jueves, 3 de agosto de 2017

Verano 2017: congestión y precios disparados


La mayoría de españoles empezamos esta semana las vacaciones de verano y nos encontraremos un país “tomado” por los turistas extranjeros (30 millones entre julio y septiembre) y españoles, que van a moverse más que nunca. Con tanto turista, los precios se van a disparar, desde hoteles y restaurantes a apartamentos, supermercados y coches de alquiler: subirán un 10% sobre el verano pasado, tras haber subido otro 10,5% los dos últimos años. Lo peor es que habrá zonas, en las islas y la costa mediterránea, “congestionadas”, según reconoce la patronal turística, preocupada porque hay ciudades (Mallorca, Barcelona) donde los vecinos están “hartos del turismo”: achacan esta “turismofobia al “boom” de apartamentos que se alquilan por Internet, sin control. En cualquier caso, España estará “a tope” este verano y el sector cree que es hora de “cambiar el modelo turístico”, de apostar más por la calidad que por la cantidad. Urge repensar el turismo español a 20 años vista, renovando y ampliando la oferta. No matemos “la gallina de los huevos de oro”.



                                                                                           enrique ortega

La mayoría de España está de vacaciones, pero no todos pueden cogerse unos días y escaparse de su rutina diaria: el 39,5% de españoles no se puede ir de vacaciones ni una semana al año, según la última Encuesta de Condiciones de Vida 2016 (INE). La mayoría de esos 4 de cada 10 españoles que no toman vacaciones son jóvenes (44,2% menores de 29 años no cogen ni una semana de vacaciones) y mayores de 65 años (43,2% no viajan), sobre todo los que tienen poca formación (más del 52% de los que sólo tienen la ESO o menos), los que están parados (68,6% no cogen vacaciones), las madres solas con niños (56% no tienen vacaciones) y la mayoría (del 54 al 75%) de los que ganan menos de 11.634 euros al año, según los datos que aporta el INE. Otra estadística, el Barómetro del CIS de junio, nos revela que sólo el 41% de españoles van a hacer un viaje turístico y del resto, la mayoría irá a visitar a un familiar (26,1%) o amigos (18,3%), marchará a una segunda residencia (14%) o se quedará en casa (20,7%), mientras el 15,9% no tiene vacaciones.

La España que si se va de vacaciones, ese 60,5% que dice el INE, se va a encontrar este verano más gente que nunca, entre extranjeros y españoles. La previsión es que este verano se superen los 30 millones de turistas extranjeros entre julio y septiembre, frente a los 27,6 que llegaron el verano de 2016 (que ya fue récord). Y eso porque en la primera mitad del año han seguido subiendo los turistas extranjeros, empujados por el temor a destinos como Turquía, Egipto o Túnez (que han perdido un 22% más de turistas europeos este año) y por los atentados en Europa (Reino Unido, Francia o Bélgica), que han aumentado el turismo urbano a España, según los datos de la patronal turística Exceltur. Y se espera este verano una recuperación en España del turismo ruso, nórdico y asiático, mientras se mantiene el turismo británico, a pesar del Brexit. Eso sí, la libra ha caído un 15% desde junio de 2016, lo que encarece España a los británicos, aunque se espera que lo compensen viniendo menos días y gastando menos. Otro dato que no ayuda es el euro, que ha subido un 12% frente al dólar desde enero (ahora supera los 1,18 dólares), lo que hace que España sea un 12% más cara para los no europeos.

En cualquier caso, todo apunta a que será un verano superrécord para el turismo extranjero, sobre todo europeo, en las islas (Baleares y Canarias) y en la costa mediterránea, tanto levantina como andaluza. Y junto a estos 30 millones de extranjeros, se esperan otros tantos o más turistas españoles, que quieren olvidarse de la crisis y viajar este verano más que nunca, tras una Semana Santa, mayo y junio que han sido récord de viajes y pernoctaciones en hoteles, apartamentos y casas rurales. La previsión de la patronal Exceltur es que los españoles viajen sobre todo a Baleares, la costa Mediterránea (de Gerona a Cádiz) y al norte de España, que este verano estará más lleno que nunca. Y los que esperan más ingresos son las empresas de alquiler de coches, las de ocio (parques de atracciones) y los apartamentos y casas rurales.

Con tanto turista, extranjero y español, las empresas del sector han aprovechado para subir los precios: los precios de los hoteles han subido un 25,5% en el primer semestre de 2017, según el IPC (INE).  Y se espera un aumento de las tarifas hoteleras del 10% sobre las del verano pasado, según un estudio de Deloitte. Una subida que se sumará al 10,5% que ya subieron los precios hoteleros en los dos últimos años (2015 y 2016), con lo que hay hoteles que ya tienen un precio superior al que tenían antes de la crisis. Pero no sólo suben los hoteles: han subido los vuelos (un 9,5% en el primer semestre, según el IPC, más por la fuerte demanda que por el petróleo) y los paquetes que ofrecen las agencias de viajes, así como las tarifas de los apartamentos (940 euros diarios en Ibiza en agosto), casas rurales y campings.  Y subirán este verano los precios de bares y restaurantes, así como el alquiler de coches (sobre todo en las islas) y las entradas de parques y lugares de ocio. Y también subirán los precios de la comida y los supermercados, aprovechando la mayor demanda y porque la sequía sube los precios de frutas, verduras y carnes. Eso sí, costará sólo unos céntimos más que el verano pasado echar carburante al coche.

Con estas nuevas subidas, lo que se espera es que extranjeros y españoles reduzcan los días de vacaciones, para no gastar mucho más. De hecho, la estancia media lleva bajando tres años ( 6,9 días) y el gasto medio de los extranjeros, aunque se ha recuperado en 2017 (702 euros de media hasta abril frente a 700 euros en todo 2016), está todavía muy por debajo del de 2011 (813 euros de gasto medio por turista), según los datos de Exceltur, que recuerdan que la mayor parte del gasto que hacen los extranjeros en España (77.000 millones de euros en 2016) se queda fuera, porque se lo llevan los tour operadores y las líneas aéreas. Y que el gasto de los turistas en España ha caído, año tras año, desde 2011. Eso se debe a que cada vez viene un turismo más low cost, en viajes baratos y a apartamentos, que gasta menos.

En definitiva, que nos espera un verano con España a tope y todo más caro. Pero lo peor es que en algunas zonas de España habrá congestión” turística, el término que ha empleado la  patronal turística, Exceltur. Serán sobre todo las islas baleares (Mallorca e Ibiza) y algunas zonas de la costa de Cataluña (más Barcelona capital), Comunidad valenciana y Andalucía. La patronal está preocupada por las crecientes protestas de vecinos en algunas zonas (Palma, Barcelona y Madrid) contra la invasión de turistas, lo que se ha dado en llamar la turismofobia. Algo que se podría agravar este mes de agosto, cuando se colapsen carreteras o paseos marítimos y se compliquen las noches, mientras aparecen problemas de agua (sequía histórica) e infraestructuras, sobre todo en las islas Baleares.

La patronal turística achaca este “colapso” turístico de algunas zonas al crecimiento desordenado de la oferta, por haberse disparado el alquiler particular de apartamentos, a través de plataformas de Internet (como Airbnb o Booking.com). De hecho, señalan que los apartamentos sin regular han superado ya en plazas (casi 3 millones) a los hoteles e instalaciones turísticas reguladas (2,5 millones). Y sólo en 22 ciudades hay 362.493 apartamentos privados que se alquilan a turistas frente a 330.258 plazas de hoteles, hostales y camas reguladas. El sector hotelero se queja de que los apartamentos privados son una competencia desleal, sin control y que evaden 800 millones a Hacienda. Y piden un mayor control, tanto de las autonomías como de Hacienda (pago impuestos) e Interior (control clientes), ya prometido.

A raíz del superrécord turístico y la esperada “congestión” de este verano, la patronal turística Exceltur cree que ha llegado el momento de “repensar el futuro del turismo en España a medio y largo plazo”. Un tema urgente es frenar la oferta turística, que no puede ser infinita, si no queremos que el turismo estalle y “muera de éxito” (se habla de 80-82 millones de turistas este año, frente a los 75,6 ya récord de 2016). De hecho, el Ayuntamiento de Palma ya ha aprobado en julio una moratoria (apoyada por los hoteleros) para suspender durante un año la concesión de nuevas licencias turísticas en el caso antiguo y zonas aledañas, medida  que ya tomó en enero el Ayuntamiento de Barcelona. Pero haría falta una planificación en toda España, con la colaboración de Ayuntamientos, hoteleros y asociaciones de vecinos.

Además, el sector turístico español tiene que reordenar su oferta, para conseguir atraer turistas fuera de la temporada del verano (la mitad vienen entre junio y septiembre) y fuera de las zonas habituales de sol y playa (el 90% de los turistas vienen a sólo 6 autonomías: Cataluña, Baleares, Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid). Eso obliga a ampliar la oferta turística, buscando un turismo alternativo (de negocios, cultural, sanitario, deportivo o gastronómico) y gastar más recursos en promover el turismo fuera de Europa (sólo el 11% de los turistas que vienen no son europeos), los que más gastan.

En paralelo, el sector turístico tiene que invertir en su reconversión, en un Plan Renove que modernice los hoteles e instalaciones más antiguas, ofrezca nuevos servicios y se lance a fondo en digitalizar su oferta, para vender más directamente por Internet y menos a través de los tour operadores alemanes o británicos, que fuerzan condiciones y precios y se quedan con la mayoría de las ganancias. Además, el sector turístico tiene otras dos asignaturas pendientes: mejorar la calidad de los servicios (más formación al personal) y aumentar el empleo, con menos precariedad y mejor pagado: con un año récord, el sector turístico sólo ha creado 95.807 empleos el último año (junio 2016-junio 2017), el  90% temporales y la mitad a tiempo parcial (muchos por horas o días). Y la hostelería sigue siendo el trabajo peor pagado: un empleado de hostelería le cuesta a la empresa 1.464 euros (464 son cotizaciones), 1.000 euros menos que el coste laboral medio en España (2.481 euros en 2017), según el INE.

Y además, el Gobierno debe gastar más en promover el turismo y ayudar a las empresas a reconvertirse, con incentivos fiscales y créditos blandos, así como con un mayor gasto en infraestructuras y servicios (desde más medios en aeropuertos, control de fronteras o comisarias (colapsadas) a depuradoras de agua y mejores accesos). Y sobre todo, garantizar una mayor coordinación entre autonomías, para que cada una no vaya a su aire con el turismo.

Hay que aprovechar el superrécord turístico de este verano para parar y repensar el futuro, para dejar de hacer triunfalismo con los millones de turistas y sentar las bases de una industria sostenible, que crezca de forma ordenada y con futuro. No hay que dormirse en los récords. Urge aprovechar los mayores ingresos de estos años no para invertir más y asegurar el futuro de la primera industria española. Ojo a morir de éxito, a que la burbuja del turismo “estalle” y se colapse. No matemos “la gallina de los huevos de oro”.

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