Año nuevo, subidas nuevas. Cada enero es igual: sube el precio de casi todo, más que nuestros sueldos o pensiones. Este 2019 ha empezado con la subida de los carburantes, un regalo de Reyes retardado que nos dejó Rajoy: supone pagar (sólo en 9 autonomías) entre 2,64 euros y 50 céntimos más por llenar el depósito. También suben las autopistas, el tren y los taxis, no los transportes públicos. Y volverán a subir la luz y el butano, mientras baja el gas. También será más caro mandar cartas o paquetes y las tarifas de móviles e Internet. Bajan las medicinas, unos céntimos, pero así corremos más riesgo de que falten. Y seguirán subiendo la vivienda, los alquileres y las hipotecas, tanto las nuevas como las revisiones anuales, porque sube el Euribor. Tras este rosario de subidas, el IPC puede ser más bajo este año, el 1,2%, gracias a un petróleo más barato. Ahí estará la clave de lo que finalmente suban los precios en 2019.
La primera subida de 2019 la hemos notado al ir a la gasolinera, donde el 1 de enero subieron unos céntimos las gasolinas y el gasóleo. Es el regalo de Reyes retardado que nos ha dejado Rajoy, al incluir esta subida en el Presupuesto 2018, con efecto en 2019. Todo viene del famoso “céntimo sanitario” que muchas autonomías aprobaron cobrar con los carburantes para financiar la sanidad y que el Tribunal de Justicia de la UE rechazó en 2014. El Gobierno Rajoy lo sustituyó por un impuesto especial autonómico, que tampoco gustó a Bruselas y que creaba un “efecto frontera”, distorsionando el mercado: camiones y coches echaban gasolina en la autonomía de al lado, si era más barata. En el Presupuesto 2018, el ministro Montoro optó por seguir cobrándolo pero una cifra igual para todas las autonomías: 7,2 céntimos por litro (antes eran 2,4 céntimos estatales y entre 0 y 4,8 céntimos según las autonomías). Y se decidió que la norma entrara en vigor este 1 de enero.
Con ello, hay 7 autonomías
donde los carburantes no han subido nada
(Andalucía, Baleares, Cataluña, Castilla la Mancha, Galicia, Murcia y la
Comunidad Valenciana), porque ya cobraban el máximo de impuesto especial (4,8
céntimos). Y otras 9 autonomías donde han subido los carburantes, porque cobraban menos de
impuesto especial (entre 0 y 3,84 céntimos por litro): han subido 4,8 céntimos/litro
en País Vasco, Cantabria, Castilla y León, la Rioja y Navarra, 3,1 céntimos/litro en Madrid, 2,4 céntimos/litro en Aragón, 0,96 céntimos por litro en Extremadura y
0,8 céntimos/litro en Asturias. Y en
Canarias no cambia el precio, porque los carburantes tienen una fiscalidad
propia.
En los próximos meses, quizás
en abril, podrían volver a subir los
impuestos de los carburantes, si el Gobierno Sánchez consigue aprobar unos
nuevos Presupuestos para 2019, algo bastante difícil. Su intención es que el
gasóleo pague el mismo impuesto que las gasolinas, como vienen pidiendo desde hace años la Comisión Europea y la OCDE. Eso supondría un alza adicional del gasóleo de 9,369 céntimos/litro en toda
España, lo que supondría pagar 5,15 euros más al llenar un depósito de
55 litros. El coste de esta medida, si se aprueba, sería de 2.140 millones
de euros y el objetivo del Gobierno Sánchez es repartirlo en 2 años, con
una subida en 2019 y otra en 2020. Los transportistas y la oposición están en
contra de la subida, que ha provocado las protestas
de los chalecos amarillos en Francia, pero la ministra de Hacienda dice que sólo supondrá un coste de 3,3 euros mensuales al automovilista medio, el que hace
menos de 15.000 kilómetros al año.
