jueves, 12 de enero de 2023

Las telecos vuelven a subir tarifas

Este viernes, Movistar vuelve a subir sus tarifas y Vodafone las subirá la semana siguiente, mientras Orange las sube el 12 de marzo y MásMóvil las retocó en 2022. Es el 9º año consecutivo que las telecos nos  suben tarifas, ahora sin la excusa de ofrecernos más servicios a cambio: buscan compensar sus mayores costes y las subirán cada año con la inflación. Ahora pagamos un 35% más por el móvil e Internet, pero las tarifas siguen siendo una locura: los clientes antiguos pagan unos 80 euros mensuales (más de 100 con fútbol), pero las mismas telecos ofrecen a los nuevos clientes servicios básicos por 35 euros mensuales. Y esa locura de tarifas ha debilitado sus cuentas: ingresan un 25% menos que en 2008, con más clientes y conectividad. Un callejón cuya salida buscan en las fusiones, pendiente de aprobar este año por Bruselas la de Orange y MásMóvil. Quieren ser menos operadores (4 en vez de 8) y más fuertes, para ordenar mercados y tarifas. Habrá menos competencia y más subidas.

Enrique Ortega

Todo sube y también las tarifas de móvil e Internet. Abre las subidas la teleco líder, Movistar, que aumenta este viernes, 13 de enero, sus tarifas una media del 6,8%, entre 1 y 6 euros más al mes. También suben los paquetes “low cost” de O2, de 30 a 35 euros. En el caso de Vodafone, los nuevos precios entran en vigor el 22 de enero y suponen una subida media del 8,1% (6,5% para los clientes actuales). En sus paquetes, la subida media es de 5,50 euros mensuales y para las tarifas de móvil oscila entre 1,60 y 2,60 euros mensuales. Orange anuncia que subirá sus tarifas el 12 de marzo: 2 euros de media los paquetes de Internet y móvil y 5 euros los que incluyen fútbol.  Y MásMóvil ya subió a finales de 2022 sus tarifas, en algunas marcas (Yoigo, MásMóvil y Virgin), entre 1 y 3 euros mensuales, lo que afectó al 20% de sus clientes. Ambos podrían estudiar nuevas subidas después de que la Comisión Europea autorice su fusión este año.

Esta nueva subida de las telecos es distinta a la de otros años. Por un lado, es el 2º año en que no aplican la justificación del “más por más”: más tarifa a cambio de más velocidad o más datos. Este año, como en 2022, la justificación está en el aumento de costes (energía, personal, transporte, materias primas, equipos, deuda…) y no ofrecen a cambio más servicios. La otra novedad  es que se abre la vía en el contrato a futuras subidas según evolucione la inflación.  Vodafone anunció en agosto que introduce una clausula en sus contratos por la que subirá las tarifas cada año, en el primer trimestre, según lo que haya subida el IPC en el año anterior (entre octubre de un año y septiembre del siguiente). Así que será algo “automático”, como la revisión de alquileres. Es algo que Vodafone ya aplica a sus clientes en Reino Unido y que extenderá a otros paises europeos. De momento, ni Movistar ni Orange o MásMóvil tienen esta cláusula en sus contratos, pero todos parecen a favor del cambio, que evitaría “peleas” y estabilizaría sus cuentas.

Esta nueva subida de 2023 es la 9ª subida consecutiva en las tarifas de móviles e Internet. Empezaron en 2015, tras las fuertes bajadas de precios hechas entre 2009 y 2014, en medio de una lucha salvaje por el mercado de las telecomunicaciones. En estos 8 años anteriores, la tónica de las subidas fue similar: un aumento de precios de 2 a 3 euros al mes, una o dos veces al año (en febrero y verano), con la justificación de que a cambio nos daban “más por más” (más datos y más velocidad), aunque los clientes no lo pedían ni lo necesitaban. Y no quedaba otra opción que “tragar con la subida” y pagar más o cambiarse a otra teleco de la competencia, primero más barata, pero que acababa subiendo igual.

