Estamos en el quinto
año de la crisis y habrá que esperar hasta 2014 para volver a crecer: seremos el único país de la UE-27 que decrezca
en 2013, según la Comisión Europea.
Y el FMI prevé que no recuperaremos el crecimiento de antes
de la crisis hasta 2017. Una
década perdida que impedirá crear empleo suficiente para los 6 millones
de parados, sobre todo los mayores de 55 años y los jóvenes con menos
formación. La crisis provocará empleos
precarios y bajos salarios, lo que agravará la pobreza y la desigualdad. Y con
poco empleo y pocos ingresos, se
reducirá más el sector público y el
Estado del Bienestar, obligando a nuevos recortes en las pensiones futuras. Hay que cambiar
cuanto antes de política y reanimar la economía, para que España no pierda más de una década.
Desde que vivimos en democracia, España ha sufrido tres
crisis. En la primera (1978-82),
la economía sólo cayó en 1981(-0,2%) y en la segunda (1992-94), en 1993 (-1,2%). Ahora, con la gran recesión, que empezó
en España en el verano de 2008, estamos
en el quinto año de la crisis y todo apunta a que no volverá el crecimiento hasta 2014. La Comisión
Europea estima que España será el único país de la UE-27 que no
crecerá en 2013 (-0,3%) y la OCDE apuesta por una caída mayor (-0,8% en 2013), aunque el Gobierno Rajoy sí espera crecer (+0,2%).
Y cuando lo hagamos, será poco: del 1,1% al 1,8 entre 2014 y 2017, según
el FMI, que estima que España
estará entre los 6 países europeos con recuperación más lenta (junto a
Grecia, Italia, Portugal, Eslovenia e Irlanda).
El FMI
estima que España no recuperará el crecimiento
de antes de la crisis hasta 2017, por lo que habla de “década pérdida”. Para crear empleo suficiente y empezar a reducir
los 6 millones de parados, España
necesita crecer más del 2%. Por eso, el FMI prevé que el empleo no empiece a
crecer de forma significativa hasta 2018. De hecho, el propio Gobierno Rajoy prevé cerrar su legislatura (2012-2015) perdiendo 469.500 empleos netos. Además, el FMI no ve el paro
por debajo del 20% hasta 2017. Y cree que los 2,5 millones de empleos perdidos con la
crisis no se recuperarán hasta 2023. Quince
años perdidos.
Quince años es mucho esperar para los parados, sobre todo para los
que tienen más de 55 años (474.200 parados), una generación
perdida, y para los jóvenes, sobre todo los que no han trabajado nunca (456.000
parados) y los que tienen baja formación
(un 22% de los parados carece de formación
y otro 36% no tiene Secundaria o FP). Eso puede agravar el llamado paro
estructural, parados que tienen casi imposible encontrar un empleo
(la mitad de los parados llevan más de dos años buscando) aunque la economía se
recupere.
Recuperación tardía,
lenta, con empleos más precarios y con bajos salarios. El Gobierno Rajoy ha
propuesto a Bruselas, en el Programa
de Estabilidad 2012-2015, que las empresas recuperen competitividad a
costa de no subir apenas los salarios:
+0,2% en 2012, -0,4% en 2013, +0,2% en 2014 y +0,3 en 2015. Como los precios
subirán más, eso supone una pérdida
de poder adquisitivo del 5,6 % en estos próximos cuatro años, menos dinero
para consumir, lo que desacelerará el ritmo de la recuperación (y la reducción de deuda de las familias).
Esta década perdida,
con poco empleo, bajos salarios y bajas cotizaciones, pone en entredicho el futuro de los jóvenes, la
generación de la crisis, casi 7 millones de españoles de 18 a 30 años
que aunque llegue la recuperación van a
tener complicado independizarse,
formar una familia, tener una casa y cotizar los años necesarios para tener un
a pensión digna. Una posible generación perdida, teme la OIT.Y además, como la población
envejece y hay 150.000 nuevos pensionistas cada año, con menos trabajadores
en activo por cada pensionista, podría haber nuevos recortes de derechos en las pensiones futuras (además de los
de la reforma
de 2011).
Con poco empleo y bajos salarios, el sector público tendrá pocos ingresos, lo que obligará a duros
recortes de gastos y reducirá aún más el Estado del Bienestar
en el resto de la década perdida. De hecho, el Gobierno Rajoy ha prometido a Bruselas reducir el déficit del 8,5%
de 2011 al 1,1% en 2015 (algo que la Comisión
Europea no se cree), lo que supondría un
recorte de 74.000 millones de euros en la legislatura, siendo los ajustes
más duros este año (-32.000 millones) y en 2013 (-23.000 millones). Los recortes
se darán en la inversión
pública, en los gastos
sociales (sanidad, educación y ayudas a la dependencia) y en el empleo
público. Eso supondrá una caída drástica
del sector público, que pasaría de suponer el 43,6% del PIB (2011) al 37,7%
(2015), con lo que el peso del Estado retrocederá al nivel de los años 80 y España
tendría el
sector público menor de toda Europa, salvo los antiguos países del Este.
Y eso, en un país donde el gasto social
público (educación, sanidad, pensiones, desempleo, ayudas sociales) ya estaba
por debajo de la
media europea antes de los recortes.
Al final, el escaso crecimiento, alto paro, bajos salarios y
modestas pensiones configuran una sociedad con más desigualdades, donde una década de crisis habrá agravado la pobreza,
ya ahora escandalosa: en España
está en riesgo de pobreza el 21,8% de la
población, 10.278.874 habitantes,
1.374.329 personas más que antes de la crisis (19,7% en 2007). Y somos el
séptimo país de Europa con más pobres, por detrás
de Rumanía, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania y Grecia. El problema,
advierten los expertos,
es que los aumentos actuales de pobreza
se pueden convertir en crónicos, incluso cuando llegue la recuperación.
Como se ve, si la crisis provoca una década perdida, sus efectos
serán devastadores y por muchos años más. Por eso es urgente cortar la sangría de los recortes, “salir de la trampa de la austeridad” como dice
la OIT, evitar el
suicidio económico de Europa. Empezar a reanimar la economía para no perder en vez de una década dos. Bruselas
tiene la palabra.
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