domingo, 30 de diciembre de 2012

2013: Feliz año... igual de malo


Entramos en 2013, el quinto año de la crisis (en realidad, el sexto, pero en 2008 no la notábamos). Todo apunta a que será igual de malo que 2012, sino peor: más recesión, más paro, menos ingresos, más recortes y más pobreza. Otro año con la economía parada, sin consumo ni inversión. Y con Bruselas y Rajoy empecinados en el fundamentalismo del déficit, en aplicar el ricino de los recortes, que nos han llevado a profundizar la recesión, agravar el paro y encima recortar poco el déficit público. Por eso, en 2013, con o sin rescate, Merkel y Bruselas nos forzarán a nuevos ajustes, a más recortes en pensiones, desempleo, despidos públicos, sanidad, educación, gastos sociales. Y subirán los impuestos. Más de lo mismo, para deprimir más la economía y la vida de los españoles. Todo con la esperanza de que 2013 sea el último año de la crisis. Pero la salida del túnel será lenta, hasta 2018. Mientras tanto, ¡Feliz año 2013¡
enrique ortega

Para ver cómo será el nuevo año 2013, basta preguntarse: ¿voy a gastar más que en 2012? Y la mayoría piensa que no: unos, 6 millones ya (el 24 de enero se publica la EPA), porque no tienen trabajo ni perspectivas de encontrarlo. Y el resto, porque  temen perderlo, les han congelado o bajado sus salarios y su economía familiar está temblando, porque 15 millones son mileuristas (trabajadores, autónomos, pensionistas y parados) y 12 millones son pobres, que sobreviven gracias a la familia y a los ahorros (dos colchones que se acaban). El resultado es que la mayoría de las familias consumen lo mínimo y así no se vende, ni coches, ni ropa ni pisos ni casi nada. Y las empresas, despiden o cierran. Eso es la recesión. Y encima, el Gobierno, con sus recortes, deprime más la economía y aumenta el desempleo.

Este es el panorama que se espera para 2013, por mucho que el Gobierno se invente “brotes verdes” y hable de recuperación para el verano. Frente a una caída de la economía del -1,5% en 2012, el Ejecutivo cree que la recesión sólo será del -0,5% en 2013. Pero nadie se lo cree, ni los mercados y expertos privados ni los organismos internacionales: -1,3% augura el FMI  y -1,4% tanto la OCDE como la Comisión Europea. Con ello, la recesión se mantendría hasta septiembre y sólo creceríamos unas décimas en el último trimestre de 2013. Pero el año se saldaría con una nueva pérdida de empleo: otros 467.648 empleos menos, un tercio entre contratados del Estado, autonomías y Ayuntamientos. Y con el paro ya por encima de los 6 millones de españoles (6.145.000 parados en 2013, el 26,6%, según la Comisión Europea).

Más recesión, menos empleo, salarios a la baja y precios subiendo el 2%, un negro panorama que impedirá al Estado, autonomías y Ayuntamientos recaudar lo previsto, con lo que tampoco se podrá cumplir el gran objetivo de Rajoy: bajar el déficit público. En febrero se sabrá cómo han quedado las cuentas de 2012, pero todo el mundo (salvo Montoro) piensa que será imposible cumplir con el 6,3% de déficit prometido por el Gobierno (la Comisión Europea y la OCDE apuestan por un 8%). Con ello, Bruselas y Merkel nos tirarán de las orejas (aunque ahora digan que nos darán más tiempo) y nos exigirán, en febrero mismo, nuevos recortes, para 2013 y sobre todo para 2014.

¿Dónde meterán la tijera? Un poco en todo: pensiones (recorte jubilación parcial y anticipada, supresión clausula revisión con el IPC, anticipo jubilación a los 67 años antes de 2027…), desempleo (menos duración), sector público (reducción personal contratado y recorte de gastos) y una vuelta de tuerca en sanidad, educación y gastos sociales, estableciendo más copagos (como Portugal, donde ya se estudia un copago en la educación). Y por supuesto, subiendo impuestos, desde el IRPF al IVA y otros indirectos, también para 2014. Y se endurecerá la reforma laboral, con más poder para las empresas, menos indemnizaciones (Portugal las baja de 20 a 12 días)  y más contratos basura para jóvenes.

Al final, la vuelta de tuerca de Bruselas llegará, con o sin rescate. Merkel prefiere que Rajoy no lo pida, para no tener que pedir más dinero a los alemanes en vísperas de las elecciones de septiembre de 2013 (tampoco lo quieren Finlandia, Austria y Holanda). Todo va a depender de cómo vaya Italia, de cómo siga Grecia y Portugal y de que Francia (cuya economía está estancada) no agrave la crisis del euro. Para España, sería mejor un rescate blando, con la intervención del BCE comprando deuda en el mercado secundario, ya que eso rebajaría la prima  de riesgo (de 400 a 200 puntos) y la factura de intereses para el Estado, bancos y empresas, que están  pagando el doble que los alemanes para financiarse (con dificultades). Pero Rajoy quiere evitar el estigma político del rescate y Merkel ahorrarse pagar otra factura más. Ambos prefieren ganar tiempo, que pasen los meses y España consiga llegar a finales de 2013 sin rescate.

Será difícil, porque Europa sigue sin poner orden en su crisis, con la mitad de los países estancados o en recesión, y avanzando con lentitud en la unión bancaria (para 2014), fiscal (con un Presupuesto recortado para 2014-2020) y económica (sin Tesoro ni eurobonos). Y con la Europa del sur a la deriva, cayendo por tercer año consecutivo, lo que hace dudar a los mercados de que podamos pagarles la deuda. Con este panorama, en cualquier momento puede dispararse la prima de riesgo, con España en el punto de mira, lo que urgiría el rescate.

Con o sin rescate, el problema es que los nuevos recortes de 2013 van a agravar aún más la recesión y el paro, los verdaderos problemas de España (y de Europa). Y no sólo lo dicen los datos, es lo que sienten los españoles: un 79% piensan que 2013 será igual o peor que 2012, según el barómetro del CIS. Y lo peor: uno de cada cuatro que trabajan ven bastante o muy probable que pierdan su empleo en 2013. Con este desánimo, no hay economía que se recupere. Y más, cuando se agotan los colchones del ahorro y la familia, creciendo la pobreza y la desigualdad, con España ya un 98% por debajo de la renta media europea. Haría falta hacer otra política, ingresar 50.000 millones más (sin tocar los impuestos de la mayoría) y destinarlos a formación, tecnología, inversiones y ayudas al empleo y a pymes. Reanimar la economía, con un Plan Marshall europeo y políticas activas en España, no más recortes.

Pero los fundamentalistas del déficit y los recortes mandan en Europa y en España y su ideología conservadora les ciega para ver los frutos de su política: recesión, paro, pobreza y desigualdad. No van a cambiar, al menos que haya un estallido social. Sólo buscan ganar tiempo y esperar a tocar fondo en 2013, repitiendo que todo irá mejor en 2014. Es posible. Pero la crisis no terminará en 2013: la salida del túnel será lenta. Y todo apunta (según vaticina el FMI) que hasta 2018 no recuperaremos el pulso de antes de la crisis. Queda mucho.

Con todo, no perdamos el ánimo. Resistamos con la familia. ¡Feliz año 2013 ¡  

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