jueves, 21 de septiembre de 2017

Rescate bancario: más coste que los recortes


Rajoy y su Gobierno prometieron que el rescate bancariono iba a costar un euro a los españoles”. Ahora, el Banco de España dice que 41.150 millones de dinero público aportados a 14 Cajas y bancos son irrecuperables (7 de cada 10 euros). Y somos el país europeo de los grandes que más pierde con el rescate bancario: 2.286 euros por familia. Superan los 37.000 millones recortados por Rajoy para rebajar el déficit. Significa que sin el rescate bancario, no tendría que haber hecho los dolorosos recortes en sanidad, educación, paro, dependencia, tecnología, ayudas sociales y otros. Además, este enorme esfuerzo de todos ha servido para que los grandes bancos beneficiados, que se quedaron con las entidades saneados, sean ahora más fuertes: entre 5 controlan el 64% del mercado, más que en Europa, imponiendo tipos y comisiones. Y además, destruyen empleo, dan pocos créditos y no son transparentes. Es hora de pedir, a cambio de un ajuste tan costoso (por el que sólo hay 4 en prisión), una banca más ética, transparente, cercana y útil. Necesitamos una banca “nueva”.



                                                                                         enrique ortega

Entre 2010 y 2011, la Comisión Europea rescató a Grecia (mayo 2010), Irlanda (noviembre 2010) y Portugal (mayo 2011). España, demasiado grande para ser intervenida, se salvó del rescate como país por la puerta de atrás : el 9 de junio de 2012, el Gobierno Rajoy pidió finalmente 41.300 millones de ayudas europeas para rescatar a la banca. Y en estos años, hasta finales de 2016, se han destinado 77.702 millones de euros a sanear 14 Cajas y bancos, según el balance oficial del Banco de España publicado en septiembre. Han sido para Bankia (22.424 millones), Catalunya Bank (13.887 millones), Caja de Ahorros del Mediterráneo (11.093 millones), Novacaixagalicia (10.384 millones), Banco de Valencia (6.154 millones), Caja Castilla la Mancha (4.215 millones), Unnim (2642), BMN (1.645 millones), CEIIS (1.559 millones), Cajasur (1.192 millones), Banca Cívica (977 millones), Caja 3 (407 millones), Banco Gallego (245) y Liberbank (124 millones).

De estos 77.702 millones inyectados a esas 14 entidades, dos tercios (55.425 millones) son ayudas públicas (a través del FROB) y el tercio restante (22.277 millones) lo han aportado bancos y Cajas, a través del Fondo de Garantías. Pues bien, según el balance del Banco de España, de los 55.425 millones de ayudas públicas, ya se han recuperado 3.873 millones y se esperan recuperar otros 10.402 millones con la futura venta de Bankia-BMN (9.800 millones) y los 604 millones (ya recibidos) de Unicaja por Caja Duero. O sea, que de una aportación pública (FROB) al rescate bancario de 55.425 millones, son irrecuperables 41.150 millones, el 74%. A lo claro: se perderán 7,4 de cada 10 euros gastados, una media de 889 euros por español y 2.286 euros de coste final por cada familia. Y los ciudadanos también pagaremos buena parte de la otra parte de la factura, la que ha pagado la banca, los 22.277 euros aportados por el Fondo de Garantías y de los que sólo se han recuperado 673 millones: los pagaremos vía más comisiones (los clientes) y menos dividendos (los accionistas).

Pero al final, el coste del rescate bancario puede ser mayor de los 41.150 millones de que habla el Banco de España. Sobre todo, porque otros cálculos indican que el coste ha sido superior a los 77.702 millones que dice el banco emisor. Por un lado, el Tribunal de Cuentas ya elevó la cifra de ayudas a la banca a 107.914 millones de euros, en un informe de 2014, donde incluía créditos y avales no contemplados por el cálculo del Banco de España. Y la Comisión Europea, en su informe Scoreboard 2015, elevaba las ayudas públicas a la banca en España a 93.300 millones de euros, el 8,49% del PIB. Y señalaba que en toda la Unión Europea se han destinado 642.000 millones de euros (el 4,94% del PIB) a sanear la banca, siendo España el 7º país que más ha gastado, tras Irlanda (34,86% del PIB), Chipre (17,53%), Grecia (16,88%), Bélgica (12,04%), Eslovenia (10,11%) y Portugal (8,86% PIB).