Por este camino, de pequeñas subidas anuales, los paquetes de móvil e Internet han subido entre 27 y 36 euros desde 2015 a 2023. Eso supone que estamos pagando ahora entre 324 y 432 euros más al año por estar conectados que hace 9 años, sin ser muy conscientes de esta subida porque nos la han hecho poco a poco. Una subida media del +35% desde 2015, muy superior a lo que ha subido la inflación estos años (+19,1%) y sobre todo, mucho mayor de lo que han subido los salarios (+13,40% subieron los convenios).

Lo peor no es que cada año nos suban los móviles e Internet, sino que los usuarios sufrimos una política de tarifas “de locos, que perjudica a los clientes antiguos “fieles” en beneficio de los clientes nuevos, que consiguen mejores tarifas de entrada al cambiarse de compañía. Lo que está pasando, desde 2015, es que los clientes antiguos sufren subidas anuales (+35% en 9 años) mientras las mismas telecos se dedican a lanzar ofertas “low cost” a través de segundas marcas, con las que “tiran precios” para conseguir nuevos clientes y sustituir a los cientos de miles que les roban cada año las nuevas telecos. Un “doble rasero” que ya hemos visto en las aseguradoras: subidas a los clientes antiguos y ofertas a la mitad de precio a los nuevos. Así, estamos pagando 80 euros al mes de media por un paquete de móvil e Internet (y más de 100 con fútbol), mientras la misma gran teleco (a través de sus marcas “low cost”: O2, Lowi, Simyo) ofrece por 35 euros un servicio básico de móvil e Internet…

Esta locura de tarifas (y de ofertas en verano o Navidad, para complicar aún más el mercado) es fruto de la tremenda competencia entre las telecos, tanto entre las cuatro grandes (Movistar, Orange, Vodafone y MásMóvil) como sobre todo entre ellas y las nuevas operadoras (Digi, Finetwork, Avatel o Adamo), que no tienen casi red y alquilan la de los grandes para competir con ellos, aprovechando sus menores costes e inversiones. El resultado es que España tiene unas “tarifas escaparate” (las más bajas, aunque no sean las más usadas) de móviles e Internet  que son de las más bajas de Europa, según el Informe DESI 2022 de la UE: Rumanía, España, Polonia, Estonia y Eslovenia, Lituania y Suecia  “tienen los precios más bajos”, por debajo de los de Alemania, Paises Bajos, Irlanda, Austria, Italia o Finlandia  y muy por debajo de los de Bélgica, Francia, Grecia. Claro que habría que dedicar unos minutos al mes para cazar las gangas y cambiarse

Parece que esto es lo que hacen muchos españoles, según los llamativos datos de “fuga de clientes” entre las telecos: en 2021 y 2022, las tres grandes telecos (Movistar, Orange y Vodafone) han perdido 2,5 millones de líneas (clientes), según los datos de la Comisión de la Competencia (CNMC). En 2021 perdieron 1,5 millones y en 2022 han perdido otro millón de clientes: la mayoría son de Movistar (perdió 330.000 líneas de móviles y 298.300 de fibra/Internet)), Vodafone (ha perdido 165.000 líneas de móvil y 111.500 fijas) y Orange (perdió 236.500 líneas de móvil en 2022, pero ganó 47.800 clientes de Internet fijo). Y la teleco ganadora de estas fugas ha sido la rumana Digi (ha ganado 466.000 líneas de móvil y 115.000 líneas fijas y de Internet), ganando más del 60% de los clientes fugados de Movistar y más del 50% de los fugados de Orange y Vodafone. También tuvo un saldo ganador en 2022 MásMóvil (+58.400 líneas móviles y +121.000 líneas fijas y de Internet), aunque pequeño, tras 5 años siendo “la pequeña teleco que robaba más clientes a las grandes”.

