jueves, 6 de junio de 2024

1ª bajada (mínima) de los tipos de interés


El BCE ha bajado hoy jueves el precio oficial del dinero, un -0,25%, tras subirlo 10 veces (del 0 al 4,5%) en 14 meses (julio 2022-septiembre 2023), para recortar la inflación, que bajó por otras medidas (cambios mercado energético y ayudas públicas). El BCE lleva 9 meses retrasando esta bajada, por temor al repunte de la inflación, a pesar del daño que este “ricino” monetario ha hecho a la economía europea (estancada y Alemania en recesión), a familias y empresas: los hogares y compañías españolas han pagado 48.000 millones más en intereses, permitiendo a los bancos beneficios récord. Ahora, el BCE no tiene prisa en aprobar nuevas bajadas, quizás en septiembre (otro -0,25%), si los baja EEUU. Y podría no hacer más rebajas este año, para bajar otro -1% en 2025 (hasta el 3%). Pero el BCE y la Reserva Federal USA) no piensan volver a tipos al  0% (como tuvimos de 2016 a 2022), aunque Europa necesita invertir mucho. La ortodoxia del BCE y la derecha económica defiende tipos altos, caiga quien caiga
 
                     Enrique Ortega

Hoy se ha iniciado una nueva era en la política monetaria internacional, con la primera rebaja de tipos en los últimos 8 años, aprobada por el Banco Central Europeo (BCE), que ha reducido el precio oficial del dinero un -0,25%, dejándolo en el 4,25%, el precio que tenía en agosto de 2023. Una rebaja que ha retrasado 9 meses, tras aprobar en septiembre de 2023 la última subida de tipos (+0,25%), la 10ª subida aprobada en sólo 14 meses (desde julio de 2022 a septiembre de 2023), que elevó el precio del dinero del 0% (en que estaba desde 2016) al 4,50%, el tipo más alto en Europa desde 2008.

Esta subida del BCE, en 2022 y 2023, siguió la estela de otros bancos centrales, que utilizaron la política monetaria (encarecer el dinero) como la herramienta básica para atajar la inflación, desatada tras la pandemia, la invasión de Ucrania y los precios disparados de la energía y las materias primas. El primero en romper la tendencia de tipos al 0% fue el Banco de Inglaterra, que aprobó una primera subida el 16 de diciembre de 2021 (antes de la invasión de Ucrania) y realizó 14 subidas de tipos hasta la última de agosto de 2023 (del 0 al 5,25% actual). Le siguió la Reserva Federal USA, que aprobó su 1ª subida en marzo de 2022 y ha hecho en total 11 subidas, la última en julio de 2023 (del 0 al 5,25% actual). Y quien más retrasó la 1ª subida fue el BCE, hasta el 27 de julio de 2022, realizando 10 subidas en total, la última el 14 de septiembre de 2023 (del 0 al 4,50% de subida en sólo 14 meses).

Los expertos esperaban que la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el BCE iniciaran antes el camino de las bajadas, a finales de 2023 y esta primavera. Pero EEUU no se atrevió a aprobar bajadas, tampoco en mayo pasado, a la vista del último repunte de la inflación (3,4% anual en abril) y de que la economía y el empleo crecen con fuerza. El Banco de Inglaterra ha seguido su senda, de mantener los tipos desde el verano pasado. Y el BCE no se atrevió tampoco a bajarlos en las reuniones de octubre y diciembre de 2023 ni en las de enero, marzo y abril de 2024, a pesar de que muchos expertos y paises pedían “bajar la guardia” y los tipos, para reanimar la economía europea. Pero el BCE ha desaprovechado 5 reuniones para bajar los tipos, porque piensa que la inflación no está controlada, y ha apostado en la reunión de hoy (6 de junio) por una mínima bajada (-0,25%).

Con ello, el BCE mantiene un precio oficial del dinero altísimo (4,25%, el más alto desde 2008) y lo justifica por dos razones. Una, que la inflación no está controlada (2,6% de inflación anual en mayo en la UE-27, por encima de su objetivo del 2%) e incluso ha subido el último mes (+0,2% en la UE y +,04% en Alemania o España). Y temen que todavía suba más en el verano (algo habitual), por los alimentos y la energía. El otro motivo de preocupación del BCE son los salarios, que suben en Europa más que el año pasado (+4,7% en el primer trimestre en la zona euro y +6,2% en Alemania), algo lógico tras dos años de pérdida de poder adquisitivo y de subida disparada de los beneficios empresariales. Pero temen que los mayores salarios se trasladen a precios, olvidando que el mismo BCE indicó que el principal responsable de la subida de precios (dos tercios) fueron los altos márgenes empresariales.

