Los inversores
extranjeros llevan 3 años apostando por el ladrillo en España,
invirtiendo en oficinas, hoteles y
Centros comerciales: el año pasado se abrieron 5 nuevos Centros y 29
cambiaron de manos, mientras se esperan 20 aperturas entre 2018 y 2020. España tiene 555 Centros comerciales, el 4º país con más instalaciones, tras Reino
Unido, Alemania y Francia. Esta fiebre
por los Centros comerciales, en España y el resto de Europa, contrasta con EEUU, donde no paran de cerrar Centros
y van a desaparecer la cuarta parte. De momento, los Centros comerciales en
España tienen tráfico (1.900
millones de visitantes), ventas y
generan altos alquileres. Además, se
dan grandes
“pelotazos” cuando cambian de manos. Pero su futuro está amenazado por las ventas online. Los expertos creen que
sobrevivirán, convirtiéndose en grandes Centros de ocio, con
entretenimiento, deportes, restaurantes y tiendas. Pero ojo a una posible “burbuja”,
alimentada por inversores extranjeros (dueños del 75% de Centros), que se
pueden ir en cualquier momento y dejarnos
un rosario de “cementerios comerciales”. Habría que planificar su crecimiento.
enrique ortega |
En todo el mundo hay una verdadera “fiebre inmobiliaria”, alimentada por el dinero abundante y barato y por la especulación, que deja grandes beneficios en la compra venta de inmuebles, oficinas, hoteles, naves industriales y Centros comerciales. En 2017 se invirtieron en el mundo 1,62 billones de dólares en inmuebles, más de la mitad de inversores asiáticos, sobre todo de China, según el Global Investment Atlas 2018. Y España fue el cuarto país del mundo que atrajo más inversión inmobiliaria, tras EEUU, Reino Unido y Alemania: 13.990 millones de euros de inversión directa, un 45% más que en 2016, según la consultora inmobiliaria JLL. Dentro de este “boom del ladrillo”, la mayor inversión inmobiliaria (el 28% del total) se ha dirigido al comercio (“retail”): 3.909 millones de euros de inversión en 2017, un 31% más que en 2016, repartidos entre los Centros y parques Comerciales (2.700 millones) y tiendas, supermercados e híper (1.209 millones).
La inversión en Centros comerciales batió en 2017 otro récord histórico,
como viene pasando desde 2015: creció un
35%, hasta los 2.700 millones de
euros (2.000 millones en 2016), según la patronal AECC, el 70% capital
extranjero, básicamente británico, norteamericano, francés y alemán. El año
pasado se abrieron 5 nuevos Centros comerciales (Alisios en las Palmas, Sambil
Outlet y Plaza Río 2 en Madrid, Terrasa Plaza en Barcelona y Parque Melilla) y se realizaron 29 transacciones (compraventas, ampliaciones,
intercambio de acciones), entre ellas, la venta de Madrid Xanadú (se pagaron 530 millones de euros, la cifra más alta
pagada por un Centro comercial en España), de Nueva Condomina (en Murcia: 233 millones), Área Sur (Jerez: 110 millones) y Alcalá Magna (Alcalá de Henares: 105 millones).
Con estas operaciones, España cuenta ya con 555 Centros y parques comerciales, unas
instalaciones que tienen 15,8 millones de metros cuadrados, con 33.744 tiendas y generan 720.000 empleos (332.000 directos), según la patronal AECC. Eso coloca a España como el 4º país europeo con más Centros comerciales, sólo por detrás de Reino
Unido (1.200 Centros), Alemania y Francia (unos 700 Centros comerciales cada
uno). En general son Centros de tamaño
medio, muy alejados de los grandes Centros comerciales de Asia y
Norteamérica. Así, el mayor Centro comercial en España, Puerto Venecia (en
Zaragoza) tiene 206.000 metros cuadrados, menos de la tercera parte que el
mayor Centro comercial del mundo, el South
China Mall (660.000 metros cuadrados), instalado en la ciudad china de Dongguan
(en Cantón, cerca de Hong Kong), al que siguen, en el Top 10 mundial, 6 Centros en Asia y uno en Turquía, Canadá, Dubai y EEUU.
