jueves, 10 de enero de 2019

Las subidas de precios de 2019


Año nuevo, subidas nuevas. Cada enero es igual: sube el precio de casi todo, más que nuestros sueldos o pensiones. Este 2019 ha empezado con la subida de los carburantes, un regalo de Reyes retardado que nos dejó Rajoy: supone pagar (sólo en 9 autonomías) entre 2,64 euros y 50 céntimos más por llenar el depósito. También suben las autopistas, el tren y los taxis, no los transportes públicos. Y volverán a subir la luz y el butano, mientras baja el gas. También será más caro mandar cartas o paquetes y las tarifas de móviles e Internet. Bajan las medicinas, unos céntimos, pero así corremos más riesgo de que falten. Y seguirán subiendo la vivienda, los alquileres y las hipotecas, tanto las nuevas como las revisiones anuales, porque sube el Euribor. Tras este rosario de subidas, el IPC puede ser más bajo este año, el 1,2%, gracias a un petróleo más barato. Ahí estará la clave de lo que finalmente suban los precios en 2019.



La primera subida de 2019 la hemos notado al ir a la gasolinera, donde el 1 de enero subieron unos céntimos las gasolinas y el gasóleo. Es el regalo de Reyes retardado que nos ha dejado Rajoy, al incluir esta subida en el Presupuesto 2018, con efecto en 2019. Todo viene del famoso “céntimo sanitario” que muchas autonomías aprobaron cobrar con los carburantes para financiar la sanidad y que el Tribunal de Justicia de la UE rechazó en 2014. El Gobierno Rajoy lo sustituyó por un impuesto especial autonómico, que tampoco gustó a Bruselas y que creaba un “efecto frontera”, distorsionando el mercado: camiones y coches echaban gasolina en la autonomía de al lado, si era más barata. En el Presupuesto 2018, el ministro Montoro optó por seguir cobrándolo pero una cifra igual para todas las autonomías: 7,2 céntimos por litro (antes eran 2,4 céntimos estatales y entre 0 y 4,8 céntimos según las autonomías). Y se decidió que la norma entrara en vigor este 1 de enero.

Con ello, hay 7 autonomías donde los carburantes no han subido nada (Andalucía, Baleares, Cataluña, Castilla la Mancha, Galicia, Murcia y la Comunidad Valenciana), porque ya cobraban el máximo de impuesto especial (4,8 céntimos). Y otras 9 autonomías donde han subido los carburantes, porque cobraban menos de impuesto especial (entre 0 y 3,84 céntimos por litro): han subido 4,8 céntimos/litro en País Vasco, Cantabria, Castilla y León, la Rioja y Navarra, 3,1 céntimos/litro en Madrid, 2,4 céntimos/litro en Aragón, 0,96 céntimos por litro en Extremadura y 0,8 céntimos/litro en Asturias. Y en Canarias no cambia el precio, porque los carburantes tienen una fiscalidad propia.

En los próximos meses, quizás en abril, podrían volver a subir los impuestos de los carburantes, si el Gobierno Sánchez consigue aprobar unos nuevos Presupuestos para 2019, algo bastante difícil. Su intención es que el gasóleo pague el mismo impuesto que las gasolinas, como vienen pidiendo desde hace años la Comisión Europea y la OCDE. Eso supondría un alza adicional del gasóleo de 9,369 céntimos/litro en toda España, lo que supondría pagar 5,15 euros más al llenar un depósito de 55 litros. El coste de esta medida, si se aprueba, sería de 2.140 millones de euros y el objetivo del Gobierno Sánchez es repartirlo en 2 años, con una subida en 2019 y otra en 2020. Los transportistas y la oposición están en contra de la subida, que ha provocado las protestas de los chalecos amarillos en Francia, pero la ministra de Hacienda dice que sólo supondrá un coste de 3,3 euros mensuales al automovilista medio, el que hace menos de 15.000 kilómetros al año.

