La mayoría de españoles empezamos esta semana las vacaciones de verano y nos encontraremos
un país “tomado” por los turistas extranjeros (30 millones entre
julio y septiembre) y españoles, que
van a moverse más que nunca. Con tanto turista, los precios se van a disparar,
desde hoteles y restaurantes a apartamentos, supermercados y coches de alquiler:
subirán un 10% sobre el verano pasado, tras haber subido otro 10,5% los dos últimos años. Lo
peor es que habrá zonas, en las islas y
la costa mediterránea, “congestionadas”,
según reconoce la patronal turística, preocupada porque hay ciudades (Mallorca,
Barcelona) donde los vecinos están “hartos
del turismo”: achacan esta “turismofobia” al “boom” de apartamentos que se alquilan
por Internet, sin control. En cualquier caso, España estará “a tope” este
verano y el sector cree que es hora
de “cambiar el modelo turístico”,
de apostar más por la calidad que por la cantidad.
Urge repensar el turismo español a 20 años vista,
renovando y ampliando la oferta. No matemos “la
gallina de los huevos de oro”.
enrique ortega
La mayoría de España está de vacaciones, pero no todos
pueden cogerse unos días y escaparse de su rutina diaria: el 39,5% de españoles no se puede ir de vacaciones ni una semana al año,
según la última Encuesta de Condiciones de Vida 2016 (INE). La mayoría de esos 4 de cada 10 españoles que no toman vacaciones son jóvenes (44,2% menores de 29 años no
cogen ni una semana de vacaciones) y
mayores de 65 años (43,2% no viajan), sobre todo los que tienen poca formación (más del 52% de los que
sólo tienen la ESO o menos), los que están parados
(68,6% no cogen vacaciones), las madres
solas con niños (56% no tienen vacaciones) y la mayoría (del 54 al 75%) de
los que ganan menos de 11.634 euros
al año, según los datos que aporta el INE. Otra estadística, el Barómetro del CIS de junio, nos revela que sólo el 41% de españoles van a hacer un viaje turístico y del resto, la mayoría irá
a visitar a un familiar (26,1%) o amigos (18,3%), marchará a una segunda
residencia (14%) o se quedará en casa (20,7%), mientras el 15,9% no tiene vacaciones.
La España que si se va de vacaciones, ese 60,5%
que dice el INE, se va a encontrar este verano más gente que nunca, entre extranjeros y españoles. La previsión es que este
verano se superen los 30 millones de turistas extranjeros entre julio y septiembre, frente a
los 27,6 que llegaron el verano de 2016 (que ya fue récord). Y eso porque en la primera mitad del año han seguido subiendo los turistas
extranjeros, empujados por el temor a destinos como Turquía, Egipto o
Túnez (que han perdido un 22% más de turistas europeos este año) y por los
atentados en Europa (Reino Unido, Francia o Bélgica), que han aumentado el
turismo urbano a España, según los datos de la patronal turística Exceltur. Y se espera este verano una recuperación
en España del turismo ruso, nórdico y asiático, mientras
se mantiene el turismo británico, a pesar del Brexit. Eso sí, la libra ha caído un 15% desde junio de 2016, lo que encarece España a los
británicos, aunque se espera que lo compensen viniendo menos días y gastando
menos. Otro dato que no ayuda es el euro,
que ha subido un 12% frente al dólar desde enero (ahora supera los 1,18 dólares), lo que hace que España sea un 12% más cara para
los no europeos.
En cualquier caso, todo apunta a que será un verano superrécord para el turismo
extranjero, sobre todo europeo, en las islas (Baleares y Canarias) y en la costa mediterránea, tanto levantina como andaluza. Y junto a estos 30
millones de extranjeros, se esperan otros tantos o más turistas españoles, que quieren olvidarse de la crisis y viajar este verano más que nunca, tras
una Semana Santa, mayo y junio que han sido récord de viajes y pernoctaciones
en hoteles, apartamentos y casas rurales. La previsión de la patronal Exceltur es que los
españoles viajen sobre todo a Baleares, la costa Mediterránea (de Gerona a Cádiz)
y al norte de España, que este verano estará más lleno que nunca. Y los que
esperan más ingresos son las empresas de alquiler de coches, las de
ocio (parques de atracciones) y los apartamentos y casas rurales.
Con tanto turista, extranjero y español, las empresas del
sector han aprovechado para subir los
precios: los precios de los hoteles han subido un 25,5% en el primer semestre de 2017, según el IPC (INE). Y se espera un aumento de las tarifas
hoteleras del 10% sobre las del verano pasado, según un estudio de Deloitte. Una subida que se sumará al 10,5% que ya subieron los precios hoteleros en los dos últimos años
(2015 y 2016), con lo que hay hoteles que ya tienen un precio superior al que
tenían antes de la crisis. Pero no sólo suben los hoteles: han subido los vuelos (un 9,5% en el primer semestre, según el IPC, más por la fuerte demanda
que por el petróleo) y los paquetes que ofrecen las agencias de viajes, así como las tarifas de los apartamentos (940
euros diarios en Ibiza en agosto), casas rurales y campings. Y subirán
este verano los precios de bares y restaurantes, así como el alquiler de coches (sobre todo en las
islas) y las entradas de parques y lugares de ocio. Y también subirán los precios
de la comida y los supermercados,
aprovechando la mayor demanda y porque la sequía sube los precios de
frutas, verduras y carnes. Eso sí, costará sólo unos céntimos más que el verano pasado echar carburante al coche.