Mientras llega o no esta nueva subida, ya está en vigor la subida de las autopistas, un +1,67%
de media, que ha sido mayor en 5
autopistas: la AP-66 Campomanes-León (subió el 1,71%), la AP-7
Alicante-Cartagena (+2,69%), la AP-46 Málaga-Alto de las Pedrizas (+2,69%) y la
AP-9 (+3,5%). Y subió algo menos (+1,65%) la AP-7 en el tramo Estepona-Guadiaro.
Los que bajarán un 30% de media, desde el 15 de enero, son los peajes
de las 9 autopistas privadas rescatadas por el Estado, que además serán
gratuitas entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana: las cuatro radiales
madrileñas R-2, R-3, R-4 y R-5, la AP-41 Madrid-Toledo, la M-12 Eje Aeropuerto,
la AP-36 Ocaña-la Roda, el tramo de la AP-7 entre Cartagena y Vera y la
circunvalación de Alicante.
Siguiendo con los
transportes, este año 2019 hay elecciones municipales y autonómicas y
quizás por eso no suben los transportes públicos (autobús y metro) en las ciudades,
aunque sí suben los taxis en Madrid y
Barcelona, lo que podría arrastrar subidas en Uber y Cabify. Tampoco suben
las Cercanías de RENFE, aunque sí suben los billetes de tren en los trayectos regionales (+3,5%) y en los
trenes Avant (trenes regionales más rápidos, que circulan por vías AVE), que
suben un 7%, mientras Renfe espera a más adelante para subir el AVE (a la vista de lo que hagan las tarifas aéreas). De momento, no suben los billetes de avión, tras
haberse congelado las tasas
aeroportuarias (AENA) y haber bajado
un 1,2% las tasas de navegación aérea (ENAIRE), aunque la clave estará en lo que haga el petróleo (si sube o no el queroseno), con
precios muy volátiles.
Lo que sí subirá en
2019 será la luz, que cerró el
año 2018 con otra subida del recibo del 2,5%, la tercera mayor de la última década (tras 2012 y
2015): el recibo medio de una familia (4,4 kW de potencia y un consumo de 3.500
kW anuales) fue de 784 euros en 2018, 19 euros anuales más que en 2017 (765
euros). Una parte importante de esta subida fue por el encarecimiento de la luz
en el mercado eléctrico (supone en 35% de la factura), debido a la falta de
agua y viento y a la subida del impuesto por el CO2 que emiten las centrales de
carbón, lo que provocó un precio medio en el mercado eléctrico de 57,31 euros, el 2º más elevado de la última década. Y además, seguimos pagando costes de más en la parte regulada del recibo (44% de la
factura) y más impuestos (21% factura).
Cara a 2019, los expertos creen que la luz volverá a subir, aunque el Gobierno haya vuelto a congelar la parte regulada de la factura
(ese 44%), por 5º año consecutivo. Pero los precios de los futuros en el
mercado eléctrico anticipan nuevas subidas de la luz, hasta un 8%, por la climatología,
la fuerte demanda y la subida de los pagos por emitir CO2. Eso sí, el gas natural ha bajado en enero
(-4,6% de media) y podría seguir bajando en 2019, al haberse congelado también
los “peajes” (pagos regulados). Lo que subirá será la bombona de butano, que todavía consumen 8 millones de familias: en
noviembre subió un 4,93% y podría subir lo mismo este
15 de enero, con lo que costará ya
más de 16 euros la bombona, cuando costaba 13,50 euros en 2010.
Y podría subir hasta 3 euros más para finales de 2019, debido a las subidas de
la materia prima y los transportes en el mercado internacional.
Otra subida nos espera en 2019: las tarifas de los móviles e Internet, que suelen subir
dos veces al año. De momento, Movistar sube este mes de enero en 5 euros los servicios de sólo fibra
óptica y las tarifas de móvil #15 y #25, mientras sube 2 euros las tarifas de
móviles #1,5, #4 y #8. Y ha anunciado que el 5 de febrero sube 5 euros mensuales sus paquetes de Fusión. Unas
subidas que seguirán Vodafone y Orange,
como ha pasado otros años.
Y aunque cada vez nos comunicamos menos por carta, han subido también los sellos y las tarifas de Correos, el 1 de enero: el franqueo de cartas y tarjetas sube un 9%, de 0,55 a 0,60 euros, el doble
de lo que valía en 2007 (0,30 euros). Sin embargo, España es todavía uno de los
paises con las tarifas postales más baratas de Europa, donde el coste medio del franqueo es de
1,02 euros, 0,95 euros en Francia, 0,76 en Reino Unido y de 0,70 euros en
Alemania. El envío de paquetes (principal negocio de Correos) también sube
un 0,88%, un aumento mucho más reducido, por el auge de la competencia, que en
años anteriores (+11,1% en 2017, +7,1% en 2016 y +10,5% en 2015).
Las medicinas
serán algo más baratas este año, tras una nueva rebaja de los precios
de referencia, que entró en vigor el 1 de enero y que reduce el precio de 15.500 presentaciones farmacéuticas (de las 17.500 que se
venden). Todas bajan unos céntimos y
las mayores rebajas (ver listado con los nuevos precios) se notarán en algunos ibuprofenos (que
bajan del 65 al 81%), medicamentos contra el colesterol (bajan del 5,25% al
48%), anticonceptivos y medicamentos contra el asma. La rebaja para los
particulares será de 8,44 millones, pero los laboratorios recortarán sus
ingresos en 248,25 millones en 2019, según Sanidad. Esta rebaja de los
medicamentos parece “una buena noticia”, pero tiene dos riesgos. Uno, que a los laboratorios, con precios tan bajos (bajan desde
2010 y el 55% valen ya menos de 3,50
euros), no les compense seguir vendiéndoles aquí y los exporten a otros paises,
donde se cobran hasta un 30% más caros, lo que provocaría más desabastecimiento de medicamentos (ya sucede: hay más de 400 medicamentos en falta,
según se ve en esta web de la Agencia Española del Medicamento). Y el otro riesgo, hundir las cuentas de las 22.046 farmacias
españolas, que dispensan más recetas y facturan menos.
La vivienda sube y seguirá
subiendo en 2019. Ya en 2018, el precio de la vivienda de segunda mano
subió entre un 7,2% (según el INE, con
datos a septiembre), un 7,8% (según Fotocasa) y un 8,4% (según el Idealista), con un precio medio de 1.720 euros/m2. Y todos los expertos
creen que seguirá subiendo en 2019, entre el 5% y el 6%. Lo más
preocupante es la subida de los
alquileres, que habrá sido del 9,3%
de media en 2018, según el Idealista, con precios medios elevadísimos del alquiler en Madrid
capital (16,4 euros/m2), Barcelona (16 euros/m2), San Sebastián (15,6 euros/m2)
o Baleares (13,5 euros/m2). Y todo apunta a que los alquileres seguirán subiendo en 2019, aunque quizás algo menos que en 2018.
El Gobierno Sánchez aprobó el 14 de diciembre un decreto-ley
para tratar de bajar el precio de los alquileres, con dos medidas: impedir que se cobre más de 2 mensualidades con las
fianzas y que los nuevos contratos de alquiler pasen de 3 a 5 años (y las
prórrogas pasen de 1 a 3 años). Estas medidas podrían provocar el efecto
contrario al buscado, según muchos expertos: si el particular o la empresa tiene que alquilar por más
tiempo, puede querer “cubrirse” subiendo más el alquiler inicial. Algunos, como
Podemos, defienden que hay que controlar los precios, poner topes máximos al alquiler y la ministra de Hacienda dice que el Gobierno está “dispuesto a hacerlo”, por
una Ley o en los Presupuestos 2019.
Pero poner topes a los alquileres no es una buena solución, porque retraería a muchos propietarios e
inmobiliarias a poner sus pisos en alquiler y fomentaría un “mercado
negro”, con alquileres pagados
“bajo mano” y sin garantías. La verdad es que “no hay atajos” para frenar los alquileres: vivimos en
un sistema capitalista y lo que funcionaría sería aumentar la oferta de pisos en alquiler.
Y para eso hay dos caminos. Uno, incentivar a los propietarios de los 3
millones de casas vacías
(particulares, bancos y empresas) para que las pongan en alquiler, con ayudas
fiscales. El otro sería destinar suelo público y recursos a promover viviendas públicas (VPO)
para alquiler, para destinarlas a alquileres sociales (de 150 a 300 euros al mes), como se hace en casi toda Europa (en Holanda hay 2,3 millones de viviendas públicas
en alquiler). Estas VPO eran muy
importantes antes (se hicieron más
de 100.000 al año entre 1957 y 1989 y 68.857 en 2008), pero se han desplomado con la crisis: sólo se entregaron 4.938 VPO en 2017.
Habría que promover unas 100.000 VPO al año, no las 5.000 que propone
ahora Fomento. Y conseguir que se alquilen otras 100.000 viviendas privadas vacías.
Así, con 200.000 viviendas más en alquiler al año (1 millón en 5 años) sí bajarían los precios, no con controles de precios a la venezolana…
Al margen de los precios de venta y alquiler, muchos
propietarios tendrán que pagar más
impuestos por su vivienda en 2019, al revisarse el catastro en 1.179municipios (1 de cada 8 localidades) y actualizarse el valor sobre
el que se paga el IBI, el impuesto municipal. El valor catastral subirá en 728 localidades (ver listado),
un 5% (los que revisaron entre 1984 y 1.989), un 3% (los que revisaron entre
1990 y 2000) o un 2%) los que revisaron de 2001 a 2003. Y bajará en otras 449 localidades
(ver listado),
entre un 3% y un 7%, que son las que hicieron la anterior actualización en
plena “burbuja inmobiliaria” (entre 2005 y 2013). Lo normal es que los
Ayuntamientos esperen a actualizar el catastro después de las elecciones de
mayo, pero lo importante es que tienen la
autorización de Hacienda para hacerlo (BOE 29 diciembre). Y luego, pueden subir
o bajar el tipo del IBI a aplicar sobre el valor actualizado.
La compra de viviendas no sólo se va a encarecer porque
suban los precios en 2019 sino porque suban
las hipotecas. De hecho, ya han subido los tipos para compensar
que, desde el 10 de noviembre, son los bancos los que tienen que pagar el
impuesto (de actos jurídicos documentados). Así, el tipo medio de las
hipotecas (TAE) ha subido del 2,13%
en julio al 2,25% en octubre, según el portal del cliente bancario del Banco de España. Y hay bancos que
también han subido comisiones. Además, la subida de tipos en EEUU está
haciendo subir el precio del dinero en toda Europa, con lo que el
Euribor, el tipo que se aplica para revisar anualmente dos de cada tres
hipotecas (a tipo variable) está subiendo desde abril y ha cerrado el año 2018 con un Euribor del -0,129%. Eso supone que quien tenga que revisar su hipoteca (120.000 euros a 20 años) en enero, pagará 2 euros más al mes. Y se prevé que el Euribor, que lleva 3 años en negativo, acabe 2019 en positivo (entre 0,10 y 0,20%), lo que tendrá dos
efectos este año: las nuevas
hipotecas serán más caras (Euribor+2%) y será más caro revisar las hipotecas actuales (5 euros más al mes, a
finales de 2019). Y además, los bancos
seguirán subiendo sus comisiones por casi todo en 2019.
A pesar de este rosario de subidas, los expertos
apuestan porque los precios suban menos en 2019 que en 2018: la inflación anual en diciembre podría quedar en el 1,6% (más que el 1,2% en que acabó
2018, según el INE), pero la inflación media, que es la importante (para
saber si salarios y pensiones pierden poder adquisitivo), podría bajar, del 1,7% en
2018 al 1,3% en 2019, según Funcas . Todo va a depender de lo que haga el petróleo: si sube más de lo previsto (hasta 80 dólares,
cuando se espera que cueste 70 dólares de media en 2019), la inflación media
subiría este año hasta el 1,8%, según Funcas, con lo que pensiones y salarios perderían poder adquisitivo. Y si
sube menos (y cuesta 60 dólares), la inflación media anual subiría el 0,90% y
todos ganaríamos poder adquisitivo. Así que para saber qué va a pasar finalmente con
sus ingresos en 2019, miren lo que
hace el petróleo. No se olviden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario