Rajoy y de Guindos presumen en Europa del “milagro
español”: crecemos más que nadie
(falso: 17 países UE crecieron más en
2017) y creamos más empleo (otra mentira: hay 6 países que crearon más). Pero Bruselas ha dado en las últimas semanas dos “toques” a España
que el Gobierno ha ocultado. Uno, que tenemos el 92% de la renta media europea y 5 autonomías tienen menos del
75%, con lo que estamos peor que cuando
Rajoy llegó a la Moncloa. El otro
“aviso”, una alerta de la Comisión Europea sobre la elevada precariedad, pobreza y desigualdad en España, a pesar de
la recuperación: somos el primer país en contratos temporales, el 7º país con
más pobreza y el 4º con más desigualdad. Y los salarios subieron sólo un 0,5% en 2017, en plena "recuperación". La OCDE también ha alertado esta semana sobre el alto paro, la pobreza y la desigualdad en España, pidiendo reformas fiscales, educativas y laborales.Hay que dejar tanto triunfalismo y
ponerse a la tarea: conseguir que
trabaje más gente y con más eficacia y productividad para que ganen más. Es la vía para
acercarnos a la Europa rica. Se puede.
enrique ortega |
Durante la transición
política, la mayoría de los españoles queríamos entrar en Europa porque
pensábamos que era una garantía de democracia y mejor nivel de
vida. Y así fue, a pesar de
los problemas. Si España tenía en 1986,
el año de la adhesión a la UE, un 72%
del nivel de vida europeo (PIB por habitante), fue mejorándolo año tras año
hasta equipararnos con los europeos en 2002 (100%
del PIB/habitante UE) e incluso mejorar
después (101% en 2005) y llegar a un máximo del 103% de su riqueza en 2007. Pero empezó la crisis y España la
sufrió más que la mitad norte de Europa, con lo que empezamos a perder su nivel
de renta, en2 010 (España tenía el 99% del PIB/habitante de la UE-28), cayendo hasta un
mínimo del 90% de su renta en
2015. Eurostat acaba de publicar los últimos datos, de 2016, ocultados por el Gobierno y poco difundidos por los
medios: España tiene el 92% de la
renta media europea (PIB/habitante), por debajo del 96% (2011)
que encontró Rajoy al llegar a la Moncloa.
Según estos datos, que miden lo que produce cada español
(deducida la inflación de los países), España
ocupa el lugar nº 14 en el ranking de riqueza europeo, a pesar de ser “la
cuarta potencia económica de Europa” (somos el 4º país con más PIB, tras
Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, pero otros países más pequeños
producen menos en total pero más por
habitante, que es lo que importa).
El ranking de riqueza europea lo encabeza Luxemburgo (con el 257%
del PIB/habitante medio de Europa, o sea que produce 2,5 veces la media UE por persona),
seguido de Irlanda (183% del
PIB/habitante UE) y varios países ricos
del norte de Europa: Holanda
(128% del PIB/habitante UE), Austria
(127%), Dinamarca (124%), Alemania (124%) y Suecia (123%). En un segundo bloque están Bélgica (118%), Finlandia
(109%), Reino Unido (108%) y Francia (104%). Y luego ya, los 17 países europeos restantes están por
debajo de la media de riqueza europea, empezando por Italia (97% del PIB/habitante UE), Malta (96%, que superó a España ya en 2015) y España
(26.700 euros producidos por cada
español, el 92% de la media UE-28), a la que sigue muy de cerca la República Checa (25.600 euros por
habitante), que nos podría “pasar” en un
par de años.
Si estos no son datos
para “presumir”, menos lo son cuando bajamos al nivel regional, de la riqueza
de las 276 regiones europeas que acaba de publicar Eurostat. Aquí aparece
que España tiene 5 regiones en el pelotón
de las regiones pobres, de las
que tienen el 75% o menos de la riqueza
europea: Extremadura (63% del
PIB/habitante UE-28, peor que Lituania y similar a la riqueza de Hungría o
Polonia), Melilla (67%), Andalucía (68%), Ceuta (73%) y Canarias
(75%), según Eurostat. Y lo más preocupante es que son
más regiones pobres que antes de la crisis (en 2007 eran 4: Extremadura,
Andalucía, Castilla la Mancha y Melilla) y bastantes
más que cuando Rajoy llegó a la Moncloa, en 2011, sólo 2 regiones tenían
menos del 75% de la renta europea, Extremadura (67%) y Andalucía (73%), ambas
peor hoy. En el otro extremo, Rajoy se encontró en 2011 con 7 regiones españolas
que todavía tenían más riqueza que la media europea: Madrid (126%), País Vasco
(130%), Navarra (124%), Cataluña (113%), La Rioja (109%), Aragón (108%) y
Baleares (101%). Pues bien, en 2016, sólo hay 4 regiones españolas
más ricas que la media UE: Madrid (125% del PIB/habitante UE), País Vasco
(121%), Navarra (114) y Cataluña (110%). Y todas están peor que en 2011.
Los datos son aplastantes: estamos más lejos de Europa que antes de la crisis y que en 2011.
Todos y peor aún las regiones españolas más pobres. Así que “de milagro nada”. Baste una comparación sencilla. Alemania produce casi el triple (PIB
2016: 3.144.050 millones de euros) que
España (PIB 2016: 1.118.852
millones). Y Francia (PIB 2016:
2.228.857) casi el doble, según Eurostat. Si descontamos el efecto de que Alemania tiene casi el doble de
habitantes (82,8 millones) que España (46,5 millones) y Francia un tercio más (67
millones), resulta que Alemania y Francia
producen comparativamente mucho más que España y por eso son más ricos.
Concretamente, España produce dos
tercios de lo que produce Alemania (26.700 euros de PIB /habitante frente a
36.000 euros, en 2016) y una cuarta parte menos que Francia (26.700 euros
frente a 30.400 euros). Producimos menos por español que cada alemán o francés
y por eso tenemos peor nivel de vida que ellos.
La siguiente pregunta es obligada ¿Por qué producimos menos que alemanes, franceses y otros 11 países
europeos? La respuesta es sencilla y doble: porque
trabajamos menos gente y porque trabajamos peor.
Primero, producimos
menos porque trabajamos menos gente. Los datos son muy evidentes: en España trabajan el 62,57% de los españoles de 16 a 64
años (EPA diciembre 2017), frente al 67,7% de ocupados en la UE-28, el 65,2% de Francia, el
74,4% en Reino Unido o el 75,4% de Alemania, según los datos de la OCDE,
que revelan que España es el tercer país
con menos gente trabajando en Europa, sólo por detrás de Grecia (53,9%
adultos trabajan) e Italia (57%). Quiere esto decir que si en España trabajara tanta gente como la media en Europa (67,7%),
habría 1.543.000 españoles más
trabajando y creando riqueza. Y si
fuéramos como Alemania, habría 3.850.000 españoles más trabajando (sobre
todo mujeres y jóvenes hoy inactivos) y mejoraría el nivel de vida de todo el
país.
Segundo, producimos menos también porque los que trabajan lo hacen peor, con menos eficiencia, son menos productivos que en Alemania,
Francia y otros 11 países europeos. El indicador de productividad más
utilizado es el ranking mundial de
competitividad del Foro Económico mundial, que analiza a 137 países. En el informe 2017-2018, España ocupa
el lugar 34 del mundo en competitividad (ha empeorado del puesto 32 en
2016-2017), por detrás de 16 países
europeos, entre ellos 12 que nos ganaban en riqueza más Suiza, Islandia,
Estonia y República Checa, más competitivos que España (sólo ganamos a Italia,
en el puesto 43 del ranking, y a los países del Este). El informe nos da baja nota en innovación, en acceso al crédito, en regulación laboral,
en exceso de regulación y burocracia, en impuestos y en formación de la mano de
obra, valorando alto infraestructuras y sanidad. Otro ranking de competitividad, de la escuela de Negocios IMD, nos sitúa en el puesto 34
del mundo y en el puesto 18 en Europa, sólo por delante de Italia (39) y
Portugal (34).
La siguiente pregunta es más difícil de contestar: ¿por qué trabajamos menos gente y
trabajamos peor? Primero tiene que ver con la estructura de nuestra economía,
muy asentada en los servicios (turismo y hostelería o comercio) y la
construcción pero poco en la industria, que proporciona una
riqueza más estable: en España, la industria aporta un 19% del PIB frente al
25% en Alemania. Además, España tiene un nivel tecnológico medio-bajo y la mayoría de lo que producimos tiene un bajo
“valor añadido” (a lo claro: son productos de medio o bajo valor) y es muy
sensible al precio y a la competencia de terceros países. Algo que tiene mucho
que ver con el abandono de la Ciencia, a la que España destina, tras los recortes de
Rajoy, el 1,19% del PIB frente al 2,03% en la UE-28 o el 2,94% en Alemania, según
Eurostat.
Un factor importante es el tamaño de las empresas: las grandes suelen ser más productivas que las
medianas y pequeñas, porque aprovechan mejor las economías de escala (al
fabricar más, les bajan los costes medios), consiguen mejor financiación,
utilizan más tecnología, exportan más, forman y pagan mejor y crean un empleo más estable. En España, el
99% de las empresas censadas (ver datos enero 2018) tienen menos de 50
trabajadores y sólo hay un 0,15% de
empresas grandes (4.487 empresas con más de 250 empleados), frente al 0,5% en Alemania (más de 9.000 grandes
empresas), el 0,4% en Reino Unido o el 0,2% en Francia.
También es un factor clave de riqueza y competitividad exportar más o menos, porque se crea riqueza vendiendo fuera. España
ha dado un gran salto exportador en la última década, con la crisis, y las ventas
exteriores aportan ya más de un tercio del crecimiento (32,9% del PIB en 2016).
Pero hay otros países europeos con mucho
más poder exportador, que se traduce en más riqueza: Irlanda (exporta el
121,6% de su PIB), Alemania (exportaciones suponen el 46% del PIB), Bélgica
(82,9% del PIB), Holanda (82,4%), Malta (139,6% del PIB), Dinamarca (53,6% del
PIB), países la mayoría más pequeños que España pero más ricos por el empuje de
sus exportaciones, como República Checa (exportaciones suponen el 79,5% del
PIB), Eslovenia (77,4%) o Hungría (89,5%), según los datos del Banco Mundial. Con ello, España
es el 5º país europeo con menos peso de las exportaciones, porque hay pocas
empresas que exporten (menos de 50.000 de forma habitual) y la exportación sólo
es importante en 5 regiones, que suponen dos tercios del total: Cataluña (25,6%), Andalucía (11,2%), Madrid (11%),
Comunidad Valenciana (10,6%) y País Vasco (8,6%).
Pero quizás el factor decisivo sea la baja formación de los españoles. Los últimos datos de la OCDE (“Panorama de la educación 2017”) son impactantes: un 41,7% de los españoles
adultos (25-64 años) tienen un nivel
educativo bajo (sólo con la ESO
acabada o ni siquiera), frente al 20,3%
en Europa o el 22,4% en la OCDE, el
peor dato de todos los países europeos, salvo Portugal (53,1% poco formados),
muy lejos del 13,1% de poco formados
de Alemania, el 20,2% de Irlanda, el
21,9% de Francia, el 22,9% de Holanda, el 35,7% de Reino Unido o el 39,9% de
Italia. En el medio, tenemos menos
adultos con formación media (un motor de crecimiento y riqueza): el 22,5% de españoles tienen Bachillerato
o FP, frente al 46,4% de media en Europa y el 44,2% en la OCDE, con lo
que somos el 2º país europeo con menos personas de formación media, tras Reino
Unido (18,4%), muy alejados de Alemania (58,2% adultos con Bachillerato o FP),
Francia (43,5%), Italia (42,4%), Holanda (41,1%), Irlanda (37%) y hasta Grecia
(41,4%) o Portugal (23,1%). Eso sí, por arriba, tenemos más universitarios que la mayoría: un 35,7% de los adultos
en España, frente al 33,4% en Europa y el 36,7% en la OCDE, el 28,3% en
Alemania o el 34,6% en Francia.
