La inflación repunta algo, aunque sigue por
debajo del 3%. Pero aunque los precios parecen más controlados, siguen
subiendo los alimentos, sobre todo los frescos. Y las subidas
se acumulan: los alimentos han subido un 35,3% desde la pandemia,
no sólo en España sino en la mayoría de Europa. Una subida que ha
afectado más a las familias con menos ingresos, que consumen ahora
menos carnes, pescado, frutas y verduras. Y quien se benefician son los
súper con marcas blancas (sobre todo Mercadona, que controla el 27,3%
de todas las ventas), que siguen ganando la partida a los híper y a las
tiendas tradicionales (han desaparecido 50.000 tras la pandemia). En
estos años, los consumidores hemos cambiado los hábitos de hacer la
compra: ahora compramos más veces y menos cantidad, mirando
varias cadenas para buscar ofertas y promociones. Lo más
preocupante es que la crisis climática (sequías, inundaciones, fenómenos
extremos…) está ya subiendo el precio de los alimentos, subida que irá a más.
Los alimentos, lo que más ha subido tras la pandemia
Los españoles gastamos cada semana más en el carro de
la compra, aunque la inflación parezca controlada (+2,9% anual en septiembre,
muy lejos del 6% que
subía en febrero de 2023 o del 10,8%
de subida en julio de 2022). Pero los alimentos, aunque suben menos que
la luz o los carburantes, siguen aumentando de precio cada mes y esas subidas
se acumulan en los últimos 5 años, tras la pandemia, lo que explica que los
veamos mucho más caros. De hecho, los alimentos son la partida de gasto que
más ha crecido en el IPC desde enero de 2020 hasta agosto de 2025: +35,3%
de subida acumulada, según
el INE, por encima de la subida media de todos los precios (+22,3%) y también más de lo que han subido estos años hoteles, bares y
restaurantes (+28,3%), los gastos de la vivienda (+22,4%), bebidas (+21,9%),
ocio (+16,6%) y transporte (+16,4%) .Y por supuesto, los alimentos han subido casi el triple que los sueldos: +16,64% han subido los convenios desde 2020.
Y esto no ha pasado sólo en España: en toda Europa,
los alimentos han subido un tercio desde 2019 (+33%), según
un estudio del BCE, que destaca las mayores subidas acumuladas en el café,
cacao y chocolate (han subido más del 50%), la mantequilla (+50%), la leche
(+40%) y las distintas carnes (+30%). Por paises, las mayores subidas
acumuladas de los alimentos se han dado en los paises bálticos
(+52-57%), seguidos de Paises Bajos (+39%), Bélgica (+38%) y Alemania,
ocupando España un lugar intermedio (+34% subida de los alimentos entre
2019 y 2024), con Portugal (+32%) y Grecia (+30%), subiendo menos en Irlanda
(+26%), Francia (`+27%), Italia (+28%), Finlandia (+25%) y Chipre
(+20%).
Tras estas fuertes subidas desde 2019, los alimentos se
llevan ahora una mayor parte de los gastos totales de las familias, en
Europa y en España. Así, en 2024, el gasto medio de las familias españolas en
alimentación fue de 5.391 euros, el 15,8% del gasto total
(34.944 euros), frente a los 4.286 euros que nos gastábamos en comida en 2019,
que representaban el 14,17% del gasto total, según la Encuesta de Presupuestos
Familiares del INE. Eso consolida a los alimentos como la 2ª mayor
partida de gasto de los hogares, sólo por detrás de los gastos de la vivienda
(11.029 euros anuales, el 32,4% del Presupuesto familiar).
La inflación acumulada en los alimentos no sólo
provoca que se lleven más parte del gasto familiar, sino que además, se llevan más en los hogares con ingresos medios y bajos, donde “pesa
más” el gasto de la comida tras la pandemia. Así, en las
familias con ingresos bajos y medios ha subido más el porcentaje del gasto que
se llevan los alimentos (del 18,1%/15,8% y 13,8% al 19,4%/17,9% y 15,8%),
aunque también ha subido en los hogares con más renta. Y curiosamente, en el
20% de hogares con menos recursos, el peso del gasto en alimentación ha bajado
(del 20,3 al 19,9%), porque se han visto forzados a gastar menos.
Los alimentos que más han subido estos años
(agosto 2019-agosto 2025) han sido, según el IPC del INE,
el café (sube +20,2% anual ahora), el chocolate (+18,8%), los huevos (+17,8%),
la carne de vacuno (+15,5%), las patatas (+9,5%) y las legumbres (+10,1%),
destacando sólo la fuerte bajada actual del aceite (baja un 43,7% anual). Si
analizamos sólo la subida de los alimentos en el último año, en
septiembre subían un +3% anual, la menos subida de la comida en los últimos 4
años, según
el estudio de precios de la OCU (analiza
106.320 precios en 786 establecimientos de 183 ciudades). Pero hay una gran
diferencia en la subida según que los alimentos sean envasados (suben
+0,8% en el último año) o frescos: suben un +6,7% anual, sobre
todo las frutas y verduras (+8,2%) y las carnes (+7%), aumentando el precio del
pescado un 3,4% anual. Esto lleva a que muchas familias estén reduciendo
su compra de carnes, frutas, verduras y pescados, deteriorando su dieta
y su salud.
