Como se esperaba, el Banco Central Europeo ha bajado hoy jueves los tipos de interés oficiales, otro -0,25%, hasta el 2%, el precio del dinero más bajo desde diciembre de 2022. Es la 8ª bajada de tipos del BCE desde hace un año: los bajó en junio, septiembre, octubre y diciembre de 2024, más en enero, marzo, abril y junio de 2025. Con estas bajadas, el BCE desanda el camino iniciado 2022, cuando aprobó 10 subidas de tipos, entre julio de 2022 y septiembre de 2023, subiendo los tipos del 0 al 4%, para contener la alta inflación.
jueves, 5 de junio de 2025
8ª bajada de tipos, pero suben los pisos
El Banco Central Europeo (BCE) acaba de bajar los
tipos de interés, un -0,25%, hasta el 2%, el precio más bajo desde 2022. Es
la 8ª bajada de tipos desde hace un año, tras las 10 subidas aprobadas
entre 2022 y 2023. Esta nueva rebaja del BCE busca reanimar la estancada economía
europea, ahora que la inflación está controlada. El Euribor
está en el 2%, lo que rebaja 137 euros mensuales la revisión anual
de las hipotecas. Pero ojo: el precio de los pisos se ha disparado y pagar
ahora una hipoteca resulta igual de caro o más que hace dos años,
aunque los tipos sean más bajos. Y este coste real de las hipotecas seguirá
subiendo, porque suben los pisos y la demanda, dado que resulta más barato
comprar un piso que alquilarlo. Los tipos bajos ayudarán
a empresas, familias y a pagar la deuda pública, pero no servirán para
que muchos jóvenes y familias compren casa, por falta de ahorro previo
y de ingresos suficientes.
Enrique Ortega
Como se esperaba, el Banco Central Europeo ha bajado hoy jueves los tipos de interés oficiales, otro -0,25%, hasta el 2%, el precio del dinero más bajo desde diciembre de 2022. Es la 8ª bajada de tipos del BCE desde hace un año: los bajó en junio, septiembre, octubre y diciembre de 2024, más en enero, marzo, abril y junio de 2025. Con estas bajadas, el BCE desanda el camino iniciado 2022, cuando aprobó 10 subidas de tipos, entre julio de 2022 y septiembre de 2023, subiendo los tipos del 0 al 4%, para contener la alta inflación.
Con esta 8ª rebaja de tipos, el BCE se distancia más de
la Reserva Federal USA, que sólo ha aprobado tres bajadas de tipos
en los últimos meses (septiembre, noviembre y diciembre de 2024) y que ha
decidido no bajarlos este año, en las reuniones de enero,
marzo y mayo (la próxima es el 17 de junio), a la vista de la amenaza de
aranceles de Trump (que pueden despertar la inflación en EEUU). Sin embargo,
EEUU empezó a subir los tipos antes que Europa (en marzo de 2022), más veces
(11 subidas de tipos entre 2022 y 2024) y todavía los mantiene muy por encima: 4,50%
frente al 2%. Y también se distancia del Banco de Inglaterra, que sólo
ha
aprobado 4 bajadas en los últimos meses (agosto y noviembre de 2024,
febrero y mayo de 2025), tras 14 subidas de tipos entre 2021 y 2024 y con el
dinero también más caro que en la zona euro: 4,25% (la próxima
reunión es el 19 de junio).
El BCE ha bajado más veces y en más porcentaje
los tipos de interés en el último año (-2%) que EEUU (-1%) y Reino
Unido (-1%) porque busca ahora reanimar la débil economía europea,
en un momento en que la inflación parece controlada : +1,9% en
mayo en la zona euro, según
Eurostat, por debajo del objetivo del BCE (2%) y muy lejos de la inflación
disparada de 2022 (+8,4%) y 2023 (+5,4%) y de la más moderada de 2024 (+2,4%).
Preocupa al BCE que las
últimas previsiones económicas de Bruselas (mayo 2025) hayan recortado un
-0,4% las previsiones de crecimiento para 2025 de la zona euro (+0,9%,
igual que en 2024) y la UE-27 (+1,1% frente al 1% en 2024). Y, sobre
todo que Alemania no vaya a crecer nada (+0% en 2025, frente a una caída
del -0,2% en 2024) y que apenas crezcan Francia (+0,6%) e Italia (0,7%), aunque
España crecerá un +2,6%.
Ahora, tras esta 8ª rebaja de tipos para intentar “reanimar”
la débil economía europea, el
BCE espera a ver qué hacen este mes EEUU y el Banco de Inglaterra para
decidir si continúa con la rebaja de tipos en las próximas reuniones (24 de
julio y 11 de septiembre). La clave estará en el comportamiento
de la economía europea estos meses, en el
daño que pueda hacernos la subida de aranceles de Trump, tanto al
crecimiento como a los precios (los aranceles más altos suponen que suben todos
los productos importados). Y también será clave la
cotización del euro: desde la llegada de Trump, el dólar se ha
debilitado, fortaleciendo al euro, que hoy cotiza a 1,1427 dólares,
frente a 1,024 el 10 de enero. Eso supone una revalorización del euro del +11,6%.A
lo claro: que los productos importados en dólares nos cuestan un 11,6% menos.
Una ayuda para paliar la subida de aranceles que nos acabe poniendo Trump.
El propio BCE ha
fijado “un suelo” para la rebaja de tipos, salvo
imprevistos (de inflación disparada o recesión, por aranceles o crisis
geopolíticas): bajarlos a un mínimo del 1,5%, lo que augura otras dos
bajadas de -0,25% cada una antes de fin de año. Esta perspectiva ha hecho
bajar más de lo esperado al Euribor, el tipo de interés al que se
prestan los bancos y que se utiliza para las hipotecas a tipo variable (Euribor
más un porcentaje) :
cerró mayo en el 2,081% (frente a 2,143% en abril), la mayor rebaja mensual
desde 2009 y el tipo más bajo desde agosto de 2022. Y todo apunta a que este
mes de junio el Euribor bajará del 2% y podría cerrar el año 2025 en
el 1,5%, el tipo más bajo desde abril de 2022 (+0,013%).
Esta mayor rebaja del Euribor en 2025 (estaba en el
3,679% a finales de 2024) supone un gran “alivio” para los 4
millones de españoles que están pagando una hipoteca, la mayoría a un tipo
variable y un pago mensual que se revisa anualmente. Ahora, con el Euribor de
mayo (2,081% frente a 3,680% en mayo de 2024, la mayor caída anual en los
últimos 15 años), la rebaja de la cuota mensual será importante para los
hipotecados: 137
euros menos al mes (-3.680 euros al año) para una hipoteca media de
145.673 euros a 25 años.
Las sucesivas rebajas de tipos del BCE han abaratado también
las nuevas hipotecas, que costaban en marzo el 2,80% de media, según
el Banco de España, frente al 2,96% que costaban en 2022, el 3,78% de 2023
y el 2,90% de diciembre de 2024. Además, se han abaratado también, aunque
menos, los créditos personales: de un máximo del 7,69% que costaban en
2023 se ha bajado al 7,05% en marzo de 2025. Eso sí, lo que no baja son los
tipos que los bancos nos cobran por las tarjetas de crédito: del 17,99%
que nos cargaban en 2022 se subió al 18,54% en diciembre de 2024 y al 18,49% en
marzo de 2025.
Las empresas también han visto abaratarse sus
créditos, pero poco. Los créditos hasta 250.000 euros llegaron a costar el
5,33% en 2023 para bajar al 4,14% en diciembre de 2024 y el 3,61% en marzo de
2025, según
el Banco de España. Los créditos de 250.000 euros a 1 millón han bajado del
5,08% en 2023 al 3,85% en 2024 y el 3,40% en marzo de 2025. Y los créditos de
más de 1 millón de euros costaban el 4,99% en 2023, pasaron al 4,01% en 2024 y
al 3,51% en marzo de este año. Bajadas todas menores que el tipo oficial del
BCE.
Y también ayuda la rebaja de tipos al Presupuesto del
Estado, porque estos años hemos pagado menos intereses por la deuda pública,
al bajar el tipo que hay que ofrecer a los inversores por los bonos del
Estado a 10 años: estaban en el 0,267% en junio de 2021, se dispararon al
3,966% en septiembre de 2023 (máximo) y bajaron al 3,032% en diciembre de 2024.
Pero ojo, este año suben los intereses que hay que pagar por la deuda,
por el riesgo mundial ante la amenaza de aranceles, hasta el
3,071% en junio de 2025. Eso supone que podríamos pagar 3.000 millones más
en intereses que en 2024 (cuando pagamos
39.078 millones).
Con todo, el mayor impacto de la rebaja de tipos del
BCE y del Euribor es una mayor demanda de hipotecas: en marzo (último dato del INE) se
firmaron 42.831 hipotecas para la compra de viviendas, por un importe medio de
156.698 euros, a un tipo medio del 2,8%. Con las rebajas de tipos, hay familias
y jóvenes que se plantean pedir una hipoteca, básicamente porque sale más
barato comprar (supone el 23% de los ingresos) que alquilar (se
lleva al 36% de los ingresos) en toda España, salvo en San Sebastián y en
Palma de Mallorca, según
Idealista. Claro que para eso, el comprador debe tener un 30% del
importe ahorrado (o que se lo den sus padres), para cubrir el 20% que no
financia la hipoteca (sólo se concede el 80% del valor de tasación) y otro 10% para
impuestos y gastos, algo imposible para muchos jóvenes y familias, que además
deben tener un tipo de trabajo y un nivel de ingresos que convenzan a los
bancos para darles la hipoteca…
Pero ojo: las bajadas de tipos del BCE facilitan pagar ahora
una hipoteca, pero no demasiado, porque la rebaja del Euribor “se la come”
la subida de precio de los pisos. Las hipotecas tienen un tipo algo más
bajo (2,80% frente al 3,78% en 2023), pero en cambio ha subido mucho el
precio de los pisos a la venta. Así, en abril de 2025, el precio medio de
un piso en venta era de 2.350 euros metro cuadrado, un 12% más que los 2.098
euros que costaba en abril de 2024, según
Idealista. Eso supone que comprar ahora un piso de 90m2 supone pedir una
hipoteca (80%) de 169.200 euros, cuando hace un año bastaba con
pedir una de 151.056 euros. Así, aunque el Euribor esté ahora más bajo (2,143% en
abril 2025 frente al 3,703% en abril de 2024), como hay que pedir una hipoteca
mayor, el coste mensual apenas baja: 814 euros al mes
ahora frente a 856 hace un año. Y si encima compramos en una ciudad
donde los pisos han subido más, la diferencia se reduce: la hipoteca cuesta
ahora 1.690 euros mensuales frente a 1.781 euros hace un año para comprar piso en
Barcelona (4.875 euros/m2) y sube de 1.795 a 1.895 euros mensuales para comprar
en Madrid (5.467 euros/m2).
Así que no se deje llevar por “el espejismo” de que han
bajado los tipos: las hipotecas están algo más baratas, pero hay que pedir
prestado más dinero y eso encarece la mensualidad. Y así seguiremos en los
próximos meses, porque la falta de viviendas en venta y el tirón de la
demanda provoca que los precios de los pisos sigan subiendo: +12,8% anual
en mayo (2.391 euros/m2 de media, 5.573 euros/m2 en Madrid y
4.895 e/m2 en Barcelona) , según
Idealista, que se suma al +55,1% que ha subido la vivienda entre
2014 y 2024. Y como los alquileres disparan su precio aún más, hay muchos
jóvenes y familias que se plantean comprar en vez de alquilar, lo que dispara
precios y contrarresta la rebaja de las hipotecas.
