lunes, 17 de octubre de 2016

Los bancos avisan: cobrarán más comisiones


Los dos grandes bancos españoles lo han dicho muy claro: van a cobrar más comisiones. Y la patronal bancaria AEB lo apostilla: “el cliente tiene que acostumbrarse a pagar comisiones”. Ya  las pagamos: unos 400 euros al año por cliente, según ADICAE. Pero ahora, como hay pocos préstamos y a la banca le han caído los márgenes (con los tipos tan bajos), tienen que sacar más dinero de las comisiones. Y nos las subirán, con apoyo del Banco de España. Sobre todo, cobrarán más comisiones  a los clientes que les den poco negocio, que no tengan con ellos nómina o hipoteca. Y subirán especialmente las comisiones por operar en Fondos o en Bolsa, por Planes de pensiones y seguros, donde la banca busca ahora su negocio. Parece justo que la banca, como Internet, el cine, los libros o la música, sea un servicio que hay que pagar. Pero con comisiones razonables, transparentes y más controladas por el Banco de España, no abusando del cliente, como muchos cobros que nos cargan ahora.
 
enrique ortega


Las comisiones han sido siempre la segunda fuente de ingresos de la banca, tras lo que ganaban con su negocio básico (prestar dinero).Pero desde hace cinco años, con el desplome del crédito y la caída a mínimos de los tipos de interés, sus márgenes de beneficios se han resentido. Y los bancos han tratado de compensarlo subiendo los ingresos por comisiones, a costa de nosotros, sus clientes. Y lo han conseguido. Así, los ingresos por comisiones netas han pasado de 16.144 millones en 2009 a 17.558 en 2011 y a 17.495 millones en 2015, un año con récord histórico de aumento de comisiones (+840 millones, un +5%), según los datos de la patronal bancaria AEB. Y en 2016 va camino de batir un nuevo récord de ingresos por comisiones: van 8.769 millones hasta junio, un 1,9% más que en la primera mitad de 2015.

¿Por qué están subiendo las comisiones? Porque son la válvula de escape de los bancos para recomponer sus cuentas, muy deterioradas por la caída del negocio tradicional (el crédito no despega) y por los bajos tipos de interés, que reducen sus márgenes de beneficios. Y este panorama todavía va a durar, porque el crédito no despunta (sobre todo a empresas)  y los tipos de interés van a seguir bajos mucho tiempo, como augura el Banco Central Europeo (BCE). Y encima, han aumentado las exigencias  a la banca de capital y de provisiones (dinero en el cajón “por si vienen mal dadas”), lo que complica aún más sus cuentas. En este contexto, los bancos españoles aumentaron su beneficio sólo un 5,6% en 2015. Y este año 2016 les sigue cayendo su margen, según los datos de la AEB. En este contexto, sólo pueden hacer dos cosas: recortar costes (han cerrado la mitad de oficinas desde 2008 y han despedido a 83.753 personas, uno de cada tres empleados) y aumentar comisiones a los clientes.

Y ya lo están haciendo, sobre todo desde 2011. De hecho, los españoles pagamos una media de 400 euros en comisiones en 2015, 80 euros más que en 2014 (+25%), según un estudio elaborado por ADICAE en marzo. Y las comisiones bancarias en España están entre las más altas de Europa, sobre todo por sacar dinero de cajeros. La mayor parte de las comisiones las pagamos sin casi notarlo, por 3 conceptos: por el mantenimiento de la cuenta o libreta (120 euros de media), por las tarjetas (de 20 a 45 euros de media) y por un abanico de comisiones coyunturales (por descubiertos, por transferencias, por correspondencia…). Actualmente, con los ingresos por comisiones, los bancos españoles cubren ya el 43% de sus costes y consiguen el 21,4% de sus ingresos brutos (margen bruto), según las cuentas de la AEB. Pero todavía tienen margen para subirlas más, porque hay paises europeos donde las comisiones tienen más peso: en Reino Unido suponen el 26% de los ingresos brutos de la banca, en Alemania el 27% y en Francia e Italia el 33%, según un estudio de BBVA Research.