Estas serían las
causas básicas de que seamos más
pobres que la Europa rica, las razones que explican por qué trabajamos menos gente y trabajamos peor que otros 13
países europeos. Si tuviéramos un Gobierno
que no sólo pensara en hacer triunfalismo barato y una “oposición” que denunciará los problemas de fondo, estos temas
estarían en la agenda política, como lo están las pensiones, el paro o las mujeres. Pero son problemas
“complejos” y la política va al día a
día y a la consigna fácil. Aunque aquí
está la clave de todo: o
conseguimos trabajar más gente y trabajar mejor o casi nada tendrá arreglo.
Esa es la primera lección de los datos europeos, la “brecha” con la Europa rica. Pero la
Comisión Europea acaba de publicar,
el 7 de marzo, un informe económico y social que cuestiona el milagro español, alertando
del alto nivel de precariedad laboral, pobreza y desigualdad en España, a pesar
de la recuperación. Primero, ya somos el
país europeo con más porcentaje de empleo temporal (lo tienen el 27,5% de los asalariados) y también el que tiene más empleo a tiempo parcial no deseado
(el 60% de los que trabajan por horas). Pero, además, el 40% de los empleos
indefinidos tampoco son seguros: se pierden antes de 1 año, según un estudio del blog Nada es gratis. O sea, un empleo como para presumir poco. Y además, los que trabajan
tienen bajos salarios, que han perdido peso a favor de
los beneficios empresariales: si en 2008, los salarios se llevaban la mitad de
la riqueza del país (el 50,1% del PIB), en 2017 se llevan sólo el 47,3% del
pastel, mientras crecen los beneficios empresariales (del 41,7% al 42,4%) y los
impuestos (del 8,2 al 10,3%). Y en 2017, en plena "recuperación", los salarios subieron sólo un 0,5%, según el INE, mientras la inflación media anual subía el 2%. Eso después de que los salarios hayan bajado en España un -4.4% de 2010 a 2017, según Benchmarking Working Europe 2018.
En segundo lugar, la Comisión Europea alerta a España de que
la pobreza ha crecido en España, a pesar de la recuperación: si en 2008
afectaba al 23,8% de españoles, en 2011, al llegar Rajoy subió al 26,7% y en
2016, último dato de Eurostat (índice AROPE) alcanzaba al 27,9%, a 12.989.405 españoles que estaban en el umbral de la pobreza (por
bajos ingresos, servicios o alto paro), 2 millones de “pobres” más que antes de la
crisis (y +389.543 desde que está Rajoy). Y de ellos, casi 3 millones están en pobreza severa, malviviendo con menos de 342 euros al mes. Un dato
que coloca a España como el 7º país con más pobreza de Europa, tras Grecia
(35,6%), Italia (30%) y cuatro países del Este, Bulgaria (40,4% pobres),
Rumanía (38,8%), Lituania (30,1%) y Letonia (28,5%). No son datos para
presumir…
La tercera alerta de Bruselas es el aumento de la desigualdad en España, el mayor sufrido por un país durante la
crisis. La renta media (10.708 euros por persona en 2016) ha caído un 0,3%
sobre la de 2018, pero a la mitad de españoles con menos renta les ha caído
entre un 2,2 y un 12% mientras la otra mitad ganan ya más que antes. Con ello,
el 20% de españoles más ricos ganan ahora 6,6 veces lo que el 20% más pobre, cuando en 2008 la
diferencia era de 5,6 veces. Y así, España se ha convertido en el 4º país europeo con más desigualdad entre ricos y pobres, sólo por
detrás de Bulgaria, Letonia y Rumania. Lo peor es que la Comisión Europea
denuncia que las políticas gubernamentales y fiscales no han servido estos años
para reducir la pobreza y la desigualdad en España. Pero Rajoy no toma nota.
Esta misma semana, el lunes 19, la OCDE daba otra alerta sobre la recuperación en España, en su informe "Apuesta por el crecimiento 2018": España mantiene una "brecha" de riqueza con los países avanzados y la desigualdad es superior a la media de la OCDE (34 países desarrollados), con un mayor aumento de la pobreza (incluso infantil) y menores ayudas a las familias desfavorecidas. Y propone al Gobierno mejorar las políticas de empleo (destaca que gasta la mitad que la OCDE) y las ayudas a los parados de larga duración, reformas fiscales que Montoro no atiende (bajar impuestos a los salarios más bajos, subir los impuestos al gasóleo, subir el IVA y los impuestos medioambientales), reformas educativas (mejorar la educación profesional y universitarias de los jóvenes, pero formados que en la OCDE) y laborales (reducir la dualidad fijos/temporales), para mejorar el empleo y la productividad, más bajos que en la OCDE.
Esta misma semana, el lunes 19, la OCDE daba otra alerta sobre la recuperación en España, en su informe "Apuesta por el crecimiento 2018": España mantiene una "brecha" de riqueza con los países avanzados y la desigualdad es superior a la media de la OCDE (34 países desarrollados), con un mayor aumento de la pobreza (incluso infantil) y menores ayudas a las familias desfavorecidas. Y propone al Gobierno mejorar las políticas de empleo (destaca que gasta la mitad que la OCDE) y las ayudas a los parados de larga duración, reformas fiscales que Montoro no atiende (bajar impuestos a los salarios más bajos, subir los impuestos al gasóleo, subir el IVA y los impuestos medioambientales), reformas educativas (mejorar la educación profesional y universitarias de los jóvenes, pero formados que en la OCDE) y laborales (reducir la dualidad fijos/temporales), para mejorar el empleo y la productividad, más bajos que en la OCDE.
Así que la Comisión Europea, la OCDE y los
datos (oficiales) no revelan un “milagro económico español”
por ningún lado. Estamos más lejos de la Europa rica y la recuperación no ha servido para evitar tener el 2º paro más alto de Occidente, un empleo más precario, peores sueldos y más pobreza y desigualdad. Lo dicen las estadísticas y los organismos internacionales. Hay que dejar
“el triunfalismo y afrontar los problemas de frente, los que causan que tengamos menos empleo y
seamos menos productivos y más pobres. Los expertos de aquí y de fuera ya no han dado las recetas: más industria, más
tecnología, empresas más grandes, más exportación, más formación y educación, más productividad, mayor recaudación, más gasto social, mejores salarios, más y mejor empleo. Empiecen por algún
lado, pero muévanse para que en unas décadas vivamos mejor, más cerca de
la Europa rica. Se puede.
Que se puede mejorar la situación socio económica de España se mire por donde se mire es obvio pero lo más curioso es que no se mejora absolutamente en ningún sentido. Y ¿Por qué?, pues porque este gobierno del PP tiene la consigna dada por quien manda realmente en España de no hacer nada para que así la mayoría del país se tenga que poner de rodillas a sus pies mientras ellos tienen la barriga a punto de estallar de llena que la tienen. Es una pena que en este pais no haya cultura social ni de la otra, y sí mucho borreguismo e ignorancia que solo favorece a unos pocos, los de siempre. Lástima no poderles hacer comer la mierda que dejan al pueblo para que de esta forma supieran lo que es la miseria, las penurias y las dificultades de la vida que a ellos les gusta aplicar a los demás. Abajo el Capitalismo Salvaje
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