jueves, 6 de noviembre de 2025

Teletrabajo, el último "gancho" laboral

Dicen que los lunes ya no hay tantos atascos de tráfico en Madrid, Barcelona y otras grandes ciudades porque ahora bastante gente teletrabaja viernes y lunes. Quizás mucha gente que sigue yendo a trabajar todos los días no lo vea, pero el teletrabajo sigue creciendo, aunque lentamente y con menor peso que en la mayoría de Europa, porque muchas empresas evitan pagar parte de los costes o temen que sus trabajadores “se escaqueen”. Pero también hay empresas, las más dinámicas, que han comprobado que muchos trabajadores (sobre todo los jóvenes) ven el teletrabajo como un  incentivo y lo ofrecen para captar talento o evitar fugas. Eso sí, los empleados públicos apenas teletrabajan y la mayoría de sectores con más empleo tampoco, porque no pueden (turismo, hostelería, comercio, construcción, transporte …).Cara al futuro, es clave ir incluyendo el teletrabajo en más convenios colectivos (hoy son la minoría), para facilitar la conciliación laboral y el mayor reparto de hijos y tareas en el hogar entre hombres y mujeres. Trabajemos más a golpe de click.

                              Enrique Ortega

La pandemia marcó un antes y un después en el teletrabajo, que era marginal en 2009 (sólo trabajaban 1,12 millones de trabajadores, el 5,9% de los ocupados) y poco significativo en 2019 (teletrabajaban 1,64 millones, el 8,3% de la mano de obra, según el INE), para dar un tremendo salto en 2020, con el confinamiento (3.015.200 trabajadores, 1 de cada 6, trabajaron desde casa entre abril y junio de 2020, según la EPA), aunque perdió peso tras el final del estado de alarma y al final del año (2,87 millones teletrabajaron de media en 2020, el 15% de los ocupados en España . Y aunque se recuperó algo el porcentaje en 2021 (15,3%), cayó después en 2022 (13,7% ocupados teletrabajaron) y 2023 (14,1%), al querer recuperar la normalidad y el lugar de trabajo. Pero en 2024, el teletrabajo ha vuelto a subir en España y más de 3,3 millones de empleados teletrabajaron, el 15,4% del total.

A pesar de esta lenta recuperación del teletrabajo, el porcentaje en España es muy inferior a los que teletrabajan en el resto de Europa, donde lo hacen el  22,6% de los ocupados, según la última estadística de Eurostat (datos 2024), un porcentaje mayor que antes de la pandemia (teletrabajaban el 14,4% de los europeos en 2019) y que en 2020 (20,7%), aunque algo inferior al de 2021, el año récord en Europa (24% teletrabajaron). Actualmente, hay grandes diferencias en el teletrabajo por paises. En cabeza están los Paises Bajos (52% de los ocupados teletrabajan) y los paises nórdicos (Suecia, con el 45,6% de teletrabajo, Noruega con el 42,5%, Dinamarca con el 41,1% y Finlandia con el 39,4% teletrabajando), seguidos de cerca por Irlanda (36,5%), Bélgica (36%) y Francia (33,9%). Y están en cabeza, pero más rezagados Austria (28,1%) y Alemania (24% teletrabajan). España (15,4%) está en un grupo retrasado, con Portugal (20,8%), Eslovenia (19%), Chequia (16,5%), Polonia (15,3%), Eslovaquia (13,6%) y Croacia (13,3%), aunque no estamos en el vagón de cola, donde están  Italia (10,3% teletrabajan), Hungría (9%), Grecia (7,8%), Rumanía(3,5%) y Bulgaria (3%).

Lo llamativo en Europa, es que el teletrabajo ocasional (uno o varios días a la semana) sigue ganando terreno al teletrabajo habitual, según los datos de Eurostat. En 2024, el 13,7% de los empleados teletrabajaba ocasionalmente y sólo  el 8,9% de los ocupados lo hacían habitualmente, algo que también pasa en la mayoría de paises con más peso del teletrabajo, como Paises Bajos (el 39,8% trabajan ocasionalmente y sólo el 12,2% habitualmente), Suecia (32,2 ocasionalmente y 11,34% habitual), Finlandia (19,8% ocasionalmente y 19,6% habitual) o Francia (22,8% ocasionalmente y 11,1% habitual). El caso de España es una excepción, ya que teletrabajan más ocupados de forma habitual (el 7,8%) que ocasionalmente (7,6%), algo sólo pasa en Irlanda (20,6% habitualmente y 15,9% ocasionalmente) y en Alemania (12,9% habitual y 11,3% ocasional).