Mientras llega o no esta nueva subida, ya está en vigor la subida de las autopistas, un +1,67% de media, que ha sido mayor en 5 autopistas: la AP-66 Campomanes-León (subió el 1,71%), la AP-7 Alicante-Cartagena (+2,69%), la AP-46 Málaga-Alto de las Pedrizas (+2,69%) y la AP-9 (+3,5%). Y subió algo menos (+1,65%) la AP-7 en el tramo Estepona-Guadiaro. Los que bajarán un 30% de media, desde el 15 de enero, son los peajes de las 9 autopistas privadas rescatadas por el Estado, que además serán gratuitas entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana: las cuatro radiales madrileñas R-2, R-3, R-4 y R-5, la AP-41 Madrid-Toledo, la M-12 Eje Aeropuerto, la AP-36 Ocaña-la Roda, el tramo de la AP-7 entre Cartagena y Vera y la circunvalación de Alicante.

Siguiendo con los transportes, este año 2019 hay elecciones municipales y autonómicas y quizás por eso no suben los transportes públicos (autobús y metro) en las ciudades, aunque sí suben los taxis en Madrid y Barcelona, lo que podría arrastrar subidas en Uber y Cabify. Tampoco suben las Cercanías de RENFE, aunque sí suben los billetes de tren en los trayectos regionales (+3,5%) y en los trenes Avant (trenes regionales más rápidos, que circulan por vías AVE), que suben un 7%, mientras Renfe espera a más adelante para subir el AVE (a la vista de lo que hagan las tarifas aéreas). De momento, no suben los billetes de avión, tras haberse congelado las tasas aeroportuarias (AENA) y haber bajado un 1,2% las tasas de navegación aérea (ENAIRE), aunque la clave estará en lo que haga el petróleo (si sube o no el queroseno), con precios muy volátiles.

Lo que sí subirá en 2019 será la luz, que cerró el año 2018 con otra subida del recibo del 2,5%, la tercera mayor de la última década (tras 2012 y 2015): el recibo medio de una familia (4,4 kW de potencia y un consumo de 3.500 kW anuales) fue de 784 euros en 2018, 19 euros anuales más que en 2017 (765 euros). Una parte importante de esta subida fue por el encarecimiento de la luz en el mercado eléctrico (supone en 35% de la factura), debido a la falta de agua y viento y a la subida del impuesto por el CO2 que emiten las centrales de carbón, lo que provocó un precio medio en el mercado eléctrico de 57,31 euros, el 2º más elevado de la última década. Y además, seguimos pagando costes de más en la parte regulada del recibo (44% de la factura) y más impuestos (21% factura).

Cara a 2019, los expertos creen que la luz volverá a subir, aunque el Gobierno haya vuelto a congelar la parte regulada de la factura (ese 44%), por 5º año consecutivo. Pero los precios de los futuros en el mercado eléctrico anticipan nuevas subidas de la luz, hasta un 8%, por la climatología, la fuerte demanda y la subida de los pagos por emitir CO2. Eso sí, el gas natural ha bajado en enero (-4,6% de media) y podría seguir bajando en 2019, al haberse congelado también los “peajes” (pagos regulados). Lo que subirá será la bombona de butano, que todavía consumen 8 millones de familias: en noviembre subió un 4,93% y podría subir  lo mismo este 15 de enero, con lo que costará ya más de 16 euros la bombona, cuando costaba 13,50 euros en 2010. Y podría subir hasta 3 euros más para finales de 2019, debido a las subidas de la materia prima y los transportes en el mercado internacional.

Otra subida nos espera en 2019: las tarifas de los móviles e Internet, que suelen subir dos veces al año. De momento, Movistar sube este mes de enero en 5 euros los servicios de sólo fibra óptica y las tarifas de móvil #15 y #25, mientras sube 2 euros las tarifas de móviles #1,5, #4 y #8. Y ha anunciado que el 5 de febrero sube 5 euros mensuales sus paquetes de Fusión. Unas subidas que seguirán Vodafone y Orange, como ha pasado otros años.

