Tras cuatro años de dura crisis, con casi 6 millones de parados, podría esperarse que
creciera la pobreza en España: hay
casi 10 millones de pobres, una de cada cinco familias. Lo más grave es que somos
el país con más pobreza de la Europa del
euro. Y no sólo hay más pobres con menos recursos, sino que los ricos se
han hecho más ricos: hay más desigualdad.
Y España
es también el país del euro con más desigualdad, porque tenemos más paro, familias
con muchas deudas y una protección social insuficiente (que se recorta cada año).
Una pobreza y desigualdad que ha creado dos
Españas, con una gran brecha social
entre ellas. Hace falta un Plan de
choque contra la pobreza, como pidió Bruselas en mayo. El colchón de los ahorros
y la ayuda familiar se está agotando.
Pobres había antes de la crisis (9 millones en 2007), pero
ahora la pobreza se ha hecho “más
extensa, más intensa y más crónica”, según Cáritas.
Más extensa,
porque supera los 10 millones de personas (con menos de 15.445 euros anuales
para una familia con 2 hijos), un 21,1%
de los españoles, según los últimos datos del INE. Y cinco autonomías tienen
más de un 30% de pobres: Canarias (33,8%), Extremadura (31,9%), Andalucía (31,7%),
Castilla la Mancha (31,7%) y Melilla (30,9%).Media España. Más intensa, porque el umbral de la
pobreza ha bajado con la crisis (de 16.317 a 15.445 euros anuales). Y crónica, porque se ceba en los mismos
colectivos: parados (68% pobres), emigrantes (56%), personas sin estudios (62%) y madres
solas con niños (39% son pobres), aunque últimamente crecen los pobres entre
españoles de clase media y jóvenes de
más de 30 años. Y hay 2,267.000 niños
pobres, un 27,2% de la población infantil, según UNICEF.
Europa considera
que en España hay más pobres de los que
dice el INE, ya que Eurostat
amplía el criterio de tener bajos ingresos (menos del 60% de la media) con
otros dos: tener privaciones (no poder pagar recibos o la hipoteca o no comer
carne o pescado cada dos días) y trabajar poco o nada. Con ello, estima que en España había 11.675.000 pobres en 2010,
un 25,5% de los españoles. Y con ello, somos el
país europeo donde más ha crecido la pobreza y el octavo país con más pobres de la UE 27 (115,4 millones de
pobres, un 23,4% de los europeos), tras Bulgaria, Rumanía, Letonia, Lituania,
Hungría, Polonia y Grecia. Y más de la mitad de los españoles declaran que han bajado de clase social con la crisis.
Para Cáritas,
la principal fuente de pobreza es el paro: hay 1.737.900 hogares donde
todos están parados y el
48,77 % de los parados EPA no cobra ningún subsidio (2.817.840 parados). Y a
los que cobran, se les acaba, porque 1,6 millones de parados llevan más de 2
años sin encontrar trabajo. Otra fuente de pobreza son las deudas, sobre todo las hipotecas, que muchas familias no pueden pagar. Y todo ello se agrava
por los recortes
en las ayudas sociales públicas, a las que recurren 8
millones de españoles pobres, que luego acaban en Cáritas (1,3 millones) o en la Cruz Roja (2 millones).
Lo peor no es que haya más pobres, sino que en paralelo, los
ricos se han hecho más ricos: hay
más desigualdad. Un problema
mundial, ya que la OCDE ha alertado que, con
la crisis, el mundo sufre la mayor desigualdad en 30 años. Bastan unos datos
del último informe
de Credit Suisse: el 0,5% de la población mundial posee el 38,5% de la
riqueza y el 50% de la población con menos recursos tiene el 1% de la riqueza
mundial, Bill Gates (Microsoft) tiene un patrimonio (50.000 millones $) igual
al de 140 países, África tiene el 1% de la riqueza mundial y EEUU el 25%, más
de 3.000 millones de personas (43% población) viven con menos de 2 dólares al
día y 1.000 millones pasan hambre.
En este contexto, Europa
ha estabilizado su desigualdad con la crisis, pero en España
han aumentado las diferencias entre ricos y pobres. Hay dos indicadores. El
coeficiente
de Gini arroja un nivel
de desigualdad de 30,5 para Europa y
de 34 para España (2011), un índice sólo superado por Letonia (35,2) y muy
alejado del nivel de desigualdad de Francia o Alemania (29), Italia (31) y por
supuesto Suecia (24). En otro indicador de desigualdad, el
ratio 80/20, que relaciona el 20% que más ingresa con el 20% que menos,
España vuelve a ser líder: hay una
diferencia de 7,5 veces (antes de la crisis era 5,5 veces), la más alta en la Europa 27, que queda en 5,7 veces (2011),
con 4,6 para Alemania.
Para la OCDE, el mayor causante
de la creciente desigualdad es el paro,
donde España es líder europeo junto a Grecia. Otro factor son los salarios, donde la desigualdad ha
crecido un 8,7% con la crisis, según el Banco de España. El último informe
del INE señala una diferencia de
4,3 veces entre el salario bruto de un director general (57.363 € media) y los
empleos peor pagados (13.276 €). Pero hay otros
datos más escandalosos : 534 directivos
de las 35 empresas del IBEX ganaron en
2011 más de un millón al año, 24,68 veces lo que un empleado de sus empresas (antes de la crisis,
23,53 veces). Y hay una decena de presidentes
y consejeros delegados que ganan más de 3 millones al año. En España hay 313.000
millonarios
y habrá 616.000 en 2017.
Hay otra causa más de desigualdad: los impuestos.
El aumento de la fiscalidad indirecta
(IVA, impuestos especiales, tasas), perjudica
más a los que menos tienen. Y los ricos pagan menos impuestos, porque
utilizan empresas tapadera o SICAV para
pagar menos legalmente: el 40%
de los asalariados paga más que sus jefes, según la Agencia
Tributaria. Y sólo hay 8.077 contribuyentes que declaren ganar más de
600.000 euros, mientras el 78,8% de la recaudación del IRPF
proviene de los asalariados. Otras causas
de desigualdad, según el Nobel Stiglitz,
son los oligopolios (luz, gas, teléfono,
carburantes), que se apropian de beneficios vía tarifas, el encarecimiento de
la educación (y los recortes), el endeudamiento de las familias, la desregulación financiera y de los
mercados y el recorte de los servicios
sociales.
La pobreza y la desigualdad crean una brecha
social entre las dos Españas, que es también una brecha
entre norte y sur (Euskadi tiene la mitad de paro y el doble de
renta que Extremadura o Andalucía). Un problema
no sólo social, sino también económico: la desigualdad dificulta la salida
de la crisis y entorpece el futuro, ya que millones de personas pueden perder el
tren de la recuperación cuando llegue. Por eso, es urgente poner en marcha un Plan contra la pobreza y la desigualdad,
como pidió
Bruselas en mayo. Un Plan con tres patas: fomento del empleo, renegociación de hipotecas y más recursos a la
protección social (España dedica el 75% de la media europea), con políticas
específicas de ayuda para niños,
familias jóvenes sin ingresos, emigrantes, jóvenes y ancianos.
Es urgente tomar
medidas: la recesión durará otro
año más y el colchón de los ahorros y la ayuda de las familias se acaba. SOS. Hay que ayudarles ya.
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