Enrique Ortega |
La televisión es un invento que cumple pronto 80 años (empezó en Nueva York el 1 de julio de 1941) y que no ha parado de evolucionar. A España llegó en 1956, primero en blanco y negro y desde 1972 en color, con las Olimpiadas de Múnich. El tercer hito fue la llegada de las TV privadas, con Antena 3 (enero 1990), Tele5 (marzo 1990) y Canal+ (junio 1.990). Y el cuarto hito fue la irrupción de las TV de pago españolas (Movistar 2013) y la posterior llegada de las plataformas internacionales de TV de pago: Netflix (octubre 2015), HBO (noviembre 2016), Amazon Prime (diciembre 2016), Sky TV (septiembre 2017), DAZN (canal de deportes, febrero 2019), Apple TV+ (noviembre 2019) y Disney+ (marzo 2020).
La TV de pago ha revolucionado el negocio de la TV, en el mundo y en España. Y enseguida se ha hecho con el mercado, tanto con los abonados como con la facturación. Ya en 2016, la facturación de la TV de pago superó a la TV tradicional en España: 1.886 millones facturados frente a 1825 millones la TV en abierto, según las estadísticas de la Comisión de la Competencia (CNMC).Y así ha seguido, creciendo año tras año y ganando cuota de mercado: 2.192 millones facturados en 2019 frente a los 1.724 ingresados por la TV en abierto. Y en 2020, con la pandemia, la TV de pago casi ha estabilizado sus ingresos (2.114 millones facturados, -3,5%), mientras bajaban los ingresos de la TV en abierto (1.439 millones, -16,5%), al bajarles mucho los ingresos por publicidad.
El empuje de la TV de pago se ve también en sus abonados, que se han duplicado. En 2013 eran sólo 4 millones (de las telecos) y con la llegada de las plataformas extranjeras se dio el salto a 6,14 millones en 2016 y 7,21 millones en 2019. En 2020, con la pandemia y el confinamiento, la TV de pago consiguió casi 1 millón de abonados más, cerrando el año 2020 con 8.191.000 abonados, según la última estadística de la CNMC. El 78% de estos abonados lo están a través de los paquetes “quíntuples” (teléfono fijo y móvil, Internet fija y móvil más TV de pago) que contratan con las telecos, que son las que les canalizan la mayoría de las ofertas de TV de pago. De esos casi 8,2 millones de abonados a la TV de pago, Movistar controla 3.930.866 abonados (48%), Vodafone otros 1.609.686 (19,65%), Orange tiene 673.974 clientes con TV de pago (8,2% del mercado) y Euskaltel 454.601 abonados más (otro 5,5%), mientras hay 1.522.536 usuarios de la TV de pago (el 18,6%) que la contratan directamente con las plataformas, sin pasar por las telecos, según la CNMC.
El negocio de las TV de pago son las cuotas que pagan los abonados, bien a las plataformas o bien a las telecos para recibir los canales elegidos. En el caso de las TV en abierto, sus ingresos proceden casi en exclusiva de la publicidad, que ha caído con la pandemia. En 2020, la publicidad en TV facturó 1.640 millones de euros, una caída del -18,4% sobre 2019, según Infoadex. El 89% de esa publicidad fue a las TV en abierto (1.459,2 millones, -19,2%), pero la TV de pago consiguió 99,7 millones de publicidad (-8,9%), arañando un 6,1% del pastel publicitario televisivo (frente al 5,4% de 2019), más que las TV autonómicas (79,3 millones de ingresos publicitarios) y las TV locales (2 millones).
Crecen los abonados y se mantienen los ingresos de la TV de pago, mientras crece también su audiencia. En 2020, con la pandemia, creció en España el consumo de TV, cerrando el año con una media de 222 minutos de televisión por persona y día, 11 minutos más que a finales de 2019, según la CNMC. Y de ese consumo de TV, las tres cuartas partes de la audiencia (75,2%, frente al 80,7% que tenían en 2015) se la llevaron las TV en abierto (14,9% Tele5, 12,9% Antena 3 y 9,3% la 1 de TVE). Pero el resto de la audiencia se la llevó la TV por satélite (1,4%) y la TV de pago (por cable e IP), que ha saltado de tener una audiencia del 16,2% en 2015 al 22,4% en 2019 y el 23,4% en 2020, según la CNMC.
En definitiva, que la TV
de pago no deja de crecer y ya la ven
casi la mitad de los hogares españoles (8,2 millones de abonados de 18,7 millones de hogares). Y la
mitad de los hogares con Internet, según el panel de
hogares de la CNMC, cuando a finales
de 2019 sólo la veían el 37,1% de
los hogares con acceso a Internet. Algunas estadísticas privadas estiman que
hay casi 10 millones de clientes de las TV de pago en España: 9.753.000
a finales de 2020, según
la consultora Digital Research. De ellos, un 43% serían clientes de Netflix (4.175.000 abonados), seguidos
de Amazon Prime (1.252.000 abonados), Disney+ (1.252.000 clientes), HBO
(731.000), Apple TV+ (42.000) y otros (2.300.000 abonados). Como los abonos permiten la visión en varios dispositivos y
de distintas personas, el Barómetro
de la OTT estima que hay más de 14
millones de españoles que ven Netflix, 5,8 millones que ven Amazon Prime y 3,7
millones que ven HBO.
El “boom” de la TV de pago se está dado en todo el mundo, sobre todo ahora en Europa, después de haberse alcanzado un cierto “techo” en EEUU. En 2020, la TV de pago facturó 142.000 millones de euros en el mundo, con un beneficio de 15.000 millones. Pero en el primer trimestre de 2021, tras lo peor de la pandemia, el negocio se ha disparado: Netflix alcanzó 5.960 millones de facturación y unos beneficios récord de 1.420 millones, el doble que en el primer trimestre de 2020. Por eso, las grandes compañías de ocio y entretenimiento multiplican sus operaciones en el sector. El 16 de mayo se ha anunciado la fusión de Warner Media (propietaria, a través de la AT&T de HBO, Cartoon Network, Warner Bross, TNT, TBS y la CNN) y la compañía rival Discovery para promover contenidos para la TV de pago y competir con Netflix, Disney y Amazon. Y el 25 de mayo se anunció que Amazon compra los estudios MGM y su fondo de 4.000 películas.
Una “movida” de compras y fusiones empresariales en un negocio que cuenta ya con más de 700 millones de abonados a la TV de pago, repartidos entre Netflix (208 millones de suscriptores en abril 2021), Amazon Prime Vídeo (200 millones incluidos en la suscripción Prime, aunque la cifra real de suscriptores sea de 96 millones), HBO (140 millones), Disney+ (superó los 100 millones de abonados en marzo) y Apple TV+ (33 millones de suscriptores). La pandemia ha relanzado los abonados, pero ha complicado la oferta, paralizando producciones de películas y series en todas las plataformas, que ahora se están relanzando. De hecho, Netflix planea ofrecer 1 película o serie original a la semana en 2021.
En España, las compañías de telecomunicaciones (las “telecos”), que fueron las primeras en ofrecer la TV de pago, se han adaptado a la competencia de las nuevas plataformas internacionales, incluyéndolas en sus ofertas de TV en lugar de competir con ellas. Movistar ya ha incorporado a sus paquetes Netflix, Disney+ o DAZN (canal de deportes) y lo mismo hace Vodafone (integra la oferta de Netflix, HBO, Amazon Prime Vídeo y Filmin), en tanto Orange ofrece un amplio abanico de canales temáticos.
Las TV en abierto también han reaccionado a la competencia de las telecos y las plataformas de pago internacionales. En julio de 2019, Atresmedia creó la plataforma “Atresmedia Player”, que emite contenidos específicos (preestrenos, series exclusivas y programas en abierto sin publicidad) por una cuota mensual de 2,99 euros (y el primer mes gratuito). Y también en julio de 2019 arrancó la plataforma de Mediaset, “Mitele Plus”, que ofrecía una versión básica de contenidos a demanda sin publicidad y canal 24 horas de Gran Hermano por 2,50 euros al mes o una versión de 30 euros al mes que incluía futbol, vídeos, estrenos y cine (después del verano de 2020, ya no ofrecen el fútbol). Según sus datos, a finales de 2020, Atresmedia tenía 452.000 suscriptores de Atresmedia Player Premium y “Mitele Plus” 109.000 suscriptores (186.000 en febrero de 2021).
Las telecos han hecho con la nueva oferta de suscripción de la TV en abierto lo mismo que con las plataformas de TV de pago: integrarlas en sus ofertas de TV a los clientes de teléfono e Internet, pactar con Atresmedia y Mediaset en lugar de pelearse. Así, en enero de 2021, Vodafone incorporó Atresmedia Player Premium dentro de su oferta de TV. Y desde marzo, está también disponible para los clientes de Movistar, que incorporará pronto también la oferta de Mitele Plus a sus clientes. Mejor dentro que haciendo la competencia fuera.