Y aunque cada vez nos comunicamos menos por carta, han subido también los sellos y las tarifas de Correos, el 1 de enero: el franqueo de cartas y tarjetas sube un 9%, de 0,55 a 0,60 euros, el doble de lo que valía en 2007 (0,30 euros). Sin embargo, España es todavía uno de los paises con las tarifas postales más baratas de Europa, donde el coste medio del franqueo es de 1,02 euros, 0,95 euros en Francia, 0,76 en Reino Unido y de 0,70 euros en Alemania. El envío de paquetes (principal negocio de Correos) también sube un 0,88%, un aumento mucho más reducido, por el auge de la competencia, que en años anteriores (+11,1% en 2017, +7,1% en 2016 y +10,5% en 2015).

Las medicinas serán algo más baratas este año, tras una nueva rebaja de los precios de referencia, que entró en vigor el 1 de enero y que reduce el precio de 15.500 presentaciones farmacéuticas (de las 17.500 que se venden). Todas bajan unos céntimos y las mayores rebajas (ver listado con los nuevos precios) se notarán en algunos ibuprofenos (que bajan del 65 al 81%), medicamentos contra el colesterol (bajan del 5,25% al 48%), anticonceptivos y medicamentos contra el asma. La rebaja para los particulares será de 8,44 millones, pero los laboratorios recortarán sus ingresos en 248,25 millones en 2019, según Sanidad. Esta rebaja de los medicamentos parece “una buena noticia”, pero tiene dos riesgos. Uno, que a los laboratorios, con precios tan bajos (bajan desde 2010 y el  55% valen ya menos de 3,50 euros), no les compense seguir vendiéndoles aquí y los exporten a otros paises, donde se cobran hasta un 30% más caros, lo que provocaría más desabastecimiento de medicamentos (ya sucede: hay más de 400 medicamentos en falta, según se ve en esta web de la Agencia Española del Medicamento). Y el otro riesgo, hundir las cuentas de las 22.046 farmacias españolas, que dispensan más recetas y facturan menos.

La vivienda sube y seguirá subiendo en 2019. Ya en 2018, el precio de la vivienda de segunda mano subió entre un 7,2% (según el INE, con datos a septiembre), un 7,8% (según Fotocasa) y un  8,4% (según el Idealista), con un precio medio de 1.720 euros/m2. Y todos los expertos creen que seguirá subiendo en 2019, entre el 5% y el 6%. Lo más preocupante es la subida de los alquileres, que habrá sido del 9,3% de media en 2018, según el Idealista, con precios medios elevadísimos del alquiler en Madrid capital (16,4 euros/m2), Barcelona (16 euros/m2), San Sebastián (15,6 euros/m2) o Baleares (13,5 euros/m2). Y todo apunta a que los alquileres seguirán subiendo en 2019, aunque quizás algo menos que en 2018.

El Gobierno Sánchez aprobó el 14 de diciembre un decreto-ley para tratar de bajar el precio de los alquileres, con dos medidas: impedir que se cobre más de 2 mensualidades con las fianzas y que los nuevos contratos de alquiler pasen de 3 a 5 años (y las prórrogas pasen de 1 a 3 años). Estas medidas podrían provocar el efecto contrario al buscado, según muchos expertos: si el particular o la empresa tiene que alquilar por más tiempo, puede querer “cubrirse” subiendo más el alquiler inicial. Algunos, como Podemos, defienden que hay que controlar los precios, poner topes máximos al alquiler y la ministra de Hacienda dice que el Gobierno está “dispuesto a hacerlo”, por una Ley o en los Presupuestos 2019.