Así que en España vamos rezagados en teletrabajo, pero en el modelo “híbrido” que funciona en toda Europa se impone el teletrabajo habitual, aunque crecen tanto el ocasional como el habitual. Y hay datos de alguna ETT, como InfoJobs, que sitúan ya el teletrabajo en el 25% de los trabajadores ocupados, aunque en su estudio ganan los que trabajan en remoto uno o dos días a la semana (el 19%) sobre los que teletrabajan totalmente. La sensación que tienen los expertos en recursos humanos es que está creciendo sobre todo el modelo “híbrido”, que apuesta por permitir el teletrabajo un día a la semana (viernes o lunes) o dos (viernes y lunes), lo que se notaría ya en menores atascos estos dos días de la semana, que siempre han sido “negros” para el tráfico en las grandes ciudades.

Todo indica que sigue habiendo muchas empresas reticentes al teletrabajo, sobre todo a teletrabajar más de 1 o dos días a la semana, porque no quieren superar el 30% del trabajo en remoto, el porcentaje que, según la Ley que regula el Teletrabajo (que entró en vigor el 13 de octubre de 2021), las obliga a dotar a sus empleados del personal necesarios para teletrabajar y pagarles los gastos acarreados (equipos, wifi, electricidad), gastos que son menores y se pueden pactar en caso de teletrabajo ocasional. Además, el teletrabajo se ha convertido en una fuente de recursos y demandas de empleados ante los Tribunales de lo social, lo que disuade a muchas empresas a seguir por ese camino. Y otras, simplemente, no quieren que sus trabajadores teletrabajen porque piensan que es difícil “controlarlos” y porque puede bajar su productividad (hay una cultura de “presentismo en el trabajo”), así como dificultarse el trabajo en equipo.

A pesar de todas estas reticencias, el mayor problema para el teletrabajo es que hay muchas empresas y trabajadores que no pueden teletrabajar, sencillamente, por la actividad y el trabajo que realizan. Y esto es especialmente importante en España, donde hay un gran peso de empleos en actividades y servicios que no permiten el teletrabajo: gran parte del turismo y la hostelería, el campo y la ganadería, la construcción, los cuidados y el servicio doméstico, sanidad, comercio al por menor, transporte, logística, la mayoría de la industria,  actividades artísticas y recreativas. En realidad, nuestra estructura económica sólo permite teletrabajar a 1 de cada 3 ocupados, como mucho, según este estudio de CaixaBank Research.

Las últimas estadísticas del INE sobre teletrabajo (noviembre de 2024) señalan que un 15,1% de los trabajadores preguntados habían teletrabajado en la semana anterior a la entrevista. Y el 17,6% de los ocupados han teletrabajado, más mujeres (18,1%) que hombres, sobre todo las personas de 25 a 54 años  (las que más teletrabajaron, un 16,5% fueron los empleados de 35 a 44 años) y especialmente los trabajadores con estudios universitarios (el 33,4% trabajaron, frente al 12,4% de los que sólo terminaron Secundaria), los autónomos (19,8%) más que los asalariados (17,5%) y más los que trabajan con contrato indefinido y a jornada completa (18,7% teletrabajaron) y los que ganan más (entre los que tienen de 2.500 a 3.000 euros de sueldo, teletrabajaron el 27,1% de los encuestados, y de los que ganan más de 3.000 euros, lo hizo la tercera parte). Y teletrabajan mucho más los ocupados en Melilla (26,7% empleados), Madrid (26,7%) y Cataluña (21,5%) que los de Ceuta (1%), Murcia (5%), Castilla la Mancha (6,3%), Extremadura (7,3%), Asturias (8,1%), Canarias (9,1%) y La Rioja (9,7%).

Cuando el INE les pregunta a los trabajadores cuyo empleo les permite hacerlo por qué no teletrabajan, más de la mitad (58,5%) responden que porque prefieren el trabajo “presencial”, mientras otros responden que no teletrabajan porque su empresa “no tiene voluntad de implantarlo” (dicen el 35,8% de los trabajadores encuestados) o “no dispone de los medios disponibles” (otro 16,5%) o el domicilio del trabajador no está preparado (10,8% respuestas). Las personas que sí han teletrabajado lo han hecho una media de 3,5 días a la semana y lo valoran muy positivamente, con 8,7 puntos sobre 10. Ventajas que señalan: poder autogestionar el tiempo de trabajo (el 87,3%), conciliación de la vida laboral y familiar (87,2%), ahorro de tiempo (86,6%) y de dinero(68,7%), pero sobre todo “evitar desplazamientos” (la principal ventaja para el 95,4% de los encuestados). Como desventajas: falta de contacto con los compañeros (para el 82,2%), desconexión laboral (60,8%), sobrecarga laboral (47%)y falta de recursos técnicos (28,8%) e incomodidad de trabajar en casa (24%).

