Nuevas inundaciones
en el sudeste español, hace tres semanas, con
13 muertos y 120 millones en pérdidas. Riadas
sobre riadas: en los últimos 25 años, España
ha sufrido 15 grandes inundaciones, con más de 250 muertos y 20.000 millones de
pérdidas. Y la mayoría se han repetido en
los mismos pueblos de Andalucía, Levante y Cataluña. La culpa no es sólo de
la lluvia, sino también de la especulación urbanística y los recortes. Los Ayuntamientos han
permitido construir en los cauces de los ríos y en zonas inundables. Y ni se limpian
los cauces ni se hacen obras contra las riadas, por los recortes: las inversiones en obras hidráulicas se han
reducido a la mitad desde 2010. Y hay presas y encauzamientos que llevan
diez años pendientes por falta de recursos. Hay que tomar medidas urgentes antes
de la próxima riada.
enrique ortega |
Recuerdo cuando era niño, la conmoción en toda España por las
inundaciones de Valencia (octubre 1957), con más de 400 muertos. Desde
entonces (y antes), las grandes riadas
se han repetido sin tregua (ver listado
página 29) : septiembre 1961 en
el Vallés (794 muertos), octubre 1973
en todo el sudeste (250 muertos), octubre 1982
en Alicante, Valencia y Cataluña más la riada por la rotura de la presa de
Tous, agosto 1983 en el País Vasco (30
muertos), noviembre 1987 en las
cuencas del Júcar y Segura, septiembre y noviembre 1989 en Málaga (5 muertos), Levante y Baleares, diciembre 1995 en Andalucía, agosto 1996 la riada de Biescas (87 muertos), otoño
1996 en Huelva, Cádiz y Sevilla, septiembre
1997 inundaciones en Alicante y en noviembre
graves riadas en Badajoz, octubre 2000
inundaciones en el litoral mediterráneo (7 muertos), marzo 2002 riadas en Tenerife (8 muertos) y en abril y mayo inundaciones
en la Comunidad Valenciana, octubre 2005
en Cataluña (4 muertos), 2007 en
Andalucía y litoral mediterráneo (6 muertos), enero 2009 en Cataluña y Levante (11 muertos), agosto 2010 en Levante y septiembre
2012 en Andalucía y Levante (13
muertos).
España es uno de
los países europeos con más riesgo de
inundaciones, por su régimen fluvial y el tipo de territorio, un riesgo centrado en Andalucía (22,5% del riesgo total), Comunidad Valenciana y Murcia (19,6%) y Cataluña (18,6%). Según un estudio
del Consorcio de Compensación de Seguros,
entre 1987 y 2001 se perdieron
una media de 745 millones por año en inundaciones, 11.921 millones en total.
Y estiman que los daños van a aumentar, hasta 857 millones anuales entre 2004 y
2033. Con ello, España ha perdido ya más
de 20.000 millones (y más de 250 muertos) por riadas en los últimos 25 años.
Y perderá otros 17.140 millones (y más
vidas humanas) en las próximas dos décadas.
¿No se puede hacer
nada para evitarlo? La culpable de las inundaciones es la lluvia intensa, la gota fría, que trae una gran
pluviosidad en poco tiempo. Pero el hombre tiene mucha culpa, al haber ocupado con viviendas y carreteras
zonas que eran ríos y cauces y que se inundan periódicamente, causando
estragos. En los años 80 y 90, con el boom inmobiliario, los Ayuntamientos
dieron licencias para construir en
cauces, como los aledaños del río
Antas, en Vera
(Almería), inundados ahora y en
1973 y 1.989. Los geólogos
insisten en que no se ha cumplido la Ley
del Suelo, que obliga a incluir mapas
de riesgos naturales en los Planes de ordenación urbana, prohibiendo construir en zonas inundables.
Además, con la nueva Ley de Costas
aprobada hace dos semanas por el Gobierno, se legalizan por 75 años las construcciones al lado
del mar que se hayan inundado “menos de 5 veces”, una medida que puede agravar
las inundaciones futuras, dado que el cambio climático favorecerá la subida
del nivel del mar.
Ahora, poco se puede hacer contra la especulación del
pasado, salvo derruir lo construido
o protegerlo con obras. Y aquí, el
problema son los recortes presupuestarios
de los últimos años, que han impedido invertir en obras anti-riadas: presas, embalses, canalizaciones,
encauzamientos y motas de defensa, limpieza y adecuación de cauces. Por un
lado, el Estado ha recortado a la mitad el
presupuesto de obras
hidráulicas, de 3.398 millones (2010) a 1.446 (2013), con una fuerte
rebaja en las inversiones de las Confederaciones Hidrográficas
(de 572 a 384 millones). Además, en los últimos años, la mayoría de este presupuesto ha ido a desaladoras, trasvases
y abastecimiento de aguas, no a obras anti-riadas.
Por otro lado, los recortes
de Ayuntamientos y autonomías han dado la puntilla a obras contra las riadas que esperan incluso desde hace diez años. La
Junta de Andalucía no ha realizado
la mayoría de las obras previstas en el Plan
de prevención de inundaciones 2002-2015 (1.235 millones) en 1.099 puntos de riesgo de 428 municipios,
según denuncia
el Defensor del Pueblo andaluz. Y en la Comunidad
Valenciana, donde 299 de los 542 pueblos tienen riesgo inundaciones, los recortes
paralizan obras presupuestadas incluso desde 1998, como la presa de
Vilamarxant, pensada para evitar una nueva riada a Valencia. Y el recorte del
60% en el presupuesto de la Confederación del Júcar paraliza muchas pequeñas
obras para evitar riadas, como la mota de defensa en Albalat de la Ribera
(Valencia). Y son muchos los Ayuntamientos,
en Andalucía, Murcia y Comunidad Valenciana, que no tienen dinero para limpiar
cauces, como el del río Antas, en Vera (Almería), recientemente inundado.
La gota fría no se
puede evitar, pero los recortes presupuestarios
están frenando obras que podrían evitar algunas
riadas, daños y muertes. Es
urgente poner en marcha un Plan de
choque contra las inundaciones, con cuatro
medidas. Una, derruir viviendas y
construcciones en las zonas de mayor riesgo, donde las obras sean más
costosas que las indemnizaciones. Dos, poner en marcha un Plan de inversiones prioritarias en obras anti-riadas, con ayudas de la Unión Europea (Fondos
FEDER, que se acaban en 2013). Tres, revisar
toda la normativa urbanística y de costas, para frenar construcciones en
zonas de alto riesgo. Y cuatro, invertir
en prevención, desde la elaboración de mapas de riesgo
rigurosos (no los tendremos hasta diciembre
de 2013, en cumplimiento de la Directiva
europea) hasta la inversión en sistemas de alerta e información.
Aquí también juegan en contra los recortes:
a la Agencia Española de Meteorología
le han reducido un 32,6% su presupuesto desde 2011.
Es tercermundista que en pleno siglo XXI
haya trágicas inundaciones cada año en los mismos sitios, con muertos y pérdidas
millonarias. La naturaleza manda, pero el hombre debe hacer algo para
evitarlo en lo posible. Poner orden en el
urbanismo, invertir más en obras de defensa y advertir mejor a la población
afectada. Es más lógico y más barato que lamentar después las pérdidas.
Pero a nuestros gobernantes se les olvida. Hasta
la próxima riada.
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