De hecho, los bancos se han lanzado a ofrecer
hipotecas, aprovechando la bajada de tipos. Y las que ahora ofrecen son hipotecas
a tipo fijo, que ya son dos de cada tres hipotecas nuevas. Y el tipo al que
las están ofreciendo (ver ofertas) es al 3%, un 1% más que el Euribor y el tipo oficial del
BCE. Todo apunta a que en los próximos meses asistiremos a una nueva “guerra
de hipotecas”, pero sin que los bancos bajen mucho más los tipos y
siempre manteniendo las exigencias actuales para concederlas (ingresos,
contrato, nómina y seguros, fidelización con el banco…). De hecho, las
hipotecas y las comisiones que cobran en paralelo son la clave de los buenos
resultados de la banca en 2024 y 2025.
El BCE lleva un año bajando tipos, pero los bancos no sufren
en sus resultados sino que ganan más cada año. Si en 2024, el
beneficio de los 6 grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell,
Bankinter y Unicaja) fue de 31.768 millones de euros (+21%), en el
primer trimestre de 2025 han
ganado 8.407 millones de euros, +27,1% que un año antes, a pesar de
la bajada del margen, gracias a una menor carga fiscal y ,sobre todo, al
aumento de las comisiones cobradas a los clientes (7.371 millones, +5,9%).
En resumen, que los tipos de interés bajan, aunque más que
los tipos de créditos e hipotecas. Y para las familias, aunque esta
rebaja supone un alivio (menos coste de hipoteca que podrán gastar en
otras cosas), no va a permitir que mucha gente que necesita una vivienda
la compre, porque lo que se ahorran en tipos lo pagarán en una hipoteca
de más importe, dada la fuerte
subida de las viviendas en venta. Y en el caso de Madrid y otras grandes
ciudades, aunque la hipoteca sea a un tipo menor, pagarán más mensualidad
porque el piso es más caro. Y eso desalentará a muchos jóvenes y familias, que
se verán obligadas
a alquilar, a precios imposibles. Es una situación sin salida,
que exige pactar medidas urgentes para aumentar la oferta de viviendas, en
venta y alquiler. Así no podemos seguir.
Como se esperaba, el Banco Central Europeo ha bajado hoy jueves los tipos de interés oficiales, otro -0,25%, hasta el 2%, el precio del dinero más bajo desde diciembre de 2022. Es la 8ª bajada de tipos del BCE desde hace un año: los bajó en junio, septiembre, octubre y diciembre de 2024, más en enero, marzo, abril y junio de 2025. Con estas bajadas, el BCE desanda el camino iniciado 2022, cuando aprobó 10 subidas de tipos, entre julio de 2022 y septiembre de 2023, subiendo los tipos del 0 al 4%, para contener la alta inflación.
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lunes, 2 de junio de 2025
Tras el apagón, luz barata y renovable
Se ha cumplido un mes desde el histórico apagón del
28 de abril y seguimos sin saber las causas, mientras parte del
sector y la derecha aprovechan para culpar a las renovables y
pedir que no se cierren las nucleares. Pero en mayo, las renovables
han vuelto a liderar la producción de electricidad (el 61,8%) y no
hemos tenido apagones. Y gracias a ellas, el precio mayorista de la electricidad
ha bajado a un mínimo histórico (el más bajo de Europa), aunque Red Eléctrica ha subido la factura mensual (+3,35 euros) al
mantener en "alerta" centrales de gas. Ahora, el recibo se estabilizará este mes y subirá algo en verano, por el mayor consumo. Eso sí, en el futuro subirán
los costes de la energía solar y eólica, para compensar las
inversiones necesarias en baterías e inversores solares, para evitar “sustos”. Y urge presionar a Francia para aumentar las interconexiones, porque
somos “una isla eléctrica”. Pero necesitamos mayor transparencia
y nuevos protocolos en un sector dominado por las tres grandes
eléctricas. Enrique Ortega
Ha pasado algo más de un mes desde el histórico apagón del 28 de abril, a las 12 horas, 33 minutos y 21 segundos, que dejó a toda España a oscuras durante más de 10 horas. Y, a pesar de las múltiples investigaciones en marcha, hay pocas certezas y muchas dudas. La certeza es que el apagón se originó por tres pérdidas sucesivas de generación eléctrica en Granada (primero en la subestación de Huéneja, cerca de Guadix, de Endesa), Badajoz y Sevilla. Pero a partir de ahí surgen las preguntas. ¿Porqué no funcionaros los cortafuegos, para aislar estas pérdidas de tensión, aunque se intentó hacerlo en 6 ocasiones? ¿Cómo pudo provocarse el apagón un día de baja demanda, donde sobraba energía? (minutos antes del apagón, España estaba exportando electricidad a Portugal y Francia) ¿Tuvo algo que ver el apagón con oscilaciones anteriores detectadas en la red europea? ¿Qué falló en los protocolos y automatismos que tiene Red Eléctrica (REE) y que ha ensayado antes cientos de veces?
Son preguntas que tardarán
meses en responderse, según los investigadores del Gobierno y Red
Eléctrica. Pero entre tanto, voces interesadas ya han culpado del apagón a las renovables,
por ser “menos seguras”, dado que su
energía no es síncrona (es menos estable). Sin embargo, hay hechos que
desmienten esta “peligrosidad”: unos días antes del apagón, el 16 de abril,
hubo bastantes horas en que el 100% de la electricidad generada fue
renovable (hidráulica, solar y eólica), sin que hubiera ningún problema.
Entre enero y abril de 2025, las energías renovables han aportado el 58,64%
de la electricidad generada (25% la eólica, 17% la hidráulica, 14,1% la solar fotovoltaica,
0,8% la solar térmica y 1,7% otras renovables, según
REE). Sin problemas. Y en abril, el mes del apagón, su aportación subió al 64,3%.
Mientras se investigan las causas del apagón, veamos qué
ha pasado con la electricidad este mes de mayo. Primero, habría que
recordar que la
luz bajó drásticamente en abril en el mercado de origen (mayorista),
cerrando a un precio medio de 26,81 euros/MWh, la mitad que en marzo
(53,3 euros/MWh) y la cuarta parte que en enero (96,69 euros) y febrero (108,31
euros), gracias a las lluvias y el sol, que produjeron mucha electricidad
renovable (más barata). Un precio mayorista superior al de abril de 2024 (13,67
euros/MW) pero que es
la tercera parte del precio habitual del mercado mayorista en abril durante
los últimos 5 años (72,32 euros/MWh). Y este precio medio español (26,81
euros/MWh en abril) ha sido el más bajo de los
mercados europeos, porque tenemos más electricidad renovable: 99,85
euros/MWh en Italia, 91 euros en Reino Unido, 78,33 euros en Alemania y 42,21
euros en Francia.
Este bajo precio mayorista de la luz en abril se trasladó
directamente a los 8,3 millones de consumidores que tienen tarifa
regulada (PVPC), que pagaron un recibo medio en abril de 58,62 euros, según
la OCU, menos que el recibo de marzo (65,72 euros), febrero (81,60
euros) y enero (77,53 euros), aunque mayor que el recibo de 1 año antes (48,85
en abril de 2024) porque este
año ha subido el IVA de la luz (del 10 al 21% en enero) y otros
impuestos, además de las tarifas reguladas (que pagan el transporte, la distribución
y otros costes).
Tras la bajada del recibo en abril, básicamente por el
clima, la
previsión era que el recibo siguiera bajando en mayo y hasta el otoño,
para subir algo después hasta fin de año, por el mayor consumo y la menor
aportación de renovables. ¿Qué ha pasado tras el apagón? : el precio
de la luz ha seguido bajando en el mercado mayorista y todo apuntaba a que el recibo de la luz de mayo sería similar o algo menor
para los que tienen tarifa regulada (8,6 millones) y que podría bajar en la próxima
revisión de tarifas a los consumidores que tienen tarifa “libre” (21,4 millones
de clientes).
