La recuperación
tampoco llega a la Cultura: el consumo
cultural de las familias ha caído un tercio desde 2007, si
contamos la inflación. Y el Estado,
autonomías y ayuntamientos se gastan
en cultura un 33% menos que antes de la crisis. El resultado es desolador:
el 40% de españoles no leen nunca, el 60% no pisa un museo, el 77% no va al teatro, el 75% no asiste a un concierto y el 46% no va
al cine. Eso sí, estamos enganchados
al móvil y a Internet y somos los europeos que vemos más TV, tras Italia: 4 horas diarias. Los que no consumen cultura dicen que no es porque sea cara, sino porque “no
tienen interés”. La clave es la
educación más que la renta: los que
más consumen cultura son los españoles con más estudios. Por eso, los
expertos insisten en promover la cultura
desde el colegio y gastar más desde la Administración. Porque un país más culto es también un país más próspero.
enrique ortega |
La crisis hizo caer drásticamente el consumo de los hogares españoles, al desplomarse sus ingresos, que ahora, con la recuperación, todavía son menores que antes de la crisis: 28.200 euros por familia en 2016, aún por debajo de los 32.000 euros de 2007, según el INE. Una caída del 11,8% en el gasto, que no se ha repartido por igual, sino que ha habido partidas donde las familias han restringido más su gasto. Entre ellas, el gasto en cultura: si el récord se dio en 2007, con 374 euros por español, bajó hasta un mínimo de 260,10 euros en 2014, se mantuvo en 2015 y subió hasta 306,70 euros de gasto cultural en 2016 (último año con datos oficiales), una caída del 18,12%, que sitúa el gasto en cultura de los españoles al nivel de 2011. Y si tenemos en cuenta la inflación de estos años (+14,5% entre 2007 y 2016), resulta que el gasto real de los españoles en cultura ha caído casi un 33% en estos diez años.
Pero además, este es un
dato “engañoso”. Porque el INE,
en la Encuesta de Presupuestos Familiares, incluye
en consumo cultural gastos que poco tienen que ver con la cultura. Así, en 2016, casi la mitad de ese “gasto cultural” (el 48%) es gasto en equipos
audiovisuales, ordenadores y tabletas, móviles y cuotas de teléfono e Internet,
en total 147,18 euros anuales por persona. Otro 22,2% son libros y publicaciones, pero aquí se incluye el gasto en libros de
texto, periódicos y revistas, con lo que el gasto en libros no de texto es de
24,30 euros al año por español. Y entrando en lo que se puede considerar “cultura cultura”, quedan dos partidas de
gasto: 38,10 euros al año por
persona en cine, teatro y otros
espectáculos culturales y 3,82
euros anuales en museos, bibliotecas,
parques y similares.
En total, 42 euros al
año por persona en gastos claramente
culturales. El doble de lo que nos gastamos en comprar agua mineral (23,5 euros) o cerveza
(27,62 euros), la tercera parte del gasto en
fumar (124 euros), menos que lo que gastamos en juegos de azar (60.67 euros) y la séptima parte de lo que gastamos en comer o cenar en restaurantes (281,80 euros anuales), según la Encuesta de Presupuestos Familias del INE (2016). Penoso.
Con este gasto
cultural tan bajo, no deberían extrañarnos los datos de hábitos culturales de los
españoles, publicados por el INE y el Ministerio de Educación y Cultura que, año tras año,
revelan que “pasamos” de la cultura. Vean si no: en el último año (2015,
últimos datos oficiales), sólo un 39,4% de españoles fueron a un museo, un 42,8% visitaron un monumento, un 25,6% fueron a una biblioteca, un 62% leyeron, un 23,2%
fueron al teatro, un 2,6% a la ópera, un 7% al ballet, un 8,6% a conciertos
de música clásica, un 24,5% a un concierto de música actual y un 54% al cine… En todos los casos, curiosamente,
acuden más a actos culturales los
jóvenes y personas de mediana edad, más
las mujeres que los hombres. Y en todas los actividades culturales,
la asistencia es mayor en las autonomías
más ricas (Madrid, Navarra y País Vasco, más la excepción de Asturias) y
entre los que tienen un mayor nivel de
estudios. Y consumen también más cultura los que trabajan que los parados y jubilados, sobre todo los que ganan más de 2.000 euros y viven en
grandes ciudades.
Un inciso sobre la
lectura, al hilo del recientemente publicado Barómetro de la lectura 2017. Ahí se indica que un 65,8% de españoles han leído
un libro en el último trimestre, pero hay que restar un 6% que sólo leen por
trabajo, con lo que queda un 59,8% de
españoles “lectores” (que han
leído un libro en los últimos 3 meses). O sea que, un 40% de españoles no lee, frente a un 30% de no lectores en Europa. Si contamos los que han leído un
libro la última semana, bajamos al 47,7% de los españoles. Y lo peor: han bajado los que leen diariamente o casi todos los días: si en 2012 eran
el 31,2%, ahora son el 29,9%. Y
aunque globalmente hay más lectores, se compran menos libros (de 10,9 a 9,4 de
media). Y ha caído también el préstamo de libros en las bibliotecas, que sólo pisan el 25,6% de españoles.