La patronal de los Centros comerciales (AECC) cree que la fiebre va a seguir y prevé que se
pongan en marcha 27 nuevos proyectos entre 2018 y 2020, con 1 millón de metros cuadrados más de oferta en Centros comerciales.
La mayoría serán la apertura de nuevos Centros (20), entre ellos el Open
Sky en Torrejón de Ardoz (Madrid), para diciembre de 2018, el Centro Palmas Altas en Sevilla (abrirá
en 2019), el Centro Canalejas, en Madrid (abrirá a principios de 2019) y el Centro Comercial de Benidorm (para el verano de 2019). De momento, en los dos
primeros meses de 2018 ya se han cerrado
4 importantes operaciones en Centros comerciales, por valor de 300 millones
(Parque Corredor en Torrejón, Modoo Oviedo, Plaza Imperial en Zaragoza y Rivas
Futura en Madrid) y los expertos creen que este año podría batirse un nuevo récord de inversión en Centros
comerciales, rozando los 3.000 millones de euros. Y además, sigue la fiebre
por invertir en nuevos supermercados y tiendas de moda en el centro de las ciudades, al calor del
consumo.
La inversión en
Centros Comerciales les parece a los inversores (el 75% extranjero) un
buen negocio por varias razones.
La primera y básica, porque son lugares de mucho tráfico de consumidores,
compren o no: tuvieron 1.900 millones de
visitantes en 2017, un 1,8% más que en 2016, según la patronal del sector (AECC). Y además, los visitantes compran:
el año pasado se vendió en los Centros por valor de 43.950 millones de euros, un 3,5% más y todo un récord histórico,
consiguiendo un 17,9% de cuota de mercado. En el caso de España, el “boom” del turismo (el de verano y los cruceros) es un aliciente
complementario para la fiebre de instalar Centros
Comerciales próximos a la costa (Levante, Cataluña y Andalucía). Estas
ventas crecientes permiten a los inversores cobrar altos alquileres a las tiendas, lo que genera fuertes ingresos y
una rentabilidad de la inversión entre el 5% y el 6%.
Pero quizás, lo que más atrae a los inversores extranjeros a
los Centros comerciales es la
posibilidad de “dar un pelotazo” si luego venden su participación. Así, en 2016, el
fondo británico Northwood vendió el
Centro Comercial Diagonal Mar a Deutsche Bank por 495 millones, cuando lo había
comprado 3 años antes por 160 millones (335 millones de beneficio). Claro que también a veces pierden: los dueños de
Madrid Xanadú lo han vendido por 530 millones cuando lo compraron en 2006 por 770 millones.
En cualquier caso, también hay “sombras” sobre el futuro de los Centros comerciales. Una de ellas
es que grandes marcas que han abandonado los Centros en los dos últimos años, entre
ellas Inditex, C&A, Cortefiel y Alfonso Domínguez, mientras las pequeñas
tiendas se quejan de las subidas de los alquileres. Pero la mayor amenaza es el comercio online, el creciente interés de los consumidores
por comprar por Internet. Esto es lo que ha hundido a los Centros comerciales en EEUU
(los “Mall”): se han cerrado miles de
tiendas y grandes almacenes que han dejado vacíos los Centros comerciales y se
estima que en los próximos 5 años van a
cerrar 300 de los 1.200 Centros comerciales en Estados Unidos.
