lunes, 29 de marzo de 2021

Pandemia: Europa retrasa vacunas y ayudas


Los contagios llevan aumentando 12 días, desde el miércoles 17. Estamos en la 4ª ola, más bien una “meseta”, con pequeñas subidas diarias pero muchas muertes (196 diarias). Hay 7 provincias en alerta 4 (la máxima) y 7 regiones (Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña, Asturias, Ceuta y Melilla) con alto nivel de contagios. Y Europa  agrava su 3ª ola, lo que les ha obligado a restricciones más duras. Pero aquí, se discute recortar horarios en la hostelería y reducir más la movilidad, mientras llegan turistas europeos (con PCR). No aprendemos. Las próximas semanas pintan mal: domina ya la variante británica (más contagiosa) y el ritmo de vacunas sigue lento, porque Europa ha fallado en las entregas. Y se van a retrasar las ayudas europeas (a septiembre) y las españolas (a junio), que sólo llegarán a 1 de cada 6 empresas. Con el retraso de vacunas y ayudas, la recuperación se retrasa. Y el malestar ciudadano crece, mientras los políticos sólo piensan en las elecciones de Madrid. Mal vamos.

Enrique Ortega a partir de Magritte

La pandemia arrecia en todo el mundo, con un aumento de contagios en el último mes y superando otra vez los 700.000 nuevos contagios diarios (714.605 el 25 de marzo): hoy son ya 127.116.964 contagiados en 192 paises, según los datos de la Universidad Johns Hopkins. El epicentro sigue en América (55.243.776 contagiados), pero se le acerca Europa (44.181.716), seguidos de lejos por el Sudeste asiático (14.619.886), Mediterráneo oriental (7.392.128), África (3.061.438) y Pacífico (1.859.851), según la OMS. Por países, lideran el ranking de contagios Estados Unidos (30.262.123), Brasil (12.534.688) e India (11.971.624), seguidos de Francia (4.606.185), Rusia (4.469.327), Reino Unido (4.347.013), Italia (3.532.057), España (3.255.324), Turquía (3.208.173) y Alemania (2.784.652), según la Jhons Hopkins.

Los muertos de la pandemia también han repuntado, volviendo a superar los 10.000 diarios (11.708 el 25 de marzo: son ya 2.783.689 muertos por COVID-19, según la Universidad Johns Hopkins, concentrados en América (1.331.419 muertos) y Europa (954.651). El ranking de fallecidos lo encabeza Estados Unidos (549.335), seguido de Brasil (312.206), México (201.623), India (161.552), Reino Unido (126.834), Italia (107.933), Rusia (96.123), Francia (94.754), Alemania (75.959) y España (75.010 muertos). Somos el 16º país en mortalidad COVID por 100.000 habitantes (156), por detrás de Chequia (240), Bélgica (199), Reino Unido (190), Italia (176), EEUU (167), Portugal  (163) y México (158), entre los grandes. Y tenemos una tasa de mortalidad COVID (2,3% muertos/contagiados) de las más bajas de Europa (3,1% en Italia, 2,9% en Reino Unido, 2,8% en Alemania y 2,1% en Francia) y del mundo (9% en México, 2,5% en Brasil, 1,8% en EEUU y 1,4% en India), según Sanidad.

En Europa, 21 de los 30 paises controlados por el Centro de control de enfermedades (ECDC) han visto aumentar los contagios en el último mes, con una tasa media de 434 contagios por 100.000 habitantes (los últimos 14 días), que se espera siga aumentando, porque la variante británica (más contagiosa) aparece en el 65,8% de los casos. Y en 14 paises europeos han aumentado los ingresos hospitalarios y los enfermos en UCI, mientras 9 paises tienen ahora más muertos por COVID. El peor país es la República Checa (1.230 contagios/100.000 habitantes), seguido de Polonia (804), Francia (647) y Suecia (626), Italia (522, Paises Bajos (506), Bélgica (475) y Austria (464). Alemania está mejor que la mayoría (227, aunque tenía 146 hace dos semanas) y también España (138,6), siendo los paises europeos con menor incidencia Portugal (64,6) y Reino Unido (116), según Sanidad.

España lleva 12 días aumentando los contagios, desde que el martes 16 de marzo acabó la 3ª ola (con un “suelo” de 127,80 contagios/100.000 habitantes), y el viernes 26 estábamos en 138,6 contagios, tras pequeñas subidas diarias. Pero la situación es muy desigual por autonomías, según los datos de Sanidad. Hay 2 regiones con un “riesgo extremo” (más de 250) de contagios: Melilla (501,8 contagios/100.000 habitantes) y Ceuta (260,7). Y otras 5 autonomías con un “riesgo alto” (150-250): Madrid (241), Navarra (223), País Vasco (214), Cataluña (184,6) y Asturias (163). El resto tienen un “riesgo medio” (50-150), salvo la Comunidad Valenciana (28,5), la única con un “riesgo bajo” (el objetivo: de 25 a 50). Y ha bajado en todas el porcentaje de positivos (5,56% de media), sólo “alto” en Melilla (11,09%).

Aunque suben (despacio) los contagios, se estabilizan las hospitalizaciones y los enfermos en UCIs, porque hay más mayores vacunados (aunque falta completar la vacunación de la mitad de los mayores de 80 años). El viernes había 7.679 pacientes COVID en los hospitales, 162 menos que hace dos semanas (7.841). Pero hay un “riesgo alto” (10-15% de camas ocupadas) en Melilla (14,29%), Ceuta (13%) y Madrid (11,14% camas ocupadas por enfermos COVID), según Sanidad. Los enfermos en UCIs, han bajado poco: de 1.950 hace dos semanas a 1.830 este viernes 26. Pero sigue habiendo una saturación en varias autonomías. Hay un “riesgo extremo” (más del 25% de camas UCIs ocupadas) en Ceuta (52,94%), Melilla (41,18%), Madrid (34,29%), La Rioja (33,96%) y Cataluña (31,97%). Y un “riesgo alto” (15-25% ocupación) en Aragón (23,31%), Asturias (23,01%), Castilla y León (22%), País Vasco (17,97%) y Canarias (16,56%), mientras hay “normalidad” en Extremadura (ocupadas el 3,83% UCIS) y Galicia (4,88%), con un “riesgo bajo” (5-10%) en Baleares (8,6%) y Murcia (8%), teniendo las 5 autonomías restantes un “riesgo medio” (10-15% ocupación).

Y al final están las muertes, que se han reducido algo en las últimas 2 semanas: 2.752 fallecidos del viernes 12 al viernes 26 de marzo, frente a 3.116 la quincena anterior (27 febrero-12 marzo) y 4.395 en la quincena anterior de febrero (12-26). Este descenso de muertes (aunque todavía hay 196 diarias) se debe a la caída drástica de muertes en residencias de ancianos, que han pasado de 788 muertes semanales a finales de enero a 80 a finales de febrero y a 17 muertes semanales a mediados de marzo (del 8 al 15), por las vacunaciones,  según los últimos datos de Sanidad. En las dos últimas semanas, los mayores aumentos de muertes se han dado en Cataluña (+1.529 muertos), Andalucía (+343), Madrid (+183), Comunidad Valenciana (+136) y Castilla y León (+112 muertes), según Sanidad. Y lo más llamativo es que de los 75.010 muertos por COVID-19, más de un tercio (29.499) han fallecido desde principios de diciembre.

Tras este balance de contagios, positivos, hospitalizados y camas UCI, los 4 indicadores que vigila Sanidad, el Ministerio resume así (ver mapas) la situación de la pandemia con datos al 22 de marzo: hay 7 provincias en situación de “riesgo extremo”, en alerta 4: Madrid, Ceuta, Melilla, Soria, Lérida y Almería. En alerta 3 hay tres autonomías (Cataluña, País Vasco y Asturias), más Burgos, Palencia, Granada, Gran Canaria y Zaragoza. Y al otro extremo, en alerta 1 (la mejor situación), están la Comunidad Valenciana, Extremadura, Baleares, Murcia y Galicia, más Ávila, Zamora, Teruel, Cuenca, Albacete, Huelva, Málaga y Cádiz, quedando las 15 provincias restantes en alerta 2.