Luego tienen margen para ingresar más por comisiones. Los bancos lo saben y ya han anunciado que nos las van a subir. Lo han dicho claramente, sin tapujos. El último, Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, el 14 de septiembre: “Las entidades financieras deben cobrar por los servicios que prestan”. Unos meses antes, en abril, el responsable de Santander España, Rami Aboukhair, lo  decía aún más claro: “Se tienen que acabar las comisiones cero para ser rentables. Hay que empezar a cobrar cada servicio que se ofrece al cliente”. Y el presidente de la patronal bancaria AEB, José María Roldán, decía también en abril de 2016: “El cliente tiene que acostumbrarse a pagar comisiones”. Todo ello, “bendecido”  y hasta promovido por el Banco de España, que teme una segunda ronda de crisis bancarias y prefiere antes que los bancos aumenten sus ingresos subiendo las comisiones a sus clientes. Así, el pasado 17 de junio, el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, animaba  a los bancos a subir comisiones: “Tienen margen para hacerlo”, repitiendo una idea que ya lanzó en 2015: la banca española debe apostar por las fusiones y por subir comisiones.

Ya nos han avisado: los bancos nos van a subir (más) las comisiones. ¿Cuáles? Todas, aunque unas más que otras. La primera subida importante, la de las comisiones por sacar dinero en el cajero, ya nos la están aplicando desde la pasada Navidad: si antes cobraban una media de 65 céntimos por sacar dinero en un cajero de otro banco, ahora estamos pagando entre 1,80 y 2 euros por operación, gracias al decreto ley que aprobó en octubre de 2015 el Gobierno Rajoy, a raíz de la subida impuesta por CaixaBank. Sólo con esta subida de la comisión por uso de cajeros, la banca va a ingresar 181 millones extras al año. Una subida que beneficia sobre todo a la gran banca, según la Comisión de la Competencia (CNMC), porque entre CaixaBank, Santander y BBVA controlan el 49% de los cajeros instalados en España.

Otras comisiones que se están multiplicando son los cobros por cuentas, sobre todo a clientes que dan poco negocio (los llaman “poco vinculados”, porque no tienen nómina, recibos o hipotecas ni préstamos personales con el banco).  Actualmente, mantener una cuenta corriente sin nómina cuesta 45 euros anuales (Bankinter), 48 euros en CaixaBank o BBVA, 60 euros en Bankia, 60 euros en Sabadell, 96 euros en Santander y 120 euros en el Popular. También están subiendo los pagos anuales por tener una tarjeta de crédito o de débito (el coste se ha triplicado desde 2012, según ADICAE). Y se está cobrando comisión (de 3 euros y más) por hacer algo que antes no la tenía: realizar ingresos por ventanilla (para “echar” a los clientes de las oficinas) o añadir el remitente en un simple ingreso (hasta 10 euros). O la comisión de apertura en una hipoteca. O los gastos por envío de correspondencia.

Y luego se mantienen y generalizan comisiones que son consideradas "abusivas" por ADICAE : pagos a terceros en una sucursal (comisión del 0,25% en Popular al 0,48% en Santander), cobro por apunte (entre 0,40 y 0,60 euros, además de cobrar por mantenimiento o administración de cuenta), cobro por liquidación de intereses y gastos y cobro de comisiones por cuentas que se han abierto por imposición de la entidad (para pagar los intereses de una hipoteca o abonar los rendimientos de un depósito), comisión esta última que no debería cobrarse según el banco de España. Y además, ADICAE denuncia los cobros excesivos por descubiertos (de 18 a 20 euros más una segunda comisión por notificación, que puede llegar a 45 euros, aunque el descubierto se haya cubierto).

Cara a los próximos meses, lo que van a hacer los bancos es clasificar mejor a sus clientes y estandarizar el cobro de comisiones según los perfiles de clientes. Por un lado estarán los clientes que dan negocio, los que tienen nómina, recibos, hipotecas, créditos, tarjetas y posibles inversiones (Fondos, Planes, valores o seguros). A este grupo tratarán de cobrarles más comisiones por los servicios que les prestan (hipotecas, Fondos, valores), que “se ven poco”,  y menos comisiones “de las que más se ven”, por cuenta, apuntes, transferencias, tarjetas o cajeros. Se trata de sacarles ingresos sin forzar que se vayan. Y luego, a los clientes que no dan negocio, cobrarles por todo lo que puedan, se note o no, sin ningún temor a que se vayan a otro banco porque “no les interesan”. Con ello, se abre una “guerra entre bancos” por quedarse los clientes rentables, cuidando sus comisiones (por eso las engañosas campañas "No comisiones").

El otro gran cambio será un aumento de las comisiones por productos, básicamente por Fondos, Planes, Bolsa y seguros, el negocio por el que está apostando la banca ahora que no se recupera el crédito. De hecho, hoy ya, el grueso de las comisiones que ingresa la banca es más por estos productos que por cuentas, cajeros o tarjetas. Y su pretensión es cobrar más comisiones en el futuro. Por eso habrá que estar muy atento a las subidas de comisiones a los que tienen un Fondo, una cartera de Bolsa (por tenencia de valores y por operativa), un Plan de pensiones o un seguro. Y también van a aumentar las comisiones en las hipotecas (ahora que empiezan a crecer) y, sobre todo, en los créditos al consumo, que se han disparado en el último año. Comisiones muchas que “no se ven”, que hay que investigar para saber finalmente cuánto pagamos de comisión con un Fondo, un Plan o una acción.

Al final, “en la próxima década, el cobro de los servicios bancarios será la norma”, como ha dicho el presidente de la patronal bancaria AEB, José María Roldán, quien reconoce que el cobro de comisiones “no será fácil ni pacífico”. Sabe que la banca tiene un grave problema de imagen, de malas prácticas (preferentes) y eso no les facilita cobrarlas. Y que muchos clientes se van a “rebotar” con la subida de comisiones y se van a ir. Unos a la banca online, que cobra menos comisiones, y otros a las alternativas financieras que puedan lanzar en su día los gigantes de Internet (Google, Apple, Facebook o Amazon) y las telecos (Orange va a lanzar un banco mientras todos agilizan los pagos por móvil). Pero también saben que los clientes que se vayan tienen pocas opciones fuera: el banco de enfrente también cobra parecidas comisiones y cada vez el mercado es más reducido, por las fusiones: los tres grandes (CaixaBank, Santander y BBVA) controlan el 44% del mercado y si añadimos los otros tres (Bankia, Sabadell y Popular), dominan el 69%. Y con ese poder, este oligopolio impone unas comisiones muy similares, como se ha visto con los cajeros.

Así que poco podemos hacer ante la subida de comisiones, salvo intentar negociar con nuestro banco y amenazar con cambiar a otro si tenemos una baza para hacerlo, como nuestra nómina o nuestra hipoteca o el negocio que les damos. Pero hay un debate de fondo que no se puede obviar: la banca, como cualquier otro servicio, no puede ser “gratis total. Si pagamos por la gasolina o por la comida y deberíamos pagar por el cine, los libros, la música o la prensa, también debemos pagar por los servicios bancarios. Pero con tres condiciones: unas comisiones transparentes, justas y controladas. Transparentes porque ahora no sabemos bien cuantas comisiones pagamos y por qué. Justas, que estén justificadas por el servicio,  porque ahora hay comisiones abusivas, como pagar 45 euros por un descubierto de 1 euro o 3 euros por un ingreso en una sucursal. Y controladas, porque ahora no se publican como antes las comisiones que se cobran y además los bancos no hacen caso cuando un cliente gana una reclamación ante el Banco de España: en 2014, las entidades no rectificaron la mitad de las denuncias por cobros injustificados aceptadas por el Banco de España, nada menos que 8.029 de 15.516 denuncias respaldadas. Ni caso a estas reclamaciones, aunque fueran justas.

En definitiva, que usar un banco nos va a salir ahora más caro. Y tendremos que acostumbrarnos a pagar comisiones, como pagamos en la vida por muchos otros servicios. Pero tenemos que exigir que si pagamos comisiones, sepamos de verdad  lo que estamos pagando y que sea a cambio de un mejor servicio, de unas prestaciones que lo valgan, no un cobro arbitrario para mejorar sus beneficios. Y que si hay abusos, el Banco de España defienda al cliente hasta el final, obligando al banco a devolverle lo cobrado de más, con intereses. Todo esto no pasa ahora. Por eso llevamos tan mal que nos cobren comisiones. También, claro, porque a nadie le gusta pagar más. 

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