lunes, 27 de octubre de 2025

EPA verano: crecen empleo (menos) y paro

España siguió creando empleo este verano (+118.400 ocupados), aunque algo menos que los veranos anteriores, según la última EPA. Pero como siguen aumentando los nuevos “activos” que buscan trabajo (jóvenes, mujeres e inmigrantes), el paro también crece (+60.100 parados), sobre todo en los servicios y el campo. Siguen creciendo los empleos fijos (los tienen el 84,42% de asalariados), pero también crecen los contratos a tiempo parcial (por horas o días), sobre todo entre mujeres y jóvenes, que por eso cobran menos. Seguimos con un empleo récord histórico (22.387.100 personas trabajan), pero todavía tenemos el doble de paro que Europa y menos adultos trabajando. Y la economía frenará su crecimiento y empleo en 2026, por el pinchazo en las exportaciones (ya se nota) y el turismo, más la desaceleración mundial y europea. Por eso urge aprobar Planes de empleo para jóvenes y mujeres y reformar de una vez las oficinas de empleo, que no ayudan a los parados. Ahora que crecemos es cuando hay que tomar medidas para asegurar los empleos en el futuro.

                             Enrique Ortega

El verano suele ser una buena época para el empleo, por la temporada turística y los contratos en la enseñanza, aunque es peor que la primavera. Este año también: se han creado +118.400 empleos entre junio y septiembre de 2025, según la EPA del viernes, menos que el verano anterior (+138.300 empleos) y el menor aumento en este trimestre desde 2019 (+69.400). Con ello, se han creado +564.100 empleos en los últimos 12 meses y +2.420.200 empleos desde antes de la pandemia (diciembre 2029). Y en España hay ahora 22.387.160  personas trabajando, otro récord histórico (hubo un máximo de 20.646.000 ocupados en junio 2008).

En el tercer trimestre, el aumento del empleo ha sido gracias a la industria (+64.100 empleos creados), seguida de lejos por los servicios (+39.100 empleos) y la construcción (+32.600), cayendo el empleo en la agricultura (-17.400). El empleo se ha creado básicamente en el sector privado (+107.600 empleos) y poco (+10.800 empleos) en el sector público, por el fin de contratos en enseñanza y sanidad, según la EPA de septiembre. La creación de empleo ha sido sobre todo entre los hombres (+107.100 empleos) y mucho menos entre las mujeres (+11.300). Y el nuevo empleo se ha concentrado entre los menores de 30 años (+137.500) y los mayores de 45(+33.900), cayendo entre los 30 y los 44 años (-53.100 empleos). Esta vez, la mayoría del empleo creado ha sido para residentes con doble nacionalidad (+69.600 empleos) y extranjeros (+37.900 empleos), creciendo poco el empleo de los españoles (+10.800). Por autonomías, donde más creció porcentualmente el empleo fue en Baleares (+26.200), creciendo mucho en Andalucía (+65.500), Comunidad Valenciana (+37.500) y Castilla la Mancha (+19.900). Y el empleo cayó este verano en 5 autonomías: Madrid (-60,700), Canarias /-14.100), Asturias (-8.100), Navarra (-4.200) y Ceuta (-2.300).

Esta nueva mejora del empleo en el tercer trimestre (+118.400) no se traducido en una mejora del paro, que subió este verano (+69.100), según la última EPA, cuando había bajado el verano de 2024 (-1.200 parados), aunque subió los veranos de 2023 (+86.300 parados) y 2022 (+31.100).   Ello se debe a que este verano han aumentado mucho los españoles “activos”, los que buscan trabajo: han crecido en +118.400, casi como el verano anterior (+137.100), lo que ha provocado un aumento de las cifras del paro. Con ello, España alcanza otro récord histórico, el de personas activas (que trabajan o buscan trabajo): 25.000.300 personas “activas”. Un indicador del fuerte dinamismo del mercado laboral, empujado por los inmigrantes: hay 2 millones de “activos” más que antes de la pandemia (había 23,08 millones en el verano de 2019). Y la tendencia se repetirá los próximos meses: se podrá crear empleo, pero aumentarán más los que buscan trabajo y puede crecer el paro.

