Son las quintas Navidades en crisis y las
peores de la democracia. La mitad de las
familias, atrapadas entre el paro y un sueldo mileurista, vivirán esta Navidad en “economía de guerra”,
tratando de comer algo mejor, comprar algún regalo barato y salvar los juguetes
de sus hijos. Pero poco más, porque la
mayoría no llega a fin de mes. En estas fiestas, muchos españoles echarán
mano otra vez de la familia, de la ayuda de los padres, muchos sin extra
o sin revalorización de su pensión. Y otros acudirán a Cáritas, Cruz Roja y miles de ONGs que atienden ya a 5 millones de
españoles, desatendidos por los
servicios sociales públicos, a los que se han recortado la mitad de sus
recursos. Esta Navidad saltan más a la
vista los estragos de la recesión,
los 12 millones de pobres que se ven
abandonados y sin futuro. Ayudémosles si
podemos.
El consumo está apagado esta Navidad,
donde se espera que la mayoría de las familias tengan un gasto
extra de 650 euros, casi la mitad que antes de la crisis (1.000 euros),
sobre todo en alimentación (mucho congelado), regalos (pocos,
tecnológicos y “útiles”) y juguetes (“low cost”, unos 50
euros por niño), renunciando la mayoría a viajes y comidas fuera de casa (sólo comidas de empresa low cost). Y eso la
media, porque una de cada cuatro
familias no gastarán más de 300 euros extras en Navidad, según ESADE.
enrique ortega |
Unas “pobres” Navidades, pero lo raro
sería otra cosa a la vista del país que nos ha dejado la recesión: casi 6 millones de parados
y 15 millones de mileuristas (de los que más de la mitad son minieuristas,
con sueldos entre 400 y 860 euros), un
40% de la población que vive en precario y que tiene muy difícil llegar a fin
de mes. Y más esta Navidad, con la
puntilla de tres medidas que les
ha regalado el Gobierno Rajoy: la subida
del IVA en septiembre, la no
revisión de las pensiones con el IPC (8,3 millones de pensionistas
pierden 436 euros) y la supresión
de la extra a más de 3 millones de funcionarios (4.000 millones de
euros que no se podrán gastar).
Esta Navidad,
como el resto del año, la mayoría de las familias siguen con su “economía
de guerra”, pagando la
hipoteca y los recibos básicos y quitando todos los gastos posibles, porque
además no ven claro el futuro: casi la mitad de los españoles piensa
que 2013 será peor y uno de cada cuatro teme perder su trabajo,
según el barómetro del CIS. El
problema es que se están acabando los
ahorros de los que tirar y el
colchón familiar no da más de sí,
tras cinco años de crisis, cuando se
acaba el paro y las ayudas y no se consigue trabajo.
¿Cómo
sobreviven los españoles a la recesión? Sobre todo los 12 millones que son pobres
(familias que ingresan menos de 15.820 euros), un 27% de la población según Eurostat.
El primer recurso es acudir
a la familia, para que los padres ayuden a pagar la hipoteca, el
alquiler, los colegios o las facturas más urgentes, además de comer en su casa
y en muchos casos, volver a vivir con ellos. Cáritas desvela que ha
vuelto el hacinamiento a los
hogares, con hijos con niños e inmigrantes compartiendo casa con sus padres
y compatriotas. Actualmente, el 40% de los mayores ayudan a sus hijos
y 422.600 hogares viven de la pensión de los abuelos, según el CES.
Otra vía de supervivencia es la economía
sumergida, las chapuzas para
mujeres (limpieza) y hombres sin recursos (en
1.737.900 familias, están todos en paro, según la EPA). Y luego está acudir a los servicios
sociales públicos: unos 8 millones de españoles han ido a ellos este año, buscando ayuda. Pero la mayoría no consigue mucho, según Cáritas,
que revela dos problemas. Uno, que
se han endureciendo los requisitos
(tiempo mínimo de empadronamiento, de 1 a 3 años, documentos exigidos),
discriminando a inmigrantes, personas solas y jóvenes sin familia. El otro, los retrasos: tardan 65 días entre la
primera cita y dar una respuesta efectiva (en Cáritas, 6 días).Y cuando se
trata de cobrar, conceden ayudas
a los 165 días de pedirlas (casi medio año, cuando son familias que no
pueden más).
Hay un tercer problema: los
recortes han destrozado los servicios sociales públicos, sobre
todo municipales. El Estado (les
aporta el 10%) ha reducido las subvenciones un 65,4 % entre 2012 y 2013 (aportaba
86 millones, ahora sólo 30) y también les han recortado las autonomías (30% recursos) y Ayuntamientos
(60%). Con ello, sólo 192.633 personas
(datos 2010) reciben la renta mínima de
inserción (RMI), una ayuda
que además varía según donde vivan:
de 375 euros mes (532 con familia) en Madrid
a 650 euros (910 con familia) en el País Vasco. Francia, que tiene un millón menos de “pobres” que España, paga 475 euros al mes (RSA) a siete veces más personas (1,39 millones
cobran esta renta de solidaridad).
Al final, entre los
requisitos, el papeleo, los retrasos y el recorte de fondos, los españoles
se desesperan de los
servicios sociales públicos y dos de
cada tres acaban en las ONGs privadas:
Cruz
Roja atiende a 2 millones, Cáritas a 1,3 millones y los Bancos de Alimentos
dan comidas a 1,3 millones de personas, la mayoría (67%) desviadas por el propio personal de los servicios sociales públicos,
que se ven impotentes para ayudarles.
En estos momentos, unas
30.000
ONGs ayudan a sobrevivir a unos 5 millones de personas, dándoles comida,
ropa, techo o ayuda para pagar hipotecas, alquileres o buscar empleo. Es una
red en la que trabajan medio
millón de profesionales y un millón de voluntarios, que tendrán
que hacer horas extras esta Navidad. Y que no saben si sobrevivirán a 2013,
porque los recortes les afectan mucho,
dado que un 70% de sus ingresos son subvenciones.
Otro 20% procede de las Cajas de ahorros (Obra
Social), algo que se va a acabar. Con lo que tendrían que subir mucho
las donaciones
privadas (el 10% restante), algo difícil ya que sólo un 9% de españoles colabora con una ONG cuando en Europa
oscila entre el 15 y el 30% de la población. Por todo ello, hay estudios (como
el de ESADE)
que temen que un 25% de ONGs puedan cerrar por falta de recursos.
Se acaba el colchón de
los ahorros, se agota la ayuda familiar, se recortan drásticamente las ayudas
públicas y están asfixiadas las ONGs privadas, todo cuando hace falta más que nunca ayudar a millones de españoles que lo
están pasando muy mal, como se ve estas Navidades
con más crudeza. Y mientras, el
Gobierno insiste en recortar el déficit y no toma medidas contra la pobreza, como le
ha pedido Europa y como acaba de
hacer Francia, con un Plan para
aumentar las ayudas contra la pobreza, crear un parque de viviendas sociales,
aumentar plazas para ancianos y contratos de inserción para jóvenes.
Disfrutemos de la Navidad con la familia, pero sin olvidar a
los que lo están pasando muy mal: ayudemos
a nuestro alrededor. Hace mucha falta.
¡Feliz Navidad a
todos¡
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