miércoles, 28 de noviembre de 2012

No más recortes: recauden 50.000 millones más


La Comisión Europea y la OCDE han dinamitado la estrategia económica de Rajoy: la recesión en España será mayor de la esperada y no cumpliremos los objetivos de déficit público ni este año ni el que viene ni en 2014, según sus últimas previsiones. Y como Bruselas no dará marcha atrás en sus delirios de austeridad, nos tememos lo peor: que nos obligarán a hacer más recortes, este año, el próximo y en 2014. Una receta que nos llevará a más recesión, más paro y… más déficit. Pero hay otro camino, con dos vías. Por un lado, retrasar dos años más, hasta 2016, el objetivo de déficit del 3%, como dice el FMI y sugiere la OCDE. En paralelo, recaudar más: se pueden conseguir 50.000 millones extras luchando contra el fraude y haciendo que paguen más impuestos las empresas con beneficios y los más ricos. Así también baja el déficit.

Las previsiones de otoño de la Comisión Europea no se creen las previsiones del Gobierno Rajoy: estiman que la recesión será más profunda en 2013 (-1,4% frente al -0,5%), con una mayor pérdida de empleo (-500.000 frente a -37.000) y más paro (26.6% frente a 24,3%). En consecuencia, caerá la recaudación y España no podrá recortar el déficit lo previsto por el Gobierno, ni este año (estiman un déficit del -8,0% del PIB frente al 6,3% de los Presupuestos), ni el que viene (-6% frente al 4,5% presupuestado) ni en 2014 (-6,4% frente a -2,8%). Y lo mismo señalan las previsiones de la OCDE publicadas ayer: menos crecimiento en 2013 (-1,4%), más paro (26,8%, unos 6,2 millones de parados) y más déficit público (-6,3% en 2013 y -5,94% en 2014).

En consecuencia, España tendría que recortar aún más de lo presupuestado para cumplir con el objetivo de déficit del 3% en 2014: 17.000 millones más este año, otros 15.000 extras en 2013 y lo peor, 34.000 millones de recortes en 2014. Algo imposible, ya que no hay mucho más margen de recortes en pensiones, desempleo, sanidad, educación, servicios sociales y empleo público sin crear una fractura social similar a la de los desahucios. Y suicida porque si se hicieran esos recortes, la economía entraría en una recesión más profunda, con aún menos consumo e inversión, más paro y menos recaudación. O sea, más déficit.

Antes de que Bruselas nos fuerce a más recortes, hay que buscar otro camino: recaudar más, algo que es posible. En  2007, España ya recaudaba menos que el resto de Europa: un 41,6% del PIB frente al 46% de media UE. Y con la crisis, España es el país europeo donde más han caído los ingresos fiscales: al 35,1% del PIB en 2011, frente al 46% que se han mantenido en Europa. Eso quiere decir que el país recauda un 11% menos del PIB que el resto, 110.000 millones que se pierden cada año por no recaudar como los demás. Y no es porque los que pagamos impuestos paguemos menos (pagamos igual o más, según países), sino porque hay mucho fraude y se recauda menos por empresas, IVA, multinacionales y grandes fortunas.

La recaudación por sociedades (empresas) ha caído a la tercera parte con la crisis (de 44.823 millones en 2007 a 16.601 en 2011) y no sólo porque a las empresas les vaya peor, sino porque en 2006 y 2010, el Gobierno Zapatero les dio una serie de “regalos fiscales” en forma de exenciones, deducciones, desgravaciones y libertad de amortización. El resultado es que aunque el tipo nominal de sociedades es el 30%, el tipo efectivo ha caído del 23,1%(2005) al 15,3%(2010). Y los grandes grupos (unos 3.000) pagan un 5% de impuestos sobre beneficios, menos que un mileurista, mientras las pymes pagan del 21 al 25%. Y aunque el Gobierno Rajoy les ha quitado muchos beneficios fiscales, aún pagan menos que la mayoría de los contribuyentes por el IRPF. Y las multinacionales, españolas y extranjeras (como Google o Apple, que facturan desde Irlanda), no pagan apenas impuestos en España : sólo con las tecnológicas, Hacienda deja de ingresar 1.000 millones al año (Montoro acaba de crear una oficina especial para fiscalizar multinacionales). Un mal que sufren EEUU y toda Europa, según acaba de denunciar el G-20.

En IVA, sólo el 42% de los bienes están gravados al tipo general del 21%, frente el 82% en Alemania o el 56% en Italia. En el IRPF, aún hay muchas deducciones y desgravaciones discutibles: por planes de pensiones, loterías, compra de vivienda (sólo se quita en enero para las nuevas compras y nos cuesta 5.000 millones anuales). Las SICAV son una vía legal para que escapen de pagar impuestos las grandes fortunas (pagan el 1%) y los millonarios tienen muchas vías de “evasión legal”, como Rafael Nadal, que sólo pagó un 1% de impuestos por 56 millones de activos al tener domicilio fiscal en San Sebastián hasta 2011.

Al final, el Gobierno podría ingresar 50.000 millones más al año, por tres vías. La primera, reduciendo el fraude fiscal: la economía sumergida supone en España un 23,3% del PIB, un 10% más que en países como Francia o Alemania. Sólo recortar un  tercio el fraude fiscal permitiría ingresar 20.000 millones más, aunque para ello, además de la nueva Ley contra el fraude (31 de octubre), hacen falta más medios: más inspectores (tenemos un funcionario por 1.928 personas frente a 1 por 712 en Alemania) y más presupuesto (España gasta la quinta parte que Alemania y la tercera parte que Francia en combatir el fraude), que ha sufrido también los recortes (-72 millones entre 2012 y 2013).

La segunda vía sería reducir “el fraude legal: subir el tipo efectivo en sociedades (+10.000 millones), ampliar los productos que pagan el IVA general (+5.000) y recortar deducciones en renta (+5.000). Y la tercera, introducir nuevos impuestos, para que paguen más los que pueden hacerlo: un impuesto a las transacciones financieras (tasa Tobin), apoyado por la mayoría de Europa (+4.000 millones), un impuesto sobre grandes fortunas alternativo al impuesto sobre el patrimonio (+4.500 millones) e impuestos verdes (+1.000 millones).

En total, los 50.000 millones más. Los técnicos de Hacienda (GESTHA) creen incluso que se podrían recaudar 70.000 millones más, sin tocar los impuestos de la mayoría. Con ello, el déficit público que espera Bruselas para 2013 (6%), se quedaría en el 1%. Y quedaría un margen (sobre todo si nos dan dos años más, hasta 2016, para cumplir con el 3%, como ha sugerido el FMI y la OCDE) para gastar más en tres frentes ineludibles: bajar impuestos a los que ganan menos de 25.000 euros (para reanimar el consumo), gastar más en formación de parados y empleados (para reciclarlos hacia sectores con futuro) y aumentar las inversiones públicas en tecnología, educación, industria, exportaciones, infraestructuras, energías renovables, Dependencia, ayudas a las pymes y al empleo. Invertir en el futuro, en preparar la salida de la crisis.

No es un cuento de hadas. Es posible recaudar más, para recortar el déficit y en paralelo ayudar a salir de la crisis, reanimando la inversión y el empleo. Y con más crecimiento y más gente y empresas trabajando, más recaudación y menos déficit. Hay que romper el círculo vicioso actual: más recortes, más recesión, más déficit. Buscar otro camino: menos recortes y más recaudación para salir del túnel de la recesión. Se puede y se debe.

domingo, 25 de noviembre de 2012

España pagará por estar en Europa (desde 2014)


A España, formar parte de la Unión Europea, le ha reportado muchos beneficios económicos y políticos desde 1986, aunque ahora sólo veamos los recortes. Hay uno medible: ser europeos nos ha aportado un ingreso neto de 100.127 millones de euros (1986-2013), unos 3.500 millones al año, que han financiado carreteras, AVEs, infraestructuras, empleo y agricultura, sobre todo en las regiones más pobres. Esta semana, los dirigentes europeos han discutido (sin acuerdo) los Presupuestos 2014-2020, con más recortes, a pesar de que el gasto comunitario sea ridículo (1% PIB frente al 20% del gasto federal USA). Y con este recorte (aunque se suavice), España perderá fondos, para el campo y las regiones más pobres. Con ello, desde 2014, estar en Europa nos costará unos 1.000 millones al año, complicando  más la salida de la crisis. Lo peor, que los 27 han perdido otra oportunidad para luchar contra la recesión que asola Europa. Y nos llevan al abismo. Más con cada Cumbre.

A los dirigentes europeos se les llena la boca con “más Europa”, pero en la última Cumbre se han peleado (inútilmente) durante dos días por recortar el Presupuesto de los 27 para 2014-2020 (en 80.000 millones), a pesar de que es ridículo: supone un billón de euros en siete años, un 1% del PIB de la UE frente al 20% que gasta el Presupuesto federal de EEUU. De hecho, el gasto de los 27 paises europeos juntos supone un 2% del gasto comunitario y el 98% restante lo hacen los países, que no quieren perder esa herramienta de poder nacional en beneficio de “más Europa”.

La Cumbre del Presupuesto ha revelado una doble pelea. Por un lado, los países que más pagan al Presupuesto UE, que quieren aportar menos: Alemania (-51.986 millones saldo 2007-2011), Reino Unido (-27.844), Francia (-26.787), Italia (-25.920) y Holanda (-17.540). Y para eso, fuerzan más recortes y piden mantener su descuento, su “cheque” (que no sólo tiene Gran Bretaña, sino también Alemania, Holanda, Austria, Suecia,  y ahora lo quiere Dinamarca). Y por otro, los países que reciben, que quieren suavizar los recortes: Polonia (+34.289 millones saldo 2007-2011), Grecia (+22.677), Portugal (+12.694), Hungría (+12.363) y España (+11.179). Y junto a ellos, dos países “ricos” que no quieren perder sus importantes ayudas agrícolas: Francia e Italia (más Irlanda). Un difícil encaje de bolillos, donde todos tienen veto. Y como otras veces, han optado por ganar tiempo y posponer el debate hasta febrero.

Al final, como la mayoría gobernante de Europa es conservadora, casi nadie cuestiona el recorte del gasto comunitario para 2014-2020, desaprovechando la ocasión para que el Presupuesto sea una herramienta para luchar contra la recesión en Europa. Con ello, la pelea está en cuánto recorte hacen y, sobre todo, cómo se reparte. En principio, la tijera se iba a meter en dónde más se gasta: agricultura (40% gasto) y fondos de cohesión para las regiones más desfavorecidas (35%).Las dos partidas que más benefician a España, que estimaba perder unos 20.000 millones en los próximos siete años. La presión de Francia, Italia y los antiguos países del Este ha suavizado el recorte en agricultura y cohesión, pero habrá recorte. Y España podría perder unos 15.250 millones : 7.500 en agricultura y 8.750 millones en cohesión (que afectará desde 2014 a las cuentas de Extremadura, Canarias, Andalucía, Castilla la Mancha, Galicia, Murcia, Ceuta y Melilla, así como a la inversión en infraestructuras).

