El paro ha vuelto
a batir todos los récords, camino de los 6 millones. Una cifra que
ya ni siquiera nos sorprende, aunque sea el primer problema para una de cada dos
familias. El Gobierno sigue obsesionado con el déficit público, no con el desempleo. Así nos va: más
recortes, más recesión y al final, no se
recorta el déficit y sí aumenta el paro. Y los parados no salen del agujero:
2,5 millones llevan más de un año sin
trabajo y la mitad no cobra nada. Un drama que también afecta a los que trabajan, porque el alto desempleo rebaja
sus sueldos y condiciones laborales. Y a
los pensionistas, porque hay menos cotizando para pagarles. Hay que cambiar de política, reanimar
la economía y crear empleo. Aquí planteo algunas medidas concretas para reducir el paro. Hay
que poner a España a trabajar.
Lo grave no es sólo que el paro en España haya batido todos los récords, con 5.778.100 parados estimados en
septiembre por la EPA (Encuesta
de Población Activa), uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar (25,02%), más del doble que en la eurozona
(11,4%). Lo peor es que detrás de esa cifra hay cinco datos escalofriantes. El primero: en 1,73 millones de hogares,
todos están parados. Segundo: hay 2,57 millones de parados registrados
que llevan
sin trabajo más de un año (de ellos, 1,6 millones llevan más de 2 años),
destacando el paro de larga duración (más del 30%
de los parados) en Canarias, Murcia, Comunidad Valenciana y Aragón. Tercero: el paro se ceba en los jóvenes (52% parados), mujeres y mayores de 55 años (se ha cuadruplicado desde 2007). Cuarto: hay
16 provincias y cinco autonomías con más del 30% de paro: Andalucía (35,4%), Canarias (33,6%), Extremadura
(32,6%), Ceuta (41%) y Melilla (30,5%). Y quinto, casi la mitad de los parados no cobran nada: son ya 2.817.840, un 48,77% de los parados
EPA. Y en cinco autonomías hay
más parados que no cobran que los que cobran: Murcia (59,4% no cobran), Ceuta (59,3%), Baleares (58,6%), Canarias (53,4%) y Comunidad
Valenciana (52,7%).
Lo malo es que el
paro va a seguir creciendo, empujado por la recesión (en 2012 y 2013) y por los recortes en el sector público: se han perdido
214.000 empleos públicos en el último año y habrá más despidos en empresas públicas, autonomías (Valencia anuncia que despedirá a
3.000 empleados públicos) y Ayuntamientos en los próximos meses.
También ayuda la reforma
laboral, que ha aumentado
un 53% los ERE. El Gobierno espera
que el paro se estanque en el 24,3%
en 2013, pero el FMI acaba de subir su previsión al 25,1%. Y estiman que no se empezará a
crear significativamente empleo
hasta 2018.
El Gobierno sigue
obsesionado con recortar el déficit,
aunque con los recortes esté agravando
el paro, que es el primer problema
para el 79,3% de los españoles, según el CIS. El desempleo es un grave problema para todos. Para los parados,
porque se ven en un pozo del que no salen:
las estadísticas demuestran que sus posibilidades de encontrar empleo
son cada vez menores: sólo un 8,6% de los parados registrados lo
encuentran (en 2011 eran el 15% y en 2007 el 30%). Para los que trabajan, porque el alto desempleo tira a la baja de sus salarios y empeora sus condiciones
laborales y sus posibilidades de ser cambiado por otro más barato (22.000
demandantes para 300 empleos en Seat). Para los pensionistas, porque hay menos cotizantes que paguen sus
pensiones (1,9 por cada jubilado). Y para
todos, porque hay menos contribuyentes
pagando impuestos y eso pone en peligro la educación, la sanidad y los
servicios públicos.
La clave para todo es crear
empleo. ¿Cómo? Haciendo otra política, abandonando el
camino de los recortes, en el que llevamos
casi 1.000 días de mal en peor, incluso sin recortar apenas el déficit
público. Hay que reanimar la economía,
el consumo y la inversión, para crear empleo. Se puede. Yo propongo aquí las bases de un Plan de choque, basado en más
ingresos públicos, más gasto, más inversión y más crédito. Hay que poner a España a trabajar.
Hay que empezar por renegociar
el déficit con Bruselas y suavizar
los recortes, como defiende
ahora el FMI. Eso permitiría no tener que recortar otros 20.000 millones más
entre 2012 y 2013 para cumplir lo prometido, al crecer menos de lo esperado.
Además, si Merkel y los fundamentalistas
de Bruselas nos ayudaran
con la deuda, ahorraríamos otros
10.000 millones en pago de intereses. Y se podrían ingresar 10.000 millones más, subiendo
impuestos a los que ganan más de 100.000 euros, a las empresas con
beneficios, a la banca, a los carburantes
(más bajos que en Europa) y a los que contaminan (impuestos verdes). Con ello tendríamos 40.000 millones para dedicarlos
a inversiones públicas que estimulen la economía y el empleo: educación, tecnología e innovación, ayudas
al turismo y a la exportación, infraestructuras, Dependencia, industria, energías renovables, pymes y autónomos. Y avales para ayudar a las empresas a
conseguir créditos, forzando a prestar a bancos y Cajas que han recibido ayudas
públicas.
Además, habría que poner en marcha un Plan para reducir el endeudamiento de empresas y familias, con quitas
y ayudas para reducir tipos y ampliar plazos. Eso reanimaría la inversión y
el consumo, ayudado por una bajada de impuestos a los que ganen menos de 25.000 euros (Italia
lo ha hecho). Y habría que firmar un pacto
social, entre sindicatos y patronal, para subir salarios a cambio de mejoras
de productividad. Y con ayudas valientes (bajada de impuestos y cotizaciones)
a las empresas que creen empleo estable.
Un Plan de choque
conservador, ya que no subiría el déficit
(gasta lo que se ingresa de más o no se recorta), aunque se recortaría en un plazo mayor: se rebajaría al 3%
del PIB en 2016, dos años más tarde de lo prometido por el Gobierno. Un
Plan que debería contar con ayudas
europeas (bastarían 8.000 millones) para poner en marcha otros dos
proyectos en paralelo: un Plan de empleo juvenil (tenemos el
doble de paro que Europa) y un Plan de
formación y reciclaje para los parados (un
millón de jóvenes parados no han terminado secundaria), dirigiéndoles
hacia sectores con futuro.
Invertir más en sectores con futuro, bajar impuestos a los
que menos tienen para reanimar el consumo y ayudar a las empresas y a los
particulares a desendeudarse y a emprender son medidas que han surtido efecto en otras crisis, desde los años treinta y ahora en EEUU, China o Brasil. Hay que probarlas: reanimar la economía, ir por otro camino, ya que el de los
recortes sólo nos ha llevado a un paro histórico. No podemos tener a casi 6
millones de personas tiradas, sin
crear riqueza. Hay que poner a España a
trabajar. Se puede.
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