Otra vez, los más lectores son los jóvenes menores de 25 años y las mujeres. Y
algo muy llamativo: cuando se pregunta por qué no leen, los
españoles contestan que por falta de tiempo (47,7%) y porque “no le
gusta/no le interesa leer” (35,1%) o prefiere hacer otras cosas
(18,7%). Sólo un 0,7% de los encuestados dice que no lee “porque los libros son
caros”.
Los españoles no van a museos, a bibliotecas, a conciertos,
al teatro o al cine, pero pasan muchas horas diarias enganchados al móvil y a Internet. Y ahí, acceden a otro tipo de “cultura
online”, aunque la mayor parte del tiempo están subiendo fotos (71,6%),
viendo aplicaciones (67,23%), leyendo prensa digital (66,2%) más que viendo
contenidos audiovisuales(películas, series, vídeos y música, el 59,5%), libros
electrónicos (23,5% internautas), videojuegos (23,3%), cursos de formación
(20,3%) o generando contenidos (19,8%), según la última encuesta 2017 del Observatorio de las telecomunicaciones y la Sociedad de la
Información (ONTSI). Eso sí, la mayoría
de estos contenidos no los pagan:
el 80% de las películas que ven, el 89% de la música, el 89,4 % de los libros
electrónicos, el 91% de los videojuegos y el 92,4% de la formación. Cada día
hay más piratería.
Y además de al móvil y a Internet, los españoles están enganchados
a la televisión: 240 minutos de
media (4 horas diarias), según el balance 2017 de Barlovento TV, lo que nos convierte en el segundo país europeo que más ve la tele, tras Italia (4 horas y
45 minutos), según el informe IHD Markit 2016. Es la tercera actividad a la que dedicamos más tiempo al
año (2 meses), sólo por detrás de dormir y trabajar o estudiar. Y lo más llamativo
es que el 73,4% de españoles mayores de 4 años ve la TV cada día:
eso son 32,7 millones de españoles
de audiencia media diaria.
La mezcla de menos
consumo cultural y más piratería ha hundido a las empresas culturales, una
industria que facturó 27.030 millones en 2015 (el 2,5% del PIB), 4.223 millones
menos que en 2008, según
las cuentas de Cultura. Por el camino han aumentado las empresas (hay
114.099, 2.500 más que en 2008) pero se
han perdido 46.500 empleos (había 544.700
empleos en la industria cultural española en 2016, un 3% del empleo total).
Las Administraciones
públicas no han ayudado a la cultura en estos años de crisis, sino que han hecho recortes muy drásticos que han agravado la situación. Así, si
en 2008, el
gasto público en Cultura era de 7.111
millones de euros, cayó a 5.779,2 millones en 2011 y a 4.770,6 millones en 2015, último año con datos oficiales. Eso
supone una caída del gasto público en Cultura del -33%, la mayor por detrás de
Grecia (-40%) en Europa, donde el gasto cultural cayó de media un 2% durante la
crisis, aunque subió en Francia y Alemania. Con los últimos datos disponibles
(2014), España es uno de los países con menos gasto público en cultura: 91,74 euros por
habitante frente a 113,54 euros en la UE-28 o los 123,74 euros en la zona euro.
Y muy alejados del gasto
público en Cultura de la Europa del norte (256 euros/habitante en Dinamarca,
200 euros en Suecia o 162 euros en Finlandia). Y en 2015, este gasto público
cultural suponía el 0,4% del PIB en España, más que
Reino Unido (0,3%), igual que en Alemania o Italia y menos que en Francia (0,7%)
o Suecia (0,5% del PIB).
El menor recorte en Cultura lo han hecho los Ayuntamientos, aunque al ingresar menos por el “ladrillo” también
gastan ahora menos en actos culturales: de gastar 3.907 millones en 2008 han
pasado a gastar 2.654 millones en 2015 (-32%), según los datos del Ministerio
de Cultura. Pero esta cifra es engañosa:
la mayor partida de “gasto cultural” de los Ayuntamientos (611,5 millones en
2015) es para “fiestas populares y festejos”. O sea que destinan a
encierros y verbenas más del doble de lo que gastan en bibliotecas (307,3
millones) y museos (372 millones)… El mayor recorte en Cultura (-49%) lo han
hecho las autonomías (de 2.129
millones en 2008 a 1.080,93 en 2015), donde las que más gastan son Navarra
(51,5 euros por habitante), País Vasco (49,6) y Extremadura (43 euros) y las
que menos Canarias (7,3 euros por habitante), Aragón (12,5) y Madrid (12,8). Y el Estado central ha pasado de gastar
1.075 millones (2008) en Cultura a 672 millones en 2015 (-37,4%).