Según este nivel de alerta, así se permite la movilidad y la apertura de bares y comercios, aunque lo decide cada autonomía. Sanidad ha intentado restringir más la actividad y la movilidad esta Semana Santa, como ha hecho Alemania, Francia, Reino Unido y la mayoría de Europa, pero las mayores restricciones no se han aprobado (ver restricciones para Semana Santa), aunque el Gobierno y las autonomías estudian esta semana endurecer las restricciones (cerrar interior bares y restaurantes) en las zonas con más contagios, de 150 a 250 por 100.000 habitantes (Madrid, País Vasco, Navarra, Cataluña y Asturias). Pero los gobiernos autonómicos no están por la labor de endurecer mucho las restricciones (salvo vascos y navarros), porque no se quieren enfrentar a una hostelería y comercio en rebeldía (con manifestaciones) y a unos ciudadanos hartos, que no entienden las restricciones cuando vienen extranjeros (con PCR), aunque Reino Unido ha prohibido los viajes fuera y tanto Alemania como Francia los desaconsejan.

Los datos de movilidad de los españoles, según los datos de Apple y Google, aumentan semana a semana (alcanza ya el 75% de la movilidad que había antes de la pandemia), como se puede comprobar en bares, tiendas, calles y carreteras. Si no se toman medidas más restrictivas, la 4ª ola seguirá adelante, aunque será en forma de “meseta”, con un nivel de contagios de 130 a 250 hasta el verano, muy inferior a la 3ª ola (que rozó los 900 contagios/100.000 habitantes en diciembre). Y seguiremos con el goteo de muertes diarias (590 el viernes 26) a las que parece nos hemos “acostumbrado”. Hay dos factores de riesgo que empujan esta “4ª meseta”: sigue aumentando la variante británica (más contagiosa y más letal, según los estudios) y tenemos un ritmo bajo de vacunación.

En España, la variante británica es ya mayoritaria (superaba el 50% de los nuevos contagios la semana pasada, según la ministra de Sanidad) y podría ser más, porque España sólo secuencia el 2% de los contagios, aunque debería analizar el 10%, según la Comisión Europea. Y esta variante británica supera el 70% de los contagios nuevos en 7 autonomías (Asturias, Cataluña, Cantabria, Navarra, País Vasco, Murcia y Baleares) y más de la mitad de contagios en las restantes, salvo en Aragón (18,3%), según Sanidad.

Con todo, el problema más preocupante es el retraso en las vacunas. España ha puesto ya (datos 25 marzo) una primera dosis a 7.067.371 españoles  y 2.505.842 personas tienen ya las 2 dosis. Son sólo el 5,2% de toda la población (en Europa se ha vacunado al 4,2%) y el 9% de los adultos (27,55 millones), muy lejos del objetivo europeo de vacunar al 70% de los adultos para el 21 de septiembre. Con estos datos, faltan de vacunar completamente 25 millones de personas, que son 50 millones de pinchazos. En 6 meses que quedan, serían una media de 278.000 pinchazos diarios, frente a los 94.000 pinchazos diarios hasta ahora. Así que parece imposible lograr esa ”inmunidad de rebaño” antes de noviembre o diciembre.

El retraso en la vacunación tiene 2 causas, una española y otra europea. El problema español es que sólo estamos administrando el 83,1% de las dosis recibidas, aunque hay autonomías que vacunan más (90,4% Andalucía) y otras menos (78,5% Castilla la Mancha o País Vasco), debido a la mala planificación y a la falta de personal y medios, que impide vacunar todos los días 12 horas. Y encima, hay diferentes criterios: en Cataluña o Galicia se ha vacunado a personas "no esenciales" con 60 años (Iceta) y menos (de 50 a 55 años en Galicia), mientras faltan por vacunar la mitad de los mayores de 80 años.

Pero el mayor problema de las vacunas viene de Europa: nos llegan pocas por la mala gestión que está haciendo la Comisión Europea. Se ha hecho mal desde el principio, como resume este interesante artículo del Nobel norteamericano Paul Krugman: se ha regateado en exceso en el precio a costa de no asegurar el suministro, se ha retrasado la compra y se ha retrasado en exceso el proceso de autorización de las vacunas (varias semanas después que en EEUU y Reino Unido), por demasiada burocracia. Y encima, se ha “dudado” con la vacuna de AstraZeneca, perdiendo dos semanas clave y alimentando los miedos a las vacunas. El resultado es que los paises europeos han administrado unas 14 vacunas por 100 habitantes (13,66 Alemania, 13,98 Francia o 13,99 España) frente al triple en Reino Unido  (45,94 por 100) EEUU (39,42 por 100), y todo el país en Israel (114 por 100), según los datos de Our Word in Data. Las vacunas, un desastre europeo.