Y encima, España es el país europeo de los grandes que más lleva perdido en el rescate bancario, según los últimos datos de la Comisión Europeaun coste no recuperado de 48.000 millones (6.850 millones más de lo que dice el Banco de España), el 4,3% del PIB, que triplica el coste perdido por los 28 paises europeos (1,5%) y duplica con creces los costes no recuperados en el rescate bancario por los paises euro (1,9%). También supera lo perdido por Alemania (1,3% del PIB), Italia (0,2%) o Reino Unido (0,6%), mientras Holanda o Francia han recuperado con intereses las ayudas prestadas, igual que EEUU. Con ello, España es el 5º país europeo con más ayudas irrecuperables a la banca (4,2% PIB), tras Irlanda (17%), Grecia (15,6%), Eslovenia (13,3%), Chipre(10,7%) y Portugal (7%). Esta mayor factura del rescate bancario se debe, según los expertos, a que en España se actuó tarde (en 2012 en lugar de en 2009 y 2010, como otros paises), la crisis inmobiliaria era más profunda, la supervisión fue errónea (Banco de España y Gobiernos) y chocó con la resistencia y la politización de Gobiernos y autonomías (Cajas).   

Además, hay otras ayudas que no se incluyen en estas cifras, como las ayudas fiscales que van a tener durante muchos años los bancos que han comprado Cajas y bancos rescatados. Se llaman “créditos fiscales” y son millones que deja de recaudar Hacienda. CaixaBank, por ejemplo se apuntó 1.208 millones de créditos fiscales (menos impuestos, más beneficios) en 2013, por la compra del Banco de Valencia. Y lo mismo han hecho BBVA o Sabadell, los otros grandes que han comprado bancos en crisis. Hay también otros costes, como los 82.000 empleos perdidos en la banca desde 2008 (3 de cada 10 empleados) y el cierre de 16.000 sucursales bancarias (1 de cada 3), que provoca un deterioro del servicio a los clientes en media España. Y además, en estos 5 años de reconversión bancaria, los bancos supervivientes no han estado para prestar a empresas y familias, con lo que ha habido un coste adicional de menos créditos (-500.000 millones) y un mayor cobro de comisiones y tipos, para compensar sus propios costes (298.541 millones en saneamientos).

Pero eso sí, también hay quien ha salido ganando con este rescate bancario que tanto ha costado a los contribuyentes, empleados y clientes. Son los grandes bancos, que ahora son más grandes, sin haber gastado demasiado en unas compras que nos han costado a todos 41.150 millones. Los más beneficiados han sido CaixaBank, que se quedó con Banco de Valencia (6.154 millones de ayudas públicas irrecuperables) y Banca Cívica (toda la ayuda pública se ha recuperado) y Banco Sabadell, que adquirió la Caja de Ahorros del Mediterráneo (11.093 millones aportados por el Fondo de Garantías sin recuperar) y el Banco Gallego (340 millones de ayudas públicas irrecuperables). Y BBVA, que se adjudicó Cataluña Bank (11.803 millones de ayudas públicas irrecuperables) y Unnim (2.642 millones del Fondo de garantías irrecuperables). Luego están Banesco, el mayor banco de Venezuela, que compró Novacaixagalicia-Abanca (9.052 millones de aportaciones públicas irrecuperables) y Unicaja, que se adjudicó CEIIS, una entidad (Caja España + Caja Duero) a la que se aportaron 955 millones públicos irrecuperables. Y Cajastur, que se quedó con Caja Castilla la Mancha (4.215 millones del Fondo de garantías irrecuperables), BBK que compró Cajasur (392 millones públicos irrecuperables) e Ibercaja que adquirió Caja3 (Caja Inmaculada, Caja Círculo y Caja Badajoz), una de las tres entidades rescatadas donde se ha recuperado toda la ayuda pública, como en Liberbank (Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria), que podría fusionarse con Ibercaja. Ahí están nuestras ayudas perdidas.

Ya no es sólo que los grandes bancos se hayan quedado con Cajas y bancos rescatados por todos a precio de saldo, sin pagar todo el dinero inyectado (público y privado). Es que además, gracias a estas compras, la gran banca se ha hecho más fuerte, sobre todo tras la reciente compra del Popular por el Santander (también a precio de saldo, 1 euro, y ayudas y créditos fiscales). Así, ahora, los 3 grandes grupos bancarios (Santander, CaixaBank y BBVA) controlan ya la mitad del mercado bancario (48,3% del crédito y 49,6% de los depósitos). Y si incluimos a Bankia  y Sabadell, los cinco grandes controlan el 64% del mercado bancario (el presidente de Bankia habla incluso del 72%), un porcentaje que llega al 75% (y lo supera incluso) en 21 provincias (Galicia, Aragón, las 2 Castillas, Gerona, Cáceres, Huelva y Tenerife), según ha alertado el Banco Central Europeo (BCE). Un oligopolio bancario que no se da en ningún otro país europeo, donde los 5 grandes bancos controlan el 48% del mercado en la zona euro, el 32% en Alemania, el 48% en Francia, el 41% en Italia y el 39% en Reino Unido. Y esta concentración aumentará en 2018, cuando se vendan Bankia-BMN (y aunque se prevé ingresar por la venta 9.800 millones, aun quedarán otros 14.271 millones públicos aportados irrecuperables).

Así que el rescate bancario se ha saldado con 41.150 millones de euros públicos perdidos, más ayudas fiscales indeterminadas, 82.000 despidos y 16.000 sucursales cerradas, menos crédito y más tipos y comisiones bancarias para los clientes. Un elevado coste que ha salvado los depósitos de millones de clientes, como dice Rajoy, pero ha hecho más fuertes a los grandes bancos, que este año han digerido ya la crisis y ganan 7.967 millones de euros en el primer semestre, un 21% más que el año pasado. Y que son más fuertes para imponer tipos y comisiones a los clientes, mientras no se “mojan” en dar créditos a las empresas (sobre todo a las pymes) y centran su actividad en dar créditos al consumo (a tipos más altos que en Europa) y más hipotecas. Y que siguen en los Juzgados, porque hay ya 57.000 demandas presentadas desde junio por clientes, por presuntos abusos en préstamos y cláusulas suelo.

O sea, que tenemos una banca poco transparente, que presta menos de lo que se pide, cobra altos tipos y muchas comisiones, paga poco por el ahorro y  además,  tiene una mala imagen entre los clientes: “la reputación de la banca está bajo mínimos. Es un problema muy serio”, ha dicho sin ambages el consejero delegado de CaixaBank. Un pobre balance para un sector que se ha beneficiado de 41.500 millones de ayudas públicas irrecuperables. Unas ayudas que han obligado al Gobierno Rajoy a hacer unos recortes drásticos estos años, para reducir el déficit: se han recortado desde 2012 unos 37.000 millones de euros en ayudas a los parados (-11.364 millones), en sanidad (-9.787 millones), educación (-7426 millones), Dependencia (-2.865 millones), ayudas a las familias (-1.200 millones), gastos sociales (-1.000 millones) y Ciencia (-3.741 millones en I+D+i), entre otros. Recortes que han sufrido millones de españoles y que se podrían haber evitado si las Cajas y bancos rescatados se hubieran gestionado mejor y si su supervisor (el Banco de España no ha hecho autocrítica) y los gobiernos de Aznar y Zapatero los hubieran auditado mejor y obligado a sanearse con sus propios medios, sin coste público, como han hecho con el Popular.

Y hay otro tema que “clama al cielo”: tras un rescate bancario tan costoso para los españoles, sólo hay 4 directivos bancarios en la cárcel: 4 directivos de Novacaixagalicia, en prisión desde el 16 de enero, tras ser condenados a 2 años de cárcel. El presidente de esa Caja, Julio Fernández Gayoso, salió en libertad  el pasado 4 de agosto. Y otro ejecutivo bancario que pasó por prisión, Miguel Blesa, estaba en libertad y se suicidó en julio. Y aunque hay 274 directivos bancarios investigados en los juzgados, en 47 causas remitidas a la Fiscalía por el FROB, todos están en libertad. Y casi ninguno de ellos, que se beneficiaron de sueldos e indemnizaciones de escándalo, ha devuelto nada de los 41.500 millones públicos perdidos por su corrupción y mala gestión.

Así que lo peor no es sólo lo mucho que se ha perdido con el rescate bancario sino que no se ha castigado a los culpables y que los bancos beneficiados son más fuertes que antes y no cambian su comportamiento ante los clientes. Todavía se está a tiempo de aprovechar la nacionalización de Bankia y BMN (fruto de la fusión de Caja Murcia, Caixa Penedés, Caja Granada y Sa Nostra) para crear con estas dos entidades (fusionadas desde el 14 de septiembre) un banco público, que sea el contrapunto a una potente banca privada. En vez de malvenderlo a uno de los grandes (y hacerlos así más poderosos), el Gobierno y la posición deberían pactar utilizarlo como ariete para promover una banca más cercana, que preste más y sea más transparente. Y eso es lo que habría que exigir al resto de la banca: que si se ha beneficiado de 41.500 millones que hemos aportado todos, los reviertan a la sociedad, con una banca ética, justa, cercana útil y comprometida con la recuperación. No es mucho pedir dado lo que nos han costado a los españoles. Necesitamos una banca ”nueva” para encarar mejor el futuro.

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