jueves, 30 de mayo de 2013

Urge pinchar la "burbuja" del fútbol español


Este sábado acaba la Liga 2013, con el fútbol español en bancarrota: deuda millonaria, pagos pendientes a Hacienda y sólo 6 Clubs de los 42 de Primera y Segunda A saneados, tras haber pasado 28 Clubs por concurso de acreedores. Urge pinchar la burbuja del fútbol español, inflada con fichajes millonarios, sueldos y comisiones sospechosas, gastos desmesurados y ayudas públicas que ahora investiga la Comisión Europea. Los propios Clubs han puesto en marcha un plan de ajuste, para bajar sueldos, vender jugadores y activos, recortar gastos y buscar nuevos ingresos, pactando un nuevo reparto de los ingresos televisivos. Falta ver si el ajuste va ahora en serio, aunque cueste otra huelga. Porque si no, nos tocará pagarlo a todos, como en los años 90. Y eso, cuando el Gobierno ha recortado un 58% las subvenciones al deporte de base, a las Federaciones. Deporte sí, fútbol millonario a costa de ayudas públicas no.
enrique ortega

España es una potencia mundial en fútbol, con los dos Clubs que más facturan y una Liga que es la tercera del mundo, tras la inglesa y la alemana. Pero el fútbol español “está enfermo”, según el propio presidente de los Clubs (LFP) : lleva cinco temporadas con pérdidas (-385 millones por año), su deuda supera los 4.000 millones de euros (3.600 sólo los equipos de Primera), tienen pendientes de pagar a Hacienda 690 millones de euros (535,8 millones los Clubs de Primera) y han pasado por el concurso de acreedores 22 de los 42 equipos actuales de Primera y Segunda A (28 en total), 11 de Primera: Deportivo (156 millones deuda), Betis(100), Zaragoza (145), Rayo Vallecano (60), Valladolid (40), Mallorca (78), Granada(10), Levante (83), Celta (69), Real Sociedad (41) y Málaga (41).

El fútbol español son dos bloques. Por un lado, Madrid y Barça, con mucha deuda (589 y 578 millones) pero con unos potentes presupuestos (512 y 483 millones, los mayores del mundo), basados en potentes ingresos por TV (200 y 180 millones), patrocinios (187 millones) y entradas (126 y 116 millones). Y por otro, el resto, a años luz: Madrid y Barça ingresan cinco veces lo que el tercer clasificado y diez veces lo que los últimos de la tabla. Y aquí están los problemas. Según el último control de cuentas de la LFP, del 30 de marzo, sólo 6 de los 42 Clubs de Primera y Segunda A tienen las cuentas saneadas: cuatro de Primera (Madrid, Barça, Athletic de Bilbao y Osasuna) y dos de Segunda A (Numancia y Huesca). Del resto, hay dos que están en la UVI (Deportivo y Xerez), el Guadalajara puede estar a punto de cerrar, y hay tres Clubs cuyo principal accionista es la Generalitat valenciana, porque avaló sus créditos (impagados): Valencia (385 millones deuda), Hércules (18) y Elche (14). Y son siete Clubs a los que la UEFA impide jugar en Europa la próxima temporada, por sus deudas, mientras la decisión sobre el Málaga sigue pendiente hasta junio: Rayo Vallecano, Espanyol, Valladolid, Granada, Zaragoza, Deportivo y Celta (y Osasuna, porque no lo ha pedido).

¿Cómo se ha llegado hasta aquí?No sólo tenemos una crisis económica: tenemos una crisis moral, de valores. Y tenemos que inculcar a nuestros dirigentes que no vale todo, gastar lo que sea para mantener la categoría”. El certero diagnóstico es de Javier Tebas, nuevo presidente de los Clubs (LFP). El fútbol ha creado estos años una gran burbuja, asentada sobre gastos desproporcionados con la idea de estar arriba de la tabla y jugar en Europa: fichajes millonarios, sueldos y gastos injustificables (el Rayo tenía un cura en nómina que cobraba por resultados y un Racing quebrado compró un Audi de 84.000 euros a su presidente), comisiones sospechosas (las del Betis y el Racing están en el juzgado) y prebendas a directivos sin control. Todo ello alimentado por créditos, especulación inmobiliaria (estadios nuevos y recalificaciones) y ayudas públicas, tanto de Hacienda (ha estado años refinanciando a los Clubs, al no cobrarles una deuda que llegó a  752 millones en 2012) como de las autonomías (ayudas de TV3 al Barça y al Espanyol, ayudas de la Comunidad de Madrid al Atlético y al Rayo, ayudas de la Generalitat valenciana al Valencia, Elche, Hércules, Levante y Villarreal), Diputaciones (perdón deudas a la Real Sociedad) y Ayuntamientos (subvenciones y perdón del  IBI y otros impuestos de Sevilla al Betis). Ayudas públicas al fútbol que investiga la Comisión Europea.

