Enrique Ortega |
El verano suele ser un buen trimestre para el empleo, por la mayor actividad en el turismo y la hostelería. Y este año se ha cumplido la norma, con una creación de 359.300 empleos en el tercer trimestre, según la EPA publicada hoy por el INE. Es la mayor creación de empleo en los últimos veranos (+69.400 en 2019 y +183.900 en 2018), salvando la excepción del verano de 2020, en que el empleo tuvo un aumento histórico (+569.600 ocupados), porque España salía a finales de junio del confinamiento y la actividad se disparó ese verano. Con ello se afianza la recuperación del empleo, con una creación de +1.423.800 empleos en los últimos 15 meses (junio 2020- septiembre 2021), un aumento que compensa ya el empleo perdido en lo peor de la pandemia (-1.359.700 empleos entre diciembre 2019 y junio 2020). En resumen, que tenemos 64.100 personas más ocupadas que antes de la pandemia, aunque recordemos que hay 239.230 trabajadores “aparcados” en ERTEs. Y más de 20 millones de españoles trabajando (20.031.000), algo que no se veía desde finales de 2008.
En el tercer trimestre de 2021, la ganancia de empleo ha sido gracias a los servicios (+377.200 empleos creados), sobre todo la hostelería, el turismo y el comercio, pero también ha creado bastante empleo la industria (+63.000) y los han perdido la agricultura (-49.600) y la construcción (-31.200), creándose muchos más empleos en el sector privado (+314.800) que en el público (+44.500), según la EPA. Y sorprende que la mayor creación de empleo se haya dado en las mujeres (+185.400 frente a +173.900 en los hombres) y entre los más jóvenes (+67.000 nuevos empleos entre 16 y 19 años y +132.400 entre 20 y 24 años). Y por autonomías, el empleo ha crecido en el 2º trimestre en casi todas (salvo Andalucía y La Rioja), pero más en Cataluña (+62.300 ocupados), Canarias (+50.000), Baleares (+47.900), Galicia (+35.800) y Comunidad Valenciana (+34.600).
No todos los grupos, sectores y regiones han recuperado ya el empleo anterior a la pandemia. Por sexos, los hombres no han recuperado aún el empleo de finales de 2019 (trabajan 26.100 menos), pero las mujeres sí tienen más empleo que en 2019 (+90.200 ocupadas). Y por edades, hay más jóvenes de 16 a 24 años trabajando que en 2019 (+105.500), pero hay menos trabajando de 25 a 44 años (-437.700) y más trabajando con más de 45 años (+397.300), los menos afectados laboralmente por la pandemia. Y hay ya mucha más gente trabajando en los servicios (+122.400) y la construcción (+97.000), aunque menos que en 2019 en la industria (-35.600) y en el campo (-32.400). Y destaca también que 10 autonomías tienen ya más gente trabajando que en 2019, mientras las otras 7 no han recuperado el empleo pre-COVID: Canarias (-62.000), Madrid (-45.200), Comunidad Valenciana (-22.900), Castilla y León (-6.300), Navarra (-2.500), Aragón (-2.100) y la Rioja (-300 ocupados).
La importante mejora del empleo en el tercer trimestre de 2021 (+359.300) no se ha traducido toda en una bajada del paro (-127.100 parados) porque en paralelo han aumentado los españoles activos, las personas que buscan trabajo ahora, tras lo peor de la pandemia: los “activos” han aumentado en 232.200 personas, impidiendo bajar más las cifras del paro. Es un proceso que se ve trimestre a trimestre (hay 547.900 personas más buscando trabajo que hace un año). Y ya hay más adultos “activos” (trabajando y buscando trabajo) que en 2019: 23.447.700 frente a 23.158.800 a finales de 2019. Todo apunta a que seguiremos así, con lo que en los próximos meses sucederá lo mismo que ahora: el paro bajará menos de lo que sube el empleo.
El paro ha bajado en el 3º trimestre (-110.100 personas), pero ha sido sólo en la industria (-18.800), los que perdieron su empleo hace un año (-171.200) y entre los que buscan su primer empleo (-28.500), porque ha aumentado el paro en los servicios (+42.100), la agricultura (+28.700) y la construcción (+20.600), porque hay más gente buscando trabajo ahora que sube el empleo. El paro ha bajado más entre las mujeres (-95.100) que entre los hombres (-32.000.Baja mucho más entre los mayores de 25 años (-119.500 parados entre 25 y 54 años), menos entre los más jóvenes (-65.500), subiendo sólo entre los mayores de 55 años (+65.500 parados). Por autonomías, el paro baja más en Cataluña (-51.900), Baleares (-28.400), Castilla y León (-27.600) y Galicia (-25.700) y sube en 6 autonomías, destacando los aumentos en Andalucía (+41.100) y Murcia (+13.800 parados), según la EPA.
La cifra total de parados se sitúa en 3.416.700 desempleados, con una tasa de paro del 14,57%, todavía muy lejos de la tasa de paro europea (6,8%) o alemana (3,6%). Y baja unas centésimas la tasa de paro de los jóvenes (menores 25 años), al 31,15% (16,2% en la UE-27). Hay otros datos también muy preocupantes. El primero, que hay 1.122.100 hogares con todos sus miembros en paro (+108.900 que antes de la pandemia). El segundo, que seguimos con 5 regiones que tienen una tasa de paro “escandalosa” : Ceuta (27,07%), Canarias (23,89%, un 5% más de paro que antes de la pandemia) Andalucía (22,41%, un 2% más que en 2019), Melilla (19,4 %, un 7% menor) y Extremadura (17,92%, un 6% menos que en 2019). Y las 6 regiones que tenían un paro inferior al 10% en 2019, lo han empeorado con la pandemia, sobre todo La Rioja (del 9,89% de paro a 12,21% hoy), Madrid (del 9,99% a 11,84% ahora) y Baleares (del 9,91% al 10,57%), empeorando también bastante el paro en la Comunidad Valenciana (del 14,13% al 16,12%). Y el tercero, que aumentan los parados de larga duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: son 1.638.600, el 48% de los parados (eran 1.387.000, el 43,5% a finales de 2019).
Esto provoca que a muchos
parados se les acabe el desempleo y no
cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En
agosto de 2021, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.977.033 desempleados: casi la mitad
(46,3%) cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado) de 839,6 euros de
media y el resto (53,7%) cobraban un subsidio asistencial de 451,92 euros. Pero
en esta cifra están incluidos los 239.230 trabajadores que están en ERTE y cobran
las tres cuartas partes de su sueldo del SEPE. Así que, en realidad, sólo 1.737.803 parados cobra algún subsidio,
el 50,86% de los parados que refleja la EPA de hoy.
Eso significa que casi la mitad de los
parados (49,14%) no cobran ninguna ayuda pública, cuando en 2019 eran sólo el 38,5%. Así que la
pandemia nos ha traído más paro, pero ahora son menos los que reciben ayuda,
porque muchos llevan demasiado en paro y se les ha agotado el subsidio. De
hecho, CCOO
denuncia que un 40% de los parados
inscritos en el SEPE con experiencia
laboral (han trabajado antes)
no cobran ninguna ayuda por desempleo.
En los últimos 21 meses (diciembre 2019–septiembre 2021), con la pandemia, el paro ha crecido en +224.800 desempleados y la tasa de paro sube del 13,78% al 14,57%, según la EPA, sobre todo entre las mujeres (+123.400 frente a 101.400 parados más los hombres), entre los que tienen de 25 a 54 años (+44.200) y los jóvenes de 20 a 24 años (+37.800), entre los que perdieron su empleo hace un año (+285.400 parados) y los que buscan su primer empleo (+45.800 parados). Hay menos parados que antes de la pandemia en los servicios (-82.000), la industria (-28.800) y la construcción (-6.000), pero más parados en el campo (+10.400). Por autonomías, el paro ha bajado con la pandemia en Murcia (del 16,08 al 14,65%) y Extremadura (del 23,48 al 17,92%), subiendo sobre todo en Baleares (del 9,91 al 10,57%), Canarias (del 18,78 al 23,89%), Cataluña (del 10,45 al 10,92%), Madrid (del 9,99 al 11,84%), y la Comunidad Valenciana (del 14,13 al 16,12%), según la EPA.
La pandemia ha afectado más negativamente a España que a la media de Europa, en una mayor pérdida de empleo pero con un menor aumento del paro, según refleja la EPA y las estadísticas de Eurostat de junio 2021. Así, el empleo cayó en España un -1,3% en 18 meses (diciembre 2019-junio 2021), mientras en la UE-28 caía sólo un -0,4%, en Italia un -1% y en Alemania un 2,2%, aumentando el empleo sólo en Francia (+1,3%). Y el paro ha aumentado en España (diciembre 2019-junio 2021) un +0,3%, una subida del desempleo menor que en la UE-27 (+0,6%) y que en Alemania (+0,4%), Francia (bajó un 0.4%) o Italia (-0,5%), debido a que aquí ha habido en el último año y medio menos personas que se han apuntado al desempleo, menos “activos” (más “desanimados”) porque veían muy difícil encontrar empleo. Eso sí, el paro juvenil (menores 25 años), doble en España que en Europa, ha aumentado más en el último año y medio: +3% en España frente a +2,1% en la UE-27.
Ahora, todo apunta a que seguirá mejorando el empleo en España, si se asienta la recuperación en el 4º trimestre, con un mayor crecimiento que el del último medio año (+1,1 % en el 2º trimestre y una previsión de 2,7% en el 3º, según el Banco de España), un horizonte lastrado por la alta inflación (5,5% anual, la más elevada desde 1992) y los problemas de abastecimiento y materias primas de muchas empresas. Pero de momento, parece que el empleo aguanta y la Seguridad Social espera 100.000 nuevos empleos en octubre, un aumento de la afiliación mayor que el de agosto (+76.541) y septiembre (+82.184 afiliados).
El problema de fondo es la mala calidad del empleo que se crea. En los 9 primeros meses de 2021 se han firmado 13.788.700 contratos (más de 50 por cada empleo) y de ellos, el 89,42% han sido contratos temporales, por meses, semanas y hasta por días, un porcentaje similar al de los nuevos contratos firmados en la última década (del 90% al 92% temporales). Y en paralelo, un tercio de los nuevos contratos (33,63%) son contratos a tiempo parcial, por horas o días, no porque el trabajador lo quiera sino porque es el único contrato que encuentra (sobre todo mujeres y jóvenes). Con unos empleos tan precarios, los que encuentran un trabajo reciben sueldos más bajos que antes de la pandemia. Y la masa salarial cayó un -5,1% en 2020, el doble en España que en Europa (-2,2%), según Eurostat.
Esta precariedad de los nuevos empleos es la que provoca una tremenda dualidad del mercado de trabajo: tenemos ahora un 26% de trabajadores con contrato temporal (similar al 26.10% en 2019) mientras el 74% restante tienen contratos fijos, con más estabilidad y mejores sueldos (de media ganan un 32% más que los trabajadores temporales, según el INE). Esta es la principal asignatura pendiente de España, lo que exige una verdadera reforma laboral, para fomentar los contratos estables y reducir la precariedad, como nos exige Europa.
La otra gran asignatura pendiente del empleo es conseguir que en España trabaje más gente, que la economía ofrezca más empleo, dado que el modelo económico actual sólo permite emplear al 62,4% de españoles activos frente al 68,2% ocupados de media en la UE-27 y el 75,6% empleados en Alemania, según Eurostat. Eso significa que si tuviéramos la tasa de ocupación europea, en España trabajarían 1.828.000 adultos más. Y si tuviéramos la tasa de empleo de Alemania, conseguiríamos que trabajaran 4.161.000 adultos más que ahora. Lograrlo pasa por conseguir una economía más competitiva y mejorar la productividad, algo que nos va a costar tiempo. Pero hay que empezar poniendo los cimientos, avanzando en dos frentes: mejorar la formación de empleados y parados y destinar más recursos al fomento del empleo. Para 2022, España contará con 7.642 millones, un 33% más dinero que en 2020. Pero habrá que gastarlo bien, en incentivos a la contratación y en formación. Y urge modernizar las oficinas de empleo, que sólo recolocan a un 2% de los parados.
En resumen, hemos superado el bache de empleo de la pandemia, con más gente trabajando que en 2019, pero queda mucho por hacer para tener un empleo y un paro europeo. Hay que consolidar la recuperación y aprobar una reforma laboral que permita crear más empleo y de más calidad, con el apoyo de patronal y sindicatos si queremos que sea eficaz. A ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario