martes, 30 de noviembre de 2010

Ayuntamientos en bancarrota (y más en 2011)

Los 8.000 municipios españoles no saben cómo cerrar sus cuentas de 2010. Y sobre todo las grandes capitales, con Madrid a la cabeza, que llevan meses sin pagar a proveedores y adeudan 3.425 millones sólo a las empresas de limpieza. Pero el problema grave se va a dar en 2011, por la confluencia de tres factores: no van a recibir ni un euro del Plan E (que les aportó 8.000 millones en 2009 y 5.000 en 2010), les tocará  incluso devolver dinero al Estado (porque las entregas a cuenta recibidas en 2010 han sido superiores a lo recaudado) y muchos Ayuntamientos (Madrid y Valencia entre ellos) no podrán refinanciar su deuda no amortizada en 2010, con lo que tendrán que destinar liquidez a pagar a los bancos y no a los proveedores, muchos de ellos pymes que tendrán que cerrar.
ENRIQUE ORTEGA
Un panorama desolador, fruto de dos décadas de crecimiento vertiginoso del gasto municipal, derivado en buena parte del “espejismo” por  los ingresos del boom inmobiliario. Así, entre 2001 y 2008, el gasto municipal creció un 72 %, empujado no sólo por dispendios sin sentido (orquestas a 2 millones de euros para las fiestas, por ejemplo) y obras faraónicas (sólo el soterramiento de la M-30 en Madrid ha costado 6.000 millones de euros), sino también porque los Ayuntamientos han asumido servicios que deberían prestar el Estado o las autonomías y que ofrecen ellos porque sufren más de cerca “la presión del ciudadano”: ayudas sociales, equipamientos, educación, sanidad, servicios sociales… Ofrecen hasta un 35% de “servicios impropios”, según un estudio del REAF.
Con la crisis, los Ayuntamientos han visto caer en picado sus ingresos (sobre todo los del ladrillo) y les han crecido incluso los gastos, por las mayores demandas sociales. Y todos han aplicado cuatro recetas: reducir inversiones, retrasar pagos, intentar sacar más dinero a los contribuyentes y endeudarse. Con ello, la pelota de la deuda municipal ha crecido hasta 36.521 millones de euros y casi un tercio lo deben 6 grandes capitales: Madrid (7.145 millones),  Valencia (862), Barcelona (794), Zaragoza (760), Málaga (712) y Sevilla (519).  
El Gobierno ha querido atar corto a los Ayuntamientos (a los que ya la ley sólo permite endeudarse en un 110% de sus ingresos), con un real decreto por el que los más endeudados tienen que amortizar su deuda antes del 31 de diciembre y no pueden refinanciarla (algo que sí se permite a las autonomías y al Estado). Con eso quiere tranquilizar a los mercados y dar buena imagen exterior, pero la realidad es que hay muchos Ayuntamientos en bancarrota, lo que va a agravar la crisis y el desempleo. Por eso hace falta un Plan de choque realista para ajustar las cuentas de las grandes ciudades. Y eso pasará por reajustes en las cuentas a cambio de ayudas. Madrid y Valencia serían como Grecia e Irlanda y el Gobierno central tendría que hacer de Bruselas.
Pero eso no basta. En paralelo hay que reformar la financiación local, acordando los servicios que han de prestar los Ayuntamientos y cuáles las autonomías y el Estado. Los municipios tienen que poder gestionar sus ingresos, ya que ahora sólo recaudan con impuestos y tasas la mitad de sus ingresos (la otra mitad son transferencias). Una vez hecho el reparto, habrá que ajustar el mapa impositivo, para que los ciudadanos no paguemos dos veces o tres (al Estado central, a las autonomías y a los Ayuntamientos). Que sepamos de verdad  lo que nos cuesta vivir en nuestra ciudad. Y con ese dato, votaremos mejor en las municipales del 2011.

1 comentario:

  1. Tras la caída del ladrillo, los Ayuntamientos se han endeudado aún más por el mal uso y el derroche del Plan E ofrecido por el Estado, que éstos no lo han utilizado como inversiones, que era la única condición que puso el Gobierno, ya que dichos préstamos (Plan E) debían ser devueltos a su prestario, pero los Ayuntamientos no solo han hecho un mal uso de este dinero, sino que se han endeudado más de la cuenta, dejando así a los ciudadanos y al Estado con “una mano delante y otra detrás”.

    Los ciudadanos ahora se ven obligados a pagar en forma de impuestos todo aquél dinero malgastado que sus respectivos Ayuntamientos “han tirado por la borda” utilizándolo de manera indebida como son las fiestas municipales (ejemplo citado en el texto) o pudiendo implantar un recorte de gastos en grandes obras como la de la carretera M-30 (también citada en el texto) o simplemente retrasando dicha obra hasta tiempos mejores, alejados de esta crisis en la que estamos sumergidos.

    Personalmente, me parece una irresponsabilidad enorme por parte de los Ayuntamientos ya que la codicia les ha cegado y no han sido capaces de pensar en el ahorro en este duro tramo que está pasando España entera.

    Andrea Sánchez Chinea I.E.S Jerónimo Zurita
    1011B1D19

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