Aún con futuros regalos de última hora para salvar la cara, España será contribuyente neto con Europa a partir de 2014, unos 1.000 millones al año (en 2013 recibiremos +1.384 millones). Con ello, se termina una época, 28 años (1986-2013) en los que han afluido a España 100.127 millones netos, que han sido claves para modernizar el país y corregir desequilibrios regionales. Casi la mitad (40.170 millones) llegaron entre 2000 y 2006, con el récord en 2002 (+8.600 millones) y 2003 (+8.317), para bajar luego drásticamente (+10.110 millones entre 2007 y 2013), como resultado del ingreso en 2004 y 2007 de 12 nuevos países, la mayoría del Este de Europa, más pobres que España. El problema es que ahora, cuando la recesión ha hecho especial mella en España, nos tocará pagar en vez de recibir, según unas cuentas hechas con datos de 2009 y 2010, que no recogen nuestra caída en 2011 y 2012 (y que habría que conseguir revisar en los próximos años).

Aunque se retrase el acuerdo final, los fundamentalistas de los recortes han ganado otra batalla, que no sólo va a perjudicar a España sino a toda Europa, ahora en recesión: 12 de los 27 países tienen crecimiento negativo y la zona euro caerá este año -0,1% (y crecerá sólo +0,4% en 2014). Y la recesión amenaza incluso a Francia (Moodys le ha quitado la AAA) y a Alemania, que sólo han crecido +0,2% en  el tercer trimestre. Se recoge lo que se siembra: el rigor presupuestario impuesto por Merkel,Bruselas y los Gobiernos conservadores ha llevado a la economía europea al rigor mortis.

Los dirigentes europeos han perdido otra ocasión en esta Cumbre presupuestaria de cambiar el rumbo y hacer frente a una crisis del euro que dura casi tres años. No han sido capaces de cerrar la hemorragia de Grecia, ahora por puro egoísmo: Alemania, Francia, Italia, España y otros países con deuda helena no quieren perdonarles una parte de su deuda, como pide el FMI para que puedan levantar cabeza algún día. Tampoco han resuelto el rescate de Chipre (14.000 millones), el quinto país que lo pide en treinta meses. Han hundido las economías de media Europa, con más paro, más pobreza y más desigualdad. Y la recesión se acerca ahora a Francia y Alemania, estancadas como la Europa del norte. Y en el colmo del delirio por los recortes, desprecian una herramienta que podría servir para reanimar la economía europea, el Presupuesto comunitario 2014-2020: bastaría con gastar algo más en empleo, formación, tecnología e infraestructuras, un Plan Marshall europeo que todos han olvidado.

En lugar de eso, el presidente europeo ha propuesto en la Cumbre gastar menos en “competitividad, crecimiento y empleo (- 24.500 millones sobre la propuesta de la Comisión, sobre todo en infraestructuras, tecnología y formación)  y en “la Europa global” (- 11.783 millones), para arañar un dinero con el que contentar a los agricultores de Francia e Italia (y España) y a las regiones más pobres de los países del Este y España, que saldrán con recortes en cualquier caso. La típica componenda de los burócratas de Bruselas, que, eso sí, no recortan un euro la propuesta de sus gastos administrativos (los únicos que crecerán, un 10,8% sobre los de 2007-2013).

Es triste, pero los dirigentes europeos siguen cegados por su ideología y sordos al resto del mundo (FMI, EEUU, China y G-20), que les piden que cambien de política, que suavicen los recortes, que no hundan más a Europa en la recesión, que no pongan en peligro la incipiente recuperación de la economía mundial. Y son incapaces de ver la crisis social y política en que han sumido a la Europa del sur. Ni que con sus recetas nos llevan al abismo. Más con cada Cumbre.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Autonomías: el cuarto recorte en tres años


En medio de las noticias sobre la huelga del 14-N, los desahucios y las elecciones catalanas, ha pasado desapercibido que 13 autonomías (todas salvo Asturias, Galicia, País Vasco y Cataluña) han presentado ya sus Presupuestos para 2013. Y con ellos, habrá otro recorte de 9.500 millones, que se suma a los 23.000 millones recortados entre 2011 y  2012 (dos veces). El ajuste se hará en gastos de personal (con la pérdida de hasta 50.000 empleos públicos), en menos subvenciones a familias, empresas y Ayuntamientos, en no hacer inversiones y en nuevos ajustes en educación, sanidad,  gastos sociales y Dependencia.  Estos recortes afectarán más a los ciudadanos que los del Estado central, porque vuelven a recortar el Estado del Bienestar y agudizan la recesión y el paro. Y además, son inútiles: las autonomías no consiguen tapar sus agujeros y se prorroga su Fondo de rescate para 2013.
enrique ortega

Recortes sobre recortes. Las autonomías empezaron a reducir sus Presupuestos en 2011 (-5%) y luego en 2012 (-8%), este año dos veces (con el Presupuesto y en abril, con el requeterecorte de 10.000 millones en sanidad y educación impuesto por el Gobierno. En total, 23.000 millones, a los que se sumarán otros 9.500 millones en los Presupuestos 2013 (-6%). Los mayores recortes los harán Madrid (-1.424 millones, -7,7%), Andalucía (-1.314, -4,1%), Comunidad Valenciana (-1.048, -9%) y Castilla la Mancha (-860 millones, -10,2%), aunque se esperan otros importantes en Cataluña (-1.500 millones) y País Vasco (-1.000 millones).

Los principales recortes llegarán por tres vías. La primera, metiendo la tijera en los gastos de personal (40% Presupuestos): supresión complementos, aumento horas, no reposición jubilaciones, no oposiciones y despidos en empresas públicas (se podrían perder 50.000 empleos públicos autonómicos, al amparo de la reforma laboral, empezando por los 5.000 que ya ha anunciado la Comunidad Valenciana). La segunda, reduciendo las transferencias a familias (menos ayudas), transportes (subirán metro y autobuses), empresas y Ayuntamientos (más asfixiados en 2013). Y la tercera, recortando drásticamente las inversiones: no se harán obras, aunque lo suframos en incendios forestales, inundaciones, barracones escolares o falta de servicios en hospitales y residencias de ancianos.

Además, se vuelven a recortar (del 5 al 9%) los presupuestos de sanidad, educación, ayudas a servicios sociales y a la Dependencia (se reduce de 481 a 199 euros la prestación mensual a los cuidadores familiares, que han de pagar además toda su Seguridad Social) . Y se avanza en privatizar la gestión de la sanidad (hospitales y centros de salud) en ocho autonomías gobernadas por el PP: Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha, Galicia, Extremadura, Baleares, Castilla y León y La Rioja.

Por el lado de los ingresos, las autonomías no son tan decididas, aunque nos subirán impuestos y tasas. Todas, salvo Madrid, aplicarán en 2013 el impuesto sobre el patrimonio (con el que recaudaron 581 millones en 2011), tras recular en su negativa a aplicarlo Baleares y Comunidad Valenciana. Además, subirán el impuesto de sucesiones, que recupera Castilla y León. Y también los impuestos de transmisiones y el de actos jurídicos documentados (por los que  ingresan 6.500 millones). Y rebajarán las deducciones autonómicas en el IRPF. Baleares estrenará dos nuevos impuestos “ecológicos”, sobre los envases no retornables (copiado también por Canarias para 2013) y las grandes superficies, además de un impuesto turístico (a los coches de alquiler), como Cataluña (por estancias en hoteles). Y todas suben tasas (se notan menos), desde el agua a las tasas universitarias (+66%): Cospedal, en Castilla la Mancha, ha creado 320 tasas.

La mayoría de las autonomías han incluido una partida de ingresos que parece el cuento de la lechera: venta de inmuebles (742 millones en Madrid) y empresas públicas. Y Madrid se apunta al euro por receta de Cataluña (¿inconstitucional?), para ingresar 83 millones: es revelador que el Gobierno conservador madrileño quiera hacer pagar 72 € a los pensionistas y rechace cobrar el impuesto sobre el patrimonio a los que tienen más de 700.000 € (ingresaría 310 millones anuales).

Como los ingresos no llegan (la recesión hunde también su recaudación), las autonomías optan por una tercera vía: retrasar pagos. A 31 de diciembre de 2011 se pudo el contador a cero, con el primer rescate del Gobierno para que pagaran facturas atrasadas (pagaron 17.718 millones). Pero a finales de septiembre ya habían acumulado nuevas facturas por 10.000 millones, la mitad de autónomos y la otra mitad de laboratorios (2.300) y suministradores sanitarios (2.750 millones). Y ahí no se incluyen las deudas a las farmacias (sólo Valencia debe 450 millones), a colegios y hospitales concertados, a residencias y entidades sociales.

Parte de estas deudas deben cubrirse con el segundo rescate del Gobierno, el Fondo de liquidez de 18.000 millones que empezó a llegarles en octubre. Lo han solicitado 9 autonomías: Cataluña (5.433 millones), Comunidad Valenciana (3.500), Andalucía (4.906), Castilla la Mancha (848), Murcia (641), Canarias (757), Asturias (261,7), Baleares (355) y Cantabria (137), cuyas peticiones suman el 93,5% del Fondo. Pero el ministro Montoro se lo está dando con cuentagotas (del 37 al 70%), como hace Merkel con Grecia: quiere asegurarse que hacen los recortes comprometidos antes de soltarles todo el dinero.

El problema de fondo es que el sistema de financiación de las autonomías hace agua por todas partes. Y por eso, necesitarán otro rescate en 2013, con una prórroga del Fondo de liquidez, como ha prometido el Gobierno. Al margen de despilfarros (que los hay), la cuestión clave es que las cuentas de las autonomías no salen: un 80% del gasto es difícil de recortar (sanidad, educación y servicios sociales) y les cae la recaudación y no les llega con los ingresos que les transfiere el Estado central. O se les quitan competencias (difícil a estas alturas) o se les da más recursos, reduciendo los del Presupuesto estatal. Hay que sentarse, repartir competencias, evitar duplicidades y buscar ingresos suficientes. Pero esa reforma se ha dejado sine die,para cuando salgamos de la crisis”.

En consecuencia, con las exigencias de Bruselas, las autonomías están abocadas a los recortes y a los impagos, en perjuicio de los ciudadanos, ya que ellas son las que prestan el 93% de la sanidad, educación y servicios sociales, que no dejan de deteriorarse. Basten dos datos: las listas de espera para operarse han pasado de 32 a 72 días en año y medio. Y hay 3,3 millones de españoles necesitados que acuden a Cáritas y a la Cruz Roja porque no les atienden en los servicios sociales públicos. Además, estos recortes agravan más la recesión y el paro y, encima, no sirven para recortar suficiente el déficit, como acaba de decirnos Bruselas.

En definitiva, nos esperan en 2013 más recortes autonómicos y más subidas de impuestos que agravarán la crisis y perjudicarán la vida de la mayoría de españoles. Hay que buscar otro camino, suavizar los recortes de las autonomías y buscarles vías de financiación que no hundan del todo el Estado del Bienestar. Ahora, no cuando salgamos de la crisis: sería tarde.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Mayores de 55 años: los otros "ni-ni"


Mucho se ha hablado de la Generación “ni-ni”, casi 2 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Pero no se habla de los otros “ni-ni”: casi 3 millones de españoles con más de 55 años que ni trabajan ni pueden jubilarse. Están en el limbo, cobrando el paro o malviviendo de la familia. Con la crisis, el paro de los mayores de 55 años se ha cuadruplicado y la mitad llevan más de dos años desempleados. Muchos, con la certeza de que ya no van a poder trabajar nunca. Pero todavía son jóvenes para jubilarse. Y encima ahora, el Gobierno les va a dificultar el jubilarse anticipadamente, aun perdiendo pensión. En resumen, ni trabajo ni pensión para un colectivo con experiencia. Haría falta un Plan de choque para darles una salida. Si no, serán una verdadera generación perdida.
enrique ortega

En España hay 5.223.392 personas que tienen entre 55 y 64 años. De ellos, trabajan  2.460.500, menos de la mitad (47% frente al 56% que trabajan entre 16 y 64 años). Otros 503.900 están en paro (tasa del 17%, frente al 25% de media) y el resto, 2.258.992 son inactivos, ni trabajan ni buscan empleo (43% frente al 39,8% de inactivos entre 16 y 65 años). En total, pues, hay 2.762.892 mayores de 55 años (el 52% de la población entre 55 y 64 años) que ni trabajan ni están jubilados: están en el limbo de los “ni-ni”.

Con la crisis, han aumentado los mayores de 55 años que buscan trabajo, sobre todo mujeres: una vez cuidados los hijos (y los padres) vuelven a buscar cualquier empleo, para ayudar en casa, máxime si el marido o los hijos están en paro. Por eso, el empleo ha subido sólo en esta edad en el último año (EPA), con 28.400 mujeres (+55 años) más trabajando (y 2.800 hombres), sobre todo en limpieza, servicios y autónomos. Pero como no hay trabajo suficiente para los que lo buscan, ha aumentado más el paro: +98.800 en el último año. Y con la crisis, el paro entre los mayores de 55 años se ha cuadruplicado: de 131.700 (2007) a 503.900 parados (2012).

En el último año, el mayor aumento del paro en España se ha dado entre los mayores de 55 años (+24,4% frente a una subida global del +16,6%). Y eso porque las empresas, después de despedir a los jóvenes con contratos temporales, han pasado a echar al personal de más edad, con sueldos más altos, al amparo de la reforma laboral del Gobierno Rajoy, que facilita “limpiar plantillas”, cambiar un mayor de 55 años por un joven con la tercera parte de sueldo. Y muchas empresas con beneficios, como Telefónica, bancos y Cajas, han despedido a mayores de 50 años, con cargo a los contribuyentes (paro y jubilaciones anticipadas), una medida que este Gobierno acaba de encarecer (cuando ya se ha despedido a la mayoría).

El problema no es sólo que haya más de medio millón de parados con más de 55 años, sino que dos tercios llevan más de un año sin trabajo y la mitad más de dos, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Y muchos tendrán problemas para encontrar empleo por su baja formación: casi la mitad de los parados +55 tienen sólo educación primaria (23,4%) o secundaria (18,3%), aunque el 8,3% tiene educación superior.

De momento, 584.900 mayores de 55 años cobran algún tipo de desempleo, la mayoría (323.000) el subsidio asistencial de 426 euros al mes hasta que se jubilen (sólo lo cobran los que tengan ingresos anuales inferiores a 5.772 euros y hayan cotizado más de 15 años). Pero aquí, el Gobierno Rajoy ha hecho en julio dos recortes importantes. Uno, subir este subsidio de los 52 a los 55 años, con lo que dejan de cobrarlo unos 90.000 parados. El otro, que el Estado va a cotizar por los parados mayores de 55 años el mínimo (antes, el 120% del mínimo), con lo que su futura pensión será más baja. Los autónomos mayores de 55 años lo tienen peor: no tienen paro (salvo que se lo paguen cotizando aparte) y si se quedan sin trabajo tienen que seguir cotizando ellos para tener un día pensión (un 41% más baja que la media).

Salir del paro no es fácil para los mayores de 55 años: su edad es un”inconveniente y más a partir de los 60 años. Las pocas empresas que contratan buscan jóvenes baratos y huyen de contratar “seniors”, acostumbrados a ganar más y “tragar menos” condiciones precarias. Y con el “sambenito” de no estar reciclados, de no ser flexibles a los cambios y las nuevas tecnologías. Y así, las empresas pierden experiencia, responsabilidad y competitividad.

Por otra parte, no están funcionando los incentivos para contratar a mayores, ni siquiera el contrato bonificado en el que el trabajador recibe la mitad de los que cobraba en el desempleo y la empresa completa el resto del salario y se ahorra 1.300 euros año en  cotizaciones. O la reducción de un 40% en las cuotas SS por contratar a un mayor de 59 años. Y es que, con los incentivos de la reforma laboral para contratar a mayores de 45 años desempleados, las empresas prefieren emplear, de hacerlo, a personas entre 45 y 50 años, no de más.

Si no tienen trabajo, los mayores de 55 años tampoco se pueden jubilar. Hasta ahora, podían intentar hacerlo a los 61 o 63, perdiendo hasta un tercio de su pensión (del 6 al 8% por año). Pero el Gobierno Rajoy va a dificultar este camino, encareciendo la jubilación anticipada, que podría retrasar a los 63 años (y luego a los 65 años): reducirá más lo que se cobra por jubilarse antes y subirá los años exigidos de cotización (en enero serán 33 años y podría subirlo a 35). Y también dificultará la jubilación parcial (trabajo y pensión a partir de los 61-63). Además, de aquí a 2027, la jubilación se retrasará hasta los 67, con lo que los mayores de 55 años tendrán que esperar dos años más en el limbo de los ni-ni.

