España va bien,
decía Aznar y repite Rajoy,
olvidando que tenemos el doble de paro
que Europa, un 10% menos de renta y más déficit, más deuda, más inflación, más
pobreza y más desigualdad que la mayoría. Gobierno y oposición están atados
al día a día, pensando en las próximas elecciones, no más allá. Por eso, ni
se han inmutado al publicarse que España
caerá en el ranking económico mundial:
si hoy es el país nº 16 pasará a ser la economía nº 26 en 2050, tras superarnos
Canadá y 9 paises emergentes, como Irán, Vietnam, Tailandia o Nigeria. Este desplome se podría evitar, actuando en
2 frentes: que trabaje más gente y que
trabajen mejor, con más eficacia y
productividad, una economía más moderna, empresas más grandes, más industria
y tecnología y más formación y educación. Así, España podría estar entre los 20 grandes países en 2050.
Hace falta un Plan 20/50, que
sea nuestra herencia a hijos y nietos.
enrique ortega |
El mundo va a cambiar drásticamente en las próximas décadas,
con un avance de los paises emergentes y un reflujo de los paises occidentales
desarrollados. Eso sí, no cambiará el
liderazgo económico, que China
consiguió en 2016, según el FMI, y que va a mantener también en 2050, según el ranking económico mundial elaborado por la consultora PwC. El primer gran cambio
será que Estados Unidos, ahora el
segundo del ranking tras China, pasará al tercer
lugar en 2050, al ser superado por India,
la otra gran potencia emergente. Y Japón,
la segunda gran potencia tradicional, pasará del cuarto lugar actual (2016) al
octavo, al ser superado por otras cuatro grandes potencias emergentes: Indonesia (4ª potencia mundial en
2050), Brasil (5ª), Rusia (6ª) y México (7ª potencia en
2050). Y el tercer gran cambio lo
sufrirá Europa: de tener tres paises entre los 10 grandes en 2016 (Alemania
5º, Reino Unido 9º y Francia 10º) pasará en 2050 a tener sólo dos y además en
la cola del Top10: Alemania (9º) y Reino Unido 10º, pasando Francia al
lugar 12º e Italia (hoy el 12º) al lugar 21.
A España le
augura este informe (“El mundo en 2050”) un desplome aún mayor. Si en 2016 ocupamos el lugar nº 16 entre las
grandes economías del mundo, según el FMI, por detrás de China, EEUU, India,
Japón, Alemania, Rusia, Brasil, Indonesia, Reino Unido, Francia, México,
Italia, Corea del Sur, Turquía y Arabia Saudita, en 2030 bajaremos al puesto 17º
(nos adelantará Irán) y en 2050 bajaremos ya al puesto 26º, porque nos habrán adelantado (producirán más) Canadá y 8 paises emergentes: Nigeria, Egipto, Pakistán, Corea del Sur,
Filipinas, Vietnam, Bangladesh, Malasia y Tailandia. Así que, si no lo
remediamos, dentro de 33 años, estaremos jugando
en el mundo “en otra Liga económica”.
El informe de PwC que nos augura este desplome en el ranking mundial señala varios factores que explican estos cambios drásticos. El primero y
fundamental, la población: los
paises emergentes tienen mucha población joven, cada vez mejor formada, que
serán los motores de un crecimiento motivado por las exportaciones y el consumo
de una clase media en auge. Baste un dato: en 2030, por cada niño que se haga
adulto en Occidente habrá 6 jóvenes en los paises emergentes, según la OCDE. Otros factores claves
serán el desarrollo tecnológico, la cualificación de la mano de obra (todavía
barata) y la capacidad de estos paises
emergentes de atraer inversiones y capital durante años.
