Las familias de
los 450.000 niños (0-3 años) que van
a una guardería lo han tenido difícil
este curso: fuertes subidas (25% de
media y hasta el 77%), menos ayudas, menos profesores y más niños por clase. Otros
100.000 niños se han quedado sin guardería, por falta de plaza o porque
no podían pagarla y han tenido que quedarse
con sus madres o abuelos. Tres años de recortes están afectando gravemente
a la educación infantil, aunque está
mejor en España que en la mayoría de
Europa. El Gobierno Rajoy ha
suprimido la construcción de nuevas guarderías, aunque faltan 150.000 plazas. Y ha aplazado
la ampliación del permiso de paternidad, mientras las empresas han reducido un 40% sus ayudas a la conciliación laboral. Lo pagan las mujeres, que trabajan
menos que en Europa, y los niños,
dos palancas claves para salir de la
crisis.
enrique ortega |
Las guarderías
públicas se financian mayoritariamente con recursos de las autonomías y Ayuntamientos, que han recortado
drásticamente sus aportaciones en 2011 y 2012, obligando a un mayor pago de las familias. En Zaragoza,
por ejemplo, el Ayuntamiento financiaba el 50% de las guarderías municipales,
la autonomía el 25% y las familias otro 25%. Este año, el Gobierno regional
recorta su aportación un 20% y los padres
pagarán hasta 50 euros más al mes. En Cataluña,
la Generalitat
pagaba un tercio del coste de cada plaza en educación infantil (5.400 euros al año), 1.800 euros en
2.010, repartiéndose los otros dos tercios entre los Ayuntamientos y familias.
En los últimos años, el gobierno
autonómico ha recortado su aportación, que este curso será de 875 euros por
niño, lo que obliga a los Ayuntamientos a subidas
en las guarderías del 10% (Barcelona),
40% (Sabadell) y 44% (Badalona).
En toda España,
la media de subida en las guarderías
este curso se estima en un 25,6%, con
grandes diferencias entre Andalucía
(+3,5%), Valladolid (+10%), Galicia
(+19%, aunque para rentas medias suben el 70,45%),
Castilla la Mancha (+42% en algunos
municipios) o Murcia (+77% en Cartagena). Pero la subida más llamativa se ha
dado en Madrid:
para las rentas más bajas, el coste de una guardería pública (con comida) sube
de 142,40 a 234,20 euros (+77%), para
bebés de menos de un año, por los que
ahora cobran una cuota extra de 60 euros. Y los de más renta pasan de pagar
205,40 euros a 334,20 (+62%).
Además de las subidas,
las familias se han encontrado este curso con menos profesores, más niños
por aula (desde 2008, han subido un 10% en 1-2 años y un 20% en 2-3 años) y
menos medios. Y han visto recortadas las ayudas
y becas, el cheque guardería y las
ayudas al transporte, aunque ya era bastante difícil conseguir plaza en una guardería pública ganando más de 15.000 euros anuales. Además, siguen faltando plazas: 5.300 en Galicia, 25.000 en Madrid o
Cataluña, 60% de solicitudes sin plaza en Zaragoza, un 40% en Valladolid… En
total, habrán faltado
unas 100.000 plazas, según fuentes sindicales, aunque este año, los altos precios y la crisis han bajado
sensiblemente la demanda.
Con estos precios,
las familias que pueden se han ido a las guarderías
privadas, que intentan ajustar
precios, entre 400 y 450 euros con comida. Así, más de la mitad de las
guarderías (unas 8.000 en total) son ya privadas y en muchas autonomías
(Madrid, Valencia, Galicia, Castilla la Mancha) se está privatizando
la gestión de las guarderías públicas, dejándola en manos de empresas de servicios y restauración,
que ganan concursos por precio frente a cooperativas de profesores, en
perjuicio de la calidad. Y proliferan las “guarderías
piratas”, aparcaderos low cost
de niños sin autorización de Educación.
Al final, las
familias echan cuentas y si tener dos niños en guardería o colegio les
cuesta 600 euros, la mujer
se piensa dejar de trabajar y
ahorrarse eso, el transporte y otros gastos (800 €) a cambio de su sueldo
mileurista. O dejar al niño con
los abuelos:
un tercio de las abuelas y una cuarta parte de los abuelos cuidan a sus nietos
cada semana. Este abandono de las
guarderías tiene dos costes.
Uno, educativo: los niños que han
ido a preescolar obtienen mejores notas de mayores, según un informe de la OCDE. Y otro, sobre la mujer y la economía: en
España, hay un 48% de mujeres que son
inactivas (9.197.600 mujeres que ni trabajan ni buscan trabajo), frente a
un 42% en Europa. Y el 23% dejaron su trabajo por atender a sus hijos menores
de 5 años. Un despilfarro humano y
económico, que la situación de las guarderías agrava.
Los ajustes están
dando al traste con una educación
infantil que tiene en España
un peso mayor que en la mayoría de Europa (salvo países nórdicos), gracias
al empujón de la última década: se ha
pasado de 88.926 niños (curso 1.999-2000) a unos 450.000 este curso. La
escolarización es mínima hasta un año
(7,6%), baja en un año (27,6%), media
en 2 años (44,8%) y muy elevada en 3 años (99,1%), donde superamos con creces la media europea
(77,2%), por encima de Alemania (88%) o Reino Unido (79,8%) y sólo por debajo
de Francia (100%). El problema son las disparidades
regionales: hay diez autonomías con 100% de escolarización a los 3
años, pero otras por debajo del 90% (Madrid,
Canarias o Baleares).
Sin embargo, las
plazas de educación infantil son insuficientes y en 2008, el Gobierno
Zapatero puso en marcha el Plan
Educa-3, para crear 300.000
nuevas plazas entre 2008 y 2012,
con una inversión de 1.087 millones, financiados a medias entre el Estado y las
autonomías. Pero los recortes autonómicos se lo llevaron por delante (el Estado
ha aportado sus 100 millones al año) y sólo
se han construido 71.000
plazas hasta 2010. Este año, el Gobierno Rajoy ha eliminado el Plan Educa-3 del Presupuesto 2012, quitando los
100 millones para nuevas guarderías. Y además, ha aplazado otro año más, hasta 2013 (Zapatero lo aplazó a 2012) la
ampliación de 2 a 4 semanas del permiso
de paternidad, en perjuicio de la conciliación y del trabajo de la mujer. Y
con la crisis, las empresas,
bancos y Cajas han recortado un 40% (unos
85 millones) sus ayudas a guarderías
y conciliación laboral, incluyendo menos incentivos en los nuevos convenios.
Al final, el recorte
en educación infantil es un suicidio
económico y social, que busca ahorrar en dos palancas clave de futuro: los niños
y el trabajo de la mujer.
Hacer 100.000 guarderías y subvencionar su precio a las familias es una inversión para salir de la crisis. Y costaría unos 500 millones,
menos de un tercio del crédito extraordinario (1.782 millones) recién aprobado por el Gobierno para pagar armamento. Estamos perdiendo el
norte.
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