lunes, 29 de abril de 2024

EPA marzo 2024: "bache" en el empleo

Se ha repetido lo del año pasado: en el primer trimestre de 2024 “pinchó” el empleo, perdiéndose -139.700 ocupados, la mayor caída desde 2020, según la EPA del viernes. Y eso, aunque la Semana Santa se celebró en marzo. El empleo cayó en los servicios y entre las mujeres, mejorando entre jóvenes y mayores de 50 años, en Madrid , Canarias y el norte. Y sube el paro, rozando los 3 millones de desempleados, con un tercio que no cobra nada (tras paralizar Podemos la reforma del desempleo). Parece que el menor crecimiento está retrayendo al empleo, lo que exige activar Planes de contratación y, sobre todo, reformar las oficinas de empleo (dependientes de las autonomías) , que no funcionan: sólo recolocan al 1,9% de los parados. Urge poner en marcha la Agencia Española de Empleo y ayudar a empresas y parados a encontrarse. Porque seguimos con el doble de paro que Europa, aunque tengamos un récord de españoles trabajando (21,25 millones). Todos por el empleo.

                    Enrique Ortega

El primer trimestre suele ser malo para el empleo, por el fin de las Navidades y el menor consumo en la “cuesta de enero”. Por eso, entre enero y marzo de 2023 se perdieron -11.000 empleos, en el primer trimestre de 2022 otros -100.200 empleos, -137.500 al inicio de 2021 y hasta -285.600 empleos perdidos al inicio de 2020 (por la pandemia). Pero este año, la Semana Santa ha caído en pleno marzo (algo que no pasaba desde 2018) y se esperaba que el récord de viajes y turismo rompiera la tendencia y mejorara el empleo. Pero no ha sido así: se perdieron –139.700 empleos entre enero y marzo de 2024, según la EPA publicada el viernes, la mayor caída de empleo en el primer trimestre desde 2020.

El empleo cayó sobre todo en el sector privado (-114.100 empleos) y menos en el sector público (-25.600 empleos), bajando en la industria (-38.500 empleos), agricultura (-27.600) y construcción (-17.500), pero sobre todo en los servicios (-56.100 empleos), a pesar de la Semana Santa, según la EPA. La pérdida de empleo la sufrieron más las mujeres (-86.800 ocupadas) que los hombres (-52.900 ocupados) . Y cayó sobre todo entre los ocupados de mediana edad (entre 35 y 50 años se perdieron 150.200 empleos), mientras crecía el empleo entre los más jóvenes (+29.400 ocupados menores de 24 años) y, sobre todo, entre los mayores de 50 años (+31.500 ocupados en el primer trimestre). Y por autonomías, el empleo cayó sobre todo en el País Vasco (-39.200), Comunidad Valenciana (-34.900), Andalucía (-24.700) y Baleares (-23.100), mejorando en Madrid (+44.700 ocupados), Canarias (+9.800), Cantabria (+6.500) y Asturias (+6.600), destinos de muchos viajes en Semana Santa.

Con esta caída del empleo en el primer trimestre de 2024, ahora trabajan en España    21.250.000  personas, la cifra más alta de la historia, según el INE. Trabajan ahora en España 615.800 personas más que hace un año y hay 1.283.100 ocupados más de los que había antes de la pandemia (19.966.900 trabajaban a finales de 2019), a pesar de la posterior crisis por la inflación y la guerra de Ucrania. Y ya hay casi 10 millones de mujeres trabajando (9.857.000 a finales de marzo, un récord histórico en España  (baste recordar que había 8.214.700 mujeres trabajando en marzo de 2007).

Esta caída del empleo al inicio de 2024 (-139.700 ocupados) ha facilitado que suba el paro en el primer trimestre (+117.000 parados), aunque menos, porque han caído los españoles “activos”, las personas que buscan trabajo ahora, tras la pandemia y la crisis por la inflación: se redujeron en -22.400 en el primer trimestre de 2024 (frente a un aumento de +92.700 al inicio de 2023) , suavizando algo las cifras de paro, según la EPA. Se ha roto así al inicio de 2024 un proceso que se repetía trimestre a trimestre: aumentan las personas que buscan trabajo. Y ya hay más adultos “activos” (buscando trabajo o trabajando) que antes de la pandemia: 24.297.900 personas frente a 23.064.100 a finales de 2019. Todo apunta a que seguiremos así, con lo que en los próximos meses sucederá lo que hasta ahora: el paro bajará menos de lo que sube el empleo.