Ahora, el BCE espera a ver qué hacen la inflación y los salarios en los próximos meses para decidir cuando vuelve a bajar los tipos. Otro elemento clave es lo que haga la Reserva Federal USA, que se reúne del 11 al 13 de junio, aunque no se espera que siga al BCE y baje los tipos. La primera bajada en EEUU podría aprobarse en la reunión del 30 y 31 de julio o si no, en la reunión del 17 y 18 de septiembre, la última antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Para el BCE es importante ver lo que hace la Reserva Federal USA por dos razones. Una, porque si el BCE baja tipos y no lo hace EEUU (que mantiene un 5,25% de interés frente al 4,25% en la zona euro), los ahorradores se sentirán aún más atraídos a invertir en Norteamérica, que crece más y tiene más competitividad industrial y tecnológica. Y la otra, que la diferencia de tipos entre USA y Europa puede depreciar al euro (ahora cotiza a 1,0873 dólares, frente a 1,111 a finales de 2023) y eso encarecería las importaciones europeas y nos provocaría “inflación importada”.

Así que el BCE se piensa cuando volver a bajar los tipos. No se espera que lo haga en la próxima reunión, el 18 de julio, aunque hay mayoría de expertos que apuestan porque los baje en la reunión siguiente, el 12 de septiembre (sobre todo si los baja la Fed USA el 31 de julio). No esperan que los baje después, en la reunión del 17 de octubre (en Eslovenia) y dudan si los bajará (por 3ª vez este año) en la reunión del 12 de diciembre. Todo dependerá de lo que haga la inflación, los salarios y la Fed USA, pero la mayoría de expertos creen que el BCE va a ser muy conservador y sólo bajará los tipos 2 veces, hasta el 4% a finales de 2024. Y luego, en 2025, esperan que los baje sólo un -1%, hasta dejarlos en el 3%. 

Todo dependerá también del resultado de las elecciones europeas, porque dentro del BCE hay dos tendencias: los “halcones”, que defienden una mayor “ortodoxia” (hasta que la inflación no se afiance en el 2% objetivo, no hay que bajar mucho los tipos), apoyados por Alemania, Paises Bajos, Austria y los paises bálticos, y las “palomas”, los consejeros del BCE que defienden unos tipos más bajos, para reanimar la deprimida economía europea, apoyados por Francia, Italia y España. Si la derecha conservadora (y la ultraderecha) ganan peso en el Europarlamento y en la futura Comisión Europea, eso jugará a favor de la “ortodoxia” monetaria en el BCE, retrasando y suavizando la bajada de tipos.

La realidad es que esta “ortodoxia” monetaria se ha revelado “inútil” y “dañina para Europa, por lo que urge cambiarla. “Inútil” porque la drástica subida de tipos (la más rápida en la historia del BCE) apenas ha contribuido a rebajar la inflación en Europa, que se ha recortado por otros motivos. Y eso porque no hemos sufrido una “inflación de demanda (la economía crece mucho, está “recalentada” y por eso se disparan los precios, que pueden frenar una subida de tipos), sino una “inflación de oferta”, de costes, motivada por la subida disparada de la energía y los alimentos, ya antes de la invasión de Ucrania y agravada después. Así que por mucho que subieran los tipos, eso no iba a bajar los precios del petróleo, el gas, la electricidad o los alimentos. Por eso, la inflación subió del 8,6% en junio de 2021 al 11,1% en noviembre y en agosto de 2023 todavía estaban en el 5,3%, a pesar de las 9 primeras subidas de tipos del BCE. Y la inflación europea bajó del 3% en octubre pasado, no por las subidas de tipos sino por las medidas tomadas para reducir el consumo de gas ruso, los cambios en el mercado eléctrico y las ayudas públicas contra la inflación.

Pero lo más grave es que estos tipos disparados han sido “dañinos” para la economía europea, sus empresas y familias. El balance económico es evidente: la zona euro acabó el año 2023 en recesión (el PIB de los 19 paises euro cayó un -0.1% en el 3º y 4º trimestre), la UE27 estancada (+0% creció el PIB entre junio y diciembre) y Alemania, “el motor” del continente cayó un -0,3% en todo 2023, mientras Francia creció sólo un +0,7% e Italia un +0,9% (sólo España creación un 2,5%), según Eurostat. Y este año 2024, en el primer trimestre, la economía europea sigue estancada, crece sólo un +0,3%, con un mínimo crecimiento de Alemania y Francia (+0,2%) e Italia (+0,3%), algo más España (+0.7%).