Los internautas españoles son “los europeos más proclives a cambiar de teleco”, según una Encuesta realizada por JP Morgan en varios paises. En telefonía móvil, un 44% de españoles se muestra dispuesto a cambiar de operador si le suben los precios (sólo un 17% dicen que no cambiarían), frente a un 40% en Francia, un 33% en Alemania, un 30% en Reino Unido y un 29% en EEUU. Y en banda ancha de acceso a Internet, pasa lo mismo: un 45% está dispuesto a cambiar en España, un 40% en Francia, un 32% en Alemania, un 31% en Reino Unido y un 29% en EEUU. Según este informe, en España hay más “fugas” de clientes porque hay una mayor diferencia de precios entre las telecos y porque hay más competencia: 8 operadores frente a una media de 4 operadores en la mayoría de Europa y USA.  

España, se quejan las grandes operadoras, es el país europeo con más competencia, donde las grandes telecos han visto, año tras año, cómo les roban clientes pequeñas operadoras que ganan tamaño, gracias a un catálogo muy simple (las ofertas de las grandes son un galimatías), precios imbatibles (que además no suben cada año) y un buen servicio de atención al cliente (tienen menos clientes y los atienden mejor que los grandes, que han recortado plantillas). Además, en 2022, los tres grandes operadores han eliminado o subido sus tarifas más asequibles, que ahora rozan los 35 euros mensuales, frente a los 25 euros del paquete básico de Digi, la teleco rumana que lidera el grupo de las nuevas operadoras, con 3,6 millones de clientes de móviles y 746.000 clientes de fibra. Entró en el mercado español en 2008, utilizando la red de Telefónica, y ha aprovechado sus crecientes ingresos para crear una red propia en las zonas más rentables (más pobladas), con ofertas sencillas y baratas, apoyada en una amplia red de empleados (5.500). Este año, Digi podría dar un salto, si la Comisión Europea fuerza a Orange y MásMóvil a vender una parte de su red a cambio de autorizar su fusión, red que podría comprar Digi. Y se repetiría la historia de MásMóvil, que se convirtió en el 4º mayor operador gracias a que, en 2015, se autorizó la fusión de Orange y Jazztel con la condición de que vendieran parte de su red (que compró MásMóvil…).

Junto a Digi, hay otros tres operadores sin red, que podrían crecer en los próximos años “robando clientes” a los tres grandes (Orange-Mas Móvil, Movistar y Vodafone). El 5º mayor operador es Finetwork, creado en 2015 en la zona de Villena (Alicante), que utiliza la red de Vodafone y tiene ya 875.000 clientes de móviles y 200.000 de fibra, tras una fuerte apuesta por los patrocinios en el deporte (Federación de Fútbol, Betis…). Le sigue Avatel, surgido en 2011 en la zona de Marbella y Mijas (ofrece cobertura móvil con Movistar), con un nicho de mercado en el litoral mediterráneo y que cuenta ya con 400.000 clientes. Y el 7º operador es Adamo Telecom, controlado por el Fondo francés Ardian, surgido en 2016 y que apuesta por una cobertura propia de fibra rápida en las zonas rurales de 14 autonomías (en paralelo ofrece servicios móviles de 4G a través de MásMóvil).

Esta múltiple oferta ha provocado una continua “guerra de tarifas” que ha hundido las cuentas del sector, que son “otra locura: las grandes telecos que operan en España tienen cada vez más clientes, más conectados, pero ingresan menos que hace una década: la facturación del sector se ha reducido un 25%, cayendo de un máximo de 44.080 millones en 2008 a 32.693 millones en 2021. La explicación es que “ofrecen más por menos”: el índice de precios de los servicios de telecomunicaciones ha caído un -23% en los últimos 20 años (mientras el IPC subía +50%). Y las tarifas de móviles han caído un -32% desde 2008, según la CNMC. Esa caída de ingresos se suma a que en esta última década han tenido que multiplicar sus inversiones, tanto en ampliar la red de fibra como en desarrollar el 4G y el 5G (5.000 millones), a costa del capital y de multiplicar su deuda. El resultado es que sus ingresos son mediocres y también sus beneficios (2021): 3.377 millones Telefónica, 1.251 Orange, 957 Vodafone y 949 Más Móvil. Y por eso, cae año tras año su valor en Bolsa.

Para “salir de este bucle”, las telecos han buscado diversos caminos. Uno ha sido recortar gastos, sobre todo reduciendo plantillas, lo que notamos los clientes en una peor atención (como pasa con la banca): desde 2002 a 2021, las telecos que operan en España han recortado 38.252 empleos, un 46% de las plantillas. Otra vía seguida ha sido vender activos, sobre todo torres de telefonía (a Cellnex y American Tower), y alquilar redes (a competidores), Un tercer camino, emprendido en los últimos dos años, ha sido diversificar el negocio, abrirse a nuevas actividades, aprovechando que tienen 54 millones de clientes a los que intentan ahora “vender otras cosas” : alarmas (Movistar, Yoigo, Vodafone), energía (luz y gas), seguros de salud, banca (Orange Bank) y créditos (MásMóvil)… Y en su negocio, buscan obtener más rentabilidad del Internet de las cosas, donde ya rondan los 10 millones de clientes, sobre todo empresas, operadores de logística, flotas, energías renovables, agricultura, gestión de aguas y residuos, un nuevo negocio con el mayor potencial.

Pero todas estas vías son insuficientes, no bastan para que las telecos levanten cabeza y sean un negocio con los beneficios de otros sectores muy rentables que también tienen millones de clientes (eléctricas, petroleras o bancos). Por eso, llevan años quejándose de que el problema está en que hay demasiada competencia, que hay demasiados operadores, que compiten sin haber invertido en redes, porque los Gobiernos han fomentado su existencia. Y creen que es un problema de toda Europa, aunque agravado en España: el continente tiene 98 empresas de telecomunicaciones mientras EEUU solo tiene 3 grandes (Verizon, T-Mobile y ATT), como China (China Mobile, China Unicom y China Telecom) o Japón (Softbank, NTT y KDDI). Y ese enorme tamaño de norteamericanos y asiáticos  (Verizon tiene 114 millones de clientes y China Mobile opera con 900 millones frente a 40 millones que tiene la teleco líder en Europa, Deutsche Telecom) es lo que les permite ingresar más, invertir más, competir mejor con Europa  y ofrecer mejores servicios a sus clientes. Y además, en España hay 8 operadores, frente a tres o cuatro en los principales paises europeos.

Sobre esta base, las grandes telecos europeas llevan años pidiendo a la Comisión Europea que cambie de postura y en lugar de prohibir las fusiones (en 2016 bloqueó la venta de la filial británica de Telefónica, O2, a la china Hutchinson Whampoa) las aliente, empezando por autorizar este año la fusión de Orange y MásMóvil, que crearía la mayor teleco en España (43% del mercado), por delante de Movistar (28%) y Vodafone (22%). Y que se faciliten las fusiones en otros paises, para configurar sólo 6 grandes telecos en Europa: Deutsche Telecom, Telefónica, Orange, Vodafone, Tella Sonera (Suecia) y Telecom Italia. Así, reiteran, podrían invertir más y competir mejor con las telecos USA y asiáticas, en beneficio de los europeos. Todo apunta a que ahora, las fusiones son imparables. Y con ellas, tendremos menos operadores, más fuertes, que nos impondrán tarifas y condiciones, como se ha visto con las eléctricas, petroleras y bancos. Es lo que viene. Y pagaremos lo que nos cobren, porque no podemos vivir sin estar conectados. Cueste lo que cueste.

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