Volviendo al paro, ha subido en +117.000 personas en el primer trimestre, una subida mayor a la de comienzos del año pasado (+103.800 parados) y a la del primer trimestre de 2022 (+70.900 parados), siendo superada sólo por el aumento del paro al inicio de 2020, por la pandemia  (+121.000 parados), según la EPA del viernes. El paro ha subido el doble entre los hombres (+77.500 parados, 1.408,7 en total ) que entre las mujeres  (+39.400 paradas, 1.569.200 en total) 0000000 paradas), un síntoma claro de que hay más mujeres buscando trabajo (activas). Y por edades, el paro crece sobre todo entre los mayores (+106.600 parados entre 25 y 54 años y +26.500 entre los mayores de 50 años), mientras se reduce el paro juvenil (-16.100 parados menos de 24 años) . El paro subió sobre todo en los servicios (+128.600). Y por autonomías, el mayor aumento del paro se dio en Baleares (+28.300 parados), Castilla la Mancha (+27.400), País Vasco (+22.100) y Galicia (+16.700), bajando el paro en el primer trimestre en Canarias (-14.500) y Madrid (-14.100 parados.

La cifra total de desempleados roza los 3 millones (2.977.900 en el primer trimestre), la más baja en España desde 2007 (1.942.000 parados entonces), según el INE. Y la tasa de paro española sube al 12,29 % (desde el 11,76% a finales de 2023), aunque es la menor desde 2008 (13,79% de paro), aunque sigue duplicando la tasa de paro europea (6% en febrero) y la de los principales paises de la UE, como Francia (7,4% de paro), Italia (7,5%) y sobre todo Alemania (3,2% de paro, la cuarta parte que España).Y sigue muy elevada la tasa de paro juvenil (menores de 25 años): el 27,7 % de los más jóvenes están en paro, el doble que en Europa (14,6% de paro juvenil) y más que en Francia (17,2), Italia (22,8%) y Alemania (5,8% de paro juvenil, la quinta parte que en España), según Eurostat.

Los datos de paro, aunque casi al nivel de 2007, revelan tres cuestiones preocupantes. La primera, que todavía hay 977.900 hogares con todos sus miembros en paro (35.300 hogares menos que antes de la pandemia). La segunda, que España sigue con 6 regiones que tienen una tasa de paro “escandalosa”: Melilla (32,44% de paro), Ceuta (28,99%),), Andalucía (17,77%), Extremadura (17,61%),  Castilla la Mancha (15%) y Canarias (14,88% de paro), según la EPA de hoy. Y hay otras 6 regiones con un paro “europeo”, por debajo del 10%: Cantabria (7,53%), País Vasco (8,44%), Aragón (8,94%), Cantabria (9,29%), Aragón (8,04%), País Vasco (8,53%), Navarra (8,82%), Madrid (9,19%) y Cataluña (9,48%). Y la tercera cuestión preocupante, los parados de larga duración: aumentan ligeramente (+5.500) los que llevan más de 1 año sin trabajo: son ya 1.146.000 parados, el 38,48 % de todos los parados.

Esto provoca que a muchos parados se les acabe el desempleo y no cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En febrero de 2024, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.893.595 desempleados: menos de la mitad (el 46,2%) cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado), de 984,60 euros de media, y el resto (un 53,58%) cobraban un subsidio asistencial, de 480 euros mensuales. Así que, solo el 69,44% de los parados registrados en el SEPE  (2.727.003 en marzo) cobran algún subsidio. Y si tomamos los parados estimados por la EPA de hoy (2.977.900 parados), la cobertura del desempleo alcanza sólo al 63,58%. Eso significa que algo más un tercio de los parados (el 36,42 %) no cobra ninguna ayuda pública, cuando antes de la pandemia, en 2019, eran un 38,5% los parados que no cobraban nada. De hecho, CCOO denuncia que un 35% de los parados inscritos en el SEPE con experiencia laboral no cobran ninguna ayuda pública por desempleo (y un 41% si se suman los parados que nunca han trabajado).

Mientras el empleo pasa por un "bache", al comienzo de 2024, la mejor noticia sigue siendo que el empleo que se crea sigue siendo menos precario, de más calidad, gracias a la reforma laboral aprobada a finales de 2021. En este primer trimestre de 2024, el 44,5% de todos los contratos firmados fueron indefinidos (1.535.000 de 3.446.500), según Trabajo, un porcentaje que mejora los de 2023 (42,87% contratos fueron indefinidos) y 2022 (38,37% de indefinidos), pero que cuadruplica los contratos indefinidos de 2021 (10,9%) y multiplica por 6 los contratos indefinidos que se firmaban entre 2014 y 2020 (entre el 6 y el 8% del total), según los datos de Trabajo. Y además, de cada 3 contratos hechos este primer trimestre, 2 son a tiempo completo (2.014.200) y 1 a tiempo parcial (983.500). Con ello, aumentan los asalariados con contrato fijo (indefinido): eran 15.226.800 asalariados a finales de marzo, el 84,3% del total, 2.561.000 trabajadores fijos más que antes de la reforma laboral (había 12.665.800 asalariados fijos a finales de 2021, el 74,61% del total). Y el porcentaje de trabajadores temporales baja del 25,39% al 13,84% ahora, ahora más bajo que la media de temporalidad en Europa (14,60% en 2023), según Eurostat.

