domingo, 18 de noviembre de 2012

Mayores de 55 años: los otros "ni-ni"


Mucho se ha hablado de la Generación “ni-ni”, casi 2 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Pero no se habla de los otros “ni-ni”: casi 3 millones de españoles con más de 55 años que ni trabajan ni pueden jubilarse. Están en el limbo, cobrando el paro o malviviendo de la familia. Con la crisis, el paro de los mayores de 55 años se ha cuadruplicado y la mitad llevan más de dos años desempleados. Muchos, con la certeza de que ya no van a poder trabajar nunca. Pero todavía son jóvenes para jubilarse. Y encima ahora, el Gobierno les va a dificultar el jubilarse anticipadamente, aun perdiendo pensión. En resumen, ni trabajo ni pensión para un colectivo con experiencia. Haría falta un Plan de choque para darles una salida. Si no, serán una verdadera generación perdida.
enrique ortega

En España hay 5.223.392 personas que tienen entre 55 y 64 años. De ellos, trabajan  2.460.500, menos de la mitad (47% frente al 56% que trabajan entre 16 y 64 años). Otros 503.900 están en paro (tasa del 17%, frente al 25% de media) y el resto, 2.258.992 son inactivos, ni trabajan ni buscan empleo (43% frente al 39,8% de inactivos entre 16 y 65 años). En total, pues, hay 2.762.892 mayores de 55 años (el 52% de la población entre 55 y 64 años) que ni trabajan ni están jubilados: están en el limbo de los “ni-ni”.

Con la crisis, han aumentado los mayores de 55 años que buscan trabajo, sobre todo mujeres: una vez cuidados los hijos (y los padres) vuelven a buscar cualquier empleo, para ayudar en casa, máxime si el marido o los hijos están en paro. Por eso, el empleo ha subido sólo en esta edad en el último año (EPA), con 28.400 mujeres (+55 años) más trabajando (y 2.800 hombres), sobre todo en limpieza, servicios y autónomos. Pero como no hay trabajo suficiente para los que lo buscan, ha aumentado más el paro: +98.800 en el último año. Y con la crisis, el paro entre los mayores de 55 años se ha cuadruplicado: de 131.700 (2007) a 503.900 parados (2012).

En el último año, el mayor aumento del paro en España se ha dado entre los mayores de 55 años (+24,4% frente a una subida global del +16,6%). Y eso porque las empresas, después de despedir a los jóvenes con contratos temporales, han pasado a echar al personal de más edad, con sueldos más altos, al amparo de la reforma laboral del Gobierno Rajoy, que facilita “limpiar plantillas”, cambiar un mayor de 55 años por un joven con la tercera parte de sueldo. Y muchas empresas con beneficios, como Telefónica, bancos y Cajas, han despedido a mayores de 50 años, con cargo a los contribuyentes (paro y jubilaciones anticipadas), una medida que este Gobierno acaba de encarecer (cuando ya se ha despedido a la mayoría).

El problema no es sólo que haya más de medio millón de parados con más de 55 años, sino que dos tercios llevan más de un año sin trabajo y la mitad más de dos, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Y muchos tendrán problemas para encontrar empleo por su baja formación: casi la mitad de los parados +55 tienen sólo educación primaria (23,4%) o secundaria (18,3%), aunque el 8,3% tiene educación superior.

De momento, 584.900 mayores de 55 años cobran algún tipo de desempleo, la mayoría (323.000) el subsidio asistencial de 426 euros al mes hasta que se jubilen (sólo lo cobran los que tengan ingresos anuales inferiores a 5.772 euros y hayan cotizado más de 15 años). Pero aquí, el Gobierno Rajoy ha hecho en julio dos recortes importantes. Uno, subir este subsidio de los 52 a los 55 años, con lo que dejan de cobrarlo unos 90.000 parados. El otro, que el Estado va a cotizar por los parados mayores de 55 años el mínimo (antes, el 120% del mínimo), con lo que su futura pensión será más baja. Los autónomos mayores de 55 años lo tienen peor: no tienen paro (salvo que se lo paguen cotizando aparte) y si se quedan sin trabajo tienen que seguir cotizando ellos para tener un día pensión (un 41% más baja que la media).

Salir del paro no es fácil para los mayores de 55 años: su edad es un”inconveniente y más a partir de los 60 años. Las pocas empresas que contratan buscan jóvenes baratos y huyen de contratar “seniors”, acostumbrados a ganar más y “tragar menos” condiciones precarias. Y con el “sambenito” de no estar reciclados, de no ser flexibles a los cambios y las nuevas tecnologías. Y así, las empresas pierden experiencia, responsabilidad y competitividad.

Por otra parte, no están funcionando los incentivos para contratar a mayores, ni siquiera el contrato bonificado en el que el trabajador recibe la mitad de los que cobraba en el desempleo y la empresa completa el resto del salario y se ahorra 1.300 euros año en  cotizaciones. O la reducción de un 40% en las cuotas SS por contratar a un mayor de 59 años. Y es que, con los incentivos de la reforma laboral para contratar a mayores de 45 años desempleados, las empresas prefieren emplear, de hacerlo, a personas entre 45 y 50 años, no de más.

Si no tienen trabajo, los mayores de 55 años tampoco se pueden jubilar. Hasta ahora, podían intentar hacerlo a los 61 o 63, perdiendo hasta un tercio de su pensión (del 6 al 8% por año). Pero el Gobierno Rajoy va a dificultar este camino, encareciendo la jubilación anticipada, que podría retrasar a los 63 años (y luego a los 65 años): reducirá más lo que se cobra por jubilarse antes y subirá los años exigidos de cotización (en enero serán 33 años y podría subirlo a 35). Y también dificultará la jubilación parcial (trabajo y pensión a partir de los 61-63). Además, de aquí a 2027, la jubilación se retrasará hasta los 67, con lo que los mayores de 55 años tendrán que esperar dos años más en el limbo de los ni-ni.

En definitiva, tenemos 5,2 millones de españoles de 55 a 64 años con un grave problema para mantener su empleo, encontrar uno o jubilarse. Y hay otros 940.485 personas con 65 y 66 años que lo van a tener en breve. Y 3.220.000 españoles con 50-55 años que  tienen casi el mismo problema. En total, 9.384.665 personas, casi uno de cada cinco españoles “ni-ni” o camino de serlo. Y a los que no se ofrece una salida, más que la marginación.

Hay que darles una salida, con medidas en tres frentes: formación (planes específicos a los parados y en las empresas), incentivos fiscales y contratos específicos para mayores de 55 años  y planes específicos para jubilarse anticipadamente (como ha hecho Italia), enlazando subsidios con pensiones, con una atención especial al drama de los autónomos. Y una campaña de imagen para promover el potencial de las personas maduras, el valor de la experiencia en las empresas y la sociedad. Un Plan de choque para clarificar el futuro de los mayores de 55 años. Rescatarles para que no sean una generación perdida.

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