La burbuja y la bancarrota del fútbol español se han gestado sin que nadie dijera nada, ni los Gobiernos, ni los políticos, ni bancos y Cajas prestamistas, ni los socios, que sólo querían goles y triunfos. Y lo mismo, aunque menos, en Europa, donde la mitad de los Clubs también pierden dinero (-1.200 millones). Por eso la UEFA aprobó en mayo de 2010 una política (Fair Play Financiero) para ajustar las cuentas del fútbol europeo, normativa que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) aprobó un año después (julio 2011), pero dando tres años a los Clubs para ajustar sus cuentas. Como la crisis es insostenible, la LFP quiere acelerar el ajuste, por lo que ha aprobado, el 30 de enero, un Reglamento de control económico para aplicar ya la próxima temporada: los Clubs tendrán que enviar sus Presupuestos 2013-2014, para que sean aprobados previamente por la LFP. Y no se aprobarán si contemplan fichajes excesivos, sueldos que superen el 70% de los ingresos o más deuda. Tienen que ser equilibrados: gastos iguales a ingresos. Y liquidar su deuda con Hacienda para 2020. Si no ajustan sus cuentas, la LFP puede vetarles fichajes y obligarles al descenso. O al cierre.

Con 36 de los 42 Clubs de Primera y Segunda A en pérdidas, el ajuste, si va en serio, tendrá que ser duro. Primero, en sueldos, ya que la mitad de los 1.000 jugadores de 1ª y 2ª ganan un millón de euros al año. Tendrá que haber rebajas de sueldo y hasta reducciones de plantilla (con EREs a 20 días por año a jugadores, como hizo el Hércules), lo que podría provocar otra huelga. Los Clubs tendrán que vender jugadores (Hacienda forzó al Málaga a vender a Cazorla) y activos ( estadios y propiedades), buscar más ingresos (los espectadores están cayendo, por la crisis, la piratería de partidos y porque las entradas cuestan el doble que en Europa) y renegociar el reparto (hoy, 48% para Madrid y Barça) de los ingresos de TV (comprometidos hasta 2014), tratando de aumentarlos (785 millones frente a 1.828 la Premier League británica) cambiando horarios para atraer espectadores en Asia, América y Rusia. Y en paralelo, acabar con los partidos amañados.

El ajuste no va a ser fácil, sobre todo para los grandes más endeudados (Atlético de Madrid, Valencia, Espanyol y Zaragoza), para los que desciendan y para los pequeños con menos potencial de juego, sobre todo en Segunda A. Pero será peor en Segunda B y Tercera, donde hay equipos en quiebra que podrían desaparecer (el Salamanca ha estado a punto de cerrar). Pero si no se sanea a fondo, la bancarrota del fútbol nos puede caer encima a todos. Ya en 1985 y 1990, el Gobierno recurrió a destinar un porcentaje de la recaudación de las quinielas para que los Clubs pudieran liquidar su deuda. Ahora no se puede repetir: el fútbol debe ajustase sólo y los Clubs que no puedan tendrán que cerrar, como han hecho 2.661 empresas en el primer trimestre de 2013. Y más cuando el Gobierno Rajoy ha recortado drásticamente (-24,5% en 2012 y -34% en 2013) las subvenciones (34 millones) que da al deporte de base, a las Federaciones.

En el país de los recortes, el fútbol no puede ir a su aire, con fichajes y directivos millonarios, engordando una deuda que si no se remedia acabaremos pagando todos. El fútbol y el deporte son otra cosa que esta loca burbuja. Urge pincharla ya para que no nos estalle encima. Están fuera de juego.  

lunes, 27 de mayo de 2013

Abusan de nuestra incultura económica


El escándalo de las preferentes ha desvelado la escasa formación económica de muchos españoles. Pero esa no es la peor consecuencia. Muchos políticos y “expertos” se aprovechan de la incultura económica para imponer una falsa idea: si estamos en crisis es porque hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades y no por la especulación financiera que estalló en 2008. Y nos recetan austeridad y sacrificios (además de paciencia) para salir de la crisis, aunque esa política nos condene al paro y la recesión. Es urgente mejorar la formación de los jóvenes, que hoy sólo estudian economía en Bachillerato. Y la de sus padres, con formación y reciclaje para ocupados y parados. Y mejorar la información económica en los medios, con más objetividad y profesionalidad, sobre todo en Internet y las redes sociales, alérgicas a la economía. O nos formamos  mejor o nos seguirán engañando. Saber de economía es clave para nuestra vida.
enrique ortega

La Gran Recesión, que estalló en septiembre de 2008, ha disparado el interés por la economía como nunca en las cuatro crisis anteriores (1.973, 1979, 1981 y 1993). De hecho, es la información que más interesa al 74,5% de españoles, según el Barómetro del CIS de marzo. Interesa, pero es la que tiene menos credibilidad: es la única que suspenden (4,8 puntos) junto a la información política (4 puntos). Y eso  hace sentir a la mayoría impotentes: la crisis es lo que más nos preocupa, pero no sabemos entenderla ni cómo saldremos de ella.

Muchos españoles, conscientes de su “incultura económica” se ven víctimas de ella. Unos, como los 400.000 inversores en preferentes de bancos y Cajas, porque sienten que les han engañado por no saber de economía. Otros, porque creen que “la crisis es un poco culpa de todos”, porque no hemos sabido gestionar nuestro dinero y nos hemos endeudado por demás. Y que por eso, por haber “vivido por encima de nuestras posibilidades”, estamos en crisis. Y algunos creen que si hubiéramos “sabido más de economía”, no estaríamos así.

Todo esto es falso. Primero, los que “sabían” de economía no olieron la crisis: ni el FMI (con Rato de director gerente, que tampoco olió la de Bankia) ni la OCDE, ni la Reserva Federal o el BCE, ni los grandes gurús económicos, financieros o empresariales. Segundo, la crisis estalló porque una mayoría de bancos de inversión y especuladores inundaron EEUU de hipotecas basura y bonos complejos que inocularon la crisis al resto del mundo, como se explica bien clarito en el libro “La gran apuesta, de Michael Lewis. Y en la película Inside Jobs.  Y eso llevó a los países a gastarse millonadas en salvar a sus bancos, primero, y a intentar paliar las consecuencias de la crisis después, elevando el gasto público y los déficits. No fueron los déficits los que trajeron la crisis (España tuvo superávit hasta 2008), sino la crisis la que trajo los déficits.

Y en vez de reanimar la economía, como EEUU, Japón, China o Brasil, Merkel y los fundamentalistas de Bruselas, nos impusieron la austeridad, una medicina que ha matado al enfermo, provocando la recesión más larga en la historia de Europa y 6,2 millones de parados en España. En lugar de decir la verdad, que la crisis está motivada por un fallo del sistema financiero desregulado y por la codicia, recurren al moralismo y culpan a los países del sur y a sus ciudadanos de “vivir por encima de sus posibilidades”, de no saber gestionar sus economías. El anterior presidente del Bundesbank puso incluso una metáfora: somos como alcohólicos a los que hay que desintoxicar. No decía que el alcohol nos lo habían vendido ellos (sus bancos) y que la policía (ellos y el BCE) miraba para otro lado mientras nos inundaban de alcohol (crédito).

Al final, la moralina es que debemos cumplir la penitencia de la austeridad porque somos culpables de la crisis. Una mentira que por mucho que se repita no puede convertirse en verdad. Pues no, los culpables son ellos, que en EEUU y en Europa, aceptaron la desregulación de los mercados financieros que nos ha llevado a este desastre, con los bancos de inversión ganando dinero otra vez mientras crece el paro y la pobreza en Occidente. Sus tesis, las del 1%, se han impuesto al 99% restante, como explica el Nobel Stiglitz, con la ayuda de políticos conservadores, “expertos” cargados de ideología y medios de comunicación medio quebrados. Y también, gracias a la escasa formación económica de la mayoría de la población, una de las más bajas de la OCDE.

En España, la mayoría de la gente (incluso con la crisis) tiene cierta “aversión” a la economía, temor a lo desconocido, que parece muy complicado, porque los economistas lo han hecho complejo con sus tecnicismos (como los médicos), quizás porque explicar la economía a lo claro y que se entienda no interesa al poder económico (ni al político). La consecuencia es que ha resultado más fácil engañar a los ahorradores, no sólo a los de preferentes: millones de pequeños inversores en Bolsa llevan varios años sin cobrar dividendos (cobran en acciones, en “papelitos”), con los Consejos de bancos y empresas haciendo y deshaciendo a sus espaldas, y millones de clientes de bancos pagan cada día comisiones sin darse cuenta y reciben por sus depósitos la décima parte del interés que les cobran por un préstamo. Y lo peor, nuestra incultura económica nos ha llevado a dedicar el 80% del ahorro a comprar piso (el otro 20% está en depósitos), descuidando ahorrar para una  futura pensión privada. Y ahora, nos encontramos con hipotecas impagables, pisos que valen la mitad y pensiones públicas en el alero… Mal negocio.

Hay que apostar como país por mejorar nuestra formación económica, una asignatura pendiente como los idiomas. Desde la LOGSE (1990-95) mucho se ha avanzado con los jóvenes, que tienen Economía en 1º y 2º de Bachillerato (obligatoria para los de Humanidades y Ciencias Sociales y optativa para los de Ciencias y Tecnología). Pero habría que empezar antes, porque los niños saben los jugadores de fútbol o las marcas de coches pero no por qué su padre está en paro. Educación, el Banco de España  y la CNMV pusieron en marcha en 2010 una experiencia piloto para impartir educación financiera (no económica) en 3º y 4º de la ESO, que siguen este curso 20.000 alumnos en 411 centros. Pero habría que generalizarlo, lo que parece más difícil con la reforma Wert, que deja menos margen a la formación trasversal. Ahí está el ejemplo del Reino Unido, que acaba de aprobar la inclusión de economía y finanzas en la educación de los niños de 11 a 16 años para septiembre de 2014.

No basta con enseñar economía a niños y jóvenes. Hay que reciclar a sus padres, con cursos de formación económica para parados y ocupados, con temas que nos afectan cada  día: trabajo y formación, consumo, ahorro, crédito e  inversión (fomentando otros intermediarios: en España, el 90% de los productos financieros los comercializan los bancos), planes de pensiones y economía de la salud, la  educación, la dependencia y los servicios sociales. Ayudarles a tener criterio, a gestionar su economía familiar, a entender la recesión y las recetas que se dan, a no auto inculparse de la crisis. El problema es aprender economía con objetividad, algo muy difícil con la mayoría de políticos, economistas y medios dedicados a una cruzada para defender la austeridad. Y hay que “poner interés”, esforzarse, porque la mayoría de internautas siente alergia a la economía, más en las redes sociales: los temas económicos no son trending topics.