Los expertos laborales aseguran que cada vez son más las empresas que ofrecen teletrabajar en sus ofertas de empleo : el 12% de todas las ofertas de empleo hechas entre enero y agosto de 2025 ofrecían teletrabajar, según InfoJobs, un porcentaje mucho mayor que en 2019 (sólo el 2% de las ofertas), inferior al de 2022 y 2023 (del 18 al 19% de las ofertas) y algo menor al de 2024 (14% ofertas). Pero sobre todo, según un estudio de InfoJobs siguen aumentando las empresas que permiten teletrabajar: en 2025, son el 46% de las empresas que buscan empleados (11% teletrabajo trabajo remoto y 25% teletrabajo híbrido). Y el sindicato UGT señala que en los convenios firmados en 2024, un 20% incluían cláusulas de teletrabajo, aún pocas pero 5 veces más que en los convenios de 2019 (sólo el 4% con teletrabajo).

La realidad es que aunque todavía son una minoría las empresas que ofrecen y permiten teletrabajar, depende mucho del tipo de empresa, su tamaño y, sobre todo del sector. Así, hay tres sectores donde más de la mitad de los anuncios de empleo que ponen en InfoJobs permiten teletrabajar: informática y telecomunicaciones (lo ofrecían el 68% de los anuncios publicados en agosto), Legal (58% de las ofertas para abogados) y finanzas y banca (52%). Y también destacan las ofertas hechas en educación (39% incluyen poder teletrabajar) y recursos humanos (27%), quedando por encima de la media del total de anuncios que incluyen  el teletrabajo (el 12%) las ofertas de empleos para comercial y ventas (16% anuncios lo permiten), ingenieros y técnicos (14%), atención al cliente (14%), calidad, producción e I+D (14%) y marketing y consumo (13%). A la cola del teletrabajo están los anuncios de empleo en turismo y restauración (sólo el 1% incluyen teletrabajar), profesiones, artes y oficios (1%), sanidad y salud (1%), venta al detalle (2%), logística y almacén (2%).

Una novedad en los últimos años es que muchas empresas, sobre todo grandes y dinámicas, están utilizando el teletrabajo como “un gancho” para atraer trabajadores, como un incentivo para captar talento, en España e incluso en el extranjero (permite vivir en un país con un buen clima, alta calidad de vida, relativamente barato y con y excelentes comunicaciones). Eso coincide con una generación de jóvenes que cada vez valoran más el tiempo libre y la libertad para organizarse, por encima incluso de su sueldo. De ahí que, en muchos casos, ofrecer teletrabajar dos días a la semana (o incluso tres) o uno o dos meses al año es una oferta imbatible que permite captar nuevos empleados y evitar que otros se vayan. De hecho, cuando el INE pregunta a los que teletrabajan, el 43% responde que buscarían otro empleo si su empresa vuelve al trabajo 100% presencial. Otro 30% seguirían pero “desmotivados” y el 27% seguirían "pidiendo más sueldo"…

Así que el teletrabajo se ha convertido ya en un incentivo para atraer trabajadores y tener más contentos y motivados a los que ya tienes. Esto es algo que deberían comprender también los gestores públicos, porque los funcionarios y empleados de las distintas Administraciones se quejan de que no pueden teletrabajar, aunque a muchos se les obligó durante la pandemia y algo después, suprimiendo esta posibilidad actualmente en la mayoría de los trabajos públicos, desde la Administración central a las autonomías y Ayuntamientos, donde cada una va a su aire, peleando y negociando con sus trabajadores. Las estadísticas oficiales dicen que la mitad de los funcionarios teletrabajan, pero se refiere sólo a los funcionarios y cuando lo hacen es normalmente un día o algunas horas. Precisamente, los sindicatos de la Administración llevan 5 años pidiendo una norma que desarrolle el teletrabajo en todo el sector público, conciliando la atención al público con el teletrabajo que ofrecen muchas empresas privadas.

En otra década más, el teletrabajo revolucionará el trabajo en España y en toda Europa, por el auge de la digitalización y la inteligencia artificial, empujado por unas nuevas generaciones que se han formado en Internet y que valoran poder teletrabajar tanto o más que el sueldo. Además, puede ser una forma de recuperar el interés por el trabajo de unas nuevas generaciones poco motivadas por contratos precarios, sueldos mileuristas y una organización del trabajo todavía bastante asentada en el “ordeno y mando”. Y encima, el teletrabajo puede ayudar a las mujeres en la equiparación en el hogar: dicen que los hombres teletrabajadores ponen más lavadoras y recogen más a los niños... Pero hace falta preparar al país y a las empresas para un mayor aumento del teletrabajo, con Planes específicos, ayudas e inversiones, para que aumente la productividad y el teletrabajo no sólo sea más cómodo sino más eficaz. Hay que apostar de verdad, en el sector privado y público, por trabajar más a golpe de click.

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