Bueno, el panorama parece claro: somos un país poco interesado en la Cultura y las autoridades ayudan cada año menos. Algunos
piden bajar el IVA y el coste de la
cultura, pero no parece que esté ahí
el problema. Cuando se pregunta a los españoles, en la Encuesta de hábitos culturales 2016, por
qué no van al teatro, a los conciertos, a las bibliotecas, a los museos o al
cine, la respuesta mayoritaria es que “no tienen interés”. Y la segunda, la
falta de tiempo. Sólo en el cine, la respuesta más utilizada (28,9% de los
encuestados) es “porque es muy caro”. Son unas respuestas muy evidentes.
Ahondando en esta razón primordial, la “falta de interés”, un reciente estudio del Observatorio de la Caixa revela que la
clave para el consumo cultural no es el
precio sino la educación.
Profundizando en los datos del INE, el estudio revela que, para cualquier nivel
de renta, son los individuos con más
nivel de estudios los que asisten con más frecuencia a actividades culturales.
Así, en los museos o bibliotecas,
los que tienen sólo formación primaria acuden un 13,2%, los que tienen
secundaria un 31,9% y los universitarios un 59,7%. Lo mismo en la asistencia a espectáculos, desde conciertos al
teatro: 12,18%, 31,18% y 55,76% entre los universitarios. E incluso entre los que van al cine: acuden un
12,5% de los que tienen sólo educación primaria y el 68,41% de universitarios.
En definitiva, señala el estudio, la
renta cuenta para consumir más o menos cultura, pero cuenta mucho más el nivel educativo que tengan las personas. Es el factor más
relevante para gastar en Cultura.
Estas conclusiones son decisivas
para plantearse cómo aumentar la Cultura
de los españoles: la clave es mejorar su formación. Promover el interés por
la cultura desde la infancia, en el Colegio, el Instituto y la Universidad, con ayuda de las familias y
educadores. Hacen falta planes para
fomentar la lectura, el teatro, la música, la danza y el cine en la enseñanza,
con ayuda de los medios públicos de comunicación (no hay programas de teatro ni de libros en TVE ni en las cadenas públicas autonómicas).
Y en paralelo, aumentar los recursos
públicos para fomentar la Cultura, sobre todo en los barrios y pueblos,
trasvasando el dinero de festejos populares a "cultura de verdad" (algo a lo que
no se atreven los alcaldes).
Otra vía de promoción de la Cultura es recabar apoyo de las
empresas, con una Ley de Mecenazgo
(prometida para 2013 y que ahora el Gobierno anuncia para antes de 2020) que facilite fiscalmente las
inversiones culturales de empresas y particulares (como hace muy bien Francia).
Y luchar más eficazmente contra la piratería (que afecta al 87% de los
contenidos), mientras se aprueba un Estatuto
del artista y creador, para estabilizar su trabajo (el 30% no tienen un
sueldo fijo y sus ingresos son muy precarios). Y una mayor coordinación
cultural entre el Estado, las autonomías y ayuntamientos, porque cada uno “va a
su aire”.
También se puede pensar en bajar el IVA a la Cultura (que Rajoy subió en 2012 del 8% al 21%), porque es
más alto en España que en
la mayoría de Europa (5,5% en Francia, 7% en Alemania, 9% en Irlanda,
Grecia y Finlandia, 12% en Italia, 13% en Portugal o 20% en Reino Unido). Pero
ojo: recordemos que el precio no es la
razón de que haya poco consumo cultural (salvo en el cine) y que bajar el IVA a todos beneficia más a los que más ganan, que son los que suelen
tener más formación y más cultura consumen. Quizás sería mejor dedicar lo que íbamos a gastar en bajar el IVA cultural a fomentar la cultura en la educación. Y
sobre todo, a fomentar la cultura online, con mejores
contenidos, entre las generaciones jóvenes
Algo habrá que hacer, porque la caída del gasto en Cultura
es un mal indicativo para todo y
también para la economía: un país culto
es un país más eficiente y con mejor nivel de vida. Debería intentarse un gran Pacto por la Cultura, entre
el Estado, autonomías, Ayuntamientos, empresas, centros de enseñanza, telecos y
empresas de Internet, políticos y familias, con más recursos públicos y con un Plan de acción a medio plazo. La Cultura es clave para
mejorar nuestra vida.
Así nos va con el nivel cultural que tenemos. El mayor tesoro de un pueblo es la CULTURA y aquí de eso andamos muy escasos, y tu no pidas casi nada "hacer un Gran Pacto por la Cultura" cuando hay más de un partido político que justamente lo que menos quieren es cultura para el pueblo que luego se vuelve crítico y respondón, es mejor tener una buena manada de borregos a los que es más fácil manipular y estafar como ya lo están haciendo.
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