Saldremos de esta crisis, más tarde que pronto, pero antes o después volverá otra, como ha sucedido antes. Y nos pillará mejor preparados si tenemos más conocimientos de economía. Nos defenderemos mejor. Y votaremos también mejor la próxima vez, sin que nos engañen con propuestas imposibles de cumplir. Y entenderemos mejor lo que nos pasa. Porque la economía está en la base del poder y de toda nuestra vida. Casi todo es economía. Aprendamos.

jueves, 23 de mayo de 2013

Inútil cruzada contra las viviendas vacías


En España hay casi 3,5 millones de viviendas vacías, aunque sólo un tercio se pueden vender o alquilar porque el resto están en mal estado o sin demanda. Con el aumento de los desahucios, algunas autonomías han anunciado medidas para expropiar, multar o poner impuestos a algunas viviendas vacías. Una medida polémica e inútil, por la oposición de Bruselas y  los conflictos legales. Lo que urge es incentivar que se alquilen, con más ayudas a inquilinos y propietarios, lo contrario que ha hecho el Gobierno Rajoy, que acaba de quitar las ayudas al alquiler para jóvenes. Y para los que no pueden pagar un alquiler normal, habría que crear un parque público de alquiler social (entre 50 y 180 euros), con las 76.000 viviendas vacías del “banco malo” y nuevas promociones de Ayuntamientos y ONGs, con suelo y financiación pública. Menos atajos y demagogia con la vivienda y más Planes y ayudas para ofrecer viviendas sociales ya.
enrique ortega

Con el “boom inmobiliario”, entre 2001 y 2011, el parque de viviendas aumentó en España en 4,2 millones, hasta 25,2 millones. Las tres cuartas partes son viviendas principales (18 millones), otras 3,6 millones son secundarias y 3.443.365 son viviendas vacías, que también han crecido (+337.000 desde 2001). Dos tercios están en Andalucía (637.221), Comunidad Valenciana ( 505.029), Cataluña (448.356),Galicia (299.396) y Madrid (263.279), aunque el mayor problema no se da en las autonomías más pobladas (Madrid tiene un 9,1% de viviendas vacías y Barcelona un 11,3% frente al 13,7% en toda España), sino en zonas más rurales y atrasadas: Galicia (18,6% viviendas vacías), La Rioja (18%), Murcia (16,6%), Castilla la Mancha (16,3%), Extremadura(16,2%) y Castilla y León (15%).

El primer problema de las viviendas vacías es que sólo un tercio puede alquilarse o venderse, según el idealista.com, porque el resto son viejas (el 30% tiene más de 50 años), están en mal estado (15% en estado deficiente), en zonas turísticas (muchas zonas de Levante, como Denia, tienen un 31% o más de casas vacías) o ciudades y pueblos pequeños con poca demanda : las capitales con más porcentaje de viviendas vacías son Ávila (23,8%), Ourense (22,7%),Lugo (20,2%), A Coruña, Toledo y Almería (18,6%), León o la Rioja (18%), que no son los lugares con más problemas de vivienda en España.

Con todo, cuando hay más de 500 desahucios al día (y más que habrá, por el aumento del paro y la caída de ingresos de la mayoría de la población), algunas autonomías han pensado que una solución podría ser forzar el uso de estas viviendas vacías, empezando por las de bancos e inmobiliarias. Andalucía primero (y Canarias después) ha aprobado una norma para expropiar por tres años a los bancos las viviendas de familias desahuciadas sin posibles, medida rechazada por Bruselas. Y en paralelo, Andalucía ha anunciado multas de hasta 9.000 euros a empresas y bancos (no a particulares) que tengan casas vacías, mientras Cataluña anuncia un impuesto a bancos y empresas con pisos vacíos.

La primera medida puede ser justificable, a la vista que el Gobierno Rajoy no ha dado solución a las 220.000 familias que han sido desalojadas de sus casas por desahucios desde 2007. De hecho, crearon con la banca (a bombo y platillo, en enero 2013), un Fondo de 5.891 viviendas con bajos alquileres para desahuciados, pero hasta abril sólo habían tenido 450 solicitudes, porque son tantas las exigencias para beneficiarse, que la mayoría de desahuciados quedan fuera, sin techo, problema que tratan de paliar en Andalucía y Canarias. Pero otra cosa es forzar al alquiler con multas e impuestos, una vía poco eficaz.

Tener casi 3,5 millones de viviendas vacías es un despilfarro, como país y para sus dueños, ya que está ociosa una inversión que ronda los 500.000 millones de euros. Nadie tiene un piso vacío por gusto: el problema es que particulares y empresas no los consiguen vender (no hay demanda solvente ni hipotecas), salvo tirando precios, y tampoco alquilarlos bien. En el caso de promotoras, la rentabilidad del alquiler no les cubre la amortización de préstamos (que les asfixia): habría que ayudarlas a renegociar créditos y subvencionar intereses a cambio de poner sus pisos en alquiler. En el caso de particulares, una vez que el Gobierno les ha dado más garantías (reduciendo los plazos de contratos, facilitando la recuperación de la casa si la necesitan y agilizando los desahucios por impago), la solución pasaría por aumentar las ayudas fiscales al alquiler, para ocupar muchas de las casas ahora vacías. Y ayudas para rehabilitar las más viejas y deterioradas, a cambio de alquilarlas. Sobre todo cuando el alquiler en España es del 17% frente al 38% en Europa (47% en Alemania).

Pero el Gobierno Rajoy ha hecho lo contrario. Desde junio, los jóvenes menores de 30 años se quedarán sin la ayuda para alquilar (era de 200 euros al mes y Rajoy la bajó en julio 2012 a 147 euros), que ha beneficiado a más de 300.000 jóvenes desde que ZP la implantó en 2008. Y ahora, con el Plan de Vivienda 2013-2016, se implanta una ayuda al alquiler de hasta 200 euros al mes, que sólo podrán cobrar los minieuristas (532,57€ ingresos los solteros, 798,86 € una pareja o 1.118,36 las familias con dos hijos) y para alquileres inferiores a 600 euros (en Madrid o Barcelona, el alquiler medio supera los 800). Ayudas que aún no se pueden pedir (mes y medio después de aprobado el Plan), porque las autonomías no han fijado todavía las condiciones que exigirán en cada comunidad.


Además, Rajoy ha liquidado la Sociedad Pública de Alquiler y ha reducido las ayudas fiscales a inquilinos (10,05%) y propietarios (60% y hasta el 100% si alquilan a jóvenes) al limitar su base imponible (menos 24.107 euros). Y en el Plan de Vivienda, sólo destina 65 millones al año para subvencionar promociones de viviendas en alquiler, lo que dará para promover 2.000 viviendas al año.

Habría que volcarse de verdad en el alquiler, con más ayudas fiscales a inquilinos y propietarios y más subvenciones a los promotores. Pero eso no basta: muchos españoles no pueden hoy pagar un alquiler normal (600 a 900 euros), porque están en paro y sin ingresos (3,6 millones de personas, según Cáritas). Para ellos, la única salida son alquileres sociales, de 50 a 180 euros al mes. El problema es que no hay: España sólo tiene un 1% de alquileres públicos sociales, frente al 20% o más en Francia, Reino Unido, Holanda, Austria, Finlandia o Dinamarca. Ponernos a su nivel supondría crear un parque de alquileres sociales de un millón de viviendas, para hacer frente a los ya desahuciados (440.000) y a los que todavía se quedarán sin casa por no poder pagar su hipoteca o alquiler.

¿Cómo? Primero, incorporando las 15.000 viviendas de protección oficial (VPO) vacías, construidas con ayudas públicas y que los promotores quieren vender como viviendas libres. Segundo, con las 76.000 viviendas vacías que tiene el “banco malo(SAREB), de las Cajas nacionalizadas con ayudas públicas, que quieren vender a especuladores en vez de ponerlas en alquiler social (ojo: un juez de Sabadell ya ha impedido el desalojo de los okupas de uno de estos pisos). Y tercero, dando suelo gratis y financiación barata a Ayuntamientos y ONGs (Cáritas, Cruz Roja…) para promover pisos para alquileres sociales. Calculo que con 1.000 millones al año de coste, se podrían promover 20.000 viviendas anuales. Y así tendríamos en cinco años unas 200.000 viviendas con bajos alquileres que evitarían un estallido social.

Es lo que piden los españoles: medidas eficaces, no demagogia. Buscar urgente una vivienda a los que no pueden pagar alquileres normales y dar una salida lógica y no impuesta a los que tienen una vivienda vacía. No hay atajos. Hace falta querer arreglar de verdad uno de nuestros mayores problemas: que todo el mundo tenga una vivienda digna. Se puede.

lunes, 20 de mayo de 2013

El Gobierno impone su reforma educativa


Tras ocho meses de consultas inútiles, el Gobierno ha enviado al Congreso la misma reforma educativa que aprobó en septiembre, la séptima de la democracia. Entrará en vigor el curso 2014-2015, con la oposición de los demás partidos, varias autonomías y la mayoría de los profesionales de la enseñanza, desde rectores a profesores, padres y estudiantes. La Ley Wert pretende reducir el abandono escolar haciendo que los peores alumnos vayan antes a Formación Profesional y los “buenos” sigan Bachillerato y a la Universidad. Y fomentar la competencia: habrá colegios e Institutos de primera (concertados), que seleccionarán a los mejores alumnos, y otros de segunda (públicos) con los peores. Una enseñanza dual, con menos asignaturas y menos recursos: tras los 6.700 millones recortados desde 2010, Rajoy ha prometido a Bruselas (para recortar el déficit) gastar aún menos en educación hasta 2015. Más segregación, más desigualdades y menos recursos, un cocktail suicida.
 
enrique ortega

Con la democracia, cada Gobierno ha llegado con su reforma educativa bajo el brazo. Primero fue Suarez, con la LOECE (1980), que derogaba la LGE franquista de 1970. Luego, el primer gobierno de Felipe González aprueba la LODE (1985), que incorpora los colegios concertados, después la LOGSE (1990), que amplía la enseñanza obligatoria de los 14 a los 16 años, rematada por la LOPEG (1995). Aznar aprueba en 2002 la LOCE (sólo con los votos del PP y CC), que apenas entra en vigor, porque Zapatero la anula en mayo de 2004 (con un decreto) y aprueba en 2006 la LOE (con los únicos votos en contra del PP). Ahora, Rajoy recupera mucho de la reforma frustrada de Aznar con la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE), que cuenta con el rechazo de todos los partidos salvo el PP.