En definitiva, tenemos 5,2 millones de españoles de 55 a 64 años con un grave problema para mantener su empleo, encontrar uno o jubilarse. Y hay otros 940.485 personas con 65 y 66 años que lo van a tener en breve. Y 3.220.000 españoles con 50-55 años que  tienen casi el mismo problema. En total, 9.384.665 personas, casi uno de cada cinco españoles “ni-ni” o camino de serlo. Y a los que no se ofrece una salida, más que la marginación.

Hay que darles una salida, con medidas en tres frentes: formación (planes específicos a los parados y en las empresas), incentivos fiscales y contratos específicos para mayores de 55 años  y planes específicos para jubilarse anticipadamente (como ha hecho Italia), enlazando subsidios con pensiones, con una atención especial al drama de los autónomos. Y una campaña de imagen para promover el potencial de las personas maduras, el valor de la experiencia en las empresas y la sociedad. Un Plan de choque para clarificar el futuro de los mayores de 55 años. Rescatarles para que no sean una generación perdida.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Mujeres: más discriminadas, con o sin cuotas


En Bruselas se ha librado una batalla por imponer cuotas de mujeres europeas en los Consejos de las empresas: el 40% para 2020 (hoy son el 13,7%). Al margen de este debate, Europa no afronta los verdaderos problemas de discriminación de las mujeres: trabajan menos y ganan menos. Y en España, el país nº 75 en el ranking de igualdad económica de género,  las mujeres están aún peor: trabajan sólo la mitad de las que podrían, con más precariedad y peores puestos, cobran un 22,5% menos, tienen más paro, cobran menos desempleo y cuando se jubilan, tienen un 40% menos de pensión que los hombres. Tremendo. Y la crisis se ha cebado más en las mujeres. Es urgente aplicar planes de igualdad en las empresas, que sólo tienen el 8,6% de las grandes. Y en la sociedad, empezando por nuestras casas, donde trabajan el doble.
enrique ortega

El debate de las cuotas ha incendiado Bruselas. Por un lado, la vicepresidenta Viviane Reding proponía imponer una cuota del 40% de mujeres (para 2020) en los Consejos de las grandes empresas (hoy tienen el 13,7%), apoyada por los principales hombres de la Comisión y el Parlamento Europeo, que ha vetado (por primera vez en su historia) el nombramiento de un hombre para el Consejo del BCE (23 miembros, todos hombres). Por otro, la oposición de 5 de las 7 comisarias y el veto escrito de 9 países (Gran Bretaña, Holanda, Malta y 6 ex países del Este). Al final, la batalla ha terminado hoy en un pacto para descafeinar la propuesta y recomendar las cuotas a los países, no imponerlas (y sólo para grandes empresas que coticen en Bolsa). Reding ya hizo esta recomendación en 2011 y sólo 23 empresas europeas la pusieron en marcha. El debate es: la igualdad no se puede imponer, pero sin leyes no hay igualdad.

Esta guerra por las cuotas, que seguirá ahora en el Parlamento y el Consejo europeos (Merkel y Cameron están en contra), encubre el verdadero problema: la discriminación de las mujeres europeas. Sólo dos datos. El 59% de las mujeres en edad de trabajar tienen empleo, frente al 73% de los hombres. Y las que trabajan, ganan un 17,1% menos que los hombres, una brecha salarial que se mantiene en la última década. Y eso a pesar de múltiples normas que no se cumplen: la primera Directiva europea sobre igualdad laboral es de 1975.

En España, la situación de la mujer es peor: no en vano estamos en el puesto 75 (de 135 países) en el ranking mundial de igualdad económica de género del Fondo Económico Mundial. Ser mujer en España es un mal negocio, desde la cuna a la vejez. Empezando porque tienen más difícil trabajar: si hay 15.168.700 mujeres en edad de trabajar (16-64 años), las mismas que hombres (15.288.500), sólo trabajan 10.526.600, dos millones menos que hombres (12.571.800). Y las que trabajan, tardan 4 meses más en conseguir un empleo, según el informe del CES, a pesar de que están más preparadas (un 60% de los nuevos licenciados son mujeres, aunque estudian menos carreras técnicas, con más salidas).

Trabajan menos y tienen un menor abanico de empleos: la mitad se concentran en 6 trabajos (14,5% empleadas domésticas y limpiadoras, 10,1% cuidadoras, 8,4% dependientas, 6,4% administrativas,6,1% hostelería y 4,6% auxiliares administrativas), mientras la mitad del empleo masculino se reparte en 13 ocupaciones. Y tienen peores contratos: muchos temporales (26,1% frente a 23,9% hombres) y a tiempo parcial (8 de cada 10 contratos son de mujeres). Y hacen peor carrera en las empresas: sólo el 29% llegan a puestos directivos (35% en la UE) y sólo el11% de empresas del IBEX tienen una mujer en el Consejo de administración.

Empleos de baja cualificación, contratos precarios, jornadas reducidas y menos antigüedad (por bajas para atender a los hijos) llevan a la siguiente discriminación: las mujeres cobran un 22,5% menos de salario que los hombres, según el último informe del INE (datos 2010). Ganan, de media, un salario bruto de 19.735 euros año frente a 25.479 los hombres: 5.774 euros menos al año. Y hay más mujeres mileuristas que hombres, sobre todo por los muchos contratos temporales (ganan un 31,8% menos) y a tiempo parcial (50% menos de salario).