El gasto medio anual en alimentación es de
6.259 euros por familia, según
la OCU, aunque varía mucho según el tamaño de la ciudad donde se viva (las
grandes ciudades son más caras). Y también varía mucho según dónde se
compre: la diferencia puede llegar a ser de 1.132 euros de media entre
los establecimientos más caros (Sánchez Romero, Supercor y Sorli Discau) y los
más baratos (Dani, Alcampo, Tifer y Family Cash), siendo esta diferencia mucho
mayor en Madrid y otras grandes capitales.
La subida de los alimentos y la mayor competencia en precios
y promociones han cambiado los hábitos de los consumidores a la hora de
hacer la compra, según
un reciente estudio de Worldpanel: los consumidores hacemos ahora más
visitas a los establecimientos y compramos
menos cada vez, las cestas son más pequeñas (no cargamos el
carro ni el coche como antes, también por el aumento de mayores y jóvenes consumidores).
Y si antes de la pandemia íbamos casi siempre a comprar al mismo sitio, ahora
visitamos más de una tienda, incluso el mismo día, para comprar precios y
promociones. Otro cambio que se asienta es que compramos más “marcas
blancas” cada vez: la
marca del distribuidor ha pasado de representar el 43% de las ventas en
2023 al 45,9% en 2025, un máximo histórico. Y además, cada vez compramos en las
tiendas más comida preparada, que compensa el que estamos
saliendo menos a comer fuera (¡ por los precios de bares y restaurantes !
).
Otro hábito de compra que gana terreno es ir a los
supermercados de proximidad, que siguen ganando cuota (39,2%
del total) gracias sobre todo a sus “marcas
blancas”. Y llama la atención que el líder de los súper, Mercadona, gana
cuota de mercado mes a mes: en agosto, acaparaba el 27,3% de todas las ventas (de
alimentación y limpieza) y, lo más llamativo, había sido visitado por el
91,3% de todos los compradores ese mes… Le sigue Carrefour, con
un tercio de cuota (9%), la alemana Lidl (6,9% cuota), el grupo Eroski
(4,3%), Dia (3,7%), Alcampo (2,8%) y la otra alemana, Aldi (1,9%),
aunque todo el grupo IFA capta el 10% de las ventas totales, según
los últimos datos de Worldpanel.
Todas estas cadenas ganan cuota, salvo Carrefour y
Alcampo, que sufren el reflujo de los
hiper, que es el establecimiento que ha perdido más clientes y ventas
en las dos últimas décadas, suponiendo ahora sólo
un 10% de la cuota total. Alcampo (80 híper) ha recortado tiendas (-25) y
plantilla (-710 empleados), mientras en Francia se habla de su posible fusión
con Carrefour (204 establecimientos en España). Y el tercer híper francés, eLeclerc
(12 híper en España) también se propone reducir plantilla. También pierden peso
en España las tiendas tradicionales de barrio (15,4%
de la cuota) : ya son menos de 500.000 locales y se han perdido 50.000 comercios minoristas desde 2019, por los súper de proximidad y el
comercio electrónico, según
este estudio de la Fundación BBVA e Ivie.
En definitiva, que los españoles miramos cada vez más
los precios de la cesta de la compra y comparamos ofertas y promociones,
yendo más veces a comprar y cargando con menos productos aunque haya que ir más
veces al súper. Y tratamos de adaptar la compra a los precios, comiendo
menos de lo que es más caro y buscando ofertas y marcas blancas. Y además,
crecen los consumidores mayores, muchos de ellos solos, que están
modificando lo que se compra y la oferta de la industria alimentaria, mientras
no acaba de avanzar la cesta de la compra electrónica, aunque sí
las compras que se entregan en casa.
Cara al futuro, el precio de los alimentos va
a seguir oscilando con la demanda y las épocas del año (en verano y Navidad
siempre serán más caros). Y seguirá a fondo la guerra de precios,
en muchos casos a costa de un deterioro de la calidad de los productos y de “trampas”
(como vender productos al mismo precio pero con menos peso o volumen). Pero lo
más preocupante es que la crisis climática afecta muy negativamente a la
cesta de la compra, porque las olas de calor, la sequía, las heladas o
el granizo y las inundaciones deterioran las cosechas y fuerzan a subir los
precios de los alimentos, sobre todo los productos frescos. Una crisis
climática que ya está elevando los precios de muchos alimentos en el mundo
(café, cacao, cereales o arroz) y que sufriremos más cada año en nuestros
bolsillos.
Así que ya lo saben: comer
y beber será cada vez más caro y de peor calidad, mucho
importado. Y dado que la alimentación es nuestro 2º mayor gasto, este
encarecimiento de la comida afectará cada vez más a nuestros bolsillos y
será clave en los vaivenes mensuales de la inflación. Es lo que viene.
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