Mucho se ha hablado de la Generación “ni-ni”, casi 2 millones de jóvenes que ni estudian ni
trabajan. Pero no se habla de los otros “ni-ni”: casi 3 millones
de españoles con más de 55 años que ni trabajan ni pueden jubilarse. Están en el limbo, cobrando el paro o
malviviendo de la familia. Con la crisis, el
paro de los mayores de 55 años se ha cuadruplicado y la mitad llevan más de
dos años desempleados. Muchos, con la certeza de que ya no van a poder trabajar nunca. Pero todavía son jóvenes para jubilarse.
Y encima ahora, el Gobierno les va a dificultar el jubilarse anticipadamente, aun
perdiendo pensión. En resumen, ni trabajo
ni pensión para un colectivo con experiencia. Haría falta un Plan de choque para darles una salida.
Si no, serán una verdadera generación perdida.
enrique ortega |
En España hay 5.223.392
personas que tienen entre 55 y
64 años. De ellos, trabajan 2.460.500,
menos de la mitad (47%
frente al 56% que trabajan entre 16 y 64 años). Otros 503.900 están en paro
(tasa del 17%, frente al 25% de media) y el resto, 2.258.992 son inactivos, ni
trabajan ni buscan empleo (43% frente al 39,8% de inactivos entre 16 y 65
años). En total, pues, hay 2.762.892
mayores de 55 años (el 52% de la población entre 55 y 64 años) que ni trabajan ni están jubilados: están en el limbo de los “ni-ni”.
Con la crisis, han
aumentado los mayores de 55 años que buscan
trabajo, sobre todo mujeres: una vez cuidados los hijos
(y los padres) vuelven a buscar cualquier empleo, para ayudar en casa, máxime
si el marido o los hijos están en paro. Por eso, el
empleo ha subido sólo en esta edad en el último año (EPA), con 28.400 mujeres (+55 años) más trabajando
(y 2.800 hombres), sobre todo en limpieza, servicios y autónomos. Pero como no
hay trabajo suficiente para los que lo buscan, ha aumentado más el paro: +98.800 en el último año. Y con la crisis,
el paro entre los mayores de 55 años se
ha cuadruplicado: de 131.700 (2007) a 503.900 parados (2012).
En el último año, el mayor
aumento del paro
en España se ha dado entre los mayores
de 55 años (+24,4% frente a una subida global del +16,6%). Y eso porque las
empresas, después de despedir a los jóvenes con contratos
temporales, han pasado a echar
al personal de más edad, con sueldos más altos, al amparo de la reforma
laboral del Gobierno Rajoy, que facilita “limpiar plantillas”, cambiar
un mayor de 55 años por un joven con la tercera parte de sueldo. Y
muchas empresas con beneficios, como Telefónica,
bancos y Cajas, han despedido a mayores de 50 años, con cargo a los
contribuyentes (paro y jubilaciones anticipadas), una medida que este Gobierno acaba de encarecer
(cuando ya se ha despedido a la mayoría).
El problema no es sólo que haya más de medio millón de parados con más de 55 años, sino que dos
tercios llevan más de un año sin trabajo y la mitad más
de dos, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Y muchos tendrán
problemas para encontrar empleo por su baja
formación: casi la mitad de los parados
+55 tienen sólo educación primaria (23,4%) o secundaria (18,3%), aunque el
8,3% tiene educación superior.
De momento, 584.900
mayores de 55 años cobran algún tipo de desempleo, la mayoría
(323.000) el subsidio asistencial de
426 euros al mes hasta que se jubilen
(sólo lo
cobran los que tengan ingresos anuales inferiores a 5.772 euros y hayan
cotizado más de 15 años). Pero aquí, el Gobierno
Rajoy ha hecho en julio dos
recortes importantes. Uno, subir
este subsidio de los 52 a los 55 años, con lo que dejan de cobrarlo unos
90.000 parados. El otro, que el Estado va a cotizar
por los parados mayores de 55 años el mínimo (antes, el 120% del mínimo),
con lo que su futura pensión será más
baja. Los autónomos mayores de 55 años lo tienen peor: no
tienen paro (salvo que se lo paguen cotizando aparte) y si se quedan
sin trabajo tienen que seguir cotizando
ellos para tener un día pensión
(un 41% más baja que la media).
Salir del paro no
es fácil para los mayores de 55 años: su edad es un”inconveniente” y más a
partir de los 60 años. Las pocas empresas
que contratan buscan jóvenes baratos
y huyen de contratar “seniors”,
acostumbrados a ganar más y “tragar menos” condiciones precarias. Y con el “sambenito” de no estar reciclados, de no
ser flexibles a los cambios y las nuevas tecnologías. Y así, las empresas pierden
experiencia, responsabilidad y competitividad.
Por otra parte, no
están funcionando los incentivos para contratar a mayores, ni siquiera el contrato bonificado en el que el
trabajador recibe la mitad de los que cobraba en el desempleo y la empresa
completa el resto del salario y se ahorra 1.300 euros año en cotizaciones. O la reducción de un 40% en las cuotas SS por contratar a un mayor de 59 años. Y es que, con los incentivos
de la reforma laboral para contratar a mayores de 45 años
desempleados, las empresas prefieren emplear, de hacerlo, a personas entre 45 y 50 años, no de más.
Si no tienen trabajo, los mayores de 55 años tampoco se pueden
jubilar. Hasta ahora, podían intentar
hacerlo a los 61 o 63, perdiendo hasta un tercio de su pensión (del
6 al 8% por año). Pero el Gobierno Rajoy
va a dificultar este camino, encareciendo
la jubilación
anticipada, que podría retrasar a los 63 años (y luego a los 65 años): reducirá más lo que se cobra por jubilarse antes y
subirá los años exigidos de cotización (en enero serán 33 años y podría subirlo
a 35). Y también dificultará
la jubilación
parcial (trabajo y
pensión a partir de los 61-63). Además, de aquí a 2027, la jubilación se retrasará hasta los 67, con lo que los mayores de
55 años tendrán que esperar dos años más en el
limbo de los ni-ni.
En definitiva, tenemos 5,2
millones de españoles de 55 a 64 años con un grave problema para mantener su
empleo, encontrar uno o jubilarse. Y hay otros 940.485 personas con 65 y 66
años que lo van a tener en breve. Y 3.220.000 españoles con 50-55 años que tienen casi el mismo problema. En total, 9.384.665
personas, casi uno de cada cinco
españoles “ni-ni” o camino de serlo.
Y a los que no se ofrece una salida, más que la marginación.
Hay que darles una
salida, con medidas en tres frentes: formación (planes
específicos a los parados y en las empresas), incentivos fiscales y contratos
específicos para mayores de 55 años y planes
específicos para jubilarse anticipadamente (como ha
hecho Italia), enlazando subsidios con pensiones, con una atención especial
al drama de los autónomos. Y una campaña de
imagen para promover el potencial de las personas
maduras, el valor de la experiencia en las empresas y la sociedad. Un Plan de choque para clarificar el futuro
de los mayores de 55 años. Rescatarles para que no sean una generación
perdida.
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