Al final, hay 6.179.783 clientes de las telecos que tienen contratado un “paquete quíntuple” (teléfono fijo y móvil, Internet fijo y móvil y TV de pago), la modalidad más contratada y que ha dado un tremendo salto en estos años, porque sólo había 699.645 paquetes con TV en diciembre de 2013 y 3,5 millones en diciembre de 2015, según la CNMC. El precio medio del “paquete quíntuple” es de 80,6 euros al mes, frente a 50,1 euros de media el paquete “cuádruple”, lo que significa que el cliente paga 30 euros al mes de media por acceder a los numerosos canales de TV de pago que ofrecen las telecos. Los expertos señalan que el precio de este paquete quíntuple, con TV, es más caro en España que en la media de Europa (donde roza los 68 euros). Y sin embargo, las tarifas de Netflix, HBO o Amazon Prime son similares en España a las del resto de Europa. Y más baratas que los paquetes de TV, lo que hace que cada vez más personas contraten directamente con las grandes plataformas, pagando una cuota baja, que va de 8,99 euros mensuales HBO o Disney+, 3,99 Amazon Prime o una franja de 7,99 a 15,99 euros (dependiendo los dispositivos) en Netflix.
El “boom” de la TV de pago va a seguir cuando acabe la pandemia y salgamos más. La estimación para España es que pasemos de los 9,7 millones de abonados de 2020 a los 17 millones en 2025, según la consultora Digital Research, con 6,2 millones de abonados en Netflix, 3,47 en Disney+ y 2,16 millones en Amazon Prime.
Pero ojo, el auge de la TV de pago es sólo la muestra del auge de un nuevo negocio a través de internet: la economía de las suscripciones. Son servicios y productos que se ofrecen a cambio de una cuota mensual (o anual), como en su día pagaban las familias una Enciclopedia o el famoso Círculo de Lectores (libros a cambio de una cuota mensual). En el mundo, este nuevo negocio de las suscripciones facturará este año 2021 un total de 191.000 millones de euros, un 30% en Europa (58.000 millones). Y España espera facturar 3.170 millones este año, con 29,4 millones de suscriptores, según los datos de Telecoming. Y dentro de 4 años, en 2025, España podría tener 62 millones de suscriptores de todos estos servicios y productos, facturando 8.100 millones de euros y posicionándose como el 4º país europeo con más negocio de suscripciones, tras Alemania, Reino Unido y Francia.
Hoy, un tercio de este nuevo mercado de suscripciones (33% de cuota) lo acapara el negocio del vídeo y la TV de pago. Le siguen las propuestas multiservicio (26% de cuota en el negocio de la suscripción), destacando Amazon Prime o Apple One. Y otras ofertas, como la música por suscripción (Spotify y otros), con un 9,9% de abonados, los podcast (3,7%) y los juegos online por suscripción (2,8%), así como los servicios de libros y revistas. El tercer gran bloque son las cajas de productos (19% de cuota de mercado), “un mundo” de ofertas (ver un resumen): cajas de belleza, cajas de animales, “Mystery Boxes”, cajas de lectura, cajas de café, cajas de comida gourmet, cajas de cerveza artesanal, cajas de vinos, cajas de ropa… Se paga una cantidad al mes y el cliente recibe estas cajas de productos, según sus gustos. Un negocio que se basa en pequeños pagos recurrentes (apenas se notan), que aseguran unos ingresos y márgenes medio fijos, que mantienen a pequeños emprendedores. Y uno de los servicios con más crecimiento es la suscripción MaaS “Mobility as a Service), que ofrece el alquiler de vehículos por meses, por una cuota desde 193 euros.
Y así con todo lo que uno pueda imaginar: suscripción para
recibir asesoría jurídica, atención a mayores, gestoría online, entradas de
cine, gimnasios, flores, cortes de pelo…Un universo de servicios a cambio de
una cuota mensual que se puede anular cuando se quiera. Un negocio
de suscripciones,
propiciado por múltiples plataformas de ofertas de servicios, de las que la TV
de pago es la más conocida y la que más factura, pero no la única. Otra
economía que crece imparable, a costa de servicios y cuotas “low cost” y de
empleos y salarios también “low cost”. Un
mundo difícil de abarcar y controlar, que
configura parte de nuestro futuro. Atentos.
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