Este retraso en la vacunación, más la 3ª y la 4ª ola, han agravado la pandemia pero también la economía, que no acaba de recuperar su actividad. El BCE, el Banco de España y el propio ministro Escrivá creen que la economía caerá en el primer trimestre, mientras la OCDE estima que España crecerá menos en 2021 (+5,7%) y que habrá que esperar a 2023 para recuperar lo perdido con la pandemia. Pero hay otro factor que también retrasa la recuperación: el retraso en la llegada de las ayudas europeas.  Hay dos motivos. Uno, burocrático, ligado a la complejidad de la UE: los Parlamentos de todos los paises tienen que aprobar los nuevos ingresos que sostienen los Fondos de recuperación. Y hasta hoy, sólo13 paises (incluida España) lo han aprobado en sus Parlamentos. Y para añadir incertidumbre, el Tribunal Constitucional alemán  paralizó provisionalmente el viernes la ratificación alemana de los fondos europeos, lo que retrasará su puesta en marcha.

El otro motivo del posible retraso de los Fondos es más preocupante: para liberar el dinero, la Comisión exige que los paises les presenten los Planes de inversiones y reformas. Y aunque hay de plazo hasta el 30 de abril, todavía hay 7 paises que no los han enviado: Irlanda, Lituania, Austria, Malta, Estonia, Paises Bajos y Luxemburgo. Eso puede retrasar el examen a los 27. Y sin aprobarlo no hay dinero. Se esperaba liberarlo para finales de junio, pero no llegará hasta septiembre. Como pronto. Y España espera  recibir 140.000 millones (72.000 a fondo perdido), claves para nuestro Plan de recuperación.

Así que nos encontramos con que un año largo después del inicio de la pandemia, Europa no ha entregado ni un euro de ayuda a los paises, salvo los 62.000 millones del Fondo SURE entregados a 16 paises (13.900 a España), que son “créditos” (no ayudas directas) para financiar los ERTES y el desempleo. De los 750.000 millones de ayudas (sólo 400.000 millones a fondo perdido) y los 1.074.000 millones extras en 7 años (2021-2027) del Presupuesto comunitario, aprobados en la Cumbre europea de julio de 2021, apenas ha llegado nada y no se espera el grueso del dinero hasta 2022 y 2023, con dos años de retraso. Mientras, el presidente norteamericano Biden aprobó el 11 de marzo (menos de dos meses después de tomar posesión) un paquete de ayudas directas de 1,9 billones de dólares, que se suma a los 900.000 millones de ayudas aprobados por el Congreso USA en diciembre y a los 2,2 billones de dólares aprobados por Trump en marzo de 2020. En total, un  rescate de 4,2 billones de euros, ya actuando, frente a los 750.000 que no llegan de Europa. Las ayudas a la recuperación, el 2º desastre europeo junto a las vacunas.

En el caso de España, el Gobierno también ha retrasado las ayudas directas a las empresas y autónomos, finalmente aprobadas en el Congreso el 25 de marzo, más de un año después del inicio de la pandemia. Y ahora, su llegada a los afectados, a través de las autonomías, se va a retrasar “hasta el verano”, según reconocía la Ministra de Hacienda. Y además, esos 7.000 millones de ayudas directas van a llegar sólo a unos pocos, a 1 de cada 12 empresas y a 1 de cada 6 autónomos, de los 5 sectores considerados más afectados  (agencias de viaje, alojamiento, transporte aéreo, bares y restaurantes y actividades audiovisuales), de Andalucía, Canarias, Cataluña y Baleares. Poco dinero, tarde y para pocos, lo que agravará la situación de muchos negocios, empujando cierres y despidos.

Tenemos un panorama muy feo: una pandemia que aumenta los contagios porque las autonomías han abierto la mano y muchos ciudadanos incumplen las normas (no aprendemos), un virus que se resiste con variantes más peligrosas, unas vacunas que no llegan y unas ayudas (europeas y españolas) que se retrasan y son insuficientes. Y mientras, los políticos preocupados en atacarse sin pausa para afrontar las elecciones de Madrid, que enrarecen aún más el clima político en plena pandemia. Hay pocos motivos para la esperanza y muchos para el malestar y el hartazgo. Pero podemos hacer mucho: cuidarnos y quedarnos en casa. 

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