Otro dato importante: España no solo sigue creando empleo, más que la mayoría de Europa (+616.000 empleos en 2023, más que los 371.000 nuevos empleos de Alemania y los 196.000 de Francia juntos, según Eurostat) sino que está reduciendo la economía sumergida, ya que aumentan más los cotizantes a la Seguridad Social que los ocupados. Así, en marzo de 2024 había 21.032.661 afiliados a la Seguridad Social, la cifra más alta de la historia y 530.843 cotizantes más que un año antes. Y otra cuestión positiva a destacar: el aumento de la afiliación se está dado en sectores claves y de alto valor añadido, que crean un empleo estable y de calidad. Así, 1 de cada 5 nuevos afiliados desde 2019 se han registrado en actividades profesionales, científicas y técnicas (+179.920 afiliados) y en tecnologías de la información y la comunicación (+151.230 afiliados), que ya han creado más empleos que sectores “clásicos” como la construcción (+132.254 afiliados), la hostelería (+126.906 afiliados) o el transporte y almacenamiento (+114.244 afiliados).

Todos los expertos, desde la Comisión Europea al Banco de España, destacan que España sigue creando mucho empleo aunque la economía crezca menos (el FMI prevé que crezcamos un 1,9% este año, frente al 2,4% en 2023), debido al tirón del turismo, a la ayuda de las exportaciones y al mantenimiento del consumo, empujados por un aumento de la población derivado del flujo de inmigrantes. Pero hay que apoyar este “milagro” del empleo (y más tras el bache del primer trimestre) con medidas para mantener el consumo (los salarios deben subir más, porque están creciendo por debajo del 3%, menos que la inflación, ahora en el 3,2%) y, sobre todo, con medidas para incentivar la contratación de parados, sobre todo de mayores, jóvenes y mujeres. Porque no olvidemos que en España trabajan menos personas que en Europa (el 65,7% de los adultos frente al 70,4% en la UE-27 y el 77,3% en Alemania) y si nos equiparáramos, debería haber 2 millones de personas más trabajando.

Para conseguirlo, hay que seguir reformando y modernizando la economía, para fomentar la tecnología, la industria y los sectores con futuro, pero sobre todo, hay que cambiar radicalmente la gestión del desempleo. En dos sentidos. Por un lado, reformando el seguro de paro, para conseguir que la mayoría de los parados cobren un subsidio ligado a mejorar su formación y a encontrar empleo. Era lo que pretendía la reforma aprobada en 2023 por el Gobierno y que no se ha puesto en marcha por el bloqueo parlamentario de Podemos. Y por otro, reestructurando a fondo las oficinas de empleo, el SEPE, para que sea realmente una “agencia de colocación”, algo que llevan años pidiendo los empresarios y los sindicatos. En marzo de 2023 entró en vigor la nueva Ley de Empleo, pero no se ha creado todavía la prometida Agencia Española de Empleo que sustituirá al SEPE.

Y entre tanto, la gestión pública del desempleo (en manos de las autonomías) sigue siendo un desastre: las oficinas del SEPE sólo consiguieron recolocar al 1,9% de los parados en 2023, el porcentaje más bajo desde 2015, siendo más bajo en Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Galicia, Canarias, Madrid y Baleares. Y eso a pesar de que el Gobierno central les transfirió a las autonomías 2.800 millones para políticas activas de empleo, un dinero que no se sabe cómo se ha gastado (suponiendo que no haya ido a otros destinos, como ha pasado con el dinero para Dependencia o Sanidad. Al final, hace ya años que nos “vendieron” que se iba a personalizar la recolocación de los parados, ayudando a cada uno a encontrar trabajo, pero no se hace, por falta de personal, medios y voluntad política. Y así seguimos, con 2,8 millones de desempleados y casi el doble de paro que el resto de Europa.

Tras el “bache del empleo” en el primer trimestre, urge reforzar la contratación, promoviendo la formación de los parados y de los nuevos estudiantes y licenciados para que consigan trabajar y no pase que hay empleos sin cubrir. Hay que actuar en cada autonomía y en cada ciudad, para saber los empleos que hacen falta y cómo cubrirlos, como ayudar a los parados a recolocarse, uno a uno, divulgando más las ofertas y demandas. Hay que olvidarse del triunfalismo de que estamos en niveles récord de empleo y profundizar en la contratación, en reducir las desigualdades de paro entre norte y sur, entre profesiones y edades, entre hombres y mujeres, consolidar y afianzar la mejora del empleo. Día a día. Porque el paro es la 1ª preocupación de los españoles. No lo olviden.    

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