El gran objetivo de la Ley Wert es reducir el abandono escolar, ahora en el 24,9% (el doble que en Europa), y bajarlo al 15% en 2020. Para ello, anticipa una puerta de salida a los peores alumnos: la Formación Profesional (FP). Si hoy los alumnos eligen su futuro (Bachillerato o FP) a los 16 años, ahora la Ley permite que los “malos alumnos” puedan acceder a los 15 años a una FP básica, de dos años, con lo que saldrían a los 17 con un pequeño título, como aprendices, para trabajar (en mini-jobs). Además, se adelanta a 2º de la ESO las vías alternativas para dirigir a FP a los alumnos con dificultades, con itinerarios muy cerrados, que dificultan volver a Bachiller y optar en el futuro a la Universidad.

Otro cambio clave: se reducen las asignaturas, centrando horarios y profesores (recortados) en Lengua, Matemáticas y Ciencias y reduciendo la educación artística y cultural (asignaturas que “distraen”, según Wert). Eso sí, cobra más peso la asignatura de Religión : contará como las demás (para medias y becas) y se impone como alternativa una asignatura fuerte (Valores culturales y sociales) para disuadir a los que no la quieran elegir. Y se suprime, también por presión de la Iglesia, la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

Cambio de programas y un proceso de evaluación constante: habrá cuatro reválidas, dos en primaria (3º y 6º, sin consecuencias académicas), otra al terminar la ESO (16 años), distinta para los que quieran hacer Bachillerato y FP, y una cuarta al terminar el Bachillerato (la FP no tiene reválida, otra prueba de cómo se devalúa). Teóricamente, esta prueba sustituye a la Selectividad, pero la Ley permite a las Universidades que hagan pruebas de acceso, que aún no se sabe si será general o sólo para las carreras más solicitadas. En resumen, prueba tras prueba, que convertirá a los centros en “academias para pasar las evaluaciones”, con una enseñanza dirigida a superar estas pruebas y no a la formación integral de los alumnos. Y el riesgo de aumentar el fracaso escolar.

Cuarto cambio clave: el Ministerio quiere poner a los centros “a competir, con la promesa de dar más recursos a los que mejor resultados tengan. El riesgo es que haya colegios e Institutos que seleccionen a los alumnos (la nota contará un 20% en el acceso) para Bachillerato y FP, dejando fuera a los “malos”, que acabarán en centros públicos, después con menos recursos porque tendrán peores resultados que los concertados, los más favorecidos con esta reforma. De hecho, España es ya hoy el país occidental con menor peso de la educación pública : 67,8% en la ESO frente al 85,8% en la OCDE (91,1% en Alemania y 78,2% en Francia) o 77,5% en secundaria postobligatoria, frente al 81,2% en la OCDE (92,5% en Alemania).

Hay más cambios polémicos. Uno, que padres y profesores pierden poder de decisión en la elección del director de los centros (del 60% actual al 30% votos) y no decidirán apenas sobre presupuestos, proyectos educativos y proceso selección de alumnos, dando más poder a los directores para cambiar a los profesores incluso de centro. Dos, que el Ministerio fijará los temarios de las asignaturas importantes, dejando a las autonomías sólo las secundarias (pero controlando también qué avalúan y cómo). Además, obliga a las autonomías a asegurar la enseñanza en castellano y a pagar los estudios en un centro privado si no hay uno público o concertado que lo haga. Y se asegura la subvención pública a los colegios concertados que separen a los alumnos por sexo, 70 centros en toda España, la mayoría del Opus Dei.

El rechazo a esta Ley Wert ha sido unánime, desde los sindicatos de la enseñanza, alumnos, asociaciones de padres, rectores y Universidades, expertos, autonomías (Cataluña, País Vasco, Andalucía, Asturias y Canarias) y todos los partidos, salvo el PP. Incluso el Consejo de Estado ha pedido cambios y consensuar la reforma, tras criticar que no incluya una Memoria económica. El Gobierno dice que costará 408 millones al Estado en tres años y hasta 927 millones a las autonomías, las encargadas de poner en marcha estos cambios (en el curso 2014-2015) y pagarlos en el futuro. Y creen que su coste será elevado y no podrán financiarlo.

Una reforma polémica y sin recursos, cuando el mayor problema de la enseñanza hoy es la falta de medios tras los recortes: 6.700 millones menos de presupuesto desde 2010 y unos 60.000 profesores menos, a pesar de que hay más alumnos. España dedica menos gasto público a la educación que el resto de Europa (4,7% en 2011 frente al 5,3% en la UE-27), mientras muchos países lo aumentan (Francia va a contratar a 60.000 nuevos profesores). Y lo peor es que Rajoy, para recortar el déficit, ha prometido a Bruselas seguir recortando el gasto en educación: del 5,01 % del PIB en 2009 al 3,9% en 2015. Y eso, a pesar de ser el país con el doble de paro juvenil (57,22%) que Europa.

La enseñanza en España se ha deteriorado mucho y es claramente mejorable. El problema de la reforma educativa de Rajoy-Wert es su ideología conservadora: creen que la educación es un bien para los que lo merecen (excelencia) y no para todos (equidad), por lo que apuestan por volcarse en ”los que se esfuerzan” y no en los que “no quieren estudiar” o “no tienen capacidades”. Es una filosofía segregadora, que no cree en la educación para integrar y formar a todos. Y que apuesta por resultados medibles por evaluaciones más que en una formación integral de los jóvenes para el futuro. Optan por EEUU (salvar a los mejores) frente a Finlandia (recuperar a los peores). Y por eso, han pegado un tajo, en 2012 y más en 2013, a las clases de refuerzo, los desdobles y las tutorías, en perjuicio de los alumnos con problemas.

La educación es demasiado importante para que cada partido imponga su visión ideológica, en contra de los que saben, profesores y expertos. Hay que pactar los cambios y conseguir más dinero y más profesores, no más recortes. Educar a todos, sin segregar a los peores alumnos y a los centros públicos, con una enseñanza de calidad accesible para todos. Nos jugamos el futuro de nuestros hijos y la salida de la crisis. Demasiado.

jueves, 16 de mayo de 2013

Las dos Españas, más desiguales con la crisis


La crisis nos afecta de forma desigual y tiene mucho que ver con dónde vivimos: en Cádiz tienen el triple de paro que en Guipúzcoa. Y ganan casi la mitad, además de tener peores pensiones y más pobreza. La crisis ha agravado las diferencias entre las dos Españas, el norte y el sur: la España pobre lo es relativamente más que hace cinco años. Y eso, porque han subido más los impuestos indirectos (más injustos), el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y por el modelo económico de la España del sur, más apoyado en la construcción, los servicios, el campo y el sector público. Para salir de la crisis, la España pobre necesita apoyarse en la industria, la exportación, la tecnología, la educación y el ahorro, las claves que explican por qué el País Vasco, Navarra, la Rioja, Madrid, Cataluña y Aragón son más ricas, tienen menos paro y aguantan mejor la crisis.
enrique ortega

Antes de la crisis, entre 2000 y 2008, se redujeron las diferencias entre la España rica y la pobre, con la movilidad de capitales y mano de obra, el “boom” de la construcción y el turismo, junto al tirón del sector público (inversiones en infraestructuras y Estado del Bienestar). Pero con la crisis, estos motores del crecimiento se gripan y la España del sur sale peor parada, junto a Asturias, Cantabria y Castilla y León, las tres autonomías que en 2010 formaban parte de la España "rica" y ahora tienen la renta de la España pobre.

En 2009, España entró en la primera recesión (-3,7%) y todas las autonomías cayeron. En 2010, España cayó muy poco (-0,3%), pero hubo cinco autonomías que crecieron (Navarra, País Vasco, Castilla y León, Asturias y Cantabria). En 2011, España se recuperó un poco (+0,4%) y sólo decrecieron Asturias, Galicia, Castilla la Mancha, Extremadura y Comunidad Valenciana. Y en 2012, caímos en la segunda recesión (-1,4%), por culpa de la recesión europea y  los recortes, que hundieron a las autonomías que más redujeron su déficit: Castilla la Mancha (-3% PIB), Asturias (-2,5%) y Extremadura (-2,2), seguidas de La Rioja (-2,1%), Castilla y León (-1,8%), Andalucía y Murcia (-1,7%).

En general, hay siete autonomías que han aguantado mejor la crisis: País Vasco, Navarra, la Rioja, Aragón, Madrid, Cataluña y Baleares. En todas, salvo Cataluña (-723.000 empleos perdidos, un -20,45%), el empleo ha caído menos que la media de España (-16,8%, 3.445.000 empleos perdidos entre 2008 y 2012,), destacando la fuerte caída del empleo en Comunidad Valenciana (-20,9% y -475.000 empleos), Andalucía (-20%, 644.000 empleos perdidos), Murcia(-20% y -125.000 empleos), Castilla la Mancha (-18,4% y -156.000 empleos), Extremadura (-17,6% y -72.000 empleos) y Asturias (-17,5% y -78.000 empleos).

Con esta caída del empleo, se configuran dos mapas de España (o mejor, tres) del paro. La España con paro “casi europeo (12,1%): País Vasco (16,28%), La Rioja (18,98%) y Navarra (19,02%). La España con paro tercermundista: Ceuta (38,43%), Andalucía (36,87%), Extremadura (35,56%), Canarias (34,27%), Melilla (31,76%), Castilla la Mancha (31,51%) y Murcia (30,37%). Y la tercera, el resto (27,16% media España), con grandes diferencias aún entre el 29,9% de paro de la Comunidad Valenciana y el 20,5% de Madrid o Cantabria. A nivel provincial, choca el 13,27% de paro de Guipúzcoa con el 41,62% de Cádiz. Antes de la crisis (2007), Cádiz también era líder, con el triple de paro (17,61%) que Lleida (3,10%). Y eran líderes en paro (España tenía 8,60%) casi las mismas autonomías que hoy: Ceuta (19,5%), Andalucía (13,99%), Extremadura (14,65%), Canarias (11,02%), Melilla (17,52%), Comunidad Valenciana (9,03%) y Murcia (8,27%).

