Latinoamérica salió en 2003 del túnel de dos décadas de dura crisis y lleva nueve años de fuerte crecimiento (4,1% de media en 2005-2010 y un 6,1% en 2010), con la salvedad de 2009 (-1,7%). Y lo más importante: sus economías se han saneado y ahora tienen superávits en sus cuentas públicas, muchas reservas de divisas, poco endeudamiento y poca inflación. Y son la región del mundo que atrae más inversión. El motor de su crecimiento son las exportaciones, materias primas y alimentos, empujadas por las compras de China, que se han triplicado.
Pero Latinoamérica no es ajena a la crisis de Estados Unidos (que provoca menos compras e inversión en México y Centroamérica) y de Europa (la crisis del euro reduce inversiones, encarece el crédito, fortalece el dólar y debilita sus monedas y exportaciones). Y luego está el temor al “pinchazo” de China, que si recorta su crecimiento y sus compras podría provocar una caída de precios de las materias primas y del crecimiento de Brasil, Chile, Argentina y Perú, sus principales socios.
De hecho, Latinoamérica se ha constipado en 2011, bajando su crecimiento un tercio (del 6,1 al 4,6%), aunque sea el triple que Europa (1,6%). Y para 2012, el FMI estima que baje al 3,6% (el doble que EEUU y a años luz de la recesión en Europa, con -0.5%). Lo que hizo saltar las alarmas fue que Brasil, la potencia regional, no creciera nada el tercer trimestre de 2011. Pero fue algo “buscado”: se había detectado una cierta burbuja en el crecimiento y las autoridades subieron hasta cinco veces los tipos para atajarla. Ahora ya están reanimando la economía, para hacer frente a la crisis europea y de EEUU, con lo que esperan crecer un 3% en 2012.
A pesar del constipado, Latinoamérica es la región del mundo con más potencial: tienen energía, agua, alimentos, grandes superficies cultivables, materias primas y una población joven que está saliendo de la pobreza. De hecho, sólo en los últimos 8 años, Brasil ha sacado de la pobreza a 46 millones de personas. Y se está creando una clase media, que supera el 50% en muchos países, cuyo consumo va a ser el motor del despegue de Latinoamérica, junto a las exportaciones. Sus retos son aprovechar la bonanza económica para diversificar sus economías, modernizar la Administración y construir un sistema fiscal que les permita invertir en servicios, tecnología, educación e infraestructuras.
Y aquí, España puede jugar un papel clave. Ya lo juega, porque es el segundo país inversor en Latinoamérica (con 300.000 millones de euros), tras EEUU y con China detrás. Pero desde 2005, nuestras inversiones se han ralentizado (entre 2005 y 2011 se ha invertido lo mismo que en 1999), mientras ganan posiciones EEUU y China (han triplicado sus inversiones), India, Holanda, Canadá y Alemania (que las ha duplicado).
Con todo, la asignatura pendiente es comercial: sólo un 5,6 % de nuestras exportaciones van a Latinoamérica, continente con el que tenemos déficit comercial (-3.904 millones €). De hecho, exportamos mucho más a Portugal que a toda Latinoamérica. Y vendemos más a Canadá, India o Noruega que a Argentina, por ejemplo. En general, vendemos coches, maquinaria, productos farmacéuticos. Y les compramos alimentos y materias primas.
España necesita hacer un nuevo esfuerzo para aprovechar esta década prodigiosa que se augura para Latinoamérica. Ya tenemos una base firme, que son las grandes empresas españolas instaladas allí y para las que el continente es clave: Telefónica (el primer inversor mundial en Latinoamérica, donde tiene la mayoría de clientes y el 46% de sus beneficios), Banco Santander (que obtiene allí el 51% de sus beneficios totales), BBVA (65% de sus clientes y 50% de sus beneficios), Repsol-YPF (40% beneficios y más plantilla allí que en España), Endesa (42% beneficio), Gas natural, Mapfre, Eulen y las grandes constructoras, hasta un total de 150 grandes empresas, cuyo futuro y plantilla dependen más ahora de Latinoamérica que de España.
Pero faltan las pymes, ya que en España, 1.000 grandes empresas acaparan dos tercios de las exportaciones. Hay que hacer un Plan para que las pymes se lancen a “hacer las Américas”, donde hay grandes oportunidades en infraestructuras, energía, tecnologías de la información, bienes de consumo, educación y sector editorial. Estamos allí de los primeros, tenemos el idioma y la cultura, podemos hacerlo. Las oportunidades están sobre todo en Brasil (Mundial 2014 y Olimpiadas 2016), que es ya la sexta potencia económica del mundo (tras superar en 2011 al Reino Unido), en México, Argentina y Chile, pero también en los dos países sorpresa de la región: Colombia (que espera desbancar a Argentina como tercera potencia regional en 2014) y Perú, que tuvo en 2011 el mayor crecimiento del continente (+9,2%).
Hace falta crear mecanismos de ayuda y cooperación (a pesar de los recortes) a este nuevo desembarco de España en Latinoamérica, con más apoyo político, tras el fracaso de la última Cumbre Iberoamericana de Asunción. Rajoy ha dicho que una de sus prioridades es Latinoamérica. Tendrá que demostrarlo y preparar con mucho detalle la Cumbre Iberoamericana de Cádiz en noviembre de este año, una ocasión de oro para relanzar la marca España en el continente. De ello van a depender el futuro de muchas empresas y muchos empleos en España. Al loro.
Magnifico artículo que compartiré con mis alumnos en la Universidad, ahora que estamos analizando paises americanos de forma comparada. Gracias por este material tan interesante para el analisis.
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