Los 8.000 municipios españoles no saben cómo cerrar sus cuentas de 2010. Y sobre todo las grandes capitales, con Madrid a la cabeza, que llevan meses sin pagar a proveedores y adeudan 3.425 millones sólo a las empresas de limpieza. Pero el problema grave se va a dar en 2011, por la confluencia de tres factores: no van a recibir ni un euro del Plan E (que les aportó 8.000 millones en 2009 y 5.000 en 2010), les tocará incluso devolver dinero al Estado (porque las entregas a cuenta recibidas en 2010 han sido superiores a lo recaudado) y muchos Ayuntamientos (Madrid y Valencia entre ellos) no podrán refinanciar su deuda no amortizada en 2010, con lo que tendrán que destinar liquidez a pagar a los bancos y no a los proveedores, muchos de ellos pymes que tendrán que cerrar.
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ENRIQUE ORTEGA |
Con la crisis, los Ayuntamientos han visto caer en picado sus ingresos (sobre todo los del ladrillo) y les han crecido incluso los gastos, por las mayores demandas sociales. Y todos han aplicado cuatro recetas: reducir inversiones, retrasar pagos, intentar sacar más dinero a los contribuyentes y endeudarse. Con ello, la pelota de la deuda municipal ha crecido hasta 36.521 millones de euros y casi un tercio lo deben 6 grandes capitales: Madrid (7.145 millones), Valencia (862), Barcelona (794), Zaragoza (760), Málaga (712) y Sevilla (519).
El Gobierno ha querido atar corto a los Ayuntamientos (a los que ya la ley sólo permite endeudarse en un 110% de sus ingresos), con un real decreto por el que los más endeudados tienen que amortizar su deuda antes del 31 de diciembre y no pueden refinanciarla (algo que sí se permite a las autonomías y al Estado). Con eso quiere tranquilizar a los mercados y dar buena imagen exterior, pero la realidad es que hay muchos Ayuntamientos en bancarrota, lo que va a agravar la crisis y el desempleo. Por eso hace falta un Plan de choque realista para ajustar las cuentas de las grandes ciudades. Y eso pasará por reajustes en las cuentas a cambio de ayudas. Madrid y Valencia serían como Grecia e Irlanda y el Gobierno central tendría que hacer de Bruselas.
Pero eso no basta. En paralelo hay que reformar la financiación local, acordando los servicios que han de prestar los Ayuntamientos y cuáles las autonomías y el Estado. Los municipios tienen que poder gestionar sus ingresos, ya que ahora sólo recaudan con impuestos y tasas la mitad de sus ingresos (la otra mitad son transferencias). Una vez hecho el reparto, habrá que ajustar el mapa impositivo, para que los ciudadanos no paguemos dos veces o tres (al Estado central, a las autonomías y a los Ayuntamientos). Que sepamos de verdad lo que nos cuesta vivir en nuestra ciudad. Y con ese dato, votaremos mejor en las municipales del 2011.