Los cinco grandes
bancos españoles ganaron hasta septiembre 11.400 millones de euros, más que en todo el año 2016. Y eso ha
sido gracias a que nos han cobrado un
11% más en comisiones, sobre todo de tarjetas, cajeros, cuentas, fondos y
Bolsa. Y también porque han abierto la mano en créditos al consumo, cobrando tipos más altos que en Europa, aunque
sólo nos pagan el 0,1% por los depósitos (donde tenemos 775.000
millones de euros). Además, les ha ayudado a ganar más el seguir cerrando oficinas y despidiendo empleados,
81.500 ya desde 2008. Ahora, la banca ya ha anunciado nuevos despidos (1.585 el
Santander, tras absorber el Popular) y seguirá subiendo las comisiones,
mientras espera que 2018 sea un año
de grandes beneficios, porque subirán
los tipos de interés (BCE). Es bueno que la banca sanee sus cuentas, pero,
tras las cuantiosas ayudas públicas recibidas,
debería cambiar: ser más transparente, más ética y más eficiente,
no “brearnos” a comisiones. Necesitamos otra
banca.
La banca sí ha salido de la crisis, mientras el 70% de los españoles afirman que todavía no notan la recuperación. Los cinco grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell) han conseguido, de enero a septiembre de 2017, unos beneficios netos de 11.400 millones de euros, un 24,3% más que en los nueve primeros meses del año pasado y más beneficios que en todo 2016 (8.755 millones), año que les cayeron los beneficios (-22,3%) por las pérdidas del Banco Popular. Casi la mitad de estos beneficios de 2017 los tiene el Santander (5.077 millones), seguido de BBVA (3.449 millones), CaixaBank (1.488), Bankia (739) y Sabadell (654 millones). Con todo, el beneficio de los cinco grandes bancos españoles aún no ha recuperado el nivel de antes de la crisis (15.093 millones enero-septiembre 2008).
enrique ortega |
La banca sí ha salido de la crisis, mientras el 70% de los españoles afirman que todavía no notan la recuperación. Los cinco grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell) han conseguido, de enero a septiembre de 2017, unos beneficios netos de 11.400 millones de euros, un 24,3% más que en los nueve primeros meses del año pasado y más beneficios que en todo 2016 (8.755 millones), año que les cayeron los beneficios (-22,3%) por las pérdidas del Banco Popular. Casi la mitad de estos beneficios de 2017 los tiene el Santander (5.077 millones), seguido de BBVA (3.449 millones), CaixaBank (1.488), Bankia (739) y Sabadell (654 millones). Con todo, el beneficio de los cinco grandes bancos españoles aún no ha recuperado el nivel de antes de la crisis (15.093 millones enero-septiembre 2008).
Tomando a toda la
banca española, los últimos datos de la patronal AEB son del primer semestre de 2017: ganaron 6.964 millones de
euros, un 18,6% más que en el primer
semestre del año pasado y casi tanto como lo ganado en todo 2016 (7.987 millones). Eso sí, todavía están lejos de recuperar los beneficios de antes de la crisis, los 9.712
millones ganados en el primer semestre de 2008.
Los beneficios de la
banca mejoran sensiblemente este año por varias razones. La principal,
porque siguen aumentando los ingresos por comisiones que cobran a los clientes. Los cinco grandes bancos
han ingresado por comisiones 15.716 millones en los nueve primeros meses de 2017, un 11% más que en 2016, destacando el
tirón de las comisiones en Santander
(8.648 millones, +14,6%), BBVA (3.705
millones, +4,2%), CaixaBank (1.867 millones, +20,8%), Sabadell (904 millones, +5,1%) y Bankia (636 millones,
+4,1%). Para toda la banca española,
tenemos los datos del primer semestre: 7.265 millones ingresados por comisiones, un 8,77% más, casi tanto como antes de la
crisis.
La banca española ha conseguido en 2017 aumentar sus
ingresos por comisiones en casi todo, desde lo que
cobran por transferencias, descubiertos o mantenimiento de cuenta a las
comisiones por venta de seguros, fondos
y Planes de pensiones, sin olvidar el fuerte aumento en las comisiones por
operar en Bolsa. Y sobre todo, han aumentado mucho los ingresos por sacar
dinero en los cajeros y por la
operativa de las tarjetas de crédito,
sin olvidar las comisiones que cobran en los créditos personales e hipotecas.
Muchos bancos han aumentado la comisión que cobran por tener una cuenta corriente,
sobre todo a los clientes “no
vinculados”, los que no tienen la nómina domiciliada ni contratan otros
servicios (el Santander, por ejemplo, con la Cuenta 1,2,3). E incluso varios cobran por algunas operaciones hechas en las oficinas, en un intento de que vayan menos los clientes y
usen los canales “online”. También han subido las comisiones por descubierto, que son dos: una fija (entre 30 y 45 euros) y otra
variable, sobre el importe del descubierto, que ronda el 4,5% (con un mínimo de
15 a 20 euros). Y suben las comisiones por hacer transferencias, que pueden ser gratis (banca online) hasta un
0,35% de lo transferido (con mínimos de 3 a 8 euros por operación). A partir del 21 de noviembre, las transferencias serán instantáneas (10 segundos), al entrar en vigor el nuevo sistema europeo de transferencias, pero no gratuitas (el cargo, 3 euros o más por transferencia, dependerá de cada banco y cliente).
Este año 2017, una gran fuente de comisiones son las operaciones en los cajeros (455.000 operaciones en el primer semestre, un 1,5% menos que el año pasado), tras la aprobación de las nuevas tarifas en enero de 2016.Los
grandes bancos cobran entre 1,80 (BBVA) y 2 euros (CaixaBank) a los clientes de
otras entidades que usan sus cajeros, mientras Bankia y las cajas de la red
Euro 6.000 cobran entre 0,65 y 1,80 euros por operación de clientes de terceras
entidades. Ahora, tras la reciente fusión de 4B, Servired y Euro 6000, operativa a partir de enero, podrían incluso endurecerse los cobros, al gestionar una única sociedad (un monopolio de hecho) los 50.193 cajeros existentes.
Pero la gran fuente de comisiones son las tarjetas de crédito, que han
batido en 2017 todos los récords:
77,25 millones de tarjetas en junio
(50,85 de crédito y 26,40 de débito). Y con las tarjetas, la banca ingresa por todos los lados: desde que las coloca
al cliente (comisión anual de 35 a 45 euros al año) hasta lo que cobra a la
tienda por el TPV y las compras (el 0,3% por operación en las tarjetas de
crédito y un 0,2% en las de débito, más de 3 millones de operaciones al año)
más los ingresos por descubierto, cuando nos pasamos en el límite de compras. Y
luego están las compras que se hacen a crédito, con las tarjetas revolving: se paga cada mes una cantidad fija, que es como un crédito por el que se pagan
intereses (rozan el 20% anual). Este uso de las tarjetas para comprar a crédito se ha
disparado y supuso un gasto de 12.765 millones al mes en septiembre, según el Banco de España (frente a 10.432 millones en septiembre de 2016), por el los bancos
cobraron jugosos intereses.
También ayuda a engordar las comisiones que la banca haya empezado a dar más créditos a las familias (no a
las empresas). Por un lado, los bancos
llevan dos años y medio concediendo más créditos al consumo, para
comprar coche, pagar estudios o irse de vacaciones, con importes bajos y plazos
cortos. Este año, de enero a septiembre, la banca española concedió 21.056 millones en crédito al consumo, un 15,6% más que el año pasado y el doble que en
todo 2012. Unos créditos donde la banca cobra de media el 8,83%, bastante más
que los bancos de la zona euro (6,20%), según datos del BCE. Y donde además carga comisiones y a veces exige contratar un
seguro (más comisiones). Por otro lado, la banca está concediendo más hipotecas (26.500 al mes, el doble que hace cuatro años),
en las que cobra un interés similar al de la banca europea (2,21% frente a
2,20%), mientras intenta que los clientes contraten a tipos fijos (ya lo tienen
el 40% de las hipotecas), que les dejan más rentabilidad. Y además, también por las hipotecas cobran comisiones: de estudio, de apertura (hasta 2.000
euros), de cancelación parcial o total (0,25 al 0,50%)…
Y todo este dinero que presta la banca, en crédito al
consumo o hipotecas, es dinero que no le
ha costado nada: los tipos de interés oficiales del dinero están en el 0% y el dinero que les dejan los clientes en depósitos (775.000 millones de euros) sólo les cuesta
el 0,1 % de media, según datos del BCE. En los depósitos a un
año, por ejemplo, la banca española paga el 0,09% a sus clientes, muy por
debajo de la media que paga la banca europea (0,37%). Y en las cuentas a la vista, pagan el 0,04% (el
0,05% en la zona euro).
