El consumo de cocaína va en aumento en todo el mundo y también en Europa. Si hace unas décadas era una droga minoritaria, de clases altas, ahora se ha generalizado su consumo, debido al fuerte aumento de la producción, que ha llevado a los precios a bajar a la mitad. La cocaína es la droga con más crecimiento en el mercado, según la ONU, con una producción de 3.700 Tm anuales, cuatro veces más que hace una década. Su epicentro sigue estando en América (Colombia, Bolivia y Perú concentran la producción mundial), pero su distribución se ha “globalizado” y no se distribuye sólo en Colombia, México y EEUU (mercados saturados), sino que se han abierto nuevas rutas hacia Ecuador, Brasil y Panamá. Y desde todos estos paises, llega a Europa por dos rutas: una directa a través del Atlántico (que introduce la droga por España, Portugal, Bélgica y Paises Bajos) y otra por África (que la introduce por España e Italia).
lunes, 15 de diciembre de 2025
Europa, el continente "blanco" (cocaína)
La Comisión Europea aprobó el 4 de diciembre una Estrategia
contra las drogas ilegales, porque “están llevando al continente a
un punto crítico”. En especial, el consumo de cocaína, un
negocio que mueve al año 11.600 millones de euros y multiplica los
tiroteos y la corrupción institucional, sobre todo en Bélgica
y Holanda, donde algunos jueces alertan del peligro de convertirse en “narcoestados”.
España es el país europeo donde más gente ha probado la cocaína (3,56
millones) y el 2º con más incautaciones de una droga que llega por
el Atlántico en narcolanchas y submarinos, provocando también tiroteos en la
Costa del Sol. Y se consume con cierta “tolerancia social”,
aunque muchos consumidores acaban en urgencias y 1.360 murieron en 2023.
Bruselas propone acuerdos internacionales, frenar la entrada por mar y
reforzar la legislación antidroga, mientras en España, la Fiscal antidroga
pide más medios en los juzgados y cambios legales para frenar esta
lacra, que ha convertido a España en el paraíso europeo de las mafias de la
droga. España, el país donde más gente ha probado la cocaína Getty/BBC
El consumo de cocaína va en aumento en todo el mundo y también en Europa. Si hace unas décadas era una droga minoritaria, de clases altas, ahora se ha generalizado su consumo, debido al fuerte aumento de la producción, que ha llevado a los precios a bajar a la mitad. La cocaína es la droga con más crecimiento en el mercado, según la ONU, con una producción de 3.700 Tm anuales, cuatro veces más que hace una década. Su epicentro sigue estando en América (Colombia, Bolivia y Perú concentran la producción mundial), pero su distribución se ha “globalizado” y no se distribuye sólo en Colombia, México y EEUU (mercados saturados), sino que se han abierto nuevas rutas hacia Ecuador, Brasil y Panamá. Y desde todos estos paises, llega a Europa por dos rutas: una directa a través del Atlántico (que introduce la droga por España, Portugal, Bélgica y Paises Bajos) y otra por África (que la introduce por España e Italia).
El gran cambio en el tráfico y consumo de cocaína es
que se ha “globalizado”, como ninguna otra droga, según
la ONU, con 25 millones de consumidores en el mundo, de ellos 6
millones en Europa, donde el consumo se ha multiplicado, con redes que la ofrecen
por Webs oscuras, chats y mensajes de WhatsApp hasta el mismo domicilio de los
consumidores. Un negocio que mueve
11.600 millones de euros al año en Europa, donde se han batido en los
últimos 7 años récords consecutivos de incautaciones:
419 toneladas de cocaína en 2023, sobre todo en Bélgica (123 Tm) y
España (118,3 TM, más del doble de las 58,3 TM incautadas en 2022),
seguidas de lejos por Paises Bajos (59,1 Tm), Portugal (21,7 TM) e Italia (17,8
TM), según los últimos datos del Informe
Europeo de Drogas 2025.
En toda Europa se ha desbocado el consumo de cocaína
en los últimos años, empujado por una mayor oferta disponible y una bajada de
los precios a la mitad, lo que ha “popularizado” su consumo en el continente. En
la UE, el 6,3% de la población adulta (15-64 años) ha consumido
cocaína alguna vez en su vida, lo que supone 6,2 millones de europeos.
Y por países, España es el que tiene un porcentaje más alto
de personas adultas que la han probado alguna vez (13,3% en 2023: 3,5
millones), seguido de Dinamarca y Francia (9,4% de adultos), Irlanda
(8,3%), Paises Bajos (8%), Estonia (7,3%), Noruega (6,5%), Alemania (5,6%) y
Finlandia (5,8%), según
el Informe Europeo de Drogas 2025.