Ante esta perspectiva, España
debería tratar de impedir su desplome a medio plazo en el mapa mundial. Se
puede conseguir, aunque no es fácil, porque España es ya hoy un país poco
competitivo. En el ámbito europeo,
somos el 5º país que más produce
(tras Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), concretamente 1.075.639
millones de euros (PIB 2016). Pero si tenemos en cuenta la población, resulta
que hay 13 paises europeos que producen
más que España por habitante, que son más “eficientes” y productivos, según
los datos recientes de Eurostat: Luxemburgo (76.200 euros por habitante),
Irlanda (51.100), Suecia (37.500), Holanda (37.000), Austria (36.900),
Dinamarca (36.600), Alemania (35.800), Bélgica (34.200), Finlandia (31.600), Reino
Unido (31.200), Francia (30.600), Italia (27.800) y Malta (26.800), los 13
paises europeos más productivos que España (25.900 euros por habitante en 2016).
A nivel mundial, España ocupa el puesto 33 en el ranking mundial de competitividad (2015-2016), publicado por el World Economic Forum, un ranking liderado por Suiza, Singapur, EEUU,
Alemania y Holanda. Y estamos en competitividad por detrás de 16 paises europeos, la mayoría mucho más pequeños que
España. Y esto, ¿qué significa? Pues que
cada español produce menos por hora. Un ejemplo. La productividad aparente del trabajo en España era de 31,3 euros por
hora trabajada (3º trimestre 2015), frente a 46,1 euros por hora trabajada en
Alemania, según un estudio de la Caixa. O sea, que cada
trabajador español produce dos tercios de lo que produce un trabajador alemán.
Vayamos al fondo de la cuestión. ¿Por qué España produce menos y es más pobre que otros paises más pequeños?
La respuesta es sencilla y doble: aquí trabaja menos gente y trabajan peor. Vayamos a lo primero, a que trabaja
menos gente. En España trabajan un 59,5% de los adultos (15-64 años),
frente al 66,6% de adultos que tienen un empleo en la UE-28 y al 65,5% que lo
tienen en los paises euro, según Eurostat. Y aún estamos más lejos de algunos
paises europeos donde trabajan más del 70% de los adultos: Dinamarca (74,9%
adultos con empleo), Alemania (74,7%), Suecia (76,2%), Holanda (74,8%), Austria
(71,5%) y reino Unido (73,5%), con Francia alejada (64,2%). Trabaja más gente y
esa es una de las dos razones por las que son más ricos. Y junto a España, están los paises más pobres, porque son donde trabaja menos gente: Grecia (52% de adultos
trabajando), Croacia (56,9%) e Italia (57,2%).
Esto significa que si
España fuera como la media de Europa, deberían trabajar 2.100.000 españoles más de los que trabajan. Y si fuéramos
como Alemania (donde trabajan el
74,7% de los adultos), tendrían que trabajar 4.500.000 españoles más. Así que esta es la primera razón de porqué producimos menos que muchos paises de Europa
y que algunos del mundo: porque tenemos mucha menos gente trabajando. O visto
de otra manera: porque tenemos un modelo
económico que no consigue emplear a más gente y generar así más riqueza.
Pero hay una segunda razón: trabajamos menos gente pero
además trabajamos peor, con menos
eficiencia y productividad. De hecho, España es uno de los tres únicos
paises de la OCDE (35 paises), junto a Portugal y México, que ha bajado su productividad (lo que se produce en relación al
trabajo, capital y otros medios utilizados), una media anual del -0,17% entre 1984 y 2014. Y durante
la crisis (2017-2012), fue el cuarto país occidental que más bajó su
productividad (-0,95% anual), por detrás de Finlandia, Suecia y Portugal, según
un detallado estudio de la Fundación BBVA e Ivie.
España tiene un problema histórico de baja productividad, causado por varios factores que son
estructurales, que vienen desde 1960, al
margen de que haya o no crisis. El primero, que en España tienen más peso sectores económicos que exigen más
personal y son menos productivos (como construcción, comercio, turismo y hostelería) y tienen menos peso
sectores con más tecnología y menos personal, más productivos. Pero esta razón
sólo explica una parte, pequeña (el 17,6%) de la menor productividad de España frente
a Alemania, según un estudio de la Caixa. Otra razón clave de
nuestra menor productividad es el menor tamaño de las empresas españolas: de
3,24 millones, sólo el 0,7% (22.680 empresas) tienen más de 50 trabajadores,
frente al 1,2% en la UE-28 y el 3% en Alemania. Y está demostrado que las empresas grandes
(pocas en España) son más productivas,
invierten y exportan más y crean más empleos estables. Otra razón clave es el menor peso en España de la industria, que es más productiva que los
servicios: supone un 18% de la economía frente al 20,3% en la eurozona. Y
además, España está a la cola de Europa en tecnología
(gastamos el 1,23% del PIB frente al 2,02% en Europa y hay 17 paises europeos que gastan más). Y aunque cada vez exportamos más, exportamos productos de menos valor añadido que otros paises y sólo compiten fuera habitualmente
un número reducido de empresas (49.792 en 2016).
Otro factor clave
de la menor productividad de España es la
organización del trabajo, con una menor
cualificación de los equipos directivos de las empresas (según el informe de la Fundación BBVA e Ivie), y la menor formación de los trabajadores: un 45%
de los españoles adultos (25-64 años) tienen un nivel educativo bajo (sólo con la ESO o ni siquiera) frente al 21% en Europa (UE-21) o el 24% de la OCDE y muy lejos de Alemania
(sólo 14% adultos mal formados) o Reino Unido (22%) y Francia (27%), según los últimos datos de la OCDE. En el medio también tenemos menos adultos con formación media (Bachillerato y FP
básica): un 22% en España frente al 48% en Europe y el 44% en la OCDE. Y sin
embargo, por arriba estamos en cabeza de universitarios:
un 32% de los adultos en España, frente al 29% en la UE y el 33% en la OCDE.
Tampoco ayuda a la productividad la creciente precariedad laboral en España: los que trabajan con contrato temporal (25,7%
asalariados) o por horas (15,6%) tienen menos incentivos para ser productivos y las empresas les
forma menos.
En resumen, hay varias razones que ayudan a explicar que España sea menos productiva: nuestro
modelo económico, el menor peso de la
industria, lo que producimos y exportamos, el tamaño de las empresas, la
formación de sus directivos y empleados, la tecnología y la innovación.
Sobre todas ellas habría que actuar para mejorar la productividad, para
conseguir “trabajar mejor”. La Comisión Europea y la OCDE acaban de darnos sus recetas, en los recientes informes sobre España:
aumentar el gasto en I+D+i (algo que no se ha hecho realmente en el Presupuesto 2017), digitalizar más la economía,
apoyar a la reindustrialización, aumentar el tamaño de las empresas, mejorar
la formación de trabajadores y
parados, reformar la educación, fomentar
la inversión (pública y privada), mejorar la financiación de las empresas y
favorecer la competencia.
Pero no basta con ser
más eficientes. Hay que conseguir que
trabajen más españoles. Y para ello hay que ayudar a las familias y fomentar la natalidad, porque si no se hace nada,
seguirá cayendo la población (hay 2 millones de activos menos que en 2012, por la caída de población y el retorno de inmigrantes) y habrá menos
adultos para trabajar: de hecho, el INE estima que para 2029 caerá la
población activa española actual en otras 1.736.300 personas. Luego habrá aún menos gente
trabajando que hoy.
El reto es pues doble,
de aquí a 2050: que haya más españoles
trabajando (como en otros paises) y
que trabajen mejor, con más eficacia,
lo que dependerá mucho del modelo
económico por el que se apuesta (productos con más tecnología y valor
añadido, que no compitan sólo por precio y bajos salarios), del tamaño y la organización de las empresas
(con trabajadores estables y bien pagados se compite mejor), de que el Estado garantice formación,
educación, financiación, inversiones e infraestructuras y de que entre todos
busquemos un lugar en ese mundo más competitivo y globalizado que viene. Sobre
estas bases podría articularse un gran objetivo nacional, un Plan
20/50: estar entre las 20 grandes potencias económicas del mundo para 2050, no en el
puesto 26 que nos auguran. Ya sé que el Gobierno y la oposición están en otra
cosa, en las “peleas” del día a día y en llegar a las próximas elecciones. Pero
si
queremos mantener nuestro lugar en el mundo, hay que tomar medidas ahora,
a 30 años vista, porque tardan décadas en
dar frutos. Es lo menos que podemos hacer por nuestros hijos y nietos: asegurarles
un futuro mejor.
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