El  paro subió en el tercer trimestre (+ 60.100 parados), por culpa de los servicios (+75.900 parados) , que despidieron al final del verano (turismo, hostelería, comercio) a muchos de los contratados en primavera y verano, la agricultura  (+10.800 parados) y los que habían perdido su primer empleo (48.900 parados más), aunque bajó el paro este verano en la  industria (-16.600) y en la construcción (-10.300 parados). El desempleo creció sólo entre las mujeres (+82.700paradas)  y bajó entre los hombres (-22.600). Y también creció entre los más jóvenes (+53.600 parados menores de 25 años), bajando entre 25 y 54 años (-4.700 parados) y entre mayores de 55 años (-1.900 parados). Por autonomías, el paro subió sobre todo en Andalucía (+32.400 parados), Canarias (+15.100), Murcia (+12.500) y Comunidad Valenciana (+11.400), bajando en 8 regiones , sobre todo en Baleares (-10.500 parados), Extremadura (-10.300), Castilla la Mancha (-5.400) y Galicia (-3.500).

La cifra total de parados EPA sube y queda en 2.613.200 parados estimados a finales de septiembre 2025, el menor dato del paro en verano desde 2008 (2.600.700 parados). Y la tasa de paro sube al 10,45% (10,29% en primavera), según la EPA, mucho más baja que antes de la pandemia (13,78% en 2019) y la menor tasa de paro desde el verano de 2008 (11,23%). Eso sí, todavía duplicamos la tasa de paro europea (5,9% en la UE-27) y cuadruplicamos la alemana (3,5% de paro), según Eurostat.  Y sube también la tasa de paro de los  jóvenes (menores 25 años), al 25,42% (la más baja desde 2008), que casi duplica la europea (14,6% en la UE-27).

Algunos datos preocupantes del paro mejoran, como los hogares con todos sus miembros en paro: son ahora 790.800 hogares (-63.700 menos que hace un año). Otros empeoran, como el paro en la mayoría de las 6 regiones con mayor tasa de desempleo, que sigue alto y muy superior a la media (10,45%): Ceuta (25,47% de paro), Melilla (23,76%),  Andalucía (15,27%), Canarias (14,59%), Extremadura (13,56%) y Comunidad Valenciana (11,73%). Contrastan con 6 autonomías que tienen una tasa de paro casi europea , aunque haya subido en la mitad: Baleares (5,77% de paro), País Vasco (6,98%), Navarra (7,28%), Cantabria (7,62%), Madrid (7,98%) y Cataluña (8,18%). Y otro dato preocupante que mejora: bajan los parados de larga duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: eran 898.500 parados este verano, el 34,38% del total (100.000 menos que en primavera).

Esto mejora la situación de muchos parados de larga duración reduce el número de los que se les acaba el desempleo y no cobran ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En agosto de 2025, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.875.821 desempleados: la mitad cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado) de 984 euros de media y el resto (48,64%) cobraban un subsidio asistencial de 480 euros. Eso significa que casi tres de cada cuatro parados (el 71,78%) estimados por la última EPA (2.613.200) cobran alguna ayuda por desempleo. Y si contamos los que están registrados como parados en las oficinas de empleo SEPE (2.421.665), cobran ayudas el 77,45%.

La mejor noticia es que el empleo que se está creando en 2024 sigue siendo menos precario, de más calidad, gracias a la reforma laboral aprobada a finales de 2021, aunque “pierde impulso”: un 41,40% de todos los contratos firmados entre enero y septiembre (11.608.100) han sido indefinidos (4.806.500 contratos), aunque este porcentaje es inferior al de los 9 primeros meses de 2024 (42,39%) y de 2023 (42,8%). Pero supone un salto tremendo sobre los indefinidos antes de la reforma laboral: en 2021, sólo el 10,9%  de los contratos eran indefinidos. Y entre 2014 y 2020, sólo eran indefinidos entre el 6 y el 8%. Además, en lo que va de año, más de la mitad de los nuevos contratos (56,45%) son a tiempo completo, más de la cuarta parte (29,71%) a tiempo parcial y el resto, fijos discontinuos (1.604.500), que son los contratos fijos por periodos determinados de trabajo que se hacen a muchos que antes eran temporales en el turismo, hostelería y construcción.

El resultado evidente de la reforma laboral es que aumentan mes a mes los asalariados con contrato indefinido, que este verano ya eran el 84,42% de los asalariados (16,13 millones de trabajadores fijos), frente al 74% de los asalariados fijos hace cuatro años (septiembre 2021), el 79,81% hace dos años y el 83,59% que eran el verano pasado. Pero todavía tenemos un 16,41% todavía de asalariados con contrato temporal, el mayor porcentaje en Europa (la media de temporalidad en la UE-27 es del 14,1%). El problema son los contratos a tiempo parcial, que aunque se reducen este verano (-196.100) han crecido en el último año (+181.800) y rozan los 3 millones (2.975.700): ojo, algo más de 2 millones son mujeres, que trabajan menos de la jornada habitual, muchas porque no encuentran otro empleo.

Ahora, a finales de 2025, Gobierno y expertos creen que España seguirá creando empleo, más que el resto de Europa pero menos que en 2023 y 2024, porque creceremos algo menos (+2,6%, frente al +3,2% en 2024). La previsión enviada por el Gobierno a Bruselas, en octubre de 2024, apostaba por crear 1,6 millones de empleos entre 2024 (+556.132 empleos, aunque realmente se han creado +468.100), 2025  (548.645 empleos) y 2026 (494.878 empleos), con el objetivo de que España roce los 23 millones de ocupados (22.989.350 en 2026) y baje su tasa de paro del 10% en 2026 (ahora parece más factible).

Los datos indican que estamos en el buen camino para lograr ambos objetivos. Pero el Gobierno Sánchez no puede “lanzar las campanas al vuelo” con el empleo y el paro, por dos razones. Una, porque el paro crece y puede seguir creciendo (aunque se cree empleo, por el aumento de los que buscan trabajo) y seguimos siendo el país de Europa y la OCDE (36 paises) con la mayor tasa de paro: 10,45 % en España frente al 5,9% en la UE-27 y el 4,9% en la OCDE. Y la otra, porque la tasa de empleo en España es mucho más baja que en Europa: a finales de 2024 trabajaban el 71,4% de los que tienen entre 20 y 64 años, frente al 75,8% que trabajaban en Europa, el 75,1% en Francia o el 81,3% en Alemania, según Eurostat. A lo claro :que España tiene 1,08 millones de personas menos trabajando que las que deberíamos tener si fuéramos como la media europea. Y que trabajan 2,4 millones de españoles menos de los que deberían  trabajar si tuviéramos la tasa de empleo de Alemania.

Ese es nuestro gran reto: reformar la economía para que ofrezca empleo a más gente (entre 1 y 2 millones más) y eso permita reducir la tasa de paro “a niveles europeos”. Y eso implica tomar 2 medidas a corto plazo, que exigen (¡ cómo no¡ ) un pacto político económico y social. Una, aprobar un Plan de choque para mejorar el empleo de los jóvenes y las mujeres, porque tienen “demasiados” contratos a tiempo parcial (de media jornada o por horas y días), más precarios y peor pagados. De hecho, aunque el 70,2% de los jóvenes (menores de 25 años) tienen ahora un contrato fijo, el 56% de ellos tienen un contrato indefinido a media jornada o como fijos discontinuos (trabajan sólo un periodo al año). Y lo mismo les pasa a las mujeres: el 46% trabajan menos horas porque no encuentran un trabajo a jornada completa.

Y la otra medida urgente, reformar de verdad las oficinas de empleo, porque están colapsadas (se tarda días en conseguir que te den por teléfono una cita previa para solicitar el subsidio) y además no ayudan a los parados a recolocarse. Se han cumplido 2 años y medio de la Ley de Empleo (entró en vigor el 2 de marzo de 2023) y no ha funcionado: ni se ha hecho un perfil de los parados ni se les ayuda individualmente a colocarse. De hecho, las oficinas de empleo sólo colocan al 1,9% de los parados y apenas un 10% de los desempleados hacen cursos de formación (largos y poco útiles). Y en la web del SEPE sólo hay registradas 88.110 empresas y 31.184 ofertas de empleo. Urge reforzar la plantilla del SEPE (tiene 2.000 trabajadores menos de los que necesita), mejorar su sistema informático (pésimo) y cambiar la operativa de las oficinas (gestionadas desigualmente según autonomías), para dedicarse menos a tareas burocráticas y más a recolocar parados.

En definitiva, todos debemos alegrarnos porque haya más de 22 millones de personas trabajando en España (10,3 millones más que hace 60 años), pero todavía tenemos demasiado paro y trabaja menos gente que en Europa (de los que están en edad de trabajar) y muchos empleos son todavía precarios, demasiados a tiempo parcial (sobre todo para jóvenes y mujeres) y con bajos salarios. Y, sobre todo, muchos empleos se concentran en los servicios, con altibajos en las contrataciones, y todavía pocos en la industria, las empresas tecnológicas y exportadoras, que ofrecen empleos más estables y mejor pagados. Además, no podemos olvidar que hay mucha incertidumbre en la economía mundial (por los aranceles de Trump) y en Europa (estancada) y esto acabará perjudicando al empleo. Así que habrá que estar vigilantes y dispuestos a tomar medidas para salvar esos 22 millones largos de empleos y conseguir que sigan creciendo. Debería ser nuestro gran reto como país.

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