Desde el lunes 7 de marzo, no se podrá circular a más de 110 km/h en unas autovías y autopistas que, como las demás carreteras, estarán a media luz para ahorrar energía. Una medida polémica que se suma a otras medidas más efectistas (como cambiar las ruedas a los coches) que eficaces, aunque algo ahorren (un 5%, dicen). El Gobierno ha vuelto a buscar un atajo en vez de afrontar de una vez el grave problema de la energía, que lleva 40 años y cinco crisis sin resolverse: España es uno de los países europeos más dependientes del petróleo y gastamos más energía, lo que nos hace muy vulnerables y obliga a pagar una gran factura y endeudarnos. No vale sólo con cambiar bombillas: hace falta un gran Pacto energético para ahorrar energía. Y fomentar las renovables. Tomar ya medidas de fondo, para que den fruto de aquí a 20 ó 30 años.
Ahora, el problema del petróleo no es Libia, aunque haya puesto el crudo en 115 dólares/barril. El petróleo llevaba meses rondando los 100 dólares porque ha subido el consumo de los países emergentes, ha hecho un frío invierno y el crudo se ha convertido en una inversión especulativa, que distorsiona su cotización. Y todo apunta a que dos de estos tres factores seguirán algún tiempo, con el riesgo añadido de que la crisis de Libia se repita en otro país de Oriente Próximo (Yemen, Bahréin, Omán, Qatar) o de África (Argelia, Nigeria), de donde proceden las dos terceras partes del petróleo y del gas que consume España.
Pero el problema energético de España es más de fondo. Hemos sufrido 5 crisis energéticas serias (1973, 1979,1.990, julio 2008 y la actual) y sin embargo, seguimos dependiendo del petróleo y del gas como antes: un 77% de la energía se importa, lo mismo que en 1980. Consumimos menos petróleo (48,8% frente al 72% en 1980), pero a cambio consumimos más gas (23,8 % frente al 2,3%), una energía también cara, con riesgo de abastecimiento (32% viene de Argelia y 20% de Nigeria) y vulnerable, ya que sólo podemos almacenar gas para 12 días, en caso de corte de suministros. Esta dependencia energética de España es muy superior a la media europea (53% de la energía es importada en la UE) y sólo nos superan países como Irlanda, Portugal, Grecia o Italia.
Dependemos más que Europa de la energía importada y además, consumimos más que ellos: un 26% más por unidad de producto que la UE-27.Y no ahorramos. Baste decir que entre 1990 y 2008 (con dos crisis energéticas recientes), España aumentó su consumo de energía un 56,6%. El consumo bajó en 2009 y 2010, con la crisis, pero aun así, la factura energética de 2010 fue de 34.500 millones de euros (petróleo y gas), dos tercios de nuestro agujero comercial, un gasto que se come con creces las divisas que aporta el turismo (27.000 millones netos).Una factura que crece en 6.000 euros/año por cada 10 euros que suba el crudo.
No tenemos energía y la gastamos a espuertas, con lo que pagarla nos obliga a endeudarnos. Algo hay que hacer y no basta con las 20 medidas aprobadas para salir del paso, como bajar la velocidad, cambiar el alumbrado o los neumáticos. Hay que atajar el problema de fondo en dos sentidos. Uno, ahorrar energía de verdad. Y el otro, fomentar las energías propias: hidráulica y renovables (9,4%) y nuclear (23,8%). En la hidráulica, poco se ha hecho, por la polémica ecológica, pero hay campo en “minisaltos”. En renovables, hay que resolver el problema del almacenamiento (tecnología) pero sobre todo acabar con la desorientación normativa, que está frenando la eólica y solar (no es normal que Alemania tenga más energía solar y eólica que España).Y en nucleares, además de ampliar la vida útil de las centrales a 60 años, hay que planificar ya qué se hace para 2050.
En ahorro energético, hay que poner orden en el transporte y sobre todo en la carretera, que consume el 34% de toda la energía (96% es petróleo). ¿Medidas? Menos mercancías por camión (83% en España y 45% en la UE-27) y más por tren (3% frente a 10,7% en la UE) y por barco (10% frente a 37,2% en Europa). Y a los particulares, ayudas para renovar el parque de coches, ya que el 40% tienen más de 10 años y consumen un 15% más que los nuevos. Y promover de verdad el coche híbrido y eléctrico, de los que sólo se venden 850 al mes. Luego, hay que ahorrar en la industria (30% consumo), con ayudas ya que es difícil que inviertan en eso con la crisis. Y también en las viviendas (17% consumo), con ayudas a la rehabilitación. Y hay mucho campo en las administraciones públicas y en el alumbrado, donde España gasta más que otros países (116 kW por habitante frente a 91 en Francia y 43 en Alemania).
No hay atajos: gastar menos energía y gastarla mejor son miles de medidas, a 20 o 30 años vista. Pero hay que empezar ya y eso exige un gran Pacto político e institucional, que por desgracia sólo se hará cuando otra crisis nos ponga a los pies de los caballos. Entre tanto, el petróleo pone más negra la salida de la crisis en 2012, con más gasto, más inflación, menos consumo, menos crecimiento, menos empleo y el riesgo de que el BCE suba los tipos, lo que sería la puntilla para España. Pero, con todo, lo más grave sería esperar la sexta crisis del petróleo sin tomar medidas rigurosas, pactadas y durante muchos años.
Este tema es con mucho uno de mis preferidos a la hora de debatir sobre el futuro. Siempre estamos con la amenaza de un "inminente" fin de los combustibles fósiles de los que tan alegremente abusamos, es como una espada de Damocles que nos amenaza pero que nadie hace caso, por lo visto.
ResponderEliminarYo soy una firme defensora de las energías verdes, pero considero que lo que ahorramos de combustibles fósiles y la contaminación que eso conlleva, lo perdemos en contaminación visual. Cuantos pueblos han perdido su encanto por culpa de hectáreas y hectáreas de placas solares, cuantas pequeñas cordilleras de montes están ahora delineadas por molinos de viento. la energía nuclear es para mi la respuesta mas eficaz. Supondría una reducción en las facturas de la luz notable, crearía empelo, no tiene problema de almacenaje y a día de hoy la cantidad de residuos que quedan al final de todo el proceso son mínimos y ya hay métodos para tratarlos debidamente. Las centrales nucleares de ahora no son ni mucho menos las mismas que al principio. los materiales han mejorado y podría alargarse la vida útil de las centrales.
No me parece bien que dependamos tantísimo de otros países para algo tan primario como la electricidad, el combustible o el gas, pero parece que esto solo lo pensamos las personas de a pie pues para el gobierno es mejor que conduzcamos mas despacio, gastarse no se cuantos miles de euros en maravillosas pegatinas, cambiar las bombillas de las carreteras y otras muchas ideas útiles pero no eficaces.
Virginia Marzo 1011B1B15