Los expertos creen que la
crisis de los Centros comerciales en
EEUU no se va a dar en España ni en Europa por varias razones. Una, porque aquí el
comercio online no tiene tanta fuerza: supone un 4% de las ventas en España
frente al 15% en USA (sí podría hacer daño en Reino Unido, con un 20% de ventas
online). La segunda diferencia es que en
EEUU hay un exceso de Centros comerciales, una “sobre oferta”: 5 veces más metros cuadrados por habitante que en
España y Europa. O sea, que ha “estallado la burbuja”, máxime cuando los Centros comerciales en EEUU son muy antiguos
(más de un tercio son de antes de 1978) y se han quedado obsoletos, con una oferta muy pobre: la mayoría tienen un par de
grandes almacenes y unas pocas tiendas, con escaso ocio, restauración y otros
servicios.
Así que la patronal del sector, los expertos y los
inversores creen que “Europa es diferente” y que los Centros comerciales “tienen recorrido”
siempre que se aprenda de los errores USA y se
apueste por la innovación de la oferta. Por un lado, defienden renovar
las instalaciones, que en el caso de España tienen ya 17 años de vida
media (se construyeron al principio del siglo), por lo que el 40% de los Centros comerciales en España necesitan remodelarse.
Y al hacerlo, la clave es considerarlos como “grandes espacios de ocio”, ofreciendo junto a las tiendas y comercios de
todo tipo una oferta complementaria
atractiva: restaurantes, cines y espectáculos, actividades deportivas y
lúdicas, parques y muchos otros
servicios (hay Centros que ya incorporan clínicas dietéticas, hospitales,
hoteles y hasta bibliotecas). Se trata de diseñar Centros comerciales donde las familias “pasen el día”, gastando no sólo en compras. Y Centros donde
puedan hacerse conjuntamente compras
físicas y online.
En resumen, parece que la fiebre de los Centros comerciales
va a seguir, según la consultora CBRE, con la apertura de Centros más modernos y completos
mientras quizás se queden vacíos los Centros más antiguos y obsoletos. Pero ese
crecimiento de los Centros comerciales
debe hacerse con cuidado, para no
crear una “burbuja” que un día nos explote, como la de la vivienda en 2008.
La autorización de los nuevos Centros comerciales la hacen las autonomías y cada una “va a
su aire”: unas permiten casi todo (Madrid y Cataluña) y otras son más
restrictivas, como Andalucía y la Comunidad Valenciana, que no quiere autorizar el mega Centro de Puerto Mediterráneo (en Paterna,
Valencia), mientras se quiere abrir otro en Torremolinos para 2020 (Intu Costa del Sol). Y los inversores,
el 75% extranjeros, sólo buscan
rentabilidad a corto: invertir, cobrar rápido y si pueden, irse pronto con
plusvalías. Y si detrás queda un “cementerio
comercial”, es cosa de los españoles. Así que cuidado con los Centros: abrir nuevos sí, pero con mesura y planificación. Para que luego no haya que “rescatarlos” con nuestro dinero.
Muy interesante tu apuesta y llamada de atención hacia los Centros Comerciales, cada vez menos comerciales, y de Ocio, cada vez más de ocio y entretenimiento.Ya en el año 1986 un directivo sueco del Grupo Danone me comentó en una comida de ejecutivos que las Grandes Superficies acabarían siendo centros de exposición, información y cata de productos cuyas compras se llevarían a cabo por internet más que lugares de compra física, pero sobre todo serían lugares de esparcimiento, diversión y ocio. Entonces todavía no había nacido ni se conocía el comercio online, pero estoy de acuerdo contigo en que su expansión debe de ser muy mesurada y estudiada o en el futuro nos los comeremos con queso, butifarra o longaniza, porque sí que es cierto que atraen inversión y crean puestos de trabajo esto último a base de hundir a muchos pequeños negocios, pero no es menos cierto que cuando den la "espantá" van a dejar un reguero de gente en paro y de locales cerrados que vamos a ver quién se los come. Javier, bien por anticiparte y por poner el dedo en la llaga para cuando llegue el m omento. Es solo cuestión de tiempo.
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