Los que cogen vacaciones
(sólo 6 de cada 10 españoles) se van
a encontrar todo lleno, sobre todo
islas y costas. Y eso porque este verano
vendrán a España 2,5 millones más de
turistas extranjeros, la mitad “prestados” por Turquía, Egipto, Túnez, por su inseguridad. Pero España
corre el riesgo de “morir de éxito”:
se teme un colapso en los aeropuertos y hay zonas, como Barcelona o Mallorca,
donde la invasión de extranjeros agobia.
Además, el cartel de “completo” ha disparado
los precios de todo para este verano. Por eso, los españoles gastarán más y
lo compensarán cogiendo menos días de
vacaciones. Al final, 2016 será el cuarto año consecutivo de récord de turistas, 74,7 millones, casi el doble que en 2010. Pero al sector le
preocupa que los turistas gasten menos y piden una reconversión para modernizar
la oferta y conseguir un turismo de
calidad. Menos turistas que gasten más y vengan todo el año, no un turismo masivo “low cost”.
No matemos la gallina de los huevos de oro.
enrique ortega |
La mitad del negocio
turístico, la primera industria española, lo sostienen los turistas extranjeros. Y este verano se espera un aluvión de
llegadas, que vengan 2,5 millones
más que el pasado, 27,5 millones
entre julio y septiembre. La mitad
de estos nuevos turistas son “prestados”, según la patronal turística Exceltur: familias europeas que antes viajaban en verano a
Turquía, Egipto, Túnez o Grecia y que este año vienen a España huyendo de
posibles ataques terroristas y de los refugiados. También ayuda este año la bajada de los billetes de avión, que reflejan por fin la caída del petróleo,
aunque juega en contra la subida del euro frente al dólar (un +2,7% sobre el verano pasado) y la libra (ha
caído un 13,3% este año y un 18,5% sobre julio de 2015). Casi la mitad de los
turistas extranjeros que vengan serán británicos (23%) y franceses (16%) y se espera un aumento de alemanes y
nórdicos y que se recupere el turismo
ruso (que antes iba a Turquía). Este turismo
extranjero se va a concentrar este verano en Baleares, Canarias, Andalucía, Cataluña, el litoral valenciano y
murciano y en el País Vasco, según las previsiones de Coyuntur.
La otra mitad del
negocio turístico lo mantienen los
españoles, que van a viajar más este verano, tras varios años de pocas vacaciones.
Eso sí, sólo 6 de cada 10 españoles
cogen vacaciones, porque el 40% de las familias (8,3 millones de hogares) no
pueden costearse ni una semana (y en Canarias, Andalucía y Murcia, más de la
mitad de las familias no toman vacaciones), según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Ya en Semana Santa y en primavera se ha notado un mayor gasto
turístico y se espera una mayor afluencia de españoles en Baleares, Canarias, Andalucía,
Levante y hasta en el norte de España. También habrá más españoles que viajen fuera, sobre todo por
Europa, ante el abaratamiento de los vuelos, pero el 70% de los españoles se quedará de vacaciones en España.
Y además de sufrir la invasión de turistas extranjeros,
notarán que han subido mucho los precios,
como ya empezó a pesar el verano pasado, tras años de estancamiento e incluso
caídas de precios. Ya lo notaron al reservar el hotel (cuyas tarifas han subido entre un 5 y un 10%, superando ya las
de 2008) o el apartamento, que ha subido un 11% este verano (según Tecnitasa), con un
precio medio de 664 euros por semana (que se duplica en las islas). También han
subido los alquileres de coches, el
ocio, los bares y restaurantes. Por todo ello, la mayoría de las familias
españolas han optado por controlar sus gastos (buscando destinos más baratos) y
a la vez recortar sus vacaciones, con una media de 7 a 10 días.
Entre el aluvión de extranjeros y la recuperación del
turismo nacional, este será otro verano
récord de turistas y otro año récord. El sector apuesta
por cerrar 2016 con 74,7 millones de turistas, 6,5
millones más que en 2015, según la patronal Exceltur. Y eso supondría que el PIB turístico crecería
este año un 4,4%, casi el doble que el conjunto de la economía (+2,7%). Pero el
sector no se engaña: un 30% de este crecimiento (1,4% del
PIB turístico total) se debe a los turistas “prestados” por
Turquía, Egipto, Túnez y Grecia, que aportarán más de la mitad de los
nuevos turistas que vengan a España este año (3,7 millones de los 6,5 millones
más) y de lo que se gasten más (1.500 millones de euros de los 2.700 millones
extras previstos). Y lo advierten porque, en cualquier momento, estos
turistas “prestados” pueden perderse, si se reduce la amenaza terrorista en
algunos paises competidores.
La otra preocupación
del sector turístico español es que cada año vienen más turistas pero gastan menos:
el gasto medio por turista ha caído a 692
euros en junio de 2016, frente a un gasto de 804,7 euros en 2011 y 1.108 euros
en el año 2000, según datos de Exceltur a partir de las estadísticas del Banco de España. Y el gasto diario está sólo en 88,37 euros.
Ello se debe a dos factores. Uno, el fundamental, que los turistas vienen
por menos días (la estancia media ha bajado a 6,9 días) y el otro, que gastan menos. Y este menor gasto se
debe al crecimiento del turismo “low cost”: los turistas que vienen en vuelos de bajo coste gastan menos que
los que llegan en vuelos normales, también los que vienen sin paquete turístico
y los que vienen a apartamentos no reglados en vez de a hoteles y alojamientos
oficiales.
Precisamente, una de las mayores preocupaciones del sector
turístico es el “boom” de los
apartamentos particulares alquilados por extranjeros (y españoles) a través
de plataformas de Internet (Airbnb, HouseTrip, Only-apartments, Homeaway, Niumba…). De
hecho, en España ya hay 2,7 millones de apartamentos de este tipo frente a 2,4 millones de plazas
en alojamientos regulados. Y la patronal
turística se queja de competencia desleal y de falta de regulación
y garantías para los turistas, añadiendo que evaden a Hacienda el pago
de 800 millones anuales. Y piden una
regulación homogénea en todas las autonomías, que les obligue a dotaciones,
garantías y pago de impuestos como los demás. Pero, mientras, están llenos (sobre todo en Barcelona) y son el destino de un turismo que
apenas gasta en España.
El Gobierno Rajoy lleva varios años presumiendo de los récords
de turistas extranjeros, que han pasado de los 46 millones que llegaron el año 2.000 a los 74,7 millones que se
esperan en 2016, que será el 4º año consecutivo de récord de turistas. Pero el sector no es tan
triunfalista. Por un lado, advierten de que España puede “morir de éxito”. Primero, porque las infraestructuras no den abasto ante la avalancha. De hecho, los controladores aéreos ya han alertado que faltan
medios para atender a tantos vuelos como los programados este verano. Y
además, el aluvión de turistas ya está provocando el hartazgo de los vecinos en algunas
zonas de España, como el centro de Barcelona o algunas partes de Mallorca
(Magaluf). Si no se controlan las llegadas, se puede producir un “empacho turístico” muy negativo.
Pero el éxito del turismo
español encubre más
problemas. Quizás el más preocupante, que la primera industria del país
no es capaz de crear empleo suficiente,
estable y bien pagado en el segundo país con más paro de Europa. A pesar de
los récords, el empleo turístico sólo ha crecido en 88.124 personas en 2016
(enero-junio), aunque supone 1 de cada 5 nuevos empleos que se crean. Y se
trata de un empleo casi todo temporal (95%) y por horas (el 35%), con mucho fraude (contratos de camareros por 4 horas que trabajan 12 y cobran 8) y sueldos muy bajos: un trabajador de hostelería gana de media 13.636 euros
brutos al año, según el INE (2014),
un
41,4% menos que el sueldo medio en España (22.858 euros brutos). Y
mucho del empleo tiene baja formación, lo que perjudica la calidad de la oferta turística.
Otro serio problema del turismo español, a pesar de tanto
récord, es su gran estacionalidad: en verano llegan el 80% de los turistas extranjeros, cuando el turismo estival
supone el 70% de las llegadas en todo el mundo. Y además, está muy concentrado en 6 autonomías: Cataluña, Baleares, Canarias y Andalucía captan el 73% del
turismo extranjero y si les añadimos la Comunidad Valenciana y Madrid, acaparan
el 90,45%, quedando menos del 10% para las 11 autonomías restantes. Y muchas de
esas “regiones turísticas estrella” tienen ya una oferta turística deteriorada,
con
hoteles e infraestructuras viejos, que habría que remodelar y
modernizar, para lo que el sector pide un “Plan Renove”, una
reconversión, con ayudas públicas y fondos europeos (del Plan Juncker, que está bastante parado). Y en paralelo, una política turística
volcada en captar nuevos mercados, como Asia y América, ya que el 89,6% de los turistas que vienen a España proceden de Europa.
Y luego, hay que recomponer la oferta, para que España no sea sólo un destino de turismo de sol y playa (que siempre será) sino que también atraiga
un turismo de negocios (que gasta el
doble), cultural, deportivo,
gastronómico, de compras o sanitario, para atraer visitantes de más calidad
y mayor gasto todo el año. Eso requiere a las empresas españolas reordenar y
modernizar su oferta y digitalizar la industria turística, utilizando Internet como palanca comercial
y de marketing, tratando de captar un mayor trozo del pastel turístico español,
cuya mayor tajada se la quedan los tour operadores extranjeros (alemanes y británicos), que controlan las llegadas
y la mayoría del gasto de los extranjeros que vienen a España.
Un año más, hay que alegrarse de que el turismo vaya bien y
bata récords: da trabajo directa o indirectamente a casi 3 millones de
españoles. Pero hay que pensar seriamente si no se ha llegado demasiado lejos
con tanto récord, si esta industria no
debe repensar su futuro, junto al Gobierno y las autonomías, para no “morir de
éxito”, para no convertirse en un país atiborrado de turistas, que acaben
agobiados por tanta gente y unos precios disparados. Y que matemos “la gallina de los huevos de oro”. El sector pide un Plan de futuro, a 20 años
vista, que planifique qué turismo queremos y cómo conseguirlo.
Debería ser otra de las prioridades del futuro Gobierno. No hay que dormirse en los récords.
No hay comentarios:
Publicar un comentario