Los recortes no
han perdonado nada y tampoco a la ciencia. Y tras cuatro
años de tijera, el gasto público en investigación se ha
reducido en un tercio y está a niveles de 2005.Eso ha provocado la paralización de múltiples proyectos y el paro y la fuga de investigadores.
Con todo, lo peor es que el Gobierno
Rajoy acaba de tirar la toalla en
investigación: esta Legislatura congelará el gasto y retrasa hasta
2020 el que España alcance el actual
nivel europeo de gasto en I+D+i (2%
PIB). Si no se remedia, España será entonces el farolillo rojo de Europa en
tecnología y nos superarán incluso muchos países emergentes. Algo grave, porque
ciencia
e innovación son herramientas claves
para salir de la crisis, competir y crear empleos estables. Hay que apostar
por la investigación para ganar el futuro.
enrique ortega |
Este año 2013,
España dedicará menos de 6.000 millones de
gasto público en investigación, un 7,21%
menos que en 2012, año en que el Gobierno Rajoy le metió un recorte histórico al gasto en
I+D+i: -25,5%. Aunque ahora parece menos, han hecho un Presupuesto
2013 que maquilla
la realidad: por primera vez, casi dos tercios
del gasto (62%) va a créditos (muchos para empresas que investigan) y el resto
a subvenciones y gastos de la investigación pública (organismos y
Universidades), que caen un 13,9%. Y como la
mitad de esos créditos no se gastan, el dinero público realmente
invertido en investigación (lo que no se gasta vuelve al Tesoro) podría quedarse
en 4.000 millones. Lo que supondría un recorte real del gasto
del -37%.
Con los Presupuestos
completos, el gasto público en investigación (I+D+i) ha caído un tercio en los
últimos cuatro años: de 9.773 millones en 2009 a 5.932 este año 2013 (-38,9%). Si contamos la inflación, España
gastará en ciencia este año lo que gastaba en 2005, hace ocho años, según la Confederación de Sociedades
Científicas (COSCE). Un dato tremendo que se traduce en la paralización de proyectos de investigación, reducción
del número de investigadores
trabajando (20.000 menos que en 2009, según la COSCE), una caída del 70% en el
número de doctores que inician su formación (por falta de becas) y en una creciente
fuga de cerebros al extranjero.
Y eso, cuando España tiene sólo 9,6 investigadores por cada mil
habitantes frente a 10,4 en Europa, 12,7 en Alemania o 20,8 en Finlandia.
Pero no son sólo los recortes. La obsesión de Hacienda
por rebajar el déficit lleva a que el Gobierno Rajoy está retrasando
pagos. Y bloqueándolos. Además, se acaba de
inventar pagar los proyectos aprobados
(a tres años) en
cuatro plazos: si antes se abonaba en tres plazos del 40%+40%+20%, ahora se
hará en cuatro del 7%+36,5%+36,5%+20%. Con esto, los investigadores tienen que
buscar para empezar el proyecto un anticipo de su organismo o Universidad (no
tienen un euro), porque con el 7% inicial no les da ni para pagar nóminas. Y
como no lo tienen fácil, el resultado es
que el
proyecto se retrasa un año. Y más si el Ministerio no
saca a concurso los proyectos de 2013, que debían haber salido en diciembre.
Con todo, 2013 puede ser un año en parte
perdido para la ciencia (mejorará el déficit).
Todo esto es más preocupante
porque estos recortes
se dan en la investigación pública (organismos y Universidades), que es el motor de la investigación en España
(44,5%), a diferencia de Europa,
donde la mayoría de la investigación la hacen las empresas privadas
(55% en la UE y 70% en Alemania, frente al 44,3% en España). Y aquí, también las empresas llevan reduciendo su
gasto en I+D+i desde 2009. Y con ello, el
gasto total de España en investigación cayó por primera vez en 2011 (último dato INE), hasta 14.184
millones de euros. Una cifra que supone gastar en ciencia un 1,33% de nuestra
riqueza (PIB), frente al 2,03% de
media europea (UE-27), el 2,50% de la OCDE, el 2,8% de Alemania o EEUU, el
casi 3% de Finlandia o Suecia o el 3,4% de Japón y Corea del Sur.
La caída del gasto en investigación,
que nos rebaja al puesto 16 en el ranking
europeo, ha provocado el rechazo
de todos los sectores científicos, que han salido a la calle en una docena de ciudades, firmando un manifiesto en defensa de la ciencia, además de una carta a Rajoy de 39 destacados científicos y una denuncia a la Comisaria europea de Ciencia. Y todo eso, en un momento
donde los recortes de Bruselas
también se han llevado por delante 10.000 millones del Presupuesto europeo de I+D+i 2014-2020, que contará con 70.000
millones (aunque es más que en 2007-2013), lo que no impedirá llegar a un gasto del 3% en 2020, para intentar
competir con EEUU, Japón, China y países emergentes. Con todo, este menor presupuesto del esperado también afectará a España, que se
llevaba el 8% de los proyectos europeos.
A pesar de este rosario
de contrariedades, la peor noticia
para la ciencia en España fue la
aprobación por el Gobierno, este 1 de febrero, de la Estrategia
Española de Ciencia, Tecnología
a Innovación 2013-2020. Su objetivo; que el gasto en I+D+i pase del 1,31% PIB en 2011 al 1,48% en 2016 y el 2% en 2020, lo que Europa gastaba en 2011. La idea es congelar el peso de la aportación pública en I+D+i (0,61%) en esta Legislatura
y subirla un poco en la próxima, confiando que hagan un mayor esfuerzo las empresas privadas. Y eso sabiendo que, con la
crisis, la cuarta parte de las empresas
españolas (y casi la mitad de las pymes)
han dejado de invertir
en investigación e innovación. Y que las empresas españolas gastan la mitad en
investigación que las europeas (y un tercio que las alemanas), según un
documentado estudio de CCOO.
En definitiva, que por
cumplir con el recorte del déficit (y encima no cumplimos), el Gobierno Rajoy ha
tirado la toalla con la ciencia
para esta legislatura y la próxima, mientras Europa gastará más, como la
mayor parte del mundo. Y esto es especialmente grave por dos razones. Una,
que la investigación y la innovación son
la base del crecimiento y la riqueza:
los países que más invierten aguantan mejor las crisis (y lo mismo en España,
donde el País Vasco y Navarra
gastan en I+D+i el 2,10% de su PIB, como Europa, y son las autonomías más
ricas y con menos paro). Y la otra,
porque la ciencia necesita una apuesta mantenida en el tiempo y tarda en madurar, con lo que revertir los recortes de hoy nos costará
de diez a quince años.
Pero para eso, habría que empezar ya, con un Pacto político para salvar el bache con
Europa, gastando en I+D+i unos 7.000 millones extras en dos
años (la sexta parte del dinero público entregado recientemente a la banca).Dinero que podría salir de la nueva
tasa Tobin (impuesto sobre
transacciones financieras y Bolsa, del que España espera ingresar 4.500 millones anuales), con objeto de gastar en ciencia el 3% del PIB en 2020. Se trata no sólo de gastar más sino gastar
mejor, coordinando la gestión del Estado y las autonomías (es
urgente crear la Agencia Estatal de Investigación,
que debía estar desde junio) y conectando
mejor la investigación básica con la empresarial, fomentándola con más
beneficios fiscales. Y ampliando y renovando el personal investigador (edad media del CSIC supera los 58
años), recuperando los cerebros fugados.
España no puede tirar la toalla con la ciencia. Hay que sacar fondos debajo de las piedras para
que la investigación, la innovación y la tecnología (junto
a la industria) nos ayuden a salir de la crisis. Y hacerlo ya,
porque los frutos tardan una década. Si no, no
podremos competir en el mundo. Sembrar
ciencia es sembrar empleo estable para nuestros hijos y nietos. No les robemos su futuro.
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