jueves, 1 de abril de 2021

Alentar el miedo para vender alarmas


España es el 4º país del  mundo con más alarmas instaladas ¿Tantos robos hay? España está en la media de delincuencia europea y los robos en domicilios han caído un 34% los dos últimos años, sobre todo en 2020, por la pandemia. ¿Qué pasa entonces?  Que asistimos a  un bombardeo de anuncios de alarmas en radio e Internet, alimentando el miedo, junto a un aumento de ocupaciones en naves y casas desocupadas de bancos y Fondos, ampliados por el PP, que presentó una proposición de ley contra los okupas. Pero la Fiscalía y la policía lo han dejado claro: si se ocupa una vivienda habitual (1ª, 2ª vivienda o la que sea), el desalojo es inmediato. Así que no debíamos temer y mejor sería contratar un seguro de hogar. Pero el negocio de las alarmas crece imparable (ronda los 2.000 millones) y junto a Securitas Direct pujan ahora  Movistar y Prosegur, Vodafone, Orange y Mas Móvil con El Corte Inglés. Alientan el miedo para hacer negocio.

Enrique Ortega

España es un país “medianamente seguro”, al menos según la última estadística europea: el 11,6% de los españoles reportaron algún delito de crimen, violencia o vandalismo, en línea con la media del 11% en la UE-27, según los datos de Eurostat (de 2019). España ocupa el puesto 10º por delincuencia en Europa, con menos delitos reportados en localidades de más de 30.000 habitantes que Bulgaria (20,2%), Grecia (16,9%), Holanda (16,3%), Francia (14,7%), Malta (13,6%), Bélgica (13,3%), Alemania (13,1%), Suecia (13%) y Chipre), aunque más que Italia (9,4% población denuncia) y Portugal (6,7%). Y además, ya con estadísticas nacionales, los robos con fuerza en domicilios han caído drásticamente: desde un máximo de 127.444 en 2013 (el peor año de la crisis) a 107.166 en 2018, 98.326 en 2019 y un mínimo de 70.481 en 2020, por la pandemia, según el Ministerio del Interior.

A pesar de haber muchos menos robos en viviendas, España es el 4º país del mundo con más alarmas instaladas, según dijo un directivo de Securitas Direct en 2019, sólo por detrás de Estados Unidos, Japón o China. El “mérito” hay que atribuírselo a la empresa líder del sector, Securitas Direct, que alcanzó el millón de alarmas instaladas en 2018 y que puede haber alcanzado ya las 1.250.000 alarmas, dos tercios de todas las instaladas en España. Securitas Direct nació en 1988 en Suecia y está presente en 16 paises, con 14.000 empleados y 3 millones de alarmas instaladas en el mundo. En España, que representa el 40% del negocio del grupo, se empezó a operar en 1993, con una pequeña oficina, que ya tiene 6.500 empleados y facturó  802 millones de euros en 2019.

Securitas Direct se ha volcado en la publicidad de las alarmas de hogar, sobre todo en radio e Internet, multiplicando la sensación de que necesitamos una alarma para sentirnos seguros (“has visto que le han puesto una alarma al vecino”/”antes de irnos de vacaciones deberíamos poner una alarma”).Y nos ha ido metiendo esa idea “a golpe de talonario”: Securitas Direct lleva 4 años en el “Top 20” de la publicidad, entre las 20 empresas que más gastan en publicidad, saltando de gastarse 28,8 millones de euros en 2017 (puesto 20º) a 34,5 millones en 2019 (puesto 17º del ranking publicitario), según la consultora Infoadex. Y en 2020, en plena pandemia, cuando hemos estado más en casa que nunca y el año en que la publicidad general se ha desplomado por la recesión, Securitas Direct se gastó en publicidad de alarmas 27,1 millones (casi tanto como el BBVA), manteniéndose el 19º del ranking global.

Un gran esfuerzo de publicidad de alarmas y sobre todo en la radio, donde Securitas Direct es el mayor anunciante en España (en los últimos 3 años), con una presencia publicitaria en las ondas superior al 5% del total de anuncios (28 millones de euros en 2019, casi el doble que El Corte Inglés y la ONCE, según los datos de Audista.

Junto a la enorme inversión en publicidad, Securitas Direct ha asentado su crecimiento en una amplia red de distribuidores (sobre todo bancos y aseguradoras, que reciben jugosas comisiones) y una red de instaladores cada vez más agresivos, que cobran primas mensuales por instalaciones hechas y que alimentan la inseguridad como estrategia comercial, como desveló el diario.es, al publicar estos vídeos de argumentos de instaladores.

Pero en 2020, Securitas Direct se encontró con una “publicidad gratuita” para vender alarmas: las noticias sobre ocupación de inmuebles, que se amplificaron en algunos medios de comunicación, especialmente en Tele 5 y Antena 3, dos cadenas privadas donde participan como accionistas Fondos de inversión con inmuebles, que presionaban para que se aprobara una normativa más dura contra las ocupaciones de inmuebles y locales vacíos. Curiosamente, en el Consejo de Tele5 estuvo de 2009 hasta marzo de 2020 Helena Revoredo, la argentina dueña de Prosegur. Y esta noticia de que Pablo Casado defendió una nueva Ley anti-okupas en la campaña electoral vasca de 2020 la publicó el portal inmobiliario Idealista, propiedad del Fondo de inversión sueco EQT Value, el 4º mayor accionista de Securitas Direct…

Lo indiscutible es que la pandemia y la recesión aumentaron la ocupación de inmuebles en 2020, mientras bajaban los robos en viviendas. La última estadística, conocida en otoño pasado y amplificada por los medios (que cobraban por publicidad de alarmas o eran socios de las empresas), indicaba que las denuncias por ocupación ilegal de inmuebles eran 7.450 en el primer semestre de 2020 (+5%).Pero no se destacaba en las noticias que las denuncias aumentaron menos que en 2019 (+19,7%), 2018 (+15,02) y 2017 (+6,21%) y que bajaron incluso en 10 autonomías (incluidas Madrid, un -9,5%, Andalucía, -4,3% y Castilla y León, -10,6%), subiendo sólo en 6 regiones: Galicia (+33,9%). Murcia (+19,7%), Canarias (+14,8%), Comunidad Valenciana (+14,1%) y Cataluña (+13,2%), según el Ministerio del Interior.

Estos datos oficiales de denuncias por ocupación no permiten distinguir dos delitos muy diferentes, que se agrupan: el allanamiento de morada (la ocupación de una vivienda utilizada por su propietario), contemplado en el artículo 202 del Código Penal y penado con 6 meses a 2 años de cárcel, y la usurpación (ocupación sin violencia de un inmueble, vivienda o edificio que no sea morada), regulada en el artículo 245 y siguientes del Código Penal y penada con multas y hasta 6 meses de cárcel, un delito referido a la ocupación de naves o viviendas desocupadas (generalmente de bancos o Fondos de inversión), que son las ocupaciones que han crecido en los últimos años, no de las viviendas a las que se ofrecen alarmas.

De hecho, un indicador de que no hay problema de ocupación de viviendas es que las sentencias por allanamiento de morada (viviendas usadas por sus propietarios) han caído de 339 a 238 sentencias en 2019 (sobre un total de 25,2 millones de viviendas censadas), según los datos del INE. E incluso, las condenas por usurpación también han caído: de un máximo de 6.132 en 2016 a 4.687 en 2019, a falta de conocer los datos de 2020.

A pesar de estas estadísticas oficiales, que confirman que bajan las denuncias por robos en los hogares y las condenas por allanamiento de morada y usurpación, las noticias sobre ocupaciones han sido constantes en 2020, alimentadas por los anuncios de alarmas, las noticias en prensa y TV (más en algunas cadenas) y, sobre todo, la utilización política del problema por parte del PP, que lo ha usado en múltiples sesiones de control al Gobierno, y que llevó al Pleno del Congreso, el 16 de febrero de 2021 (y otra al Senado, el 24 de febrero), una proposición no de Ley para endurecer las penas contra los okupas, con el apoyo de Ciudadanos, Vox, UPN y PRC, siendo rechazadas por la mayoría (179 votos) .

La demagogia que se hizo en 2020, exagerando las ocupaciones y provocando inquietud entre los propietarios de viviendas, obligó en septiembre de 2020 a la Fiscalía del Estado y al Ministerio del Interior a publicar dos instrucciones paralelas aclarando algo fundamental: la ocupación de una vivienda utilizada por su propietario (ya sea la 1ª, la segunda vivienda o cualquiera otra) conlleva el desalojo inmediato por la policía, sin intervención judicial. Incluso la Policía Nacional y la Guardia Civil han aprobado un protocolo que incluye la App Alertcops, para denunciar intrusiones a los cuerpos de seguridad del Estado.

Pero los anuncios de alarmas siguen y el negocio no para de crecer y ser atractivo para nuevos inversores. Así, en 2015, el Fondo de inversión norteamericano Hellman&Friedman compró la parte que tenía desde 2011 el Fondo norteamericano Bain Capital y se convirtió en el socio mayoritario de la multinacional sueca Securitas Direct, que ha triplicado su cifra de negocio desde 2008. En abril de 2019, la familia March se suma al negocio de las alarmas, comprando por 557 millones el 7,5% de Securitas Direct. Y en septiembre de 2020, en plena pandemia, el Fondo de inversión sueco EQT Value, que había comprado el 85% del portal inmobiliario Idealista, compra también el 2,7% de Securitas Direct (por 118 millones) y se convierte en su 4º mayor accionista.

El negocio de las alarmas en España no sólo interesa a los inversores extranjeros sino que ha movilizado a nuevos actores, sobre todo en el sector de las telecomunicaciones. Empezó Orange en 2017, ofreciendo alarmas de Tyco ADT con control desde el móvil. Le siguió, en septiembre de 2019, Movistar, que anunció la compra (por 300 millones) de la mitad del negocio de alarmas de Prosegur (empresa de seguridad privada líder en España y 3ª del mundo, controlada por la familia argentina Gut-Revoredo), para ofrecer este servicio a sus 5 millones de clientes, que pueden conseguir un servicio de alarma junto al paquete Fusion (teléfono fijo y móvil, internet y TV de pago). En noviembre de 2020 se sumó Vodafone, que ahora también ofrece alarmas de Securitas Direct (sin entrar en su capital), junto a los paquetes convergentes. Y los últimos en apuntarse al negocio de las alarmas son Mas Móvil y El Corte Inglés, que firmaron (también en noviembre de 2020) un acuerdo de colaboración para ofrecer juntos alarmas de SICOR, la nueva división de seguridad y servicios creada por El Corte Inglés tras la compra del grupo de Seguridad privada Mega2.

Así que ahora hay muchas empresas a competir por el jugoso negocio de las alarmas, que pudo mover 1.700 millones de euros en 2020, de los que 1.000 millones los facturó Securitas Direct, seguido de lejos por Prosegur (400 millones) y Tyco ADT (100 millones). En total, pueden haber instalado ya 1.700.000 alarmas, la gran mayoría Securitas Direct (1.250.000), seguida de Prosegur-Movistar (200.000 alarmas) y Tyco ADT (100.000 alarmas), propiedad de la multinacional norteamericana Johnson Control, con una escasa presencia en el campo de las alarmas de viviendas de Sabico, Sasegur, Alartec, Visegur, Grupo Control, INV  y las grandes empresas de seguridad privada (Eulen, Ilunion y Loomis).

El negocio de las alarmas para el hogar se basa en las cuotas mensuales, cada vez más bajas, con ofertas desde 29,90 a 40 euros mensuales, que aseguran unos altos ingresos fijos anuales, a los que hay que sumar múltiples ingresos adicionales por complementos y accesorios  (“ya que…): pulsador de pánico, detector de humo, sirena exterior… Todo para que, al final, avisen de un problema y contacten con la policía, con múltiples quejas de usuarios por la tardanza en los avisos (hay demandas en los Juzgados). Pero si hay un robo, la alarma no compensa la posible pérdida, lo que sí conseguimos con un seguro de hogar, que por 30 euros al mes (y menos) cubre de cualquier eventualidad y recuperamos lo perdido (incluso si nos roban en el portal o alrededores de la vivienda).

Algunos consumidores han criticado la publicidad de Securitas Direct y otros, por incitar al miedo y aprovecharse de ello. Pero estos anuncios superan los filtros de Autocontrol, la asociación de anunciantes que autovigila la publicidad. Habrá que ver qué sucede con la próxima regulación de la publicidad que contempla la futura Ley de Comunicación Audiovisual, que prepara el Ministerio de Asuntos Económicos. Habría que realizar una supervisión más rigurosa de esta publicidad, dado que las estadísticas no justifican “sembrar el miedo para vender alarmas”. El que quiera que se instale una, pero las empresas no deberían alentar el miedo. “Solo hay que tener miedo al miedo”, dijo Roosevelt en 1933. Pues eso.

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