Europa está estancada y las 10 subidas de tipos han sido “la puntilla”, al recortar drásticamente el consumo y la inversión, mucho más que los precios. El coste de las subidas de tipos para España es impresionante, según los datos del Banco de España: las familias y las empresas han pagado 47.971 millones de euros más en intereses por hipotecas y créditos entre 2022 y 2023 (+14.035 millones los hogares y +33.936 millones las empresas), multiplicando por 2,6 los intereses pagados entre 2023 y 2021. Esta enorme factura de intereses extras explica que la banca española haya tenido unos beneficios récord en 2023: 26.088 millones ganados entre los 5 grandes (Santander, BBVA, Caixa, Sabadell y Bankinter), un 26% más que en 2022.Y este año 2024, gracias a que el BCE no ha bajado antes los tipos, la gran banca ganó 6.676 millones en el primer trimestre (+17,2%). Y eso gracias a que cobran más por hipotecas y créditos, pero apenas pagan más por los depósitos: la banca española es la 5ª que menos paga por los depósitos a plazo, una media del 2,49% (marzo 2024), frente al 3,16% de media en la zona euro, 3,75% en Italia, 3,59% en Francia o 3,22% que pagan en Alemania, según el BCE. Y por el ahorro a la vista, el 0,19%.

El daño de los tipos altos a la economía se concreta en el daño a las familias, las empresas y los Gobiernos (por el mayor coste de la deuda pública). Respecto a los hogares, la mayor factura son la subida de las hipotecas, que están pagando 4 millones de familias y que han subido con el Euribor: de ser negativo hasta marzo de 2022 (-0,237%), ha subido después mes a mes, hasta un máximo del +4,160% en octubre de 2023, encareciendo la revisión de hipotecas (anual o semestral). Y aunque el Euribor baja en los últimos meses, cerrando a 3,680% en mayo, las últimas revisiones de hipotecas apenas reducen la factura (16 euros al mes las que se revisen en junio). Y todavía las hipotecas son muy caras: 833 euros al mes ahora (150.000 euros a 25 años, con Euribor+1%), frente a 585 euros que costaban hace dos años. Y si pedimos un crédito personal, nos cobran el 7,78% (marzo 2024), similar al de hace un año (7,95%) y mucho más caro que en 2021 (6,10%), según el Banco de España.

Las empresas también han visto encarecer sus créditos, además de ser más difíciles. Los créditos hasta 250.000 euros han pasado del 1,69% en 2021 al 4,30% en marzo de 2023 y al 5,13% en marzo de 2024, según el Banco de España. Los créditos de 250.000 a 1 millón de euros han pasado de 1,29% al 4,15% y el 4,86%. Y los créditos superiores al millón de euros pasaron de costar 1,04% a 3,94% y 4,72% en marzo 2024. También los Gobiernos europeos tienen que pagar más por colocar su deuda pública. En el caso de España, el bono a 10 años ha saltado de pagar 0,41% en noviembre 2021 a 2,46% en noviembre 2022, 3,94% en septiembre 2023 (el máximo) y 3,29% en junio 2024. Más gasto público en intereses que no se puede gastar en sanidad, educación, Dependencia, pensiones y ayudas sociales.

Como se ve, el coste económico y social de la “ortodoxia monetaria” del BCE ha sido y es elevado, aunque no parecen tener prisa en “bajar la guardia”, al menos hasta que la inflación baje al 2% objetivo (tras el verano de 2025). Por eso, parece evidente que Europa (y el mundo) no volveremos por un tiempo a los tipos al 0% , que tuvimos en Europa y en EEUU durante 6 años (entre marzo de 2016 y marzo o julio de 2022). La idea del BCE es bajar este año un -0,5% y otro -1% en 2025, manteniendo después los tipos en el 3% “el tiempo que haga falta”. Y algo parecido en EEUU y Reino Unido. Eso suponiendo que la derecha más conservadora (y más “ortodoxa” monetariamente) no avance en Europa e imponga tipos de interés altos, combinados con más austeridad presupuestaria.

Frente a esta “ortodoxia monetaria”, algunos expertos defienden un cambio de política del BCE, que pasaría por subir ligeramente el objetivo de inflación, del 2 al 3%, para reanimar a la economía europea , que está estancada frente a la economía USA (su PIB creció un 2,5% en 2023, frente al 0,4% que creció la zona euro y la UE-27). Eso permitiría rebajar algo más los tipos, al entorno del 1-2%, y facilitar las inversiones que tanta falta hacen en Europa: en energías renovables y descarbonización, digitalización, tecnología, Defensa y Seguridad, reindustrialización y mejora de la competitividad. Para todo eso hace falta un proyecto europeo, que se juega en las elecciones de este domingo, pero también otra política monetaria, un BCE, que ayude a la economía, empresas y familias, no que las hunda con una “ortodoxia trasnochada”, que prioriza la inflación y no el crecimiento y el empleo. Un debate que nadie abre y que resulta clave para nuestro futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario