La creación de empleo "pinchó" en el cuarto trimestre de 2016: se perdieron 19.400 empleos, algo nunca visto desde 2013, según la EPA conocida hoy. Con ello, 2016 ha sido el año en que se ha creado menos empleo: 413.900, frente a 525.000 en 2015 y 433.900 en 2014. Y lo más preocupante: los trabajadores de 30 a 40 años han perdido empleo en 2016. Y del empleo creado, sólo 1 de cada 20 nuevos contratos fueron
de
calidad: indefinidos y a jornada completa. El Gobierno Rajoy presume de que ha
creado casi 1,4 millones de empleos, pero se trata de un empleo
precario y muy vulnerable, concentrado en el turismo, la hostelería y
el comercio, empleos muy poco estables, donde se hacen 32 contratos al año por
cada puesto de trabajo. Y en 2017,
como creceremos menos, sólo se crearán
400.000 empleos. Mientras, el paro baja más porque aumentan los españoles que "han tirado la toalla" y ya no buscan empleo (inactivos). Y se hace crónico: 1,75 millones de parados
llevan más de 2 años sin trabajar. Y encima, más de la mitad de los parados (53%) no cobran nada. Las oficinas
de empleo no tienen medios y funcionan mal. Y las autonomías se quejan de falta
de recursos para hacer políticas de
empleo. Urge un Plan de choque
contra el paro, con más recursos. Menos triunfalismo
y más medidas eficaces.
enrique ortega |
2016
ha
sido el tercer año consecutivo en que
se ha creado empleo neto en España: 413.900
nuevos empleos, tras haber "pinchado" el empleo en el cuarto trimestre, con una pérdida de 19.400 empleos (algo nunca visto desde 2013), según la EPA conocida hoy. Con ello, 2016 es el año que se ha creado menos empleo, 413.900 frente a los
525.100 empleos creados en 2015 y los 433.900 empleos de 2014. En
total, son 1.372.900 empleos creados desde la primavera de 2014, que
no cubren ni la mitad de los 3.802.800 empleos perdidos desde septiembre de 2007 a
marzo de 2014.
En 2016, la mayoría de los 413.900 empleos creados lo han
sido en los servicios (+ 240.400),
en especial en el turismo, la hostelería y el comercio, seguidos de la industria (+115.700), la agricultura (+30.000) y la construcción (+20.800. Un dato llamativo es que todo el empleo creado se lo han llevado los mayores de 40 años (+ 481.800 empleos) y muy pocos empleos los jóvenes (+55.300 entre 16 y 24 años), mientras que las edades medias, entre 30 y 40 años han perdido mucho empleo en 2016 (-125.200 puestos de trabajo). Y también en 2016 se perdió empleo en todo el sector público (-14.600 empleos), según la EPA. Eso sí, los nuevos empleos se han repartido casi por igual entre hombres (+208.500) y mujeres (+205.400). Por autonomías, el empleo subió en todas,
aunque la mitad del creado se concentró en Cataluña (+100.800 nuevos empleos), Comunidad Valenciana (+68.300) y Murcia (+35.300 empleos).
Eso sí, en 2016 se creó empleo muy precario, como en 2015 y 2014: un 91,4% del empleo
creado fue temporal y sólo el 8,6%
indefinido, según datos del Ministerio de Empleo. Y dos tercios de los nuevos empleos fueron a tiempo
completo (el 64,02%), pero el tercio restante (36%) fue a tiempo parcial, por horas. La duración media de los contratos sigue bajando y ahora está en 51 días de media (81 antes de la crisis), aunque una cuarta
parte de los contratos (el 26%) duran ya menos de 1 semana. Como resumen de
esta precariedad
del empleo que se crea, baste decir que sólo un 4,96% de los nuevos contratos (1 de cada 20 contratos que se hacen) son “de calidad”: fijos y a jornada completa.
A pesar de que el empleo cayó en el cuarto trimestre (-19.400 empleos), el número de parados bajó porque hubo menos españoles buscando trabajo, porque bajaron los activos. Viendo todo el año 2016, el paro bajó en 541.700 personas, mucho más otra vez que lo que subió el empleo creado (+413.900 empleos) porque volvió a pasar lo mismo que en los últimos años: hubo 127.800 españoles en edad de trabajar que "tiraron la toalla", que dejaron de buscar trabajo (se les llama "desanimados") y se fueron a su casa o al extranjero, con lo que bajó más de lo que debía la cifra de parados. Con ello, todavía hay
4.237.800 parados en España, según la EPA, un 18,63 % de los españoles en edad de trabajar, más del doble que en
Europa (8,3% en la UE-28). Y sigue siendo muy elevada la tasa de paro juvenil, que está en el 42,92% (19,6% en Europa).
Frente al habitual triunfalismo del Gobierno Rajoy, las cifras de paro (EPA) esconden varios datos muy preocupantes. El primero,
que todavía hay 1.387.000 hogares donde
no trabaja nadie, 168.900 menos que hace un año. El segundo, que sigue
habiendo 5 autonomías (media España) con una “tasa de paro insoportable”, superior al 20% : Andalucía
(28,5%), Extremadura (28,31%), Melilla (27,38%), Canarias (24,90%), Ceuta (22,39%) y Castilla la Mancha (22,14%), que contrastan con el paro “casi europeo” de Navarra (10,9%), la Rioja (10,90%) y el País
Vasco (12, 27%). Pero el peor dato es que más de la mitad de los parados no cobran
ninguna ayuda. De los 4.237.800 españoles que se consideran parados (EPA 4º
trimestre 2016), 2.246.957 no cobran
ningún subsidio, un 53% de todos los parados (al llegar Rajoy a la Moncloa,
no cobraban el 44,5% de los parados EPA). Y de los 1.990.843 parados que sí cobran algo (noviembre 2016), según el Ministerio de Empleo, sólo
el 38% cobraba un subsidio contributivo de 810,60 euros al mes (54 euros
menos del que cobraban en diciembre de 2011) y la mayoría, el 62% restante, cobran un subsidio asistencial de 426
euros.
Si más
de la mitad de los parados EPA no cobran nada es básicamente
porque llevan tanto tiempo en paro que se
les ha acabado el subsidio. Cada mes el
paro se hace “más viejo”: el número de parados
“de larga duración” (llevan más de 1 año en paro) era a finales de 2016 de
2.392.000 parados, el 56,4% del total, según la EPA. Y lo peor es que, de ellos, 1.758.200 millones llevan parados más de 2 años
y casi una cuarta parte del total, 1
millón de parados, llevan 4 años o más sin trabajar, según un estudio de Fedea. Ambos
grupos son una enorme bolsa de “parados crónicos”,
que tienen muy difícil volver a trabajar algún día. Un tercio de estos parados
de larga duración proceden de la
construcción y dos tercios son mayores
de 55 años, más mujeres que hombres, concentrados sobre todo en Andalucía,
Canarias, Ceuta y Melilla, Castilla la Mancha y Extremadura. Y el mayor
problema para colocarse es que tienen
poca formación: el 63% de estos “parados con antigüedad” sólo tienen la ESO
o menos.
Ahora, 2017 va a
ser un año peor para el empleo que
2016 y 2015, porque la economía crecerá menos: un 2,3% (FMI), frente al 3,3%
de 2016. Y por eso, se crearán sólo
421.000 empleos este año, según la última previsión de ManpowerGroup y quizás no más de 400.000 nuevos empleos, a la vista del "pinchazo del empleo en el cuarto trimestre de 2016. A este ritmo, estiman que España tardará hasta 2021 o 2022 en recuperar el empleo de antes de la
crisis, los 20.753.400 empleos que había en septiembre de 2007. Algo que ya consiguieron en 2014 Alemania, Reino Unido, EEUU y la mayoría de
países occidentales.
El problema no es sólo que en España se van a crear menos empleos. Es que, además, el empleo se crea en los servicios, básicamente en el turismo, la hostelería y
el comercio (30% del nuevo empleo), sectores muy sensibles a la coyuntura y donde el empleo es
estructuralmente muy precario y mal pagado. Y si en algún momento estalla “la
burbuja del turismo” (porque perdemos esos 11 millones de turistas “prestados” por países hoy en
conflicto) o se desinfla el consumo (por la subida del petróleo y de los precios), son empleos que se pierden
fácilmente, porque son temporales y por horas. El problema de fondo es
que hay mucha rotación de
los pocos empleos disponibles y pocas
vacantes: el 93,6% de empresas asegura que no
necesitan contratar a ningún trabajador, según la encuesta trimestral de coste laboral del INE. Y que la industria, un sector con empleos estables, ha perdido peso en España.
A pesar del triunfalismo
gubernamental y de algunos medios,
España tiene un grave problema de empleo,
porque sólo trabajan un 61% de los
españoles adultos (16 a 64 años), mientras en Europa lo hacen el 67,1% (y en
Alemania el 75%), según Eurostat. Y tenemos también un
problema grave de paro, una tasa del 18,63% que duplica la media europea (8,3% paro en UE-28 y 9,8% en la zona euro) y casi quintuplica la de Alemania (4,1% de paro). Y eso exige tomar medidas a corto y medio plazo,
aprobar un Plan de choque contra el paro que debería ser la prioridad del Gobierno y la
oposición, porque es la primera preocupación de los españoles,
más cada mes (para el 74,7% en diciembre), según el Barómetro del CIS.
A corto plazo, urge
destinar más dinero a los parados, para que cobren alguna ayuda al menos 1 millón más de parados de larga
duración en peor situación. El Gobierno Rajoy aprobó en el verano de 2012
recortes a los parados y eso ha provocado que en 2017 se destinen a los parados
17.500 millones de euros del
Presupuesto, la mitad que en 2009, año
en que había el mismo paro que ahora. Es
de justicia aumentar la cobertura,
para que cobren ayudas la mayoría de los parados, sobre todo los que tienen
familia a su cargo. Y que los que cobran un subsidio de paro contributivo cobren más, porque hoy día un parado español cobra de desempleo el 61% de su último salario, una prestación inferior a la media de 16 países europeos, que es del 69% del último salario (o del 67% que
cobran alemanes y británicos).
Además, el Plan de
choque contra el paro debería gastar
más en políticas de empleo, como ha pedido reiteradamente al Gobierno la Comisión Europea, la
OCDE y el FMI. España, con más del
doble de paro que Europa, es uno de los
países que menos gasta en políticas de empleo: un 0,88% del PIB, frente al
0,93% de Francia, el 0,79% de Alemania, el 1,09% de Suecia, el 1,10% de
Holanda, el 1,59% de Bélgica o el 2,26% de Dinamarca, según datos de la OCDE. Y no es sólo que gastemos menos, sino que lo gastamos mal, entre otras cosas porque no hay coordinación entre el
Gobierno central y las autonomías, responsables últimas de aplicar las
políticas de empleo en España. Así, 12
autonomías (gobernadas por el PSOE y nacionalistas) se han quejado recientemente de que el Gobierno Rajoy retrasa cada año el pago de las
políticas activas de empleo (hasta diciembre no les abonaron los 1.800 millones
de 2016) para “ajustar” así sus cuentas y reducir el déficit público. Y también
denuncian que España ha perdido la mayoría de ayudas del Plan europeo de empleo juvenil (Garantía Juvenil) porque
el Gobierno central ha complicado mucho la inscripción a los jóvenes (lo han hecho 400.000 de los
800.000 jóvenes que podían hacerlo).
Al final, el Gobierno Rajoy aprobó en abril un Plan trianual de empleo 2016-2018, con
sólo 515 millones de euros para ayudar al empleo de 1 millón de parados de
larga duración. Un Presupuesto tan ridículo
que supone 172 euros por parado al año, que no da ni para hacer su perfil.
Harían
falta 10 veces más de recursos, un mínimo de 3.000 a 6.000 euros por
parado, según el estudio de Fedea, para poder elaborar su perfil, mejorar su
formación y asesorarle personalmente para ayudarle a encontrar un empleo.
Otra urgencia de cualquier Plan de choque contra el paro es reformar las oficinas de empleo, el SEPE, que sólo encuentran trabajo a un 1,7% de los parados, el servicio menos efectivo en Europa: las
oficinas de Reino Unido colocan al 10% de parados, las de Alemania al 13% y las
de Eslovenia al 17%. Y eso pasa, entre otras cosas, porque los parados tardan 9,5 meses de media en recibir “la primera atención”
del SEPE (entrevista personalizada, orientación o formación) y un tercio de
los parados espera un año, según el estudio de Fedea. Todo ello es consecuencia de la falta de presupuesto y de personal: España (19% de paro)
cuenta con un funcionario del SEPE por cada 269 parados, frente a 1 funcionario por cada
47 parados en Alemania (4,1% de paro), 1 por 36 en Dinamarca o 1 por cada 22
parados en Reino Unido.
Y otra urgencia más es mejorar la formación a los parados, porque la mayoría no hacen cursos o
hacen cursos poco eficaces para trabajar (y los hacen para no perder el
subsidio). Es prioritario dedicar más
recursos a la formación y gastarlos bien, sin corruptelas y con eficacia. Porque resulta escandaloso que el Gobierno no gaste en formación ni
siquiera lo que recauda con las cuotas: en 2015, se dejaron de gastar 273
millones de lo recaudado para formación, según acaba de reconocer el Ministerio de Empleo a la Defensora del Pueblo.
De esos fondos, se gastaron 33 millones en 2016, pero el resto se gastó en otras cosas,
a pesar de que hay sentencias del Tribunal Constitucional que lo prohíben.
Ahora, con la reforma de la formación aprobada en 2015, los remanentes ya se
gastan otro año, pero el problema es que no puede haber fondos sin gastar
cuando lo que urge es gastar más, formar a los parados, sobre todo a esos casi 2 millones con poca formación que
llevan dos años en paro.
Todas estas son medidas que habría que poner en marcha
cuanto antes. Y en paralelo, el Gobierno
debería hacer otra política económica, para conseguir crecer más y crear más empleo, porque no podemos esperar a 2022 para recuperar el empleo de 2007. Básicamente,
lo que haría falta es reanimar la economía, con más gasto público necesario (infraestructuras, tecnología, medio ambiente), más
ayudas a la inversión y al empleo y mayores salarios, para reanimar el consumo
y la inversión privada. Y no hacer más recortes, como los previstos en los Presupuestos 2017
(16.500 millones de ajuste), porque frenarán más el crecimiento y el empleo,
sobre todo si se agudiza la crisis internacional (por la subida del petróleo y los tipos de interés más el
proteccionismo de Trump). La clave está
en recaudar más y España podría
recaudar 50.000 millones más al año si recaudara como el resto de Europa, según la Comisión Europea. Y con esos mayores ingresos (de la lucha contra el
fraude y de que paguen más las grandes empresas, las multinacionales
y los más ricos), España podría bajar el
déficit y tener más recursos para reanimar la economía y el empleo.
El Gobierno
puede seguir con su triunfalismo y la oposición
“a sus cosas” (sus Congresos), pero los españoles sabemos que el
paro y el empleo son lo más importante. Y no podemos “esperar y ver”, mientras sólo 1 de cada
20 empleos son “normales” y se crean dos
clases de trabajadores, los que tienen un empleo decente y el resto. Urge una verdadera cruzada por más empleo y un empleo de calidad. Se puede conseguir, pero hay que tomar
medidas concretas y gastar más como otros países, no regodearse en un falso triunfalismo. Muévanse.
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