El mayor grupo
hospitalario europeo, el alemán Helios, acaba de comprar el primer grupo hospitalario español, Quirón Salud. Es el último episodio de la “gran movida” de la sanidad privada,
que lleva dos años de compras y fusiones.
Y eso porque la sanidad privada se ha convertido en un gran negocio: ha
duplicado su facturación y supone 1 de
cada 3 euros que se gastan en salud
en España. Un gran salto que se
asienta en los recortes y listas de espera de la sanidad pública y que tiene dos
motores poderosos: los seguros
privados de salud, que ya tienen contratados 1 de cada 5 españoles, y los conciertos de la sanidad pública:
un 23% de los ingresos de los hospitales privados proceden de pagos que hace la
sanidad pública por derivar pacientes y pruebas junto a la gestión privada de
hospitales. Ahora, todo apunta a que la
sanidad privada seguirá creciendo, a
costa de la pública y de nuestros bolsillos.
enrique ortega |
La sanidad pública
española era de las mejores de Europa hasta que llegaron los recortes en 2010: ha perdido 9.787 millones de presupuesto (1 de cada 7
euros) y 30.000 médicos y enfermeras, además de medios y tecnología. Y la
consecuencia ha sido una pérdida de calidad en la atención sanitaria, disparándose las listas de espera: ya hay
549.424 pacientes esperando para operarse y más de 2 millones esperando consultar al especialista. El resultado es que la sanidad se ha convertido en la 5ª preocupación de los españoles
(tras el paro, la economía, la corrupción y los políticos), según el CIS. Y los españoles le dan una nota
de 6,38, la segunda más baja
desde 2009, según el Barómetro sanitario 2015.
Con este panorama de
la sanidad pública, muchos españoles han optado por hacerse un seguro privado de salud, para acudir a un médico o
un hospital de la sanidad privada. De hecho, son ya 9.348.000 españoles (uno de cada cinco) los que tienen un seguro
médico privado, según datos de la Fundación IDIS: 7.428.000 se lo
pagan ellos (una media de 800 euros al año) y los 1.920.000 restantes son funcionarios (Muface, Mugeju-Justicia e
Isfas-Defensa) a los que el Estado les paga la póliza de un seguro privado. En
total, unos y otros pagaron en 2015 una
prima de 7.623 millones de euros, con la que las aseguradoras pagan a los
médicos y hospitales privados que les atienden. Actualmente, estos clientes
privados y los pagos de sus aseguradoras suponen dos tercios (un 62%) de los ingresos que tiene la
sanidad privada en España, según la consultora DBK.
Así que la sanidad
privada ha crecido primero a golpe de los
seguros médicos privados, los únicos que no paran de crecer (un 3% anual
entre 2011 y 2015) mientras bajan los de coches y se estancan los de hogar. De hecho, en España se hacen casi el doble de seguros médicos privados que en Alemania: lo
tienen 9,3 millones de personas, el 20%, mientras en Alemania lo tienen 8,8
millones, el 11%. Y cada mes, las aseguradoras nos lanzan nuevas ofertas, en una “guerra de precios” que esconde mucha
letra pequeña.
Pero hay otro potente
motor del fuerte crecimiento de la sanidad privada: los pagos que le hace la sanidad pública, sobre todo los
conciertos. Sólo en 2015, el Sistema Nacional de Salud (SNS) transfirió
a los hospitales privados 7. 623 millones de euros, un 11,6% del presupuesto
público en salud, según la Fundación IDIS. Y hay autonomías que más, como Cataluña: derivó el 25,6% de su presupuesto público en
salud (2.200 millones) a los hospitales privados (hay 32 integrados
incluso en la red sanitaria pública catalana). La segunda autonomía que más
desvía fondos públicos a la sanidad privada es Madrid
(10,6% de su Presupuesto, 852 millones), seguida de Canarias (10,5%, 270 millones) y Baleares (9,6% de su presupuesto, 123 millones). Y las que menos,
Aragón (desvía el 3,40% de su Presupuesto a la sanidad privada), Cantabria (3,80%),
Andalucía (4,40%) y Castilla y León (4,40%).