Y si miramos a las mujeres desempleadas (2.674.700, según la EPA), su tasa de paro (25,41%) es superior a la de los hombres (3.103.300 parados, un 24,68%). Y hay más mujeres registradas como paradas en el SEPE que hombres (2.440.825 frente a 2.392.696). Esto porque si muchos hombres se “desaniman” y ya no se apuntan al paro, hay un millón de mujeres que se han lanzado a buscar trabajo con la crisis (hay 1.114.700 mujeres activas más que en 2007), para ayudar en casa ahora que el marido o los hijos están sin empleo.

Pero también en el paro están discriminadas, doblemente. Primero, porque hay menos mujeres cobrando el subsidio (53,4% de las registradas) que hombres (63,2%), por no haber cotizado suficiente. Y segundo, las que tienen subsidio cobran un 18% menos que los hombres (754,80 euros de media frente a 919 euros).Y las paradas de más de 55 años cobran un 24,6% menos. Además, uno de cada cuatro hombres cobra desempleo a los 59 años mientras sólo lo cobra una de cada diez mujeres a esa edad.

Y llegamos a la jubilación. Las mujeres se jubilan más tarde: a los 62,4 años de media frente a 61,8 años los hombres. Y con menos años cotizados, por haber cuidado a sus hijos(o padres): un 58% menos que los hombres. Además, son más tardías cotizando: dos tercios de la cotización de las mujeres (64%) se concentra a partir de los 50 años (en los hombres sólo el 42% de las cotizaciones). Junto a peores sueldos y menos años cotizando, el resultado es brutal: las pensiones de las mujeres (4.594.842 pensionistas) son un 38,6 % inferiores a las de los hombres. De media, 638,59 € mes frente a 1.039 €. Pero si miramos sólo las pensiones de jubilación (que cobran 1.936.971 mujeres y 3.421.904 hombres), la diferencia es mayor, del -40,1%: 666,99 euros al mes las mujeres frente a 1.113 euros los hombres.

Con estas bajas pensiones o sin ellas, las mujeres enfrentan también peor su vejez, ya que viven más años que los hombres (85 años frente a 78) y están sufriendo más los recortes de las ayudas a la Dependencia, por partida doble: dos tercios de los beneficiarios (771.049 ahora y 270.000 en espera) son mujeres y también lo son el 80% de sus cuidadoras, a las que el Gobierno acaba de recortar un 15% su paga (unos 400 €), además de no pagarles ya la Seguridad Social.

Y es que las mujeres están sufriendo también más la crisis y los recortes, no sólo en la Dependencia, sino también en el empleo público, donde son más (educación, sanidad, servicios sociales) y sufren especialmente los despidos públicos(-228.000 en el último año) y la falta  de oposiciones. Las mujeres sufren también más los recortes y subidas en las guarderías y el retraso en el aumento de 2 a 4 semanas del permiso de paternidad. Y la crisis en los servicios (donde se pierden la mitad de los empleos), les afecta también más. Además, la última reforma laboral puede llevar a muchas empresas a descolgarse de convenios de sector que incluían ventajas para las mujeres trabajadoras que sean madres. De hecho, bajan los salarios y suben las horas de trabajo, perjudicando más a las mujeres. Y con la crisis, las empresas han reducido un 40% sus ayudas para guarderías y conciliación laboral.

Como vemos, hay una discriminación mucho más grave para las mujeres que su cuota en los Consejos de las empresas. España tiene desde 2007 una Ley de igualdad que no se cumple. Y la crisis hace que sea difícil exigirla en las empresas (sólo tienen Planes el 8,6% de las grandes). Es urgente poner en marcha medidas de igualdad efectivas, para que las mujeres no sean ciudadanas de segunda. Empezando por los hogares, donde las mujeres dedican 4,3 horas a las tareas y los hombres 2,3, según el INE. Las mujeres llevan un siglo peleando por la igualdad. No pueden esperar otro para lograrla. Ayudémoslas.

domingo, 11 de noviembre de 2012

España, líder en pobreza y desigualdad


Tras cuatro años de dura crisis, con casi 6 millones de parados, podría esperarse que creciera la pobreza en España: hay casi 10 millones de pobres, una de cada cinco familias. Lo más grave es que somos el país con más pobreza de la Europa del euro. Y no sólo hay más pobres con menos recursos, sino que los ricos se han hecho más ricos: hay más desigualdad. Y España es también el país del euro con más desigualdad, porque tenemos más paro, familias con muchas deudas y una protección social insuficiente (que se recorta cada año). Una pobreza y desigualdad que ha creado dos Españas, con una gran brecha social entre ellas. Hace falta un Plan de choque contra la pobreza, como pidió Bruselas en mayo. El colchón de los ahorros y  la ayuda familiar se está agotando.

Pobres había antes de la crisis (9 millones en 2007), pero ahora la pobreza se ha hecho “más extensa, más intensa y más crónica”, según Cáritas. Más extensa, porque supera los 10 millones de personas (con menos de 15.445 euros anuales para una familia con 2 hijos), un 21,1% de los españoles, según los últimos datos del INE. Y cinco autonomías tienen más de un 30% de pobres: Canarias (33,8%), Extremadura (31,9%), Andalucía (31,7%), Castilla la Mancha (31,7%) y Melilla (30,9%).Media España. Más intensa, porque el umbral de la pobreza ha bajado con la crisis (de 16.317 a 15.445 euros anuales). Y crónica, porque se ceba en los mismos colectivos: parados (68% pobres), emigrantes (56%), personas sin estudios (62%) y madres solas con niños (39% son pobres), aunque últimamente crecen los pobres entre españoles de clase media y jóvenes de más de 30 años. Y hay 2,267.000 niños pobres, un 27,2% de la población infantil, según UNICEF.

Europa considera que en España hay más pobres de los que dice el INE, ya que Eurostat amplía el criterio de tener bajos ingresos (menos del 60% de la media) con otros dos: tener privaciones (no poder pagar recibos o la hipoteca o no comer carne o pescado cada dos días) y trabajar poco o nada. Con ello, estima que en España había 11.675.000 pobres en 2010, un 25,5% de los españoles. Y con ello, somos el país europeo donde más ha crecido la pobreza y el octavo país con más pobres de la UE 27 (115,4 millones de pobres, un 23,4% de los europeos), tras Bulgaria, Rumanía, Letonia, Lituania, Hungría, Polonia y Grecia. Y más de la mitad de los españoles declaran que han bajado de clase social con la crisis.

Para Cáritas, la principal fuente de pobreza es el paro: hay 1.737.900 hogares donde todos están parados y el 48,77 % de los parados EPA no cobra ningún subsidio (2.817.840 parados). Y a los que cobran, se les acaba, porque 1,6 millones de parados llevan más de 2 años sin encontrar trabajo. Otra fuente de pobreza son las deudas, sobre todo las hipotecas, que muchas familias no pueden pagar. Y todo ello se agrava por los recortes en las ayudas sociales públicas, a las que recurren 8 millones de españoles pobres, que luego acaban en Cáritas (1,3 millones) o en la Cruz Roja (2 millones).

Lo peor no es que haya más pobres, sino que en paralelo, los ricos se han hecho más ricos: hay más desigualdad. Un problema mundial, ya que la OCDE ha alertado que, con la crisis, el mundo sufre la mayor desigualdad en 30 años. Bastan unos datos del último informe de Credit Suisse: el 0,5% de la población mundial posee el 38,5% de la riqueza y el 50% de la población con menos recursos tiene el 1% de la riqueza mundial, Bill Gates (Microsoft) tiene un patrimonio (50.000 millones $) igual al de 140 países, África tiene el 1% de la riqueza mundial y EEUU el 25%, más de 3.000 millones de personas (43% población) viven con menos de 2 dólares al día y 1.000 millones pasan hambre.

En este contexto, Europa ha estabilizado su desigualdad con la crisis, pero en España han aumentado las diferencias entre ricos y pobres. Hay dos indicadores. El coeficiente de Gini arroja un nivel de desigualdad  de 30,5 para Europa y de 34 para España (2011), un índice sólo superado por Letonia (35,2) y muy alejado del nivel de desigualdad de Francia o Alemania (29), Italia (31) y por supuesto Suecia (24). En otro indicador de desigualdad, el ratio 80/20, que relaciona el 20% que más ingresa con el 20% que menos, España vuelve a ser líder: hay una diferencia de 7,5 veces (antes de la crisis era 5,5 veces), la más alta en la Europa 27, que queda en 5,7 veces (2011), con 4,6 para Alemania.

Para la OCDE, el mayor causante de la creciente desigualdad es el paro, donde España es líder europeo junto a Grecia. Otro factor son los salarios, donde la desigualdad ha crecido un 8,7% con la crisis, según el Banco de España. El último informe del INE señala una diferencia de 4,3 veces entre el salario bruto de un director general (57.363 € media) y los empleos peor pagados (13.276 €). Pero hay otros datos más escandalosos : 534 directivos de las 35 empresas del IBEX ganaron en 2011 más de un millón al año, 24,68 veces lo que un  empleado de sus empresas (antes de la crisis, 23,53 veces). Y hay una decena de presidentes y consejeros delegados que ganan más de 3 millones al año. En España hay 313.000 millonarios y habrá 616.000 en 2017.

Hay otra causa más de desigualdad: los impuestos. El aumento de la fiscalidad indirecta (IVA, impuestos especiales, tasas), perjudica más a los que menos tienen. Y  los ricos pagan menos impuestos, porque utilizan empresas tapadera o  SICAV para pagar menos legalmente: el 40% de los asalariados paga más que sus jefes, según la Agencia Tributaria. Y sólo hay 8.077 contribuyentes que declaren ganar más de 600.000 euros, mientras el 78,8% de la recaudación del IRPF proviene de los asalariados. Otras causas de desigualdad, según el Nobel Stiglitz, son los oligopolios (luz, gas, teléfono, carburantes), que se apropian de beneficios vía tarifas, el encarecimiento de la educación (y los recortes), el endeudamiento de las familias, la desregulación financiera y de los mercados y el recorte de los servicios sociales.

La pobreza y la desigualdad crean una brecha social entre las dos Españas, que es también  una brecha entre norte y sur (Euskadi tiene la mitad de paro y el doble de renta que Extremadura o Andalucía). Un problema no sólo social, sino también económico: la desigualdad dificulta la salida de la crisis y entorpece el futuro, ya que millones de personas pueden perder el tren de la recuperación cuando llegue. Por eso, es urgente poner en marcha un Plan contra la pobreza y la desigualdad, como pidió Bruselas en mayo. Un Plan con tres patas: fomento del empleo, renegociación de hipotecas y más recursos a la protección social (España dedica el 75% de la media europea), con políticas específicas de ayuda para niños, familias jóvenes sin ingresos, emigrantes, jóvenes y ancianos.

Es urgente tomar medidas: la recesión durará otro año más y el colchón de los ahorros y la ayuda de las familias se acaba. SOS. Hay que ayudarles ya.