Para ver lo que ha pasado realmente con el precio de la luz en mayo
hay que analizar dos factores. Uno, que Red Eléctrica (que
gestiona la red) ha querido “curarse en salud” y ha tomado medidas
especiales para evitar otro apagón: ha
aumentado las centrales de gas disponibles, ("de guardia") , para “evitar sustos”, aunque
su electricidad no se vuelque al sistema porque hay muchas renovables. Y eso ha
disparado unos costes que hasta ahora pesaban poco en mercado mayorista, los “servicios
de ajuste”: han alcanzado en
mayo un promedio de 37,2 euros por megavatio hora (MWh), más del doble que
los 17 euros por MWh de abril y casi el doble de los 19,7 euros por MWh de mayo
de 2024, según los registros de Red Eléctrica. Este “sobre coste”, por
tener a mano centrales de gas, supondrá unos 5,5 euros de subida
en el coste mayorista de la electricidad en mayo para los 8,6 millones de consumidores
que pagan la tarifa regulada. Y esa subida se trasladará a
los consumidores del mercado libre (21,4 millones), sobre todo a la industria. De hecho, algunas comercializadoras se plantean cobrar un extra a sus clientes para compensar esta subida coyuntural de los "servicios de ajuste".
Pero en paralelo a este “sobrecoste”, en mayo ha bajado
el resto del precio mayorista de la electricidad, porque la mayoría de la
luz se ha generado con renovables (otro mes más), más baratas: en mayo, el 61,8% de la electricidad generada fue renovable,
casi como en abril (64,36%), gracias al enorme peso de la solar (25,7%), la hidráulica (17,4%), la eólica (16,9%) y otras renovables (1,8%). Eso lleva a que el precio mayorista de la
electricidad (en origen) haya sido de 16,91 euros/MWh en mayo, el 2º precio más bajo de la historia reciente (tras los 13,67 euros/MWh de abril de 2024), casi la mitad
del precio mayorista de abril de 2025 (26,81 euros/MWh) y que en mayo de 2024 (30,4
euros/MWh). Y llevamos ya 70 días consecutivos donde los precios de la luz han sido "cero" o "negativos" en las horas centrales del día (por la energía solar). Además, en mayo volvimos a tener el precio mayorista más barato de Europa: 16,91 euros/MWh frente a 95 euros en Italia, 85 en Reino Unido, 66 en Alemania y 20 en Francia.
Con todo, la preocupación ahora no son los
precios de la luz (moderados) sino asegurar el suministro y que no haya
más apagones. Algunos expertos interesados y el
PP (y Vox) proponen ampliar la vida de las centrales nucleares,
como “garantía de suministro”. Pero es una
posición más ideológica (poner en duda las renovables) que económica. Por
un lado, las eléctricas ya pactaron en 2019 con el Gobierno el cierre de las
5 centrales nucleares, entre 2027 (la 1ª, Almaraz en otoño de 2027) y
2035. Ahora, las mismas eléctricas proponen ampliar la vida útil de estas
centrales, pero piden a cambio “que
se reduzca su fiscalidad”. A lo claro: piden que se les reduzca el
coste de los residuos (muy elevado), a costa de subir el precio de esta
luz nuclear a los consumidores, algo a lo que se niega el Gobierno. Y además de
costosos, los residuos nucleares son peligrosos durante siglos.
La clave es seguir con las energías renovables,
porque España tiene un potencial de sol y viento (y agua) que nos han
convertido en líderes
en Europa, permitiendo tener la electricidad más barata del
continente, lo que facilita la instalación de empresas (Centros
de datos, por ejemplo) y la electrificación de la industria
(sustituyendo el petróleo y el gas), a precios muy competitivos. Un salto en
las renovables que ha sido impresionante: generaban un tercio de la
electricidad en 2009 (32,65%), pasaron a aportar casi la mitad en
2019 (49,3%), ya suponen dos tercios de la electricidad generada (64,3% en abril). Y el objetivo del
Gobierno, en su Plan energético (PNIEC), es que generen el 81% de la electricidad en 2030.
