El Gobierno ha vendido que el Presupuesto para la Ciencia subirá un 2,8% en 2014. No es
cierto: contando que este año ha habido un crédito extraordinario, la
investigación civil sólo subirá un 1,1% . Descontando la inflación, se congela. Y tras los cuatro años anteriores de recortes, la investigación cuenta hoy con un tercio de recursos menos que en 2009,
volviendo a niveles de 2003. Pero hay
más: lo poco que se gasta llega con mucho retraso y se pierden proyectos e
investigadores. La Ciencia está de luto y el Gobierno propone hacer un estudio, con Bruselas, para tomar
medidas a finales de 2014. Otro año perdido y así hasta 2016, en que
empezaría a aumentar el gasto en Ciencia, para que España gaste en 2020 lo que gastaba Europa en investigación en 2011.Un desastre. Y eso que la Ciencia es el mejor pasaporte
para salir de la crisis.
enrique ortega |
Los Presupuestos
2014 son un espejismo para la
Ciencia: parece que crecen,
por primera vez en esta crisis, pero en realidad se congelan. El gasto en
I+D+i asciende a 6.146 millones euros,
según
la COSCE, 213,9 millones más que en 2013 (+3,61%). Pero si descontamos que el gasto 2013 será mayor del presupuestado,
porque en verano se aprobó un crédito extraordinario de 104 millones (para salvar
de la quiebra al CSIC), la subida real para 2014 son 110 millones. Y de
ellos, la mayor parte irá a investigación militar (crece un 39,4%), mientras la
investigación civil crece sólo 24,75 millones (+1,1%). Un aumento que
apenas compensará la inflación, mientras hay programas
con serios recortes (investigación industrial y de transportes e
infraestructuras) o que desaparecen (Astronomía y Astrofísica). Además, el
Presupuesto 2014 sigue recortando
empleo científico: por cada
10 investigadores que se jubilen (la edad media en el CSIC son 58 años), sólo
se puede contratar
a 1 joven.
Pero el mayor
espejismo es que España no gasta en
Ciencia lo que dice el Presupuesto, sino mucho
menos. Y eso porque un 60% del Presupuesto en I+D+i son créditos,
generalmente para investigación en empresas. Y en 2012, por ejemplo, sólo se gastaron el 54,7%, según la
COSCE. Y así todos los años: se
infla el Presupuesto, para
que parezca que España gasta más en Ciencia, pero al final sólo se gastan la mitad de los créditos y el resto del dinero vuelve a Hacienda. Por
eso, el Presupuesto real que se gastará en Ciencia en 2014 será unos 4.200
millones, dos tercios de lo que se dice.
Esta congelación del
gasto y reducción de plantillas para
2014 se producen tras cuatro años de
serios recortes:
el gasto público en I +D+i ha pasado de 9.773 millones de euros en 2009 a los
6.146 millones de 2014 (teóricos), una caída del 37,1% en cinco años. Y si
contamos las partidas que afectan más a la investigación (excluidos los
préstamos), el gasto ha caído un 45%, según
la COSCE, que estima que España está hoy al
nivel de gasto en I+D+i de 2003. Una década perdida para la Ciencia.
Pero los
investigadores tienen más
problemas que los recortes. Por un lado, retrasos
en las convocatorias de proyectos del
Plan estatal de I+D+i. La última convocatoria, de diciembre 2011, se
publicó en el BOE en enero 2013 y el dinero llegó a los proyectos este verano.
Y la convocatoria 2012 se ha publicado el 6 de noviembre (con 11 meses de retraso), por lo que no habrá dinero para proyectos hasta julio 2014.
Además, el dinero se pagó
en cuatro años en vez de en tres, rebajando
el primer pago del 40% al 7% del proyecto, lo que obliga a buscar una
financiación alternativa para echarlo a andar (en la convocatoria 2012, se vuelve a 3 años, permitiendo proyectos a 1,2 3 y 4 años). Y para rematar, la Administración paga
tarde (hasta junio 2013, sólo un 30% de los créditos) y hay muchos
impagos de autonomías
y Universidades
a los investigadores.
El gasto público en
investigación es el motor de la
ciencia en España, pero también es importante el gasto
privado en I+D+i, que lleva cayendo desde 2008, según el INE: si ese año alcanzó un
récord de 8.074 millones, en 2012 había caído a 7.094
millones (-12,1%). Y
hay dos
datos preocupantes. Uno,
que se han perdido casi la mitad de
empresas innovadoras con la crisis (eran 49.415 en 2006 y sólo 27.203 en
2011). Y el otro, que se han reducido un
tercio las empresas con actividades de I+D+i: de 12.997 empresas (2008) a
8.274 en 2011 (un 5% del total de empresas).
Una situación crítica
para la Ciencia en España, que está de luto según
denuncian los investigadores. Las consecuencias son preocupantes: paralización
de proyectos ante la falta de investigación, reducción de investigadores
(20.000 desde 2009, según la OSCE), fuga de
cerebros (a los que ha costado formar unos 350.000 euros) y una caída del 70% en el número de doctores
(por falta de becas e incentivos), los investigadores del futuro, sin olvidar los recortes
en divulgación científica, desde
Museos y Centros de Ciencia a cursillos, libros y actividades científicas). Y empresas
que recortan al mínimo su gasto en investigación.
Un negro
panorama que sacó a los
científicos a
la calle en octubre y que ha hecho que 23.000 científicos firmen una Carta por la Ciencia.
Pero el Gobierno, que ni les recibe,
busca ganar tiempo y ha prometido realizar
un informe sobre el estado de la Ciencia en España,
con ayuda de Bruselas, para tener un diagnóstico y tomar medidas a finales de 2014. Otro año perdido.
El gobierno Rajoy
ya ha
anticipado a Bruselas lo que
planifica para la Ciencia en España: congelar
el gasto esta Legislatura (pasando del 1,33 % del PIB en 2011 al 1,48% en
2016) y que crezca en la siguiente, para alcanzar el 2% de gasto (sobre el PIB) en
2020. Un tímido objetivo que
tiene dos problemas. Uno, que el
Gobierno pretende lograrlo gracias al
tirón de la inversión privada en investigación, que pasaría de ser la mitad del gasto (0,60% del PIB
hoy) a los dos tercios (1,2% del PIB en 2020), algo que los científicos de la
COSCE consideran “ilusorio”. La principal crítica es que el
Gobierno quiere que España gaste en Ciencia en 2020 lo que Europa gastó en 2011 (2,03%). Y para 2020, Europa quiere gastar el 3% del PIB, un
tercio más que España.
Esto supone perpetuar la brecha tecnológica de España con
Europa: gastamos
en Ciencia un 1,30 % del PIB (2011) frente al 2,03 de Europa, el 2,50% de la OCDE, el
2,8% de Alemania o EEUU, el 3% de Finlandia o Suecia y el 3,4% de Japón y Corea
del Sur. Y lo peor es que esa media de España sale gracias a las cuatro
autonomías que más apuestan por la Ciencia: País Vasco (gasta el 2,19% de su PIB),
Navarra (1,91%), Madrid (1,82%) y Cataluña (1,51%). Porque el resto es un erial tecnológico,
con doce autonomías que no gastan en I+D+i
ni el 1% de su PIB (0,08% Ceuta, 0,14% Melilla, 0,34% Baleares, 0,51% Canarias, 0,64% Castilla
la Mancha, 0,77% Extremadura, 0,83% Murcia, 0,87% Galicia y La Rioja, 0,94%, 0,89% Asturias, 0,93% Aragón y 0,98% Cantabria).
No es casualidad que sean también las que más
paro tienen, junto a Andalucía (1,05% PIB en Ciencia).
El Gobierno Rajoy,
en aras de recortar
el déficit (que tampoco cumple) ha
tirado la toalla de la Ciencia. Y eso es
grave porque la investigación y la tecnología son las bases de unas empresas
competitivas y un crecimiento estable. ¿Qué
se puede hacer? Primero, invertir
más en I+D+i, para recuperar los recortes pasados y salvar la
distancia con Europa. Eso exigiría un esfuerzo extra para el Presupuesto de
1.200 millones anuales, una cifra exigente pero asumible: el AVE
Barcelona-frontera francesa ha costado 3.700 millones. Además, habría que mejorar
los incentivos
fiscales a las empresas, ayudadas por una política de compras públicas que premie a las más innovadoras. Y
sobre todo, acabar con retrasos e
impagos a la investigación, gestionando mejor los recursos, para gastar bien lo que hay y más. Y para eso
es clave crear la Agencia
Estatal de Investigación, que debió
crearse en junio 2012.
Hay que hacer un gran esfuerzo para no
perder el tren de la Ciencia, una exigencia para salir
de la crisis y competir con el resto del mundo. Hay que “sembrar Ciencia” para poder recoger
después empleos estables, no como los
del ladrillo. Sin
Ciencia no hay futuro. No es un
slogan, es algo demostrado por los países más avanzados del mundo. Sigámosles.
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