Los efectos del coronavirus son desiguales como la vida misma. La pandemia se ha cebado sobre Italia (10.023 muertos) y España (6.258 muertos), mientras apenas afecta a Alemania (325 muertos), Holanda (771), Austria (86 muertos), Finlandia (11), Suecia (110) o Dinamarca (72), que quizás por eso (y por el miedo a la ultraderecha) se resisten a ayudar a la Europa del sur. En España, la pandemia se ha cebado en Madrid (3.082 muertos), Cataluña (1.226), Castilla la Mancha (539), Castilla y León (380) y Euskadi (207 muertos), con grandes diferencias de gasto sanitario y medios, y en los ancianos (2 de cada 3 muertos son mayores de 80 años). En la emergencia económica, unos pocos sectores protagonizan los 2 millones de trabajadores temporalmente sin empleo, mientras hay otro millón de despedidos (el 75%, trabajadores temporales). Y los parados, madres solas con hijos, emigrantes, jóvenes y ancianos pobres sufren más la emergencia social. Urgen medidas desiguales, concentradas en los paises, autonomías y grupos sociales que más sufren esta emergencia. Y lo mismo después, en la reconstrucción. Hay que “plantarse” ante Europa.
enrique ortega |
Llevamos las 2 primeras semanas confinados y parece que lo peor ha pasado, aunque queda mucho por delante: llevamos varios días en que los nuevos contagios crecen menos (del +40% que crecían en la primera mitad de marzo al +20% en la segunda mitad y un +9% ayer domingo), aunque aumentan las muertes y los datos son muy graves: 78.796 contagiados y 6.258 muertos ayer, lo que nos sitúa como el 4º país del mundo con más afectados (tras los 124.509 de EEUU, los 92.472 de Italia y los 82.120 de China) y el 2º país con más muertos (tras los 10.023 de Italia). Ahora, quedan 2 semanas duras, con un aumento de ingresos en UCI y más muertes, a las que seguirán uno o dos meses duros, con bajada de la curva pero una gran tensión sanitaria, económica y social.
Lo primero que choca es la desigual gravedad de la pandemia en Europa. Los datos disponibles quizás no revelen la realidad y haya más contagiados de los reconocidos, pero las estadísticas oficiales revelan que hay una enorme diferencia en el contagio del coronavirus en Italia (92.472 contagiados, 117,92 por 100.000 habitantes) o España (78.796 contagiados, 151,04 por 100.000 habitantes) frente a la Europa rica del norte: Alemania (48.582 contagiados, 54,10 por 100.000 habitantes), Francia (37.575 y 49,37), Holanda (10.866, 62,87), Austria (8.486 y 95,46), Bélgica (10.836 y 94,59), Suecia (3.700 y 36,16), Dinamarca (2.395 y 41,25) o Finlandia (1.221 y 22,13), con menos contagios en Reino Unido (17.089, 23,61 por 100.000 habitantes) y aún menores en Portugal (5.962,un 58,01 por 100.000) y Grecia (1.061, el 9,89).
Pero si contamos los muertos, el impacto más grave de esta pandemia, la mortalidad se ha cebado aún más sobre Italia (10.023 muertos, el 10,8% de los contagiados) y sobre España (6.258 muertos, el 8,3%) que sobre Alemania (325 muertos, el 0,7% de los contagiados, pero ojo: sólo cuentan los muertos en hospitales), Austria (86 muertos, el 1,01%), Bélgica (431 muertos, el 3,97%), Suecia (110 muertos, el 2,97%), Dinamarca (72 muertos, el 3%) o Finlandia (11 muertos, el 0,9%). Y tienen también menos letalidad Francia (2.314 muertos sólo en hospitales, el 6,15% contagiados), Holanda (771 muertos, el 7,09%), Reino Unido (1.228 muertos, el 6,29%), siendo mínima en Portugal (119 muertos, 1,99%) y Grecia (32 muertos, 3,01%).
La pregunta del millón es ¿Por qué España e Italia tienen más porcentaje de contagios y, sobre todo, más muertes por coronavirus? Los expertos apuntan varias causas: las estadísticas no son homogéneas, reaccionaron con retraso al aislar a los contagiados, han hecho menos test (160.000 en la primera semana en Alemania y 30.000 en España), los primeros enfermos eran más jóvenes en Alemania, hay menos proporción de ancianos en la Europa del norte que en España e Italia (en Alemania es similar), hay menos contactos familiares (en la Europa del norte hay más jóvenes que viven fuera de casa) y una menor cultura de relaciones y “vivir en la calle”. Pueden ser factores que lo expliquen, pero hay otro más clave: el desigual gasto en salud y las infraestructuras sanitarias.
Porque algo tendrá que ver el hecho de que España sea el 4º país europeo que más ha recortado el gasto sanitario entre 2008 y 2013 (-1,4%), tras Grecia (-9,4%), Islandia (-3%) y Portugal (-1,9%), e Italia sea el 5º con más recortes (-0,9%), mientras Alemania lo aumentaba un +2,1% y Corea (otro país con pocos muertos por coronavirus: 158) lo aumentaba un 5,4%, según datos del informe “Panorama de la salud 2019” de la OCDE. En el caso de España, el gasto sanitario se redujo en -9.787 millones entre 2009 y 2014 (se perdieron 1 de cada 7 euros), según los datos de Hacienda. Y entre 2010 y 2014 se perdieron 41.000 empleos sanitarios (-11.000 médicos y -30.000 enfermeras). A partir de 2015, el gasto y las plantillas aumentaron pero ha sido insuficiente: todavía hay 35.000 empleos menos y el gasto sanitario público en 2018 (70.804 millones) era todavía inferior al de 2009 (72.239 millones).
Al final, estos recortes han agravado la brecha en el gasto sanitario de España (e Italia) con Europa y los paises del norte : el gasto sanitario per cápita en España es de 3.323 euros (y de 3.428 en Italia), casi la mitad que en Alemania (5.986 euros), Suecia (5.447), Austria (5.395), Dinamarca (5.288), Holanda (5.288) e inferior a Francia (4.965), Finlandia (4.228) o Reino Unido (4.070 euros por habitante). Y esto se traduce en menos médicos (3,9 médicos por 1.000 habitantes en España y 4 en Italia frente a 4,3 en Alemania), muchas menos enfermeras (5,7 por 1000 habitantes en España y 5,8 en Italia frente a 12,9 en Alemania), menos camas de hospital (3 en España por 1.000 habitantes y 3,2 en Italia frente a 8 en Alemania y 12,3 en Corea) y, sobre todo, menos camas en UCI (9,7 por 100.000 habitantes en España y 12,5 en Italia frente a 29,2 en Alemania y 12,6 en Corea), según la OCDE.
Y ahora vayamos al desigual impacto del coronavirus dentro de España. La pandemia se ha cebado sobre todo en la comunidad de Madrid (22.677 contagiados, 287,14 por cada 100.000 habitantes) y Cataluña (15.026 contagiados, 186,46), seguidas del País Vasco (5.740, 231,45 por 100.000), Castilla y León (5.414, 213,46), Castilla la Mancha (5.246 y 238,33), Comunidad Valenciana (4.784 contagiados, 87,42 por 100.000 habitantes) y Andalucía (4.682 contagiados, sólo 50,45 por 100.000 habitantes), , según los datos de Sanidad. Y de momento se han "librado" Ceuta (21 contagios), Melilla (48), Murcia (872, 55,62 por 100.000 habitantes), Baleares (958 y 79,69), Cantabria (1.023 y 167,28), Asturias (1.088 y 92,88), Canarias (1.125 y 47,18), Extremadura (1.456 y 127,47) y la Rioja (ojo: 1.629 contagios, pero el índice más alto de España, 419,51 por 100.000 habitantes).
Lo más preocupante son los muertos y aquí el índice de letalidad varía mucho por autonomías. La mayor mortalidad se da en la comunidad de Madrid (3.082 muertos, el 13,59% de los afectados, superior al 8,3% de media en España), seguida de Castilla la Mancha (539 muertos y un 10,27% de letalidad), Cataluña (1.226 muertos y un 8,15% de letalidad), Castilla y León (380 muertos y un 7.01% de letalidad) y Extremadura (sólo 100 muertos, pero un 6,8% de letalidad), . Y a la cola en mortalidad por coronavirus se sitúan Ceuta (1 muerto), Melilla (1), Murcia (20, el 2,2%) y Galicia (60 muertos, el 1,9%), mientras el País Vasco (265 muertos, 4,6% letalidad), Navarra (84 muertos, 4,17% letalidad) y Andalucía (207 muertos, 4,42% letalidad) tienen muchos contagios pero menos mortalidad, según los datos que difundió ayer el Ministerio de Sanidad.
La segunda pregunta del millón: ¿por qué hay tanta diferencia en el impacto del coronavirus por autonomías? Los expertos utilizan varios argumentos: mayor o menor concentración de población (deportes, manifestaciones, eventos), diferente intervención a la hora de aislar primeros afectados, mayor número de ancianos en la región (caso de las dos Castillas) y distinta infraestructura sanitaria. Y aquí también, hay que recordar otro factor clave: el desigual gasto en salud y las diferentes infraestructuras sanitarias.
Todas las autonomías hicieron recortes en sanidad con la crisis, pero unas más que otras. Así, los presupuestos autonómicos en sanidad se recortaron en -3.864 millones entre 2009 y 2018, según este informe de los Directores y Gerentes de Servicios Sociales, un -6,02% de media, con 9 autonomías que hicieron recortes: Cataluña (-3.328,2 millones, el -27,51%), Castilla la Mancha (-371,9 millones, el -11,83%), Aragón (-192,1 millones, el -7,96%), Extremadura (-100,3 millones, el -5,89%), Madrid (-381,2 millones, el -4,78%), La Rioja (-18,5 millones, el-4,11%), Galicia (-79,5 millones, el -2,02%), Andalucía (-109,4, el -1,11%) y Canarias (-13,5 millones, el 0,46%).Mientras, las 8 autonomías restantes gastaban más en sanidad en 2018 que en 2009, sobre todo Baleares (+18,64%), Navarra (+9,55%), Cantabria (7.05%) y País Vasco (+4,55%).
Al final, estos distintos recortes autonómicos han agravado la brecha en el gasto sanitario entre regiones. Así, las dos autonomías que menos gastan por habitante (2018) son Cataluña (1.153,66 euros) y Madrid (1.154,20 euros), las dos más afectadas por el coronavirus, seguidas de Andalucía (1.161,14 euros), Murcia (1.254,89) y Comunidad Valenciana (1.285), las 5 autonomías que gastan menos de la media española (1.295,82 euros por habitante), según el informe de los Directores de Servicios Sociales. Y a la cabeza del gasto sanitario están el País Vasco (1.690,43 euros, un 46,5% más que en Cataluña o Madrid), Navarra (1.629 euros por habitante), Asturias (1.623) y Aragón (1.520 euros).
Esto se traduce en diferentes medios sanitarios, desde médicos y enfermeras a camas de hospital, según se detalla en este Informe de la Federación en Defensa de la Sanidad pública. Y sobre todo, en las camas en UCI : 7,4 camas en UCIs públicas por 100.000 habitantes en Madrid (más 3,5 en centros privados) frente a 9,1 en la Comunidad Valenciana, 9 en Extremadura, 8,7 en Canarias (más 2,3 privadas) , 8,6 en Aragón, 7,6 en Murcia y Castilla la Mancha frente a sólo 6,9 UCIs públicas en Cataluña (más 1,9 privadas), 6 en la Rioja, 6,8 en Andalucía y 6,9 en Cantabria.
El impacto del coronavirus no sólo es desigual entre las autonomías sino también entre los españoles, según Sanidad. Sufren más la pandemia los hombres (50,09% contagios y 62,7% de las muertes) y los mayores: la mitad de los contagiados (48%), el 68% de los hospitalizados, el 70% de los que están en la UCI y el 95,3% de los muertos tienen más de 60 años. Y sobre todo, la pandemia se ha cebado en los mayores de 80 años: son el 59,7% de los muertos.Este mayor impacto del coronavirus entre los ancianos tiene mucho que ver con la penosa situación de las residencias de ancianos en España, dado que el 63% de los muertos por coronavirus estaban en una residencia (1.517 muertos hasta el jueves, más de 1.000 en Madrid). En España hay 5.417 residencias, con más de 300.000 ancianos alojados, el 72 % en residencias privadas, gestionadas en su mayoría por inversores extranjeros y empresarios españoles, con mínimos recursos humanos y materiales, como reflejé en un blog reciente. Y ahora han colapsado, agravando nuestra alta mortalidad.
Ahora, la emergencia sanitaria continúa, suavizando la curva de contagios en Madrid y el País Vasco, agravándola en Cataluña, Castilla la Mancha y avanzando en Castilla y León, Comunidad Valenciana y Andalucía, retardando su impacto en el resto del país. Es prioritario reordenar la oferta, priorizando Madrid y Cataluña y ayudando al resto, como ha hecho Galicia prestando respiradores a Madrid. Y resulta clave ampliar las camas UCIs y los profesionales utilizando al máximo la sanidad privada, que tiene un 60% de los hospitales (460) y muchas UCIs: es una inmoralidad que cierren servicios e incluso soliciten un ERTE para 28.000 profesionales sanitarios mientras los sanitarios públicos duplican jornada y se contagian (12.298 hasta hoy). Urge ampliar los laboratorios de análisis, que son hoy un cuello de botella. Y crear de una vez una Reserva estratégica de mascarillas, guantes, batas, respiradores, medicamentos, hospitales de campaña, UCIs y personal, porque la batalla sanitaria va para largo.
Mientras, la emergencia económica avanza cada día que el país sigue confinado y paralizado. Ya empiezan a conocerse los primeros datos, que irán a más en las próximas semanas: 225.000 ERTEs el jueves pasado, que suponen 1,7 millones de trabajadores para los que se pide una paralización temporal de empleo. Y en paralelo, 1 millón de trabajadores que han sido despedidos (el 75%, trabajadores con contrato temporal) este mes de marzo, según ha denunciado CCOO. En total, nos acercamos a 3 millones de trabajadores sin empleo y que tendrán que cobrar el paro, este mes y el que viene, al menos. Y aquí, la emergencia económica es también muy desigual, porque afecta sobre todo a una serie de sectores (hostelería, turismo, automóvil, comercio y ocio) y más a unas provincias que a otras (Canarias, Baleares, Madrid, Cataluña, litoral mediterráneo). Y más a pequeñas empresas y autónomos que a grandes compañías. Aquí, algunas son “responsables”, como el Santander (que dice que no hará ERTEs) o Inditex (que “aguantará” hasta el 15 de abril), pero no otras con abultados beneficios, como el Corte Inglés o el Barça, que han pedido ERTEs.
Frente a este tremendo impacto económico del coronavirus, el Gobierno ha aprobado dos paquetes de medidas que permiten no pagar cotizaciones a las empresas afectadas y también a los autónomos que cierren o reduzcan un 75% su actividad (cobrarán un mínimo de 661 euros y se ahorrarán 289 en cotizaciones).Y se movilizan 200.000 millones en créditos a empresas y autónomos, con un 80% de aval público (70% en caso de grandes empresas). Además, hay una moratoria de 6 meses en el pago de hipotecas a los españoles afectados por el coronavirus y no se les podrá cortar la luz, el gas o Internet por impago. Ahora se estudian nuevas medidas para que las empleadas de hogar (400.000) cobren un subsidio (del 70% de la base de cotización) y una moratoria en los alquileres a pymes, autónomos, empresas y particulares (asegurando que el propietario reciba el pago del alquiler con fondos públicos). Otra medida aprobada el viernes fue prohibir temporalmente los despidos por coronavirus, como hizo Italia.Y desde hoy lunes, se paralizan los trabajos "no esenciales" hasta el 9 de abril, otra "vuelta de tuerca" que puede ayudar pero que agravará la recesión.
La emergencia sanitaria ha provocado una emergencia económica ya visible y va a acarrear una emergencia social, sobre colectivos que ya habían sufrido más la crisis y que ahora serán los mayores “paganos” del coronavirus (por detrás, claro de los muertos y sus familias): parados antiguos (hay que ampliar el paro a los que se les acaba) y nuevos, madres solas con niños, emigrantes, ancianos y algunos jóvenes, pobres que ahora lo van a pasar peor. Son esos 8,5 millones de españoles que el último Informe FOESSA (Cáritas) calificaba como “vulnerables”, por su paro, empleo precario, formación o problemas de vivienda, educación o pobreza infantil. Ahora necesitan más ayudas sociales y dar recursos a las ONGs, Cáritas y la Cruz Roja. No en vano, el coronavirus ha hecho que Luis de Guindos, uno de los responsables de los recortes y ahora vicepresidente del BCE, defienda ahora la renta mínima. El Gobierno, que la había prometido, estudia implantar un ingreso mínimo vital, que será clave para afrontar la emergencia social del coronavirus.
Todas las medidas sanitarias, económicas y sociales contra el coronavirus tienen dos fases: unas son medidas urgentes, que habrá que aplicar y aumentar día a día, y otras vendrán después, cuando se acabe el confinamiento y haya que reconstruir la economía y el país. En conjunto, el esfuerzo económico será tremendo, miles de millones de euros para un país que tiene uno de los mayores déficits públicos de Europa (el -2,2%) y una elevadísima deuda pública acumulada durante la crisis (más de un billón de euros, casi el 100% del PIB). Con las medidas que hay que tomar, el déficit se puede ir al 8 y al 10% del PIB (como en 2009) y la deuda llegaría al 120% del PIB. Un esfuerzo imposible sin ayuda externa, tanto de los inversores (deuda) como de Europa.
Pero Europa no está por la labor, según se vio el jueves, en la segunda Cumbre europea por videoconferencia. Los paises ricos del norte, encabezados por Alemania y Holanda (con Austria, Finlandia, Dinamarca y Suecia detrás) no quieren oir hablar de Planes de ayuda extraordinarios a la Europa del sur, en concreto a Italia y España. Y nos dicen que ahí está el sistema de financiación del MEDE, un Fondo que puede prestar hasta 500.000 millones y del que salió el dinero para Grecia, Irlanda y Portugal y para el rescate bancario de España en 2012. Pero esto exige “pedir un rescate” y someterse a la disciplina de Bruselas, dejar que los “hombres de negro” nos intervengan la economía. Y además, pedir ayuda sólo los 2 paises sería “señalarnos” ante los mercados, que nos pedirían más por prestarnos dinero.
El italiano Giuseppe Conte y Pedro Sánchez no quieren pedir ningún "rescate", porque esta emergencia económica es por una pandemia, no por una discutible gestión económica. Y una pandemia que afecta a toda Europa y al mundo. Por eso, España e Italia piden tres medidas. Una, que se emitan eurobonos (“coronabonos”), para financiar las necesidades de reconstrucción de ambos paises y la lucha contra la recesión que va a desplomar la economía europea (se estima una caída del PIB del -5% en 2020 en la UE-27 y del -3% en España). Eso supone emitir una deuda europea, que se podrá colocar con más seguridad y menos interés que si la colocan Italia o España. La segunda, aprobar un gigantesco Plan de reconstrucción europeo, una especie de “Plan Marshall”, para financiar inversiones públicas que ayuden a salir de la recesión. Y tercero, un subsidio de paro europeo.
Alemania, Holanda y los paises del norte han dicho no, de entrada, aunque la Comisión Europea se da dos semanas para buscar alternativas. El problema de fondo es que la Europa rica no quiere pagar más por ayudar a España e Italia, como ya pasó en la crisis de 2010-2015 con Grecia, Portugal, Irlanda y España. Pero hoy hay otra razón política: la ultraderecha es muy poderosa, en Alemania, Holanda y norte de Europa y sus dirigentes temen que si son “solidarios” con España e Italia, lo aproveche la extrema derecha y avancen en las próximas elecciones, gracias a una opinión pública cada vez más conservadora, egoísta y nacionalista. ¡Sálvese quien pueda¡
Todo apunta a que podemos esperar poco de Europa, salvo que el número de muertos por coronavirus avance en Francia (así Macron podría ponerse más a nuestro favor) o en Alemania y el norte de Europa. Sería trágico, pero nos ayudaría. Hay que “plantarse” ante Europa: así no nos vale de nada. Y si no conseguimos ayuda europea, sólo queda tomar las medidas que haga falta y ya veremos después cómo lo pagamos, con deuda e impuestos. Porque la prioridad ahora es salvar vidas, empleos y empresas. Y sin más desigualdad, que bastante hay ya. Todos a ello. Y ¡ánimo! Parece que ha pasado lo peor, pero esto va para largo. Aguantemos unidos.
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