Hay que seguir apostando por las renovables, como hace toda
Europa, pero con seguridad, porque los expertos coinciden en señalar que
una
red con muchas renovables es más difícil de gestionar que una red con
energías tradicionales. Pero se puede hacer,
gracias a la tecnología. Por un lado, hay que invertir en centrales de
bombeo en las centrales hidroeléctricas: en caso de necesidad sueltan agua
de arriba abajo y generan rápidamente electricidad. Y en el caso de las centrales
solares fotovoltaicas y las eólicas, hay dos tecnologías que las hacen “más
seguras”. Una, la instalación de inversores
(convierten la corriente continua en corriente alterna, permitiendo su vertido
a la red). Y la otra, la instalación de baterías,
que permitan almacenar la energía renovable que no se consume.
Los expertos
denuncian que las propuestas normativas que se han presentado desde REE para
hacer obligatorios estos inversores en las plantas fotovoltaicas y
eólicas “duermen en un cajón del Ministerio y de la CNMC”. Y también se ha
pospuesto la regulación de los almacenamientos de baterías, donde
España está muy retrasada: al cierre de 2024 sólo había 3,3 GWh de
almacenamiento (el 4% de toda Europa) y el objetivo es subir esa capacidad a
22,5GWh en 2030, para lo que vamos muy retrasados (el sector se queja de que las autorizaciones para el almacenamiento se retrasan entre un año y medio y dos). Antes del apagón, el
Ministerio había puesto en marcha un Plan de ayudas, con 700 millones de
Fondos europeos, para cofinanciar proyectos de almacenamiento a gran escala de
renovables. Pero sigue pendiente de aplicación la orden ministerial sobre
capacidad aprobada en diciembre de 2024.
Hace meses que muchos expertos piden al Gobierno y a Red
Eléctrica que aumente las inversiones en la Red, para evitar
problemas. Pero hasta ahora, ha
sido muy “conservador”, aprobado una inversión en redes para 2021-2026 de
sólo 5.684 millones, menos de lo que querían las eléctricas: el
Gobierno no quiso invertir más en redes porque eso suponía cargar más el
recibo a los consumidores. Ahora, tras el apagón, parece claro que hará falta un
Plan inversor para fortalecer las redes eléctricas (ojo: 700.000
kilómetros), para hacerlas más seguras (aunque el riesgo cero no
existe).
Los apagones nunca se pueden evitar al 100%, pero parece
claro que su riesgo es mucho menor si España invierte en fortalecer la red
eléctrica y prepararla para tener un 81% de electricidad renovable .Eso pasa por un
cambio en los Protocolos de actuación de Red Eléctrica (REE), porque
los actuales son de 1996. Los
expertos creen que habría que cambiar al menos un tercio de las más
de 60 normas técnicas con que opera REE, sobre todo las normas
relacionadas con niveles de tensión y frecuencia, protecciones, automatismos,
restricciones, planes de seguridad, coordinación de operadores y conexiones
internacionales. Pero dos
son los cambios más urgentes. Uno, exigir a las energías
fotovoltaicas y eólicas que ofrezcan las mismas garantías de firmeza y
control de tensión que el resto de energías : la tecnología existe aunque es cara,
por lo que hay que “obligar/incentivar” a las empresas a utilizarla. Y la
otra, la revisión a fondo de los cortafuegos de emergencia, porque los
“deslastres” utilizados fueron insuficientes.