Pero poner topes a los alquileres no es una buena solución, porque retraería a muchos propietarios e inmobiliarias a poner sus pisos en alquiler y fomentaría un “mercado negro”, con alquileres pagados “bajo mano” y sin garantías. La verdad es que “no hay atajospara frenar los alquileres: vivimos en un sistema capitalista y lo que funcionaría sería aumentar la oferta de pisos en alquiler. Y para eso hay dos caminos. Uno, incentivar a los propietarios de los 3 millones de casas vacías (particulares, bancos y empresas) para que las pongan en alquiler, con ayudas fiscales. El otro sería destinar suelo público y recursos a promover viviendas públicas (VPO) para alquiler, para destinarlas a alquileres sociales (de 150 a 300 euros al mes), como se hace en casi toda Europa (en Holanda hay 2,3 millones de viviendas públicas en alquiler). Estas VPO eran muy importantes antes (se hicieron  más de 100.000 al año entre 1957 y 1989 y 68.857 en 2008), pero se han desplomado con la crisis: sólo se entregaron 4.938 VPO en 2017. Habría que promover unas 100.000 VPO al año, no las 5.000 que propone ahora Fomento. Y conseguir que se alquilen otras 100.000 viviendas privadas vacías. Así, con 200.000 viviendas más en alquiler al año (1 millón en 5 años) sí bajarían los precios, no con controles de precios a la venezolana…

Al margen de los precios de venta y alquiler, muchos propietarios tendrán que pagar más impuestos por su vivienda en 2019, al revisarse el catastro en 1.179municipios (1 de cada 8 localidades) y actualizarse el valor sobre el que se paga el IBI, el impuesto municipal. El valor catastral subirá en 728 localidades (ver listado), un 5% (los que revisaron entre 1984 y 1.989), un 3% (los que revisaron entre 1990 y 2000) o un 2%) los que revisaron de 2001 a 2003. Y bajará en otras 449 localidades (ver listado), entre un 3% y un 7%, que son las que hicieron la anterior actualización en plena “burbuja inmobiliaria” (entre 2005 y 2013). Lo normal es que los Ayuntamientos esperen a actualizar el catastro después de las elecciones de mayo, pero lo importante es que tienen la autorización de Hacienda para hacerlo (BOE 29 diciembre). Y luego, pueden subir o bajar el tipo del IBI a aplicar sobre el valor actualizado. 

La compra de viviendas no sólo se va a encarecer porque suban los precios en 2019 sino porque suban las hipotecas. De hecho, ya han subido los tipos para compensar que, desde el 10 de noviembre, son los bancos los que tienen que pagar el impuesto (de actos jurídicos documentados). Así, el tipo medio de las hipotecas (TAE) ha subido del 2,13% en julio al 2,25% en octubre, según el portal del cliente bancario del Banco de España. Y hay bancos que también han subido comisiones. Además, la subida de tipos en EEUU está haciendo subir el precio del dinero en toda Europa, con lo que el Euribor, el tipo que se aplica para revisar anualmente dos de cada tres hipotecas (a  tipo variable) está subiendo desde abril y ha cerrado el año 2018 con un Euribor del -0,129%. Eso supone que quien tenga que revisar su hipoteca (120.000 euros a 20 años) en enero, pagará 2 euros más al mes. Y se prevé que el Euribor, que lleva 3 años en negativo, acabe 2019 en positivo (entre 0,10 y 0,20%), lo que tendrá dos efectos este año: las nuevas hipotecas serán más caras (Euribor+2%) y será más caro revisar las hipotecas actuales (5 euros más al mes, a finales de 2019). Y además, los bancos seguirán subiendo sus comisiones por casi todo en 2019.

A pesar de este rosario de subidas, los expertos apuestan porque los precios suban menos en 2019 que en 2018: la inflación anual en diciembre podría quedar en el 1,6% (más que el 1,2% en que acabó 2018, según el INE), pero la inflación media, que es la importante (para saber si salarios y pensiones pierden poder adquisitivo), podría bajar, del 1,7% en 2018 al 1,3% en 2019, según Funcas . Todo va a depender de lo que haga el petróleo: si sube más de lo previsto (hasta 80 dólares, cuando se espera que cueste 70 dólares de media en 2019), la inflación media subiría este año hasta el 1,8%, según Funcas, con lo que pensiones y salarios perderían poder adquisitivo. Y si sube menos (y cuesta 60 dólares), la inflación media anual subiría el 0,90% y todos ganaríamos poder adquisitivo. Así que para saber qué va a pasar finalmente con sus ingresos en 2019, miren lo que hace el petróleo. No se olviden. 

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