lunes, 25 de septiembre de 2017

Doble paro que Europa por tener poca formación


España crea empleo (precario) pero seguimos con más del doble de paro que Europa y más de cuatro veces que Alemania. No es una maldición bíblica. La OCDE acaba de recordarnos una causa básica, la poca formación de los españoles: el 42% de adultos apenas tiene la ESO, frente al 20% en Europa. Y tienen baja formación el 35% de jóvenes, frente al 23% de europeos. Por eso trabaja menos gente, hay más paro y ganamos menos. Y lo peor es que estamos igual desde 2005. Y en vez de tomar medidas, se ha recortado el gasto en educación y formación. Pero ni Gobierno ni oposición han dicho una palabra del informe OCDE: están a "otras cosas". La OCDE pide que España gaste más en educación (somos el 6º país que menos gasta) y que apueste por otra educación, más práctica y ligada al empleo. Y que gastemos más y mejor en la formación de trabajadores y parados. Es la mejor receta contra el paro.


                                                                                                            enrique ortega    

Los datos del último informe de la OCDE (“Panorama de la educación 2017”) sobre la baja formación de los españoles, todos los adultos y también los jóvenes, son demoledores. En 2016, el 41,7% de los españoles adultos (25 a 64 años) tenían una formación baja (sólo tenían la ESO o ni siquiera), frente al 22% de adultos de la OCDE (35 paises desarrollados) y al 20% de adultos europeos (el 15% en Alemania). Y por si fuera poco, en el nivel medio de formación (con Bachillerato o Formación Profesional) sólo están el 22,6% de los adultos españoles, frente al 44% de adultos en la OCDE y el 46% en Europa (UE-22). Eso sí, por arriba, con formación universitaria o FP superior tenemos al 35,7% de adultos, casi igual que el 37% de adultos OCDE y por encima del 34% de adultos muy formados en Europa. En definitiva, hay muchos españoles con baja formación y sólo están peor (entre los 35 paises de la OCDE) Portugal (52% de adultos poco formados), Turquía (62%) y México (63%). Y tenemos  pocos españoles con formación media y bastantes universitarios.

Pero eso no sólo pasa entre los adultos. Los jóvenes españoles (25-34 años), que teóricamente son la generación “mejor formada”, están muy lejos de la formación del resto de jóvenes occidentales, según el último informe educativo de la OCDE: el 35% tienen baja formación (sólo tienen la ESO o ni siquiera) frente a menos de la mitad en la OCDE (16%) y en Europa (15% en UE-22 y 13% en Alemania, Francia y Reino Unido), con lo que somos el país europeo con más porcentaje de jóvenes poco formados y el tercero de la OCDE, tras Turquía (45% jóvenes poco formados) y México (53%). En un nivel medio (con Bachillerato y FP) están el 24% de los jóvenes españoles, frente al 42% en la OCDE y el 40% en la UE-22. Y otra vez, tenemos casi tantos jóvenes universitarios (41% como la OCDE (43%) y más que Europa (40% en UE-22). Una pirámide de formación totalmente “de locos”: muchos jóvenes muy formados, muchos jóvenes sin formación y pocos con formación media.

Lo peor es que esta baja formación ha mejorado algo entre los adultos españoles desde 2005 (entonces, el 50,3% tenía baja formación), pero sigue igual de mal entre los jóvenes, aunque han pasado 11 años: el 36% poco formados en 2005 y ahora el 35%. Y hay más. España es uno de los paises de la OCDE con menos peso de la Formación Profesional (FP), una formación con mucho empleo (74% en España y 80% en la OCDE) y poco paro: sólo el 12% de los adolescentes españoles (15-19 años) están matriculados en FP, menos de la mitad que en la OCDE (26%) y que en Europa (29% en UE-22), mientras tenemos más estudiando Bachillerato (47%) que la OCDE (36%) y Europa (35%).

Pero lo más preocupante es que hay muchos jóvenes españoles (18-24 años) que no estudian ni trabajan (ni buscan trabajo).Son los llamados “ni-nis”, un 23,2% de los jóvenes en España en 2016, frente al 15,3% en la OCDE y el 15,2% en Europa (UE-22), según el informe “Panorama de la Educación 2017”. Somos el 4º país occidental con más “ni-nis” y el segundo de Europa, sólo por detrás de Turquía (33% de “ni-nis”), Italia (28%) y Grecia (23,5%). Es toda una “generación perdida”, 745.000 jóvenes españoles que ha dejado de formarse y de buscar trabajo y que son el mayor fracaso como país.

Tras documentar el bajo nivel educativo de los españoles, el informe de la OCDE señala las consecuencias: menos empleo, más paro, peores salarios. Porque hay una estrecha relación entre menos formación y menos empleo. Así, los datos de la OCDE revelan que el porcentaje de adultos (25-64 años) empleados en España era en 2016 el 67%, muy por debajo de la media de la OCDE (75% de adultos empleados) y de la UE-22 (74% empleados). Y así somos el 2º país con menos empleo de la OCDE, tras Grecia (59% adultos trabajando), muy alejado de Suecia (84% adultos trabajan), Alemania, Dinamarca y república Checa (80%), Reino Unido o Francia, paises con mucha mejor formación de los adultos. Y lo mismo pasa con los jóvenes (25-.34 años), menos ocupados en España.

Menos empleo y más paro por la baja formación sobre todo, aunque también juega en contra un modelo económico poco competitivo, basado en el turismo, el ladrillo y los servicios, no en la industria y la tecnologíaEspaña triplica la tasa de paro de la OCDE (17,2 frente a 5,9%) y duplica con creces la de Europa (7,7% en la UE-28 en julio 2017), siendo el 2º país con más paro de los 35 OCDE, tras Grecia (21,7%). Y si miramos el paro juvenil (25-34 años), España es el tercer país de la OCDE (tras Eslovaquia y Grecia) con más paro entre los jóvenes con baja formación (30,5%, frente al 16,8% en la OCDE y el 20,4% en Europa) y el segundo (tras Grecia) con más paro entre los jóvenes con formación media (20,8% frente a 9,1% de paro en la OCDE y 10,3% en UE) e incluso entre los universitarios: sufren el 16% de paro en España, frente al 6,6% en la OCDE y el 7,4% en Europa.

Y también, a menos formación, menos salarios, señala la OCDE: los que tienen baja formación ganan en España un 29% menos que los que hicieron Bachillerato o FP Superior, mientras en la OCDE ganan sólo un 22% menos. Y los universitarios ganan en España un 53% más que los de Bachillerato o FP (y el doble que los poco formados), frente a un 56% más que ganan los universitarios OCDE. Incluso, el estudio analiza la relación entre formación y depresión: se deprimen menos los que tienen más formación. Tanto en España, un país con menos depresión (un 3% frente al 10% de los poco formados), como en la OCDE y en Europa (el 6% frente al 12% de deprimidos entre los poco formados).

Como vemos, el panorama de la formación de los españoles es bastante preocupante. Y nos coloca a la cola de Europa en “capital humano”, uno de los factores claves para competir y crear riqueza y empleo: España ocupa el puesto 44 de 130 paises en capital humano, en aprovechamiento de los trabajadores (formación y productividad), según el último ranking del Foro Económico Mundial. En Europa estamos sólo por detrás de Grecia y en el mundo nos superan en capital humano paises como los bálticos, Kazajistán, Tailandia, China, Rumanía, Rusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría o Bulgaria. De esto no presume Rajoy.

¿Por qué la formación de los españoles es tan deficiente? La respuesta es doble: porque gastamos menos en educación y formación y porque la educación además funciona mal en España, según este informe de la OCDE. Primero, gastamos menos, un 18,5% menos en educación: 8.752 euros por alumno en 2014 frente a 10.759 euros en la OCDE y 10.897 euros en Europa (UE-22). Y si comparamos el gasto directo en educación por paises, España es el 6º país europeo que menos gasta en educación en relación a su riqueza: el 4,3% del PIB en 2014, sólo por delante de Luxemburgo (3,6% PIB), Hungría (3,8%), Republica checa y Eslovaquia (3,9%) e Italia (4%). Y lejos no solo del 5,2% del PIB que gasta la OCDE o del 4,9% que gasta Europa, sino del 6,6% que gasta Reino Unido, del 6,5% de Dinamarca, del 6,3% de Corea o del 6,2% del PIB que gastan Noruega, EEUU y Canadá.

Ya no es sólo que gastemos menos, es que España ha recortado su gasto en educación desde 2010 (gastábamos el 4,5% del PIB), a pesar de que la baja formación se estancaba. Y no sólo el gasto directo en los centros sino también las ayudas a estudiantes y familias, con lo que el gasto total en educación ha caído del 9,4% del PIB en 2005 al 8,2% en 2014, según la OCDE. Y a pesar de ser uno de los paises con peor formación, España es el país de la OCDE que más ha recortado su gasto total en educación desde 2010, más que los otros 8 únicos paises OCDE (son 35) que también los han recortado. Mal camino.

Pero además de tener menos fondos, la educación funciona mal en España, según la OCDE. La mejor muestra, señalan, es el elevado abandono escolar temprano, de jóvenes (18 a 24 años) que dejan sus estudios al final de la ESO (o sin acabarla): eran el 19,97% en 2015, el porcentaje más elevado de toda la OCDE (35 paises desarrollados) y casi el doble que la media europea (11%), según la OCDE. Y los alumnos españoles que sí estudian tienen menos habilidades (en ciencias, matemáticas y lectura) que en la mayoría de la OCDE, según todos los informes PISA. Y están entre los que más repiten: un 36% de los que están en 4º de la ESO han repetido alguna vez, una de las mayores tasas de Europa y el triple que la OCDE, según el informe de la Fundación Europea Sociedad y Educación. Además, el último informe de la OCDE sobre España (marzo 2017) señala que la educación universitaria es “de baja calidad”, porque las habilidades de los universitarios están “entre las más bajas de la OCDE”. Y si tomamos a todos los adultos, la OCDE resalta que somos el 5º país con peor nota en comprensión lectora y matemática, sólo por delante de Chile, Turquía, Italia o Israel.

Por si fuera poco esta negativa radiografía de la enseñanza reglada, España también gasta poco y mal en la formación a adultos que han salido de las aulas, a trabajadores y parados. Somos uno de los paises con los adultos peor formados pero hacemos poco por mejorarlo. De hecho, el 53% de los adultos españoles no hacen ninguna formación, el 7º porcentaje más alto de la OCDE. Y del resto, sólo un 4% hacen una formación “formal·. Si miramos a los trabajadores, sólo un 11,9% hicieron algún curso de formación en 2015, frente al 14,7% en Europa, el 12,5% en Alemania, el 20,9% en Reino Unido o el 23% en Francia, según la Comisión Europea. Y mirando a los parados, sólo el 7,4% hicieron algún curso en 2015, frente al 9,6% de parados que se forman en Francia, el 23,7% en Alemania o el 25% en Italia.

Y todavía hay más. Para ser un país con adultos poco formados, el gobierno Rajoy ha recortado la aportación estatal a la formación profesional de adultos, a la séptima parte: de 934 millones en 2011 a 134 millones en 2015. Y aunque la aportación de empresas y trabajadores a la formación se ha mantenido, el problema es que una cuarta parte del dinero disponible no se gasta: se han perdido, por no solicitarse o hacerse cursos, 14.533 millones de cuotas entre 1993 y 2016, según ha denunciado la patronal CEOE, un dinero que los Gobiernos han gastado en otras cosas. Así que en la formación de adultos, falta demanda de cursos y la cuarta parte del dinero disponible no se gasta en formación. Así nos va.

La baja formación es, junto a la caída y el envejecimiento de la población, uno de los dos “talones de Aquiles” de la economía española, según el Banco de España. Mejorarla es uno de los retos claves para afrontar el futuro, ya que, para 2020, sólo un 15% del empleo disponible será para los europeos peor formados, ese 41,7% de españoles hoy, según un estudio de CEDECOP. Y en España, de los nuevos empleos disponibles dentro de una década (entre 8.8 y 10 millones), sólo el 2,3% serán para los que tengan poco formación, un 39,35% para los que tengan estudios medios y más de la mitad (58,4%) para los que tengan educación superior, según un estudio de la Fundación BBVA e Ivie.

Así que habría que dejar de hacer triunfalismo con el empleo y apostar por mejorar la educación y la formación de los españoles, para dejar de ser los eternos líderes en paro. Eso obliga a actuar en dos frentes: la educación de los jóvenes y la formación de trabajadores y parados. La primera medida debería ser blindar un mayor gasto en educación, tanto para la educación reglada como para la formación profesional. El objetivo podría ser gastar en educación la media europea: 5% del PIB. Eso, contando con que en 2017 gastaremos el 4,1% del PIB (46.000 millones de euros) supondría gastar 9.000 millones más al año. Y otros 2.000 millones en la formación de trabajadores y parados. Total, 11.000 millones, la cuarta parte de lo que nos va a costar el rescate de la banca.

Pero no basta con gastar más en educación y formación. Hay que plantearse una auténtica reforma educativa, pactada, que trate de conseguir otra educación, desde la guardería a la Universidad. Una educación menos memorística, basada más en el desarrollo de habilidades (ciencias, matemáticas, lectura, expresión verbal, idiomas, tecnología) y más ligada a lo que demandan  las empresas, con un mayor peso de la Formación Profesional. Y la propia OCDE nos propone gastar más en mejorar la formación de los profesores, volcándose en recuperar a los alumnos con problemas para reducir el abandono escolar. Y avanzar en la formación dual (trabajar y estudiar), que sólo siguen el 0,4% de los estudiantes de FP Superior (frente al 17% en la OCDE). Y trazar caminos para recuperar a los jóvenes ni-nis. En paralelo, hay que fomentar los cursos para adultos que trabajan y sobre todo para parados, en especial los jóvenes, las mujeres y los parados mayores de 45 años. Con cursos de formación más atractivos, más ligados al empleo y una gestión más transparente, que evite la corrupción detectada en Andalucía y Madrid.

En España trabaja menos gente que en Europa y por eso tenemos el doble de paro y somos menos ricos. Conseguir que haya más españoles trabajando, menos paro y mejores salarios obliga a mejorar la formación, que es muy deficiente. La OCDE, la Comisión Europea, el FMI y cientos de expertos lo llevan diciendo años. Y aquí, ni el Gobierno ni la oposición toman nota, están a “otras cosas”. Un año más, el informe de la OCDE sobre la educación es un tremendo revulsivo, que debería llevarnos a afrontar con urgencia uno de los grandes retos de España: mejorar la educación y la formación de niños, jóvenes y adultos. No miren para otro lado.

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