España ya no lidera este ranking si miramos el porcentaje de
adultos que han consumido cocaína en el último año: lideran
Paises Bajos y Francia (2,9% de la población consumieron), por delante de España
(2,5%), Irlanda (2,3%), Noruega (2,2%), Dinamarca (2,1%),
Alemania y Finlandia (1,6%), Austria (1,5%), Italia (1,4%) y Suecia (1,3%). Y si analizamos los jóvenes
(15 a 34 años) que consumieron cocaína el último año, el porcentaje sube
en todos los paises, con una media del 2,7% en la UE (2,7 millones de
jóvenes), según
el informe Europeo de Drogas 2025: el 5% en Países Bajos, el 4,8% en
Irlanda, el 4,4% en Francia, el 4,2% en Dinamarca, el 4% en Noruega, el 3,1%
en España (323.600 jóvenes), Alemania y Finlandia, el 2,9% en Bélgica, el
2,8% en Suecia y el 2,1% en Italia.
El consumo de cocaína “se ha desbocado” en los
últimos años en Europa, según
los expertos, consolidándose como la 2ª droga más consumida
en el continente, tras el cannabis. Y ello se debe principalmente
al aluvión de oferta, que llega de América por nuevas rutas,
no sólo a través de contenedores que llegan a los grandes puertos europeos (Amberes y
Rotterdam) sino con nuevas vías de entrada a través del Atlántico,
en grandes barcos que descargan en aguas internacionales a narcolanchas
o incluso narco submarinos (el
primero se detectó en Galicia en noviembre de 2019), que permiten descargar
la cocaína en cualquier punto de la enorme costa atlántica europea, multiplicando
la oferta y bajando precios.
Este boyante negocio de la cocaína en Europa, que
mueve 11.600 millones de euros al año, ha multiplicado las redes del
narcotráfico en el continente: tan sólo en las fronteras de la UE operan
440 organizaciones, según Europol.
Y destacan en estas redes mafiosas los grupos que proceden de Albania,
Bélgica, Paises Bajos, Italia y España, que actúan como mayoristas que luego
revenden a miles de intermediarios y redes por toda Europa. Una
proliferación de vendedores y grupos que pelean por el mercado,
con una enorme competencia, lo que provoca numerosos enfrentamientos
violentos y ajustes de cuentas, que se traducen en tiroteos
en las calles de Bruselas, Ámsterdam, Marsella o la Costa del Sol.
Este importante negocio ilegal tiene tanto poder que
corrompe a estibadores (uno de Rotterdam recibió 200.000 euros por un
QR que permitía sacar un contenedor), directivos de puertos y aduanas, policías
y hasta jueces, lo que ha provocado que una jueza belga (que tuvo
que estar 4 meses escondida y bajo vigilancia policial para instruir un caso de
narcotráfico) haya
escrito en octubre una carta abierta donde alertaba que “Bélgica
corre el peligro de convertirse en un narcoestado”, ya que hay
políticos, jueves y profesionales amenazados y proliferan los ajustes de
cuentas cerca del mismo centro de Bruselas. Lo
mismo preocupa en Holanda, donde operan la mayoría de mafias europeas
del narcotráfico, en especial la
Mocro Maffia (una red de delincuentes holandeses y belgas de origen
marroquí), que controla el tráfico de cocaína y tiene ramificaciones en Bélgica
y España. Y que ha amenazado al ex primer ministro Mark Rutte y
a la Corona holandesa, que se vio obligada a enviar
a España a la princesa heredera Amalia de Orange, en 2023...
En España, el
tráfico y las incautaciones de cocaína se han duplicado, con un fuerte aumento
de entradas a través de Galicia y de Andalucía, con un llamativo aumento
de tiroteos y ajustes de cuentas en la Costa del Sol, protagonizados por
las mafias suecas y la Mocro Maffia, poniendo en jaque a Aduanas,
policías y juzgados (saturados de causas). Y mientras, el consumo de
cocaína aumenta, no sólo en el ocio sino también en
la conducción y hasta en el trabajo. Y, por desgracia, el
consumo es elevado entre los adolescentes: un 9,9% de los jóvenes europeos de 15 y 16 años (y el 10%
de los jóvenes españoles: 108.250 adolescentes) han consumido
cocaína en el último año, según
la Encuesta europea ESPAD. Y esta adicción
acaba muchas veces en las urgencias y en muertes: 7.974
ingresos en urgencias fueron por drogas en 2023 (el 49,1% habían consumido
cocaína) y 1.360 murieron por drogas (más del doble de los
519 muertos de 2012), el 58,2 % consumían cocaína, según
el informe de Sanidad.
Los datos son impactantes, pero parece que la sociedad
europea y la española no valoran el auge y peligrosidad de las drogas
y
en especial la cocaína, una droga con “aceptación” social. En España,
debería ser un tema especialmente preocupante, porque somos una de las
grandes puertas de entrada de la cocaína a Europa, lo que nos convierte
en un paraíso para las mafias, que campan a sus anchas en
la Costa del Sol y en
Galicia, multiplicando los tiroteos y ajustes de cuentas y colapsando
a la policía y a los juzgados, que se enfrentan a unas mafias cada vez
más sofisticadas y con más medios, apoyadas en unos ingresos millonarios que
acaban en paraísos fiscales, en especial en empresas pantalla en Abu
Dhabi.
La Fiscal Antidroga de la Audiencia Nacional, Rosa
Ana Morán, avisó
en una entrevista reciente del riesgo de que “España llegue a
situaciones de violencia por narcotráfico como en Bélgica”. Y señaló el
gran cambio en la entrada de la cocaína en Europa, que ahora entra la mitad por
los grandes puertos europeos (en el puerto
de Valencia se detuvo a 11 personas este año) y se han disparado las
entradas por el Atlántico, en narcolanchas y narco submarinos, lo que da
un mayor protagonismo a España como puerta de entrada en Europa,
a la vez que las grandes mafias europeas (de los Balcanes, suecas, Mocro
Maffia…) operan cada vez más en España, lo que ha multiplicado
las diligencias por narcotráfico en los juzgados (+32% en 2024 en la
Audiencia Nacional y +23% en el resto del país). Por eso, la
Fiscal pide al Gobierno más medios personales y judiciales,
así como la creación de Juzgados especializados antidroga por regiones
(como en Francia), además de cambios legales para penalizar más “el
petaqueo” (suministro de combustible a las narcolanchas) y para facilitar
el trabajo de los agentes infiltrados.
Estamos ante un negocio de la droga que está
corroyendo las instituciones y la sociedad europea, sin que los
Gobiernos reaccionen con la necesaria contundencia. La Comisión Europea
acaba de aprobar, el 4 de diciembre, una
nueva Estrategia contra las drogas ilegales, para afrontar un
problema que consideran “está llegando a un punto crítico”. Y dicen que quieren
“contraatacar” a las mafias con un
abanico de medidas: alianzas internacionales para frenar la
salida de la droga de los paises de origen, mejores controles externos (en el
Atlántico) y refuerzo de los controles en los puertos, reforzar la detección de
pequeños envíos de drogas por correo y mensajería, actualizar y reforzar la Legislación
e impedir el
reclutamiento por las mafias (físicamente y
por Internet) de jóvenes vulnerables (ya sea en Bruselas, Ámsterdam
o Algeciras), actuando no sólo contra la cocaína y el cannabis, también contra
los laboratorios que fabrican drogas sintéticas en Europa (Holanda, Bélgica y
paises del Este).
En resumen, Europa tiene que emprender una
verdadera “guerra” contra las drogas, porque destrozan
nuestra juventud, causan 7.500 muertes europeas al año y están corrompiendo
nuestras instituciones (puertos, policías, jueces) y nuestras calles,
con incautaciones y tiroteos cada vez más frecuentes. La droga corrompe y
mata y puede destruir la democracia europea. Y sobre todo, destruye a
nuestros jóvenes y a muchas familias. Tenemos que contraatacar.
El consumo de cocaína va en aumento en todo el mundo y también en Europa. Si hace unas décadas era una droga minoritaria, de clases altas, ahora se ha generalizado su consumo, debido al fuerte aumento de la producción, que ha llevado a los precios a bajar a la mitad. La cocaína es la droga con más crecimiento en el mercado, según la ONU, con una producción de 3.700 Tm anuales, cuatro veces más que hace una década. Su epicentro sigue estando en América (Colombia, Bolivia y Perú concentran la producción mundial), pero su distribución se ha “globalizado” y no se distribuye sólo en Colombia, México y EEUU (mercados saturados), sino que se han abierto nuevas rutas hacia Ecuador, Brasil y Panamá. Y desde todos estos paises, llega a Europa por dos rutas: una directa a través del Atlántico (que introduce la droga por España, Portugal, Bélgica y Paises Bajos) y otra por África (que la introduce por España e Italia).
Etiquetas:
Bélgica,
cocaína,
cocaína jóvenes,
consumo cocaína,
corrupción,
Costa del Sol,
droga incautada,
drogas,
España,
Europa,
Fiscal antidroga,
Galicia,
Holanda,
mafias droga,
narcoestados
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario