la OCDE. En el medio también tenemos menos adultos con formación media (Bachillerato y FP básica): un 22% en España frente al 48% en Europe y el 44% en la OCDE. Y sin embargo, por arriba estamos en cabeza de universitarios: un 32% de los adultos en España, frente al 29% en la UE y el 33% en la OCDE. Tampoco ayuda a la productividad la creciente precariedad laboral en España: los que trabajan con contrato temporal (25,7% asalariados) o por horas (15,6%) tienen menos incentivos para ser productivos y las empresas les forma menos.

En resumen, hay varias razones que ayudan a explicar que España sea menos productiva: nuestro modelo económico, el menor peso de la industria, lo que producimos y exportamos, el tamaño de las empresas, la formación de sus directivos y empleados, la tecnología y la innovación. Sobre todas ellas habría que actuar para mejorar la productividad, para conseguir “trabajar mejor”. La Comisión Europea y la OCDE acaban de darnos sus recetas, en los recientes informes sobre España: aumentar el gasto en I+D+i (algo que no se ha hecho realmente en el Presupuesto 2017), digitalizar más la economía, apoyar a la reindustrialización, aumentar el tamaño de las empresas, mejorar la formación de trabajadores y parados, reformar la educación, fomentar la inversión (pública y privada), mejorar la financiación de las empresas y favorecer la competencia.

Pero no basta con ser más eficientes. Hay que conseguir que trabajen más españoles. Y para ello hay que ayudar a las familias y fomentar la natalidad, porque si no se hace nada, seguirá cayendo la población (hay 2 millones de activos menos que en 2012, por la caída de población y el retorno de inmigrantes) y habrá menos adultos para trabajar: de hecho, el INE estima que para 2029 caerá la población activa española actual en otras 1.736.300 personas. Luego habrá aún menos gente trabajando que hoy.

El reto es pues doble, de aquí a 2050: que haya más españoles trabajando (como en otros paises) y que trabajen mejor, con más eficacia, lo que dependerá mucho del modelo económico por el que se apuesta (productos con más tecnología y valor añadido, que no compitan sólo por precio y bajos salarios), del tamaño y la organización de las empresas (con trabajadores estables y bien pagados se compite mejor), de que el Estado garantice formación, educación, financiación, inversiones e infraestructuras y de que entre todos busquemos un lugar en ese mundo más competitivo y globalizado que viene. Sobre estas bases podría articularse un gran objetivo nacional, un Plan 20/50: estar entre las 20 grandes potencias económicas del mundo para 2050, no en el puesto 26 que nos auguran. Ya sé que el Gobierno y la oposición están en otra cosa, en las “peleas” del día a día y en llegar a las próximas elecciones. Pero si queremos mantener nuestro lugar en el mundo, hay que tomar medidas ahora, a 30 años vista, porque tardan décadas en dar frutos. Es lo menos que podemos hacer por nuestros hijos y nietos: asegurarles un futuro mejor.

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