Menos crecimiento, menos empleo y más paro en la España del sur, más pobre y más atacada por la crisis y los recortes. Y también, menos salarios: el sueldo bruto en País Vasco (26,593 euros 2010), Madrid (25.988), Cataluña (24.449) o Navarra (23.824) contrasta con el de Canarias (19.315 euros), Extremadura (19.480), Galicia (20.241), CLM (20.363), Andalucía (20.913) y Castilla y León (20.960), todas por debajo del sueldo medio español (22.790 €). Y con más paro y menos sueldo, menos pensiones: 817 euros de jubilación media en Extremadura (861 en Murcia y 889 en Andalucía) frente a 1.206 en País Vasco (1.162 en Madrid y 1.097 en Navarra). Y luego, si uno es anciano dependiente, también recibe peores ayudas si vive en la Comunidad Valenciana (nota: 0,8 sobre 10), Canarias (2,1), Baleares (2,5) y Murcia (3,3).Y mejor en Castilla y León (nota 9,2), Andalucía (7,5) y País Vasco ( 7,1).

Al final, todas las desigualdades se plasman en la renta, que pinta un mapa con dos Españas. Una, la España "rica", siete autonomías con un PIB por habitante superior a la media nacional (22.772 euros en 2012): País Vasco (30.829 euros), Madrid (29.385), Navarra (29.071), Cataluña (27.248), Aragón (25.540), la Rioja (25.508) y Baleares (24.393). Y las otras 12 regiones forman la España pobre, liderada por ocho peores: Extremadura (15.394 euros por habitante, la mitad que el País Vasco), Andalucía (16.960), Melilla (16.981), Castilla la Mancha (17.698), Murcia (18.520), Ceuta (19.335), Canarias (19.568) y C. Valenciana (19.964).

La crisis ha agravado la pobreza en toda España (10 millones de personas por debajo del umbral de la pobreza, un 21,1 % de la población, según el INE), que ha crecido un 8% entre 2008 y 2011, estima un estudio del IVIE. Pero hay tres regiones donde la pobreza se ha reducido (-9% Navarra, -7% La Rioja y -2% el País Vasco) mientras creció muy por encima de la media en Canarias (+21), Comunidad Valenciana (+18%), Andalucía 16%) y Aragón (+13%).

No basta con la foto de las dos Españas. Lo peor es que en la España "rica" están los  mismos que antes de la crisis, salvo Cantabria, que ha caído a la España pobre. Y además, la crisis ha hecho que cuatro de las autonomías "ricas" lo sean más (País Vasco, Cataluña, Aragón y la Rioja tienen ahora más porcentaje de renta) y que nueve de las doce más pobres (todas salvo Galicia y las dos Castillas) estén peor, con menos porcentaje de renta que en 2008. Y lo más grave: las regiones "ricas" y pobres son las mismas que hace 30 años, salvo la Comunidad Valenciana, que ha pasado de la España "rica" a la pobre.

Al final, la crisis ha agravado la desigualdad, pero las dos Españas están ahí desde mucho antes. ¿Por qué? Básicamente, por el distinto modelo económico de las autonomías. Aparte del tema fiscal (el cupo es un indudable regalo” para el País Vasco y Navarra) hay otras razones que explican el mayor crecimiento, empleo y renta de la España rica. Por un lado, el mayor ahorro (Madrid, Baleares, Cataluña, País Vasco, C. Valenciana, Navarra y la Rioja están muy por encima de la media nacional) y menor endeudamiento (Castilla y León, País Vasco, Asturias, Aragón y Madrid tienen menos deuda privada).Por otro, triunfan las regiones con mayor peso de la industria (28% Navarra, 27% País Vasco, 26,9% la Rioja, 22,6% Aragón y 22% Cataluña frente al 15,5% de España, el 7% en Canarias o el 10% en Andalucía o Extremadura) y que más exportan (País Vasco, Navarra, la Rioja, Cataluña o Aragón).

También van mejor las autonomías que más gastan en tecnología: País Vasco gasta 2,10% PIB en I+D+i, Navarra el 2,05%, Madrid un 1,99% y Cataluña el 1,55% frente al 1,33% de España y el 0,58% de Canarias, 0,68% de CLM o el 0,82% de Extremadura. Y en educación y formación (País Vasco y Navarra tienen la mitad de fracaso escolar que el resto de España).Por último, han sufrido menos la crisis (por los recortes públicos) las autonomías con más empleo privado: Cataluña (83,7% empleo privado),C. Valenciana (82,7%), Navarra (81,6%),la Rioja (80%), Madrid (80,7%) y País Vasco (79,8%), frente a Ceuta (48,3%), Melilla (47,5%), Extremadura (65,3%) o Castilla y León (73%). Y quedaría explicar el caso de Baleares, rica gracias al turismo extranjero y una construcción casi sin burbuja.

Hay que salir de la crisis, pero con menos diferencias entre las dos Españas. Para ello, la España del sur tendrá que apostar por la industria, la tecnología, la exportación, el ahorro y la educación, con apoyo de la inversión pública y los impuestos, las mejores herramientas para reducir las diferencias regionales, junto a una reforma a fondo del sistema de financiación autonómica, que Rajoy ha aparcado sine die. No puede ser que en media España, el sur, casi un tercio de la población esté en riesgo de pobreza, con una tasa de paro insoportable y sin perspectiva de empleo. Hay que reducir la brecha entre las dos Españas ya.