Los pagos de la
sanidad pública a la privada son, básicamente, por dos conceptos: por realizar
análisis, pruebas y operaciones a enfermos de la pública (para reducir
listas de espera) y por la gestión privada
de hospitales “públicos”: 9
hospitales (5 en la Comunidad Valenciana y 4 en Madrid, más un Centro de
análisis) que son concesiones de los gobiernos autonómicos del PP a la sanidad privada y por las que
cobran jugosos ingresos mensuales (por gestión y enfermos atendidos). En
conjunto, estos conciertos públicos suponen ya un 23% de los ingresos totales que
consigue la sanidad privada, según la Fundación IDIS. Y hay grupos que más: así, los ingresos públicos suponen
el 34% de la facturación del grupo líder,
Quirón Salud, y hasta un 79% de los ingresos de una de sus filiales, la Fundación
Jiménez Díaz, que lleva la atención primaria de más de medio millón de
madrileños.
Recapitulando: el 62%
de los ingresos de la sanidad privada vienen de los seguros médicos
y otro 23% de conciertos con la
sanidad pública, procediendo el 15%
restante de pacientes privados
que se pagan sus tratamientos y operaciones. Con todo ello, la sanidad privada facturó 33.797 millones
de euros en 2015 (7.623 trasvasados de la sanidad pública), según el informe de la Fundación IDIS, el doble que hace una década. Y supone ya un
tercio del mercado sanitario total, donde el gasto público fue de
58.086 millones, un 13% menos que en 2009. De este pastel de la sanidad privada, dos tercios son gastos en atención
sanitaria y un tercio casi el gasto en seguros privados.
Con ello, el gasto
sanitario privado (sin contar los ingresos de los conciertos) supone ya en
España un 28,5% del gasto total y es
el
mayor trozo de pastel en Europa: en Alemania, la sanidad privada supone
el 23,7% del gasto total, en Francia el 21,3%, en Italia el 22,6%, en Reino
Unido el 13,4% y en Suecia el 15,9%, según la Fundación IDIS. Y en la OCDE (28
paises) también es más bajo que en España: el
27%. Por esto, los grandes grupos
privados europeos y los fondos de inversión buscan comprar y entrar en la sanidad privada española.
Un tercio del pastel de la sanidad privada se lo disputan los hospitales privados, que facturaron 10.300 millones en 2014, según la Fundación IDIS: 6.450 los “privados privados” (10 grandes grupos
hospitalarios) y 3.850 euros los “privados benéficos” (Orden de San Juan de
Dios, Hermanas Hospitalarias y Cruz Roja). En conjunto, tienen 450
hospitales (un 57% del total), 3.000 centros médicos, 51.967 camas (33% del total) y emplean a 244.335 profesionales, según datos de la Fundación IDIS (2015).Hasta hace un par de años, era un sector
muy atomizado, con muchas
empresas y hospitales, pero en 2014 empezaron las compras y fusiones de
hospitales, para ganar tamaño y poder enfrentarse mejor a las aseguradoras, que son las que les imponen precios, por su gran tamaño: las 5
primeras (Adeslas, sanitas, Asisa, DKV y Mapfre) concentran el 71% de las
primas de seguros médicos.
La “movida” de los hospitales privados empezó en julio de 2014, cuando el grupo
IDC Salud (controlado por el fondo de inversión luxemburgués CVC, dueño
de la Fórmula 1 y de Deoleo, la mayor envasadora de aceite del mundo), que ya
había comprado en 2012 el grupo Capio (Fundación Jiménez
Díaz), se hizo con el grupo Quirón y luego en diciembre
compró el Rúber, creando Quirón Salud, que hizo nuevas compras
en 2015 y se consolidó como el primer
grupo hospitalario español, con 43 hospitales, 2.372 millones de
facturación (2015) y un 30% del mercado. Le sigue muy de lejos el grupo Vithas (propiedad de la
familia Gallardo, de laboratorios Almirall, y la Caixa), con 12 hospitales y
300 millones de facturación (2015). El tercer lugar lo comparten HM Hospitales (familia Abarca) y los hospitales de la aseguradora Asisa, con 277
millones de facturación cada uno. Y completan el “top nine” el grupo canario Hospiten,
los hospitales de Sanitas, el grupo
valenciano Nisa, la Clínica Universitaria de Navarra y el
grupo andaluz Pascual, a los que siguen decenas de pequeños hospitales y
clínicas privadas en toda España.
Todo apunta a que van a continuar las compras y fusiones de hospitales, para ganar tamaño
y poder negociar precios a las aseguradoras, además de poder ofrecer mejores
servicios y profesionales. Y sobre todo porque España es un país muy atractivo
para la sanidad privada, como lo demuestra el desembarco de varios fondos de inversión multinacionales y la compra, en septiembre, de Quirón Salud por el primer grupo hospitalario europeo, Helios Kliniken, filial
de la multinacional sanitaria alemana Fresenius. Se esperan nuevas fusiones y compras
en España, sobre todo de pequeños y medianos hospitales independientes, entre
ellos la absorción del grupo valenciano Nisa por el grupo Vithas. Y no se descartan nuevas
entradas de grupos e inversores extranjeros.
Y es que España es un
mercado atractivo para la sanidad privada, por varios factores. El primero y fundamental, porque gastamos menos en sanidad que el
resto de Europa: un 8,8% del PIB frente al 8,9% en la OCDE, el 10,9% en
Francia o el 11% en Alemania. Y por eso, los expertos creen que hay margen para crecer en España. Un
dato que daban los gestores de la alemana Fresenius: en España hay 3,2 camas de
hospital por 1.000 habitantes
frente a 8,3 camas en Alemania. Así
que “aquí
hay negocio”, demanda
insatisfecha. Y además, España cuenta con una sanidad pública que es un “chollo”,
que da negocio a la sanidad privada (23% de sus ingresos), algo que no se ve en
otros países. Otro factor es que la sanidad privada está “menos regulada en
España”, según Fresenius, lo que les da más oportunidades. Y “otra ayuda más” para crecer:
en España hay más penetración de los seguros médicos privados, entre otras
razones, porque son más baratos: aquí, un seguro de salud cuesta 70 euros al mes de media, frente a 240 euros en Alemania.
Hay otro factor más
a favor de que crezca la sanidad privada en España: somos un país atractivo para el “turismo sanitario”, tanto porque
somos el segundo destino turístico del mundo como por el clima, la seguridad y
la calidad de la oferta sanitaria, a unos precios imbatibles. Ponerse una prótesis
de cadera en la Costa del Sol, por ejemplo, cuesta la cuarta parte que en
EEUU (12.852 euros frente a 50.000) y un implante dental en Madrid vale la
mitad que en Londres y la tercera parte que en Nueva York (1.288 euros frente a
2.800 y 3.500). Al final, los grandes grupos hospitalarios creen que España puede hacerse con una parte del “turismo sanitario”, que mueve 7.000
millones de euros en el mundo. Y ya hay movimientos para consolidar a Madrid como “el Houston de Europa”: Quirón
Salud estudia instalar un gran centro hospitalario en “la quinta torre” que se construirá al final de la Castellana. Y la
Clínica Universitaria de Navarra está construyendo un hospital cerca del aeropuerto de Barajas, para otoño de 2017.
Nada en contra del auge
de la sanidad privada en España, como en todo el mundo, pero no es de recibo que sea a costa de la sanidad pública, que sigue sin presupuesto, sin
personal suficiente y tecnológicamente descapitalizada. Hay que reforzar la sanidad
pública y no permitir que la privada crezca a su costa, como se ha
hecho en Madrid y Valencia, donde los actuales políticos ya han prometido que van a "desprivatizar" los hospitales
de Alzira y Denia. Y en casi todas las autonomías (12 ya no las controla el
PP), los
nuevos políticos hablan de “revisar los conciertos”, retornando pacientes y pruebas a la
sanidad pública (para eso necesitan contar con más presupuesto, personal
y tecnología).
En resumen: bien por
el salto en la sanidad privada, que crea empleo, tiene una alta calidad y
puede complementar la atención pública, pero no a costa
de hundir a la sanidad pública y de que las familias tengan que pagar más de
200 euros al mes en un seguro privado para no tener que esperar a operarse
o ser atendidos. No puede haber dos sanidades en España: la de la
mayoría, muy deteriorada, y otra de más calidad, que paga aparte el que puede. Hay que garantizar una sanidad pública mejor y luego, el que pueda y quiera, que lo
complemente, no por necesidad. La salud
no puede ser un negocio más.
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