Además, el apagón debería obligar a una mayor
transparencia en el sector eléctrico, un negocio en régimen de monopolio
(Endesa, Iberdrola y Naturgy suministran el 80% de la energía), donde hay más
de 500 empresas operando (distribuidoras y comercializadoras), más una red
con miles de kilómetros, estaciones y subestaciones, donde operan las
propias eléctricas y coordina Red Eléctrica (Redeia), una empresa con un
20% de capital público y el 80% restante en manos privadas (sobre todo Fondos
de inversión). Ahora, con el apagón, se
ha visto que ni
el Gobierno ni REE controlan lo que pasa en este mercado y en toda la red.
Y que el Gobierno ha remoloneado para invertir más porque eso obligaba a
subirnos más la parte regulada del recibo. Si hay que invertir más para
hacer una red más segura y prevenir apagones, habrá que hacerlo. Y eso pasa por
forzar a las eléctricas (que
ganaron 11.249 millones en 2024) a que financien la mayor parte, no nosotros
como clientes. Luz y taquígrafos.
Ha pasado algo más de un mes desde el histórico apagón del 28 de abril, a las 12 horas, 33 minutos y 21 segundos, que dejó a toda España a oscuras durante más de 10 horas. Y, a pesar de las múltiples investigaciones en marcha, hay pocas certezas y muchas dudas. La certeza es que el apagón se originó por tres pérdidas sucesivas de generación eléctrica en Granada (primero en la subestación de Huéneja, cerca de Guadix, de Endesa), Badajoz y Sevilla. Pero a partir de ahí surgen las preguntas. ¿Porqué no funcionaros los cortafuegos, para aislar estas pérdidas de tensión, aunque se intentó hacerlo en 6 ocasiones? ¿Cómo pudo provocarse el apagón un día de baja demanda, donde sobraba energía? (minutos antes del apagón, España estaba exportando electricidad a Portugal y Francia) ¿Tuvo algo que ver el apagón con oscilaciones anteriores detectadas en la red europea? ¿Qué falló en los protocolos y automatismos que tiene Red Eléctrica (REE) y que ha ensayado antes cientos de veces?
Eso significa que, con la electricidad a mitad de precio, en
mayo debería haber bajado el recibo medio para los consumidores de tarifa
regulada. Pero al haber subido los “servicios de ajuste” (la tarifa por
tener “a mano” más centrales de gas) y los precios "futuros" (que pesan ahora un 40% en la factura), el recibo final ha subido un poco en mayo: si en
abril pagaron 49,62 euros en un recibo medio, en mayo pagarán 52,97 euros (+3,35 euros) , según el simulador de la CNMC. A partir de ahora, se espera que el clima mantenga un
alto porcentaje de generación renovable y que el precio mayorista se
mantenga estable en junio y subiendo algo en julio y agosto (por el mayor consumo, que obligará a reforzar las centrales de gas), para subir en otoño e invierno, como anticipa el
mercado de futuros : 41 euros en junio y 70 euros en el tercer trimestre, según OMIE, para cerrar a 61,05 euros en 2026 y
58,25 en 2027). Y lo mismo el recibo, que podría rozar los 63 euros de
media este año (61,90
euros en 2024, según la OCU).
Otro elemento clave para asegurar el suministro eléctrico y
reforzar las redes es mejorar
la interconexión eléctrica con Europa, dado que la Península es “una
isla eléctrica”: la interconexión con Europa no llega al 3% de la
electricidad (2.800 MW), cuando la Comisión Europea estableció en 2014 que
debía ser del 10% en 2020 y del 15% en 2030. El problema está en las
reticencias de Francia a que España exporte electricidad barata a
Europa y en el
alto coste económico (y ecológico) de las conexiones proyectadas.
Actualmente hay 2 conexiones terrestres con Francia (a través de Euskadi
y Cataluña) y está prevista otra conexión a través del Golfo de Vizcaya para
2028 (3.100 millones de inversión) y dos conexiones terrestres más, una por
Navarra para 2035 (2.609 millones) y otra por Aragón, para 2041 (con
un coste de 2.372 millones). La semana pasada, el propio Sánchez
pidió a la presidenta Von der Leyen que intervenga para acelerar estas
interconexiones.
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