Con estas nuevas
subidas, lo que se espera es que extranjeros
y españoles reduzcan los días de
vacaciones, para no gastar mucho más. De hecho, la estancia media lleva bajando tres años ( 6,9 días) y el gasto medio de los extranjeros,
aunque se ha recuperado en 2017 (702 euros de media hasta abril frente a 700
euros en todo 2016), está todavía muy por debajo del de 2011 (813 euros de
gasto medio por turista), según los datos de Exceltur, que recuerdan que la mayor parte del gasto que hacen
los extranjeros en España (77.000 millones de euros en 2016) se queda fuera, porque se lo llevan los tour
operadores y las líneas aéreas. Y que el gasto de los turistas en España ha caído, año tras año,
desde 2011. Eso se debe a que cada vez viene un turismo más low cost,
en viajes baratos y a apartamentos, que gasta menos.
En definitiva, que nos espera un verano con España
a tope y todo más caro. Pero lo peor es que en algunas zonas de España habrá
“congestión”
turística, el
término que ha empleado la patronal
turística, Exceltur. Serán sobre todo las islas baleares (Mallorca e Ibiza)
y algunas zonas de la costa de Cataluña (más Barcelona capital), Comunidad valenciana
y Andalucía. La patronal está preocupada por las crecientes protestas de
vecinos en algunas zonas (Palma, Barcelona y Madrid) contra la invasión de
turistas, lo que se ha dado en llamar la “turismofobia”.
Algo que se podría agravar este mes de agosto, cuando se colapsen
carreteras o paseos marítimos y se compliquen las noches, mientras aparecen problemas
de agua (sequía histórica) e infraestructuras, sobre todo en las islas
Baleares.
La patronal turística achaca este “colapso” turístico de
algunas zonas al crecimiento desordenado de la oferta, por haberse disparado el alquiler particular de apartamentos, a través de plataformas de Internet (como Airbnb o Booking.com). De hecho, señalan que los
apartamentos sin regular han superado ya en plazas (casi 3 millones) a los
hoteles e instalaciones turísticas reguladas (2,5 millones). Y sólo en 22 ciudades hay 362.493 apartamentos privados que se alquilan a turistas
frente a 330.258 plazas de hoteles, hostales y camas reguladas. El sector
hotelero se queja de que los apartamentos privados son una competencia desleal, sin control y que evaden 800 millones a Hacienda.
Y piden un mayor control, tanto de las autonomías como de Hacienda (pago impuestos) e Interior (control clientes), ya prometido.
A raíz del superrécord turístico y la esperada “congestión”
de este verano, la patronal turística Exceltur cree que ha llegado el momento de “repensar
el futuro del turismo en España a medio y largo plazo”. Un tema urgente es frenar la oferta turística, que no
puede ser infinita, si no queremos que el turismo estalle y “muera de éxito”
(se habla de 80-82 millones de turistas este año, frente a los 75,6 ya récord de 2016). De
hecho, el Ayuntamiento de Palma ya ha aprobado en julio una moratoria (apoyada por los hoteleros) para
suspender durante un año la concesión de nuevas licencias turísticas en el caso
antiguo y zonas aledañas, medida que ya
tomó en enero el Ayuntamiento de Barcelona. Pero haría falta una planificación en toda España,
con la colaboración de Ayuntamientos, hoteleros y asociaciones de vecinos.
Además, el sector turístico español tiene que reordenar su oferta, para conseguir atraer turistas fuera de la temporada del verano (la mitad vienen entre junio y
septiembre) y fuera de las zonas habituales de sol y playa (el 90% de los turistas vienen a sólo 6 autonomías: Cataluña, Baleares, Canarias,
Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid). Eso obliga a ampliar la oferta
turística, buscando un turismo
alternativo (de negocios, cultural, sanitario, deportivo o gastronómico) y
gastar más recursos en promover el
turismo fuera de Europa (sólo el 11% de los turistas que vienen no son
europeos), los que más gastan.
En paralelo, el sector turístico tiene que invertir en su reconversión, en un Plan
Renove que modernice los hoteles e instalaciones más antiguas, ofrezca
nuevos servicios y se lance a fondo en digitalizar su oferta, para vender más directamente por Internet y menos a través
de los
tour operadores alemanes o británicos, que fuerzan condiciones y precios y se
quedan con la mayoría de las ganancias. Además, el sector turístico tiene otras dos asignaturas pendientes:
mejorar la calidad de los servicios
(más formación al personal) y aumentar el
empleo, con menos precariedad y mejor pagado: con un año récord, el sector
turístico sólo ha creado 95.807 empleos el último año (junio 2016-junio 2017), el 90% temporales y la mitad a tiempo parcial
(muchos por horas o días). Y la hostelería sigue siendo el trabajo peor pagado:
un empleado de hostelería le cuesta a la empresa 1.464 euros (464 son
cotizaciones), 1.000 euros menos que el coste laboral medio en España (2.481
euros en 2017), según el INE.
Y además, el Gobierno
debe gastar más en promover el turismo y ayudar a las empresas a reconvertirse, con
incentivos fiscales y créditos blandos, así como con un mayor gasto en
infraestructuras y servicios (desde más medios en aeropuertos, control de
fronteras o comisarias (colapsadas) a depuradoras de agua y mejores accesos). Y
sobre todo, garantizar una mayor coordinación entre autonomías, para que cada una no vaya a su aire con el
turismo.
Hay que aprovechar el
superrécord turístico de este
verano para parar y repensar el futuro, para dejar de hacer triunfalismo con los millones de
turistas y sentar las bases de una
industria sostenible, que crezca de
forma ordenada y con futuro. No
hay que dormirse en los récords. Urge aprovechar los mayores ingresos de estos
años no para invertir más y asegurar el futuro de la primera industria española.
Ojo a morir de éxito, a que la burbuja del turismo “estalle” y
se colapse. No matemos “la gallina de los huevos de oro”.
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