En resumen, la banca española consigue aumentar sus beneficios (un +24,3% los
cinco grandes) gracias a que ingresan
más por comisiones y a que prestan más dinero que no les cuesta. Además, en
2017 siguen haciendo caja con la venta de viviendas
con las que se habían quedado a la fuerza (de promotores y clientes morosos):
en los primeros 9 meses ya se han desprendido de 52.000 millones en activos
inmobiliarios, 30.000 el Santander, del Popular), frente a 22.000 millones
ingresados en 2016. Y se espera que sigan vendiendo inmuebles en 2018, con el
objetivo de que el ladrillo deje de ser un lastre para la banca en 2019. Y otra vía de mejorar beneficios ha sido recortar costes, cerrando oficinas y despidiendo empleados. Entre 2008 y 2016, la banca española ha cerrado 16.000 oficinas (1 de cada 3) y
ha recortado 81.575 empleos (3 de
cada 10), según el Banco de España. Y el ajuste no ha terminado: Santander ha anunciado 1.585 despidos más (por la absorción del Popular), Bankia otros 1.300 (por la fusión con BMN) y Evo Banco otros 270, mientras los expertos creen que la banca
recortará otro 30% sus plantillas en los próximos 10 años.
Bueno, ya sabemos por
qué la banca española recupera sus beneficios de siempre. Ahora se espera
que los beneficios se disparen en 2018 y
2019, porque la mayoría del ajuste
está hecho (ya no tienen que dedicar tanto dinero a saneamientos y
provisiones), porque “harán la digestión”
de las fusiones (más negocio y menos costes) y, sobre todo, porque subirán los tipos de interés en Europa (BCE), la clave del negocio bancario: poder cobrar más por el dinero. Eso
sí, el crédito no despega y llevamos ya casi 9 años de caída del crédito "vivo" (el crédito nuevo que se concede es
menor que el que se devuelve o amortiza): un recorte del crédito a empresas y
familias del 33% (-611.000 millones)
desde 2008, según el Banco de España. Y todavía habrá que esperar a que crezca, porque falta que se recupere el crédito a
las empresas, porque la banca tiene miedo de prestar y porque hay pocas
empresas solventes que se lancen a endeudarse para invertir más.
Por ello, los bancos van a seguir centrando su negocio en los préstamos
personales y en conceder algunas
hipotecas más (solo a clientes con trabajos fijos y sueldos decentes), pero
sobre todo en cobrar más comisiones a la mayoría de los clientes, la principal fuente de sus
beneficios. “En la próxima década, el
cobro de los servicios prestados será la norma”, advirtió
el año pasado la patronal bancaria AEB,
mientras la mayoría de entidades, ante la apatía del crédito, busca más
ingresos en el negocio no específicamente
bancario, como los seguros, los
fondos de inversión, la operativa de Bolsa y sobre todo, las tarjetas de
crédito, vía comisiones crecientes. Y en la operativa diaria, buscan cargar más comisiones a los clientes no vinculados (sin nómina, tarjetas,
créditos o productos), los que no aportan
negocio.
Es la estrategia de la banca española, mientras se enfrenta
a dos problemas de fondo: recuperar su mala imagen entre los clientes (se presentan más de 1.000 demandas diarias contra la banca en los Juzgados, sólo por hipotecas) y
afrontar la digitalización, un reto en el que afrontan la creciente competencia de los grandes de Internet (Google, Apple,
Facebook, Amazon), que cada vez ofrecen más medios de pago y servicios financieros.
Para afrontarlos, necesitan crear una nueva banca, más dinámica, más ágil, más transparente y, sobre todo, más cercana al cliente, que no les
perdona que les hayan engañado (venta
de acciones preferentes, cláusulas suelo) y
que les quieran cobrar por todo,
sobre todo después de haber sido rescatados
con dinero público que
mayoritariamente no se podrá recuperar (41.150
millones). España necesita una banca
rentable para financiar la recuperación, pero no a costa de “brear” al
cliente con comisiones y tipos más altos que en Europa. Necesitamos una banca más eficiente, justa, transparente y más comprometida con la
recuperación y el empleo. Urge tener una banca “nueva”.
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