Este verano, las costas españolas, y sobre todo las islas, van a estar repletas de turistas extranjeros, a tenor de las reservas. Los problemas políticos en el Norte de África nos pueden desviar medio millón de turistas extras. Con ello y la mejoría en el primer trimestre y la Semana Santa, se espera un buen crecimiento del turismo en 2011, aunque menor al de antes de la crisis. Pero no hay que echar las campanas al vuelo, ya que sobre el turismo acechan varias incertidumbres: el turismo de los españoles no remonta, el gasto medio del turista ha bajado, los precios han empezado a subir, la revalorización del euro encarece nuestro país y la recuperación en Europa, de donde proceden nueve de cada diez turistas, es todavía débil. Así que hay que seguir mejorando la oferta y no confiarse.
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En Semana Santa, la ocupación hotelera ha sido del 85% (a pesar del mal tiempo) y de más del 90% en zonas de costa y ciudades de interior con turismo religioso, con un 10% más de facturación. De cara al verano, las reservas han crecido ya un 10%, sobre todo en el mercado alemán y nórdico, con destino a las costas, Baleares y especialmente Canarias, que espera batir este año el récord del siglo en pasajeros (35 millones), aprovechando la crisis política en Túnez, Marruecos y Egipto, que podría desviar hacia España medio millón de turistas extras este año. La previsión del sector (Exceltur) es que el turismo crezca este año un 2,2 %, más del doble de lo que preveían en enero (+1%), aunque todavía menos que antes de la crisis (el turismo creció por encima del 3% entre 2000 y 2007).
Para consolidar el despegue, planean sobre el turismo español varias incertidumbres. La primera, la dura competencia de países como Turquía, Croacia, Bulgaria o las islas del Mediterráneo, junto a Portugal y Grecia, que van a tirar los precios por su grave crisis interna. Y sin olvidar los nuevos destinos, que crecen con fuerza, como África, Latinoamérica y China, que es ya el tercer destino turístico del mundo (tras Francia y EEUU y después de haber superado a España). La segunda, nuestros precios, que han empezado a subir (IPC de abril), tras dos años de estancamiento. Y más con la subida del euro, que a pesar del freno por la crisis de Grecia, se ha revalorizado este año un 9,5 %, lo que encarece España a los británicos, americanos, japoneses y turistas de países no euro. También los vuelos se han encarecido, con una subida del 15% del combustible.
Con todo, la clave está en la lenta recuperación de una parte de la economía europea e internacional: crecen más Alemania (+1,5%) y Francia (+1%), pero poco Reino Unido (+ 0,5%), Italia (+0,1%) y la UE (+0,8%), así como EEUU o Japón (en recesión). Si crecen poco, vienen menos turistas o se gastan menos. Es lo que pasa con el turismo español: con tanto paro y una caída de rentas del 1,5%, no se espera una recuperación este año. Y además, este verano, con el aumento de reservas de extranjeros, será más difícil que los españoles (que, en su mayoría, reservan a última hora) encuentren ofertas en la costa o las islas, donde van a subir precios de hoteles y apartamentos.
El turismo es una de las pocas alegrías de la economía, pero apenas está creando empleo: sólo Canarias, País Vasco y Navarra han creado este año empleo en el turismo, un sector que supone el 11% del empleo del país. Y hay tres zonas turísticas entre las cinco autonomías con más paro: Andalucía (29,68% de paro), Canarias (28,52%) y Baleares (25,36%). El sector estima que haría falta crecer un 3%, como en la década pasada, para crear 50.000 empleos al año, algo que no va a pasar hasta 2012. Y mucho será empleo temporal y precario.
España tiene que aprovechar el tirón de este verano, ayudado por la crisis del Norte de África, para consolidarse como potencia turística mundial a medio plazo. Y eso pasa por diversificar. Por abrir el abanico de los turistas que vienen: hoy un 91% europeos (y la mitad, británicos, alemanes y franceses). Por traerles más fuera de temporada, no sólo en verano. Por que vengan no sólo a las costas y las islas, sino al resto del país. Y porque se gasten más, con un turismo de más calidad. Son las claves del Plan Horizonte 2020, al que se acaba de sumar el Plan Turismo Litoral siglo XXI, para renovar el turismo de sol y playa tradicional.
Más que echar las campanas al vuelo sobre el despegue del turismo, hay que hacer un gran Pacto entre el sector, el Gobierno central y las autonomías para consolidar la recuperación. Y para que cree empleo, que falta nos hace. Todos a vender España por el mundo.
Más que echar las campanas al vuelo sobre el despegue del turismo, hay que hacer un gran Pacto entre el sector, el Gobierno central y las autonomías para consolidar la recuperación. Y para que cree empleo, que